1. CONCLUSIÓN
No importa el género, el color de piel, la situación física o económica, todos
y todas merecemos los mismos derechos y la ley debe respetarlo, ya que
por el simple hecho de estar aquí y tener las características de un ser
humano debemos ser respetados y tratados como a la demás gente, no
debe existir distinción en las comunidades ni en los pueblos
indígenas, todos sentimos y nos afecta lo que le pase a nuestro
planeta, debemos contribuir como sociedad a debatir la ignorancia y el
maltrato físico y psicológico que se les da a estas personas, ellos también
sienten, no debemos ser injustos, las comisiones de derechos
humanos, por su parte, debería cumplir sus leyes para brindar a toda la
gente la misma seguridad, los mismos valores y sobre todo “el mismo trato”.