Este documento discute cómo cruzar la vida por el camino de la conversión a través de la limosna, la oración y el ayuno. Sugiere que estos actos solo tienen valor cuando proceden del amor, la humildad y la caridad, y tienen como objetivo ayudar a otros y promover una nueva visión de la vida. El autor concluye que debemos ayunar, orar y dar limosna para convertirnos y ayudar a otros a ver la vida de una nueva manera, guiándonos hacia la Pascua.

1. 1.- CRUZa la VIDA por el camino de la
CONVERSIÓN.
Queridos amigos: Posiblemente, muchos de nosotros dudemos de la teología que
nos propone el evangelio de San Mateo. 6, 1 – 6. 16 – 18., para recorrer el
camino de la vida: limosna, oración y ayuno.
Tal vez dudemos de tener que CRUZar la Vida por el camino de la
CONVERSIÓN.
Para no quedarnos en ritualismos, hemos de ir celebrando aquello que vamos
haciendo realidad en nuestras vidas.
Para cruzar el camino de la vida, es mejor mirar lo positivo que lo negativo. Y si
miramos lo negativo, es para ver cómo superarnos y no caer en traumas ni en
desesperanzas; es para observar con- versión nueva la realidad que vivimos.
Los signos, ritos o gestos no valen por sí mismos, sino por el significado, por el
fin para que se hacen y por el espíritu con que se hacen.
Limosna. La limosna en sí es poco o nada, y puede ser hasta un ropaje de
orgullo. La limosna es algo que vale, si procede de la misericordia y el amor.
La limosna es significativa cuando procede de la misericordia y se ejerce para
obrar solidariamente: cubrir necesidades o evitar angustias o abandonos.
Oración. La oración en sí no es nada. Puede ser hasta un acto de complacencia o
un afán de fabricarnos una aureola. La oración es significativa cuando es fruto
del amor y de la necesidad; cuando es expresión de impotencia o de generosidad.
Ayuno. El ayuno en sí no es nada. Puede servir para alimentar la vanidad o la
presunción de buen tipo. El ayuno que es significativo, es aquel que surge de la
humildad y la caridad.
Ayunamos para que otros puedan cubrir sus necesidades y puedan ser felices
como nosotros.
Ayunamos, oramos y damos limosna para convertirnos y para ayudar a ver
con- versión nueva la vida, la realidad, la relación, el encuentro y el camino
hacia la PASCUA.
Ayúdanos, Señor, a CRUZar la Vida por el camino de la FElicidad
Gabriel.
Miércoles de Ceniza. Ciclo. A. Madrid. 5 de Marzo de 2014.