Ana y sus amigos Iker y Paula se quedan tristes cuando el padre de Iker cancela su viaje a París y Disneyland. Sin embargo, Manolo, un anciano amigo de la familia, se ofrece a acompañarlos. En Disneyland, Manolo entra en una tienda mágica donde se convierte en un niño. Pasa el día disfrutando de las atracciones con los niños antes de volver a su edad al salir del parque.
2. Amanecía un nuevo día en Gasteiz, el sol se despertaba para dar todo su
calor.
Ana se despertó sobresaltada de su cama, se dirigió a darse un baño
mientras cantaba su canción favorita. Estaba encantada porque al fin
llegaban las vacaciones.
Ana es una niña de 13 años, su pelo es castaño y ondulado, suele llevar
dos trenzas, sus ojos son azules como el mar, es alta y esbelta. Ella es
amable y divertida, le gusta patinar.
El padre de Iker les había prometido a Iker, Paula y Ana que les llevaría a
París y a Disney Land, así que Ana y sus amigos estaban deseando que
llegara ese día. Ana empezó a sacar ropa del armario para hacer la
maleta.
Un día antes de partir, el padre de Iker llamó para decir que él no podía
ir, porque le había surgido un trabajo urgente. Ana se quedo triste, su
madre le recordó que le tocaba ir a visitar a Manolo, un antiguo vecino.
Se levantó y pensó que salir a la calle le sentaría bien.
Manolo tenia 83 años, era de estatura normal para su edad estaba muy
jovial, era muy moderno iba siempre vestido de roquero, tenia unas
grandes gafas sobre su nariz y para su edad era muy marchoso.
Al entrar en la residencia, enseguida lo vio, Ana fue corriendo y se echó
en sus brazos, Manolo le dijo:
-¿Qué te pasa Ana?
Ella le contó lo que le ocurría mientras sus ojos desprendían abundantes
lágrimas.
-No te preocupes ya buscaremos una solución-dijo Manolo.
Él se ofreció a ir con los chicos, a Ana le pareció una buena idea, y fue
rápidamente a contárselo a sus amigos, a ellos también les pareció una
gran idea ya que confiaban en Ana y tenían muchas ganas de ir.
Fueron en tren hasta París, el paisaje era verde, y se veían unas grandes
montañas a lo lejos. A Ana le encantó, porque le gustaban mucho las
cosas diferentes. Pasaron toda la noche en el tren, pero se lo pasaron
muy bien jugando todos juntos. Por el altavoz anunciaron que ya habían
llegado a París.
3. Al salir de la estación cogieron un taxi, el conductor les saludo
diciéndoles
“bonjour” A lo que ellos respondieron igualmente, él les llevo al hotel.
-¡Este lugar es inmenso!-dijo Iker
Paula y Ana se instalaron en una habitación y Manolo e Iker en otra.
Las
habitaciones eran amplias y elegantes, más tarde, bajaron a cenar y
pronto
se acostaron para descansar.
En los días siguientes visitaron París,estuvieron en el Louvre, el arco
del Triunfo y se subieron a la torre Eiffel,
Les gusto mucho, porque desde allí se veía todo París. También
pasearon por el río Sena, en una barca que
atravesaba muchos puentes en su largo trayecto, mientras el guía les
daba todo tipo de detalles de lo que
veían.
Más tarde fueron a comprar “souvenirs”. A las chicas les gustaron Mucho
unas parisinas y unos perfumes, así que decidieron comprarlos.
El último día fueron a Disney Land. Al entrar todo les pareció precioso,
sus personajes favoritos estaban cerca de ellos andando de un lado para
otro. Sus carrozas de colores pacían mágicas.
-¡Qué bonito!-exclamaron todos.
-¡Es precioso!-dijo Manolo ilusionado.
Los chicos se montaron en una atracción, mientras Manolo esperaba
debajo de ésta, algo llamó su atención, había una tienda de luces de
colores muy iluminada que le atraía hacia ella, se dirigió hacia allí y entró.
Dentro vio a un hombre, la luz se reflejaba en su rostro y le daba un
aspecto fantasmal.
Manolo miró a su alrededor y se puso delante de un espejo, el hombre le
preguntó qué deseaba, él le contestó que algo especial le había llevado
hasta allí.
-Ya entiendo-le dijo el hombre, tú eres el elegido de hoy.
Manolo no entendía nada. El hombre le dijo que por un día volvería a
ser
niño.
Manolo contestó:
4. -¡Bah! Eso no puede ser.
-Aquí no hay nada imposible,aprieta ese botón que está junto al espejo,
el obedeció,al instante su cuerpo
empequeñeció y volvió a ser de nuevo un niño.
-¡Eureka! Esto es magia y no lo que se ve por ahí-dijo Manolo.
El hombre le comentó que cuando saliera de Disney Land todo volvería
a ser como antes.
Manolo salió de la tienda dando saltos de alegría, mientras decía:
-Merci, merci.
Volvió a buscar a los chicos, que estaban allí esperándole.
-¿Donde se habrá metido Manolo?-preguntó Paula.
-Por aquí no se ve-contestó Iker.
Manolo avanzó hacia ellos y les dijo:
-¡Hola chicos!
-¿Quién eres tú?- le preguntó Ana.
-¡Soy Manolo!- exclamó.
-¡Como puede ser eso verdad! Antes eras mayor y ahora eres un niño
como nosotros-le dijo Iker.
Él les contó lo que le había pasado, la emoción les paralizo por un
momento.
-¡Es fantástico!- grito Paula.
-¡Increíble pero cierto!- exclamó Ana ilusionada.
-¡Es la magia de Disney Land!- dijo Iker.
-Vamos chicos, que hay que disfrutar a tope- dijo Manolo.
Se montaron en todas las atracciones, Manolo se lo pasaba genial, más
incluso que sus amigos.
Después fueron a la zona de juegos.
-Yo era muy bueno en tirar a la diana ¿probamos?- dijo Manolo.
-Vale-dijeron los demás.
En tres tiradas les habían tocado tres peluches que los niños abrazaban
con cariño.
-Eres genial Manolo- le dijeron los niños.
-Tengo hambre- dijo Paula.
Manolo propuso celebrarlo con una gran pizza, finalizando con una tarta.
Al llegar al postre, Paula empezó a tirársela a sus amigos, ellos la
imitaron y acabaron la batalla llenos de nata por todo el cuerpo.
5. Seguidamente fueron a lavarse, el día ya llegaba a su fin, ya iban a
cerrar el parque.
-Lo he pasado genial ¿vosotros?- dijo Manolo.
-Nosotros también, encantados de haber disfrutado esta aventura
contigo.-respondieron los niños.
Justo cando salían de Disney Land Manolo se convirtió en el anciano que
era.
Él les hizo un guiño de complicidad y les dijo:
-La magia existe, está ahí, sólo hace falta encontrarla.