La mirada de Jesús: Una mirada que traspasa el corazón
Leccion 03 jovenes: Conservando las buenas relaciones
1. lección 2
7 al 13 de julio
Conservando
las buenas relaciones
«En resumidas cuentas, ¿cuál es nuestra esperanza,
alegría o motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús
para cuando él venga? ¿Quién más sino ustedes? Sí,
ustedes son nuestro orgullo y alegría». 1 Tesalonicenses 2: 19, 20
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2. Introducción
sábado
7 de julio
Proverbios 27: 17 La belleza
del discipulado
Es importante tener buenos amigos. Alguien que esté dispuesto a permanecer a
tu lado sin tomar en cuenta lo que te esté sucediendo. Una persona que pueda ser-
virte de estímulo cuando estés desanimado; que disfrute de tu compañía. Pero, aún
más importante, que él o ella pueda siempre recordarte la bondad de Cristo.
Durante mi último año en la escuela secundaria se me pidió que dirigiera una
reunión evangelizadora. Me sentí entusiasmada. Iba a poder impactar las vidas de
algunas personas y posiblemente llevarlas a Cristo. La campaña se celebró en una
iglesia que estaba cerca de la casa de una de mis tías. Quienes me conocían acudie-
ron a darme apoyo. Pero más importante, vinieron a escuchar la Palabra de Dios. Es
sorprendente ver las diferentes relaciones que se forjaron durante aquellas reunio-
nes. Cantábamos y realizábamos juegos bíblicos. Si el sermón era marcadamente
conmovedor, incluso llorábamos juntos. Establecimos buenas amistades durante
aquellas reuniones. Amistades edificadas en el amor, en la confianza y en el ánimo.
Es importante tener buenos amigos.
Nuestra amistad crecía, a la vez que recordábamos que las reuniones concluirí-
an dentro de poco. Dejaríamos de vernos cada noche y de pasar horas en comunión
los unos con los otros. Sin embargo, aunque las reuniones iban a cesar me quedaba
un cierto gozo interno ya que sabía que muchos de los asistentes se habían acercado
más a Cristo. Esto se había logrado no tan solo mediante las reuniones, sino a tra-
vés de los vínculos personales que se habían establecido. Incluso muchos me habla-
ron de la transformación que Dios había realizado en sus vidas. Y sabía que algunos
de ellos habían encontrado a Cristo y que habían reconocido que una vida sin él es
algo vacío.
La amistad es algo esencial para hacer discípulos. Cristo demostró en su minis-
terio la importancia de hacer discípulos utilizando la amistad. Él demostró que la
única forma de hacer discípulos que permanezcan fieles por largo tiempo, es me -
diante amistades duraderas con otros cristianos, así como con él.
¿Estás acaso forjando amistades? ¿Estás edificando a aquellos a quienes sirves, o
estás pasando por alto oportunidades para hacer amigos?
La Palabra del Señor nos anima a que obtengamos amigos al decir: «El hierro se
afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre» (Prov. 27: 17). Si vamos a
hacer discípulos debemos afilarnos mutuamente a través de la amistad y del amor.
Heather Hyde Thompson, Guanaja, Honduras 17
3. domingo
8 de julio Logos Hechos 17: 5-34;
Valorando 1 Corintios 1: 18-2: 2;
1 Tesalonicenses 2: 3-7, 17-3: 10
las relaciones eternas
Lina se sentía entusiasmada porque iba a comenzar sus estudios universitarios.
Sus ojos despedían un brillo especial mientras caminaba por el bello recinto donde
otros nuevos estudiantes se notaban tan entusiasmados como ella. Era difícil ser uno
más entre el grupo, sin conocer a nadie. Afortunadamente, la universidad organiza-
ba una serie de actividades para que los jóvenes se familiarizaran entre sí.
La primera semana fue maravillosa. Ella conoció a mucha gente y se hizo muy
amiga de una chica llamada Britney. Se compenetraron mucho y participaban jun-
tas en diversas actividades. Almorzaban juntas. Iban de compras y los fines de sema-
na se reunían con otros amigos. Durante aquellas primeras semanas se divirtieron
bastante.
Lina esperaba disfrutar en unión a sus amigos su nueva vida escolar. Sin embar-
go, después de algún tiempo sus nuevos amigos comenzaron a alejarse. Las clases y
las tareas escolares, así como recientes amistades, iban copando el tiempo de los estu-
diantes. Lina ya no se sentía tan entusiasmada como antes. Un día su papá llamó
para decirle que su abuela había muerto.
El primer año en una universidad siempre es un período interesante ya sea
que hayas llegado como un nuevo alumno, o que vengas de otra institución. Es el
comienzo de una nueva vida donde todo parece diferente e interesante. Sin embar-
go, en poco tiempo las clases se vuelven más difíciles y los amigos van cambiando
por otros que encontramos son más compatibles. Nos esforzamos por lograr buenas
calificaciones, y en algunos casos tendremos que obtener algún empleo para cubrir
nuestros gastos. Con el paso del tiempo las buenas amistades se convierten en bre-
ves saludos que intercambiamos en los pasillos. Es cierto que las amistades son algo
cambiantes, especialmente si no tienen dónde arraigarse. Eso precisamente era lo
que le sucedía a Lina. Ahora cuando más necesitaba la compañía de una amiga, no
la tenía.
¿Cómo podremos establecer amistades que perduren? La primera carta de Pablo
a los tesalonicenses nos muestra la clave para establecer amistades duraderas y la
forma en que podemos conservarlas. Pablo y sus compañeros nos proporcionan un
buen ejemplo ya que establecieron vínculos duraderos con los creyentes de aquel
lugar. Ellos nos presentan la base para amistades que no duran unas pocas semanas,
sino que son para toda la eternidad.
Una relación primordial (1 Tes. 2: 3-5)
Al trabajar como un siervo de Cristo, Pablo intentaba que todos mantuvieran
una relación con el Salvador ya que él sabía por experiencia propia lo que significa-
ba un encuentro con el Señor. En el texto mencionado anteriormente Pablo afirma
que él está en paz con Dios. Al decir que ha sido aprobado por Dios, demuestra la
importancia de sostener una íntima relación con él. Pablo afirma que no puede
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4. mentir. Él no puede manifestar una falsa imagen ya que su vida está en armonía con
Dios. Dios es quien controla su vida y su conciencia.
El carácter de Pablo representa un elemento de contraste en medio de un mun -
do donde la mentira es algo comúnmente utilizado para obtener ventajas persona-
les. Pablo no vive para sí, sino para ser aprobado por Dios. Su relación con el
Altísimo le permite establecer relaciones de valor con quienes lo rodean.
Pablo deseaba el éxito de quienes lo rodeaban.
Una santa motivación influye en las relaciones (1 Tes. 2: 19, 20)
Existe un marcado contraste entre la forma en que en la sociedad se establecen
las relaciones interpersonales y el modelo que Pablo les presenta a los cristianos. Ese
modelo se funda en la esperanza de que un día todos estaremos juntos en el momen-
to de la segunda venida. Entonces se habrá de confirmar que las relaciones iniciadas
en la tierra durarán por toda la eternidad. Lo que movía a Pablo era el bienestar y la
salvación de aquellos con quienes se relacionaba. Él deseaba el éxito de quienes lo
rodeaban, asimismo que los tesalonicenses experimentaran el gozo que únicamente
se obtiene mediante Jesús. Pablo, un ministro del evangelio, había experimentado
personalmente el amor de Cristo. Esa experiencia lo impulsaba a compartir dicho
amor con los demás.
Fortaleciendo las santas relaciones (1 Tes. 2: 3-7)
La mayor parte de la gente procura su propio beneficio. Establecen vínculos per-
sonales que apoyan sus propios deseos. Algunos son manipuladores y dados al enga-
ño, persiguiendo ventajas económicas, el placer y la popularidad.
Pablo, en su trato con los tesalonicenses se asegura de que ellos sepan que él no
se relaciona con ellos buscando alguna ganancia personal. Él está allí porque desea su
bienestar y para que se cumpla la voluntad divina en ellos. Asimismo, porque desea
que un día ellos se encuentren con él a la diestra de Jesús.
PARA COMENTAR
1. ¿Qué motivos te llevan a establecer nuevas amistades?
2. ¿Cómo podrás establecer amistades que duren por toda la eternidad?
3. ¿En qué sentido tu experiencia con Jesús te ha llevado a establecer vínculos per-
sonales duraderos?
Alejandro Sarria, Collegedale, Tennessee, EE. UU. 19
5. lunes
9 de julio Testimonio
El valor de un amigo Eclesiastés 4: 9-12
verdadero
«Para todos, las cosas van mal de vez en cuando; la tristeza y el desánimo opri-
men a toda alma. Entonces una presencia personal, un amigo que consuele e impar-
ta fortaleza, desvía los dardos del enemigo que estaban destinados a destruir. No exis-
te ni la mitad de los amigos cristianos que debiera haber. En horas de tentación, en
una crisis, ¡de qué valor es un verdadero amigo! En esos momentos Satanás envía
sus instrumentos para que los pies vacilantes tropiecen; pero los verdaderos amigos
dispuestos a aconsejar, impartirán una atractiva esperanza, la fe tranquilizadora que
eleva al alma. ¡Oh, tal ayuda es de más valor que las perlas preciosas».1
Esta semana estamos estudiando respecto a la forma en que podemos conservar
a nuestras amistades. Conservar algo significa asegurarnos de que perdurará. En el
contexto del presente estudio, eso significa que nos conviene establecer y alimentar
vínculos amistosos que sean de carácter duradero. Lo opuesto sería fomentar rela-
ciones superficiales que no podrán soportar la prueba del tiempo, de las dificulta-
des, o los obstáculos. Es lamentable que las culturas en las que muchos de nosotros
vivimos, hayan estimulado el surgimiento de ese tipo de relaciones. Nuestras pági-
nas de Facebook contienen listas de amigos que en algunos casos sobrepasan los dos
mil nombres. Sin embargo, ¿cuántos podemos decir que todos ellos son «amigos ver-
daderos»?
Nada es más importante que un verdadero amigo.
Nada es más importante que un amigo genuino. «Un apretón de manos enér-
gico y servicial de un verdadero amigo, tiene más valor que el oro y la plata».2 La
Biblia también reafirma esa verdad al decirnos: «Más valen dos que uno, porque
obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y
no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo
¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La
cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!» (Ecl. 4: 9-12).
PARA COMENTAR
1. ¿Tienes amigos que te estimulan a mantenerte más cerca de Jesús? De no ser así,
¿qué puedes hacer para asegurarte de que los tienes?
2. ¿Acaso has estado en alguna situación tan impactante que deseaste tener un
amigo o amiga a tu lado? Escribe algunas frases relacionadas con la misma y com-
pártelas con tus amigos.
______________
1. Hijos e hijas de Dios, p. 163.
2. Ibíd.
Marcos David Torres, Collegedale, Tennessee, EE. UU.
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6. martes
10 de julio
Evidencia
1 Tesalonicenses 2: 3-7,
17-3: 10
Entre dos rocas
En el texto bíblico de esta semana Pablo expresa su preocupación respecto a la
fidelidad de los creyentes tesalonicenses. En 1 Corintios 1: 18-25, leemos que el evan-
gelio es un «motivo de tropiezo» para los judíos así como una «locura» para los demás.
En primer lugar tenía que ver con la obsesión judía con la «pureza» que los llevaba a
la observación correcta de los rituales y a distinguir lo que era «limpio» de lo «inmun-
do». Esa misma preocupación los llevaba a mantenerse aparte y a sentirse que esta-
ban por encima de los demás. Establecieron reglamentos de pureza prácticamente
para todo aspecto de la vida, incluso para limpiarse las uñas. Jesús y sus seguidores
echaron por el suelo dichos reglamentos. En Cristo todos somos iguales.2 Teniendo
esto en mente, es fácil entender por qué el evangelio era una piedra de tropiezo.
En Cristo todos somos iguales.
¿En qué sentido el evangelio era una locura para los gentiles? Para contestar esta
pregunta, debemos entender a Platón, quien estableció las bases para el pensamien-
to filosófico de los griegos. Platón enseñó que había dos mundos: 1. El ideal, que es
perfecto y no cuenta con materia. 2. El físico, en el cual estamos todos atrapados. La
muerte nos libera de este mundo para que entremos al mundo ideal. Dichas ideas
hacen que el tema de la resurrección sea algo obsoleto y ridículo.3 ¿Por qué querría
alguien mantenerse atrapado en su propio cuerpo?
Por otro lado estaban los estoicos y los epicúreos con quienes Pablo discutió en
la colina de Marte. Los epicúreos rechazaban las enseñanzas de Platón. Ellos creían
que después de la muerte no venía nada: no habría un juicio, no habría un castigo
para los impíos y tampoco habría una resurrección. De hecho, la mayor parte del
mensaje cristiano estaba en conflicto con las ideas de los epicúreos.4 A su vez los estoi-
cos enseñaban que debido a que el alma era en cierto modo parte de Dios, no habría
manera de mantener una identidad propia más allá de la tumba y por lo tanto no
habría una resurrección del cuerpo físico.5 Un cristiano, ya fuera judío o griego, debía
esperar ser perseguido o menospreciado por su comunidad; algo que explica la preo-
cupación de Pablo por los creyentes en Tesalónica.
PARA COMENTAR
¿Has creído en alguna ocasión que los demás te menosprecian debido a que eres
adventista? ¿Cómo enfrentaste dicha situación?
______________
1. William A. Simmons, Peoples of the New Testament World (Peabody: Hendrickson, 2008), p. 60.
2. Ibíd., p. 62.
3. Vincent P. Branick, Understanding Paul and His Letters (Mahwah: Paulist Press, 2009), p. 40.
4. Simmons, p. 297.
5. Ibíd., p. 303.
Jonathan Gardner, Collegedale, Tennessee, EE. UU. 21
7. miércoles
11 de julio Cómo actuar
Unidos a pesar de todo 1 Tesalonicenses 2: 17-3: 10
Cuando el pecado entró a nuestro mundo se creó una separación entre noso-
tros y Dios, y entre nosotros y el resto de los seres humanos. Tratamos de ver, o de
identificar las cosas que nos diferencian de los demás. Competimos con los demás
esperando llevar la mejor parte. El pecado nos ha condicionado para que pense-
mos principalmente en nosotros mismos.
Ora por los demás y con los demás.
Sin embargo, algo importante para nuestro bienestar espiritual es mantener
vínculos saludables con nuestros hermanos y hermanas en la fe (Heb. 13: 1-3). El
diablo interviene directamente para dañar nuestras relaciones interpersonales
(1 Tes. 2: 18). Mientras más cercanas sean nuestras relaciones con los demás cre-
yentes, más compartiremos nuestros testimonios del amor de Dios (Apoc. 12: 11).
Por eso Jesús oró para que todos fuéramos uno (Juan 17: 20, 21). ¿Cómo podre-
mos establecer y mantener esos vínculos de amor? A continuación hay algunos
puntos que debemos considerar:
• Dedica tiempo para estar con los demás teniendo un objetivo en mente.
Dedicar períodos de tiempo significativos para compartir con quienes nos
rodean, es una excelente manera de cultivar las relaciones interpersonales.
• Dedica tiempo a socializar. Jesús visitó a Zaqueo en su propia casa (Luc. 19: 5).
También dedicó tiempo para estar con María, con Marta y con Lázaro (Luc.
10: 38, 39; Juan 12: 1-3). Asimismo, disfrutó de una agradable fiesta de
bodas como cualquier otra persona. (Juan 2: 1, 2).
• Sé amable y amistoso. Para dar o recibir ayuda es importante que manten-
gamos una buena relación con los demás. Comunícate. Llama por teléfo-
no, envía mensajes electrónicos y conversa cara a cara. Exprésate gentilmen-
te (Prov. 15: 1). Sé cortés y amistoso o amistosa (Prov. 18: 24).
• Consuela a los demás. Una simple frase utilizando las palabras «todo saldrá
bien», podría aliviar la carga que alguien siente ante una situación difícil.
Comparte palabras de ánimo y consuelo tanto en momentos de gozo como
durante las luchas (Efe. 5: 19-21). Ora por los demás y con los demás (Sant.
5: 16).
PARA COMENTAR
1. ¿Por qué crees que es tan importante comunicar y compartir nuestros problemas?
¿Existen acaso problemas que únicamente deberíamos compartir con el Señor?
Motiva tu respuesta.
2. ¿Cómo puede la unidad ayudarnos a compartir el evangelio?
Richard Floyd McNeil, Collegedale, Tennessee, EE. UU.
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8. jueves
12 de julio
1 Tesalonicenses 2: 19, Opinión
20; 3: 9, 10
Apoyando
a los más débiles
No sería difícil encontrar a un grupo de personas en algún lugar del mundo que
esté dispuesto a apoyar a un equipo deportivo catalogado como un perdedor. Existe
algo en la naturaleza humana que nos hace desear que los más débiles ganen.
Gritaremos, cantaremos o haremos cualquier cosa con el fin de que nuestro equipo
encuentre la fortaleza necesaria para triunfar. Sin embargo, en la mayor de todas las
batallas, parecería haber poco ánimo para aquellos que aparentan ser parte de una
minoría.
Al igual que Pablo debemos orar «día y noche»
por nuestros amigos.
En nuestra cultura posmodernista los cristianos parecen ocupar el último lugar.
La sociedad interpone a cada momento obstáculos en el camino de los jóvenes cre-
yentes. La música, la televisión, los libros, las vallas anunciadoras; todo parece apun-
tar a una vida desprovista de un Dios que es santo. ¿Cómo podrá triunfar un joven
cristiano? ¡Gracias a las amistades, a los buenos ejemplos y a las oraciones! Se nos ha
encomendado la tarea de que nos ayudemos mutuamente con el fin de que llegue-
mos al cielo. Debemos animarnos mutuamente, y que nos estimulemos para confiar
en Dios y en su Palabra. Asimismo estimularnos mutuamente con el fin de creer que
venceremos el pecado mediante la ayuda del Espíritu Santo, y que como seguidores
de Cristo vamos a triunfar sobre los poderes de las tinieblas.
Al igual que Pablo debemos orar por nuestros amigos: «Día y noche le suplica-
mos que nos permita verlos de nuevo para suplir lo que le falta a su fe» (1 Tes. 3: 10).
Nuestro gozo y esperanza deberían cifrarse en esperar que aquellos que Dios ha colo-
cado en nuestra vida obtengan la victoria en Jesús. Nada es más importante que la
preocupación porque los demás se salven. La misma debería mostrarse en nuestras
oraciones, pensamientos y acciones.
Te pido que pienses en quienes amas y aprecias. ¿Qué sería de la vida sin ellos?
¿Qué sería del cielo sin ellos? ¿Qué estás haciendo con el fin de asegurarte que ellos
formen parte del cuerpo de Cristo? Mientras obramos, la tendencia es a pensar
mayormente en nuestra propia salvación. ¿Acaso esto no es algo egoísta? Debemos
obrar y animar a los demás para que permanezcan fieles. Al hacerlo, Dios resolverá
nuestros problemas. ¡Debemos preocuparnos por nuestros hermanos y hermanas!
PARA COMENTAR
En Éxodo 32: 32 Moisés le pidió a Dios que lo destruyera a él y no al pueblo de
Israel. ¿Por qué? ¿Es ese el amor fraternal que Pablo les predicó a los tesalonicenses?
Motiva tu respuesta.
Robert Dabney Jr., Collegedale, Tennessee, EE. UU. 23
9. viernes
13 de julio Exploración Eclesiastés 4: 9-12
Una cuerda con tres hilos
PARA CONCLUIR
Todos reconocemos el valor que representa tener buenos amigos, aunque no
deberíamos olvidar lo necesario que es integrar a Cristo en dichas relaciones. Es
cierto que dos cuerdas son más fuertes que una, pero si añadimos un último ele-
mento, una tercera cuerda representada por Jesús; el lazo será mucho más fuerte.
Debido a eso, es importante que en forma intencional establezcamos relaciones con
aquellos que están en busca de Cristo al igual que nosotros. Debemos buscar a
aquellos que tienen los mismos objetivos y deseos que él ha colocado en nosotros.
CONSIDERA
• Redactar una oración pidiéndole a Dios que ponga en tu vida amigos que te
acerquen más a él. Coloca dicha oración en tu Biblia y elévala a menudo.
• Dibujar o pintar un cuadro que represente la idea de que una cuerda con tres
elementos no se rompe con facilidad. Muestra a Cristo como la hebra central
que une a las demás.
• Ponerte en contacto con algunos amigos con el fin de iniciar estudios bíblicos
o un grupo de discusión. Eso no solamente te ayudara a conocer mejor a Dios,
sino que te pondrá en contacto con otras personas que persiguen los mismos
objetivos que tú.
• Pensar en las amistades que han sido más significativas para ti, tomando en
cuenta las razones principales en las que apoyas tus juicios.
• Enviar un mensaje de correo electrónico, o una carta, a un amigo o amiga de
quien hace tiempo que no sabes. Si no recuerdas ningún nombre, pídele a
Dios que te ayude a identificar alguno. Si pides con fe, él te ayudará.
• Evaluar tus amistades con el fin de determinar qué papel desempeña Dios en
dichas relaciones. En caso que él no constituya el elemento central en dichas
relaciones, ¡quizá haya llegado el momento de reajustar tus prioridades!
• Orar para que Dios coloque a alguien en tu vida que necesite a un amigo o
amiga consagrado o consagrada. Trata de mantenerte en unión con el Señor,
de forma que puedas presentar un testimonio de tu fe en Cristo a algún amigo
o amiga.
PARA CONECTAR
Proverbios 17: 17; 18: 24; 27: 17; Hijos e hijas de Dios, p. 28; El discurso maestro de
Jesucristo, pp. 192, 193.
Edición facilitada por:
Allison Sauceda, Centerville, Ohio, EE. UU. RECURSOS ESCUELA SABATICA ®
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