4. DIOSES
Hunab Kú
Dios creador de todo
Ixchel
Diosa de la Luna,
las inundaciones,
el embarazo y el
tejido.
Kinich Ahau Itzamná
Dios del Sol Señ or de los cielos,
la noche y el día
Ix Chebel Ya'ax
Diosa patrona de
la pintura y el
bordado.
5. CONCEPCIÓ DEL MUNDO
N
Los mayas concebían al cosmos compuesto por 13 cielos,
uno sobre otro, siendo la tierra la capa má baja. Sobre cada
s
cielo presidían trece dioses, llamados los Oxlahuntikú Bajo la
.
tierra había otros nueve cielos, tambié n en capas, sobre los
que presidían los Bolontikú El ú
. ltimo de estos cielos era el
Mitnal, el infierno maya, reino de Ah Puch, señ or de la
muerte.
6. RITOS
Las pirámides son sus templos y los fieles asistían a las
ceremonias al aire libre, abajo y al frente, de la pirámide-
templo. Solicitaban de sus dioses los dones de la vida, la
salud y el sustento, a cambio de los cuales realizaban una
serie de ofrendas y de ceremonias.
7. La danza era tambié n una parte importante del ritual.
Las fiestas dedicadas a los dioses se celebraban en las
fechas fijas establecidas por el tzolkin o calendario ritual.
8. LA MUERTE
Segú la religió n maya, despué s de la muerte el alma
n
emprende un camino al Mundo Subterrá neo o Inframundo,
donde debe atravesar un río ayudado de un perro. El
peregrinaje terminaráen el sur a donde llega el alma. Sin
embargo, hay un paraíso en el cielo donde las almas
afortunadas de los guerreros muertos en combate (muerte
sagrada) acompañ an al Sol.
9. LOS SACRIFICIOS
En el Popol Vuh se relata el modo en que los dioses
originales acordaron crear al mundo, ya que el mundo servirá
como habitació n del hombre. La misió n del hombre es
venerar y alimentar a los dioses. Pero los dioses debían
alimentarse de la energía có smica que se encontraba en la
sangre y el corazó n de los sacrificados.
10. EL JUEGO DE LA PELOTA
Los mayas concebían al juego de pelota como un ritual, que
representa el origen del universo. El objetivo del juego era
hacerlo pasar por un delgado anillo que se colocaba en una
de las paredes del campo de juego. Se protegían el pecho y
la cabeza, evitando los fuertes golpes de la pelota. El juego
podía durar día y noche y no hay fuentes histó ricas donde se
hable del sacrificio humano o donde el derrotado era
decapitado.