7. PINTURA : ELS PINTORS FLORENTINS – ROMANS ( Escola romana )
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9. LEONARDO da VINCI Autoretrat (1512) (333 x 213 mm) Biblioteca Reale, Turín Home de Vitrubi (1492) (343 x 245 mm) Gallerie dell'Accademia, Venice
10. LEONARDO I LA CIÈNCIA Estudi de l’embrió humà (1510-1513)
11. LEONARDO I LA ENGINYERIA Ballestes. Biblioteca Ambrosiana, Milà
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13. Leonardo da Vinci L’Anunciació (1472-1475) Oli sobre taula (100 x 221 cm) Galeria degli Uffizi. Florència N'hi ha molt poca informació certa respecte a l'origen d'aquesta obra; se sap que és un dels primers encàrrecs que Leonardo va aconseguir, mentre era al taller de Verrocchio.
14. Composició semblant a la de Fra Angelico sobre el mateix tema, amb la Verge Maria asseguda o agenollada a la dreta. L’àngel s’acosta per l’esquerre, de perfil, amb rica vestidura, que flota, i ales aixecades.
15. Leonardo da Vinci Verge de les Roques (1483-1486) Oli sobre taula (199 x 122 cm) Museu del Louvre, París INTERPEL·LANT
16. Leonardo da Vinci Verge de les Roques (1495-1508) Oli sobre taula (189’5 x 120 cm) National Gallery, Londres EXTASIADA o CONTEMPLATIVA
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18. Leonardo da Vinci Santa Anna, la Verge i el Nin (1508) Oli sobre taula ( 168 x 130 cm) Musée du Louvre, París Anys després torna sobre el mateix tema.
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20. Leonardo da Vinci El Sant Sopar (1495-97, FITXA 80 ) tècnica mixta (460 x 880 cm) Convent de Santa Maria delle Grazie, Milà
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23. Abans de la restauració Després de la restauració
24. El Sant Sopar (còpia del de Leonardo da Vinci) Oli sobre llenç (418 x 794 cm) Museu da Vinci, Tongerlo
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42. Pas de la llum a les ombres en passos contigus, amb una transició imperceptible Crea l’sfumato (idea de difuminar-se, transpariència) L’element d’aquesta obra que causa admiració: el somriure Al fons apareix un paisatge Gioconda, Leonardo da Vinci
70. Rafaello Sanzio Retrat de dona jove (La Fornarina) (1518-19) Oli sobre taula (85 x 60 cm) Galleria Nazionale d'Arte Antica, Roma
71. Rafaello Sanzio Papa Lleó X (1518-19) Oli sobre taula Galleria degli Uffizi, Florència
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81. FITXA TÈCNICA Títol L'Escola d'Atenes Autor Rafael Sanzio (1483 - 1520) Cronologia 1510-1511 Estil Renaixement (Cinquecento) Tipologia Pintura al fresc sobre mur Material Morter de sorra i calç, pigments en aigua, mur Dimensions 500 × 770 cm Tema Actualització del coneixement clàssic Localització Sala de la Signatura, al Vaticà, Roma
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100. Detall de la dreta amb l'autoretrat del mateix Rafael amb gorro negre Estrabó / Zoroastre Ptolomeu Apel·les (Rafael) Protògenes (Perugino)
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110. COMENTARI: És un encàrrec del papa Juli II. Representa la saviesa clàssica en un ampli escenari, sota el qual i amb la fesonomia de diferents personatges renaixentistes, Rafael representa els filòsofs de l’Antiguitat en variades i actives actituds. En el punt de fuga, i al centre de l’escena, Leonardo representa a Plató, que assenyala, cap a dalt, el món de les idees. Al seu costat, Aristòtil ens indica, amb la seva mà, el món de la matèria, fent referència al valor de l’experiència. Entre la resta de personatges es pot reconèixer a Miquel Àngel com Heràclit, a Bramante como Euclides i al mateix Rafael. Cosa que ens indica que l’autor vol mostrar que la categoria dels artistes moderns és comparable a la dels savis de l’antiguitat. El marc arquitectònic és immens i d’una gran profunditat. Rafael crea un espai a mode d’escenari, amb escalinata, arcs de triomf i voltes de canó, on queden perfectament emmarcats i centralitzats tots els personatges que conformen aquest fresc. Com a resultat, aconsegueix una composició de gran unitat, equilibrada i harmònica.
111. Rafaello Sanzio Expulsió d’Heliodoro del temple (1511-12) Fresc (base de 7’50 metres) Stanza di Eliodoro, Palau Pontifici, Vaticà
112. Rafaello Sanzio L’incendi del Borgo (1514) Fresc (base de 6’70 metres) Stanza dell'Incendio di Borgo, Palau Pontifici, Vaticà
113. Rafaello Sanzio La Batalla d’Ostia (1514-15) Fresc (base de 7’70 metres) Stanza dell'Incendio di Borgo, Palau Pontifici, Vaticà
114. Rafaello Sanzio La Batalla del Pont Milvi (detall, 1520-24) Fresc Stanza di Constantino, Palau Pontifici, Vaticà
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119. Leonardo da Vinci El episodio del estandarte de la batalla de Anghiari (1503-05) (còpia de Rubens, 1600) Leonardo da Vinci La Batalla d’Anghiari (1503-05) Oli sobre taula (85 x 115 cm) Formerly private collection, Munich
201. 1: Món celestial 2: Jutjats que ascendeixen al cel 3: Jutjats arrossegats als inferns 4: L‘ infern 5: Resurrecció dels morts 6: Ángels amb les tubes i llibres de la Vida i la Mort (del Bé i del Mal)
206. Àngels toquen les tubes per despertar els morts, dos d’ells sostenen el petit llibre de la Vida i el gran llibre de la Mort, segons descriu l’Apocalipsi (20, 12).
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209. Miquel Àngel Essent salvat en el Judici Final (autoretrat en la pell de Sant Bartomeu)
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213. Àngels amb les tubes i el llibre de la Vida o del bé Resurrecció dels morts i jutjats que ascendixen al cel
Una de las obras más importantes es la Gioconda, pintura que ha tratado de ser imitado en múltiples ocasiones, la modelo es aún un misterio, mas allá de eso causa admiración su sonrisa, elemento que es el más difícil de imitar, prueba de fuego para quienes quieran ser buenos pintores. Se aprecia también en su obra el esfumado, idea de esfumarse o trasparencia característico de la obra de Leonardo da Vinci, logrado a partir de la pintura de diversas capas. Es notable además el tratamiento que hace de luces y sombras, esto logrado en etapas diversas. De fondo, otro elemento característico de la pintura renacentista, la presencia de un paisaje de fondo.
En el Génesis (1, 19) se narra el episodio central de esta escena:"Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y caos y las tinieblas cubrían el abismo, pero el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas. Entonces dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz. Vio que la luz era buena y la separó de las tinieblas, y llamó a la luz día y a las tinieblas noche. Hubo así tarde y mañana: Día primero".La figura del Creador, en un sensacional escorzo, se afana en realizar la separación, ofreciéndonos Miguel Angel la superficie sobre la que hallamos a Dios dividida en luz y tinieblas. Viste una túnica rosácea, al igual que en la Creación de las plantas y los astros, donde observamos espectaculares reflejos lumínicos que convierten el color en blanco. Alrededor de la escena central encontramos a cuatro ignudis en variadas posturas rompiendo con la simetría de las primeras escenas. Las figuras desnudas sujetan los broncíneos medallones y las guirnaldas vegetales, exhibiendo una potencia anatómica de gran belleza, anticipando con sus escorzos el Manierismo y el Barroco. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
En el Génesis (1, 14-20) se nos narra de la siguiente manera la creación de los astros: " Después dijo Dios: "Haya luminares en el firmamento que separen el día de la noche,sirvan de signos para distinguir las estaciones, los días y los años, y luzcan en el firmamento del cielo para iluminar la tierra". Y fue así. Hizo, pues, Dios dos luminares grandes, el mayor para el gobierno del día y el menor para el gobierno de la noche, y las estrellas. Los colocó Dios en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, regular el día de la noche y separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. Hubo de nuevo tarde y mañana: Día cuarto". Este episodio del Génesis ha sido pintado por Miguel Angel en la zona derecha de la composición, presentándonos a Dios con las brazos abiertos creando con su dedo hacedor el sol y la luna, acompañado de un amplia corte de angelotes. En la zona de la izquierda hallamos una figura de espaldas que vuelve a ser Dios creando ahora las plantas según el Génesis (1, 11-14): "Dijo después Dios: "Produzca la tierra hierbas, plantas sementíferas de su especie y árboles frutales que den sobre la tierra frutos conteniendo en ellos la simiente propia de su especie". Y fue así. Produjo la tierra hierbas, plantas sementíferas de su propia especie y árboles frutales que dan fruto conteniendo en ellos la simiente propia de su especie. Y vio Dios que esto era bueno. Hubo de nuevo tarde y mañana: Día tercero". Algunos estudiosos han visto en la figura de espaldas al Caos en fuga o la Noche, siendo más correcta la interpretación de unificar los días tercero y cuarto de la creación en una sola escena, algo muy habitual en el mundo gótico.Las figuras que representan a Dios no pueden estar más escorzadas,mostrando Miguel Angel la fuerza divina de la creación a través de la potencia escultórica del hacedor.Los personajes flotan en el aire y las telas que visten se ciñen a su cuerpo para manifestar su potente anatomía, exhibiendo Buonarroti un soberbio dibujo. Tras la reciente restauración - limpiando el fresco de repintes posteriores y pegamentos adheridos - se puede apreciar la delicada gradación de los grises y violetas que afectan a la túnica del Creador, utilizando el foco del sol para proyectar luz en los rostros de Dios y los ángeles de su corte. Miguel Angel pintó esta escena en siete jornadas empezando por la esquina superior derecha. Los discos del sol y la luna fueron pintados directamente sobre el "intonaco" con un compás. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
En el Génesis (1, 19) se narra el episodio central de esta escena:"Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era soledad y caos y las tinieblas cubrían el abismo, pero el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas. Entonces dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz. Vio que la luz era buena y la separó de las tinieblas, y llamó a la luz día y a las tinieblas noche. Hubo así tarde y mañana: Día primero".La figura del Creador, en un sensacional escorzo, se afana en realizar la separación, ofreciéndonos Miguel Angel la superficie sobre la que hallamos a Dios dividida en luz y tinieblas. Viste una túnica rosácea, al igual que en la Creación de las plantas y los astros, donde observamos espectaculares reflejos lumínicos que convierten el color en blanco. Alrededor de la escena central encontramos a cuatro ignudis en variadas posturas rompiendo con la simetría de las primeras escenas. Las figuras desnudas sujetan los broncíneos medallones y las guirnaldas vegetales, exhibiendo una potencia anatómica de gran belleza, anticipando con sus escorzos el Manierismo y el Barroco. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
Las primeras pinturas de la Capilla Sixtina de Miguel Angel eran de 1509, como el profeta Zacarías. Ya entre 1510 y 1511 Miguel Angel se había metido con las escenas principales del Génesis, rematando la creación del hombre y la mujer. Los trabajos eran lentos y penosos, y Miguel Angel apenas contó con ayuda de sus discípulos. Además, el artista pretendía seguir trabajando en su proyecto faraónico para la tumba esculpida de Julio II. Este proyecto constituía el máximo interés del artista, pero Julio II no dejaba de presionarle para que terminara la Capilla Sixtina, que Miguel Angel odiaba por apartarle de sus tareas. Sin embargo, la obra por la que ha pasado a la fama de la Historia es sin duda este techo y la pared del altar, pintados al fresco con una maestría nunca más igualada. En la escena que contemplamos, el artista pinta a Dios emergiendo del caos confuso previo a su palabra, para separar las aguas de la tierra y de este modo crear el mundo por la sola acción del Verbo. Sin embargo, Miguel Angel traduce el efecto de la palabra en un gesto poderoso, en el que Dios separa ambas manos, cada una de ellas recipientes de poder, como si fueran dos mundos opuestos que han de ser arrojados cada uno a un lado del universo. Para hacernos una idea de la continuidad de las diversas escenas en el techo de la Sixtina, indicaremos que el hombre y la mujer presentes en la parte superior de la imagen son los mismos de la parte inferior de la Creación de Adán, por lo que podemos imaginar la estructura del techo. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
En esta imagen se mezclan y confunden dos métodos diferentes de pintar la figura humana: por una lado, tenemos los personajes de la escena central, vistos frontalmente según los códigos tradicionales de la pintura como una ventana a la realidad. Esta imagen debía verse desde el suelo, a varias decenas de metros de altura, totalmente en vertical. Rodeando el marco de este cuadro fingidamente sujeto al techo, tenemos otras figuras de mayor tamaño, vistos en escorzo, como si de alguna manera misteriosa fueran personas reales que se sujetan al techo y a las que podemos ver en diagonal y en relieve, distribuidas por todo el techo sin seguir las normas de representación de la perspectiva geométrica. Miguel Angel está planteando un trampantojo, una imitación de la realidad en el espacio pintado. Según su propuesta, en el techo de la Capilla Sixtina, los profetas, los ángeles y las sibilas están sosteniendo los cuadros que narran la historia sagrada para que nosotros los veamos. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
El Génesis (8; 20-22) recoge la historia narrada por Miguel Angel en el segundo compartimento de la Capilla Sixtina. Tras el diluvio "Noé levantó un altar a Yavé y tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras ofreció holocaustos sobre él. Yavé aspiró el agradable olor, diciéndose en su corazón : 'No maldeciré más la tierra por causa del hombre, porque los impulsos del corazón del hombre tienden al mal desde su adolescencia; jamás volveré a castigar a los seres vivientes como acabo de hacerlo' (...) Dios bendijo a Noé y sus hijos". En la escena se nos presenta al anciano Noé tras el altar mientras sus hijos hacen los sacrificios, destacando las escorzadas posturas de las figuras desnudas, cuyos movimientos anticipan el Manierismo. Buonarroti ha sabido interpretar el momento en el que Dios hace un nuevo pacto con la Humanidad, prefigurándose el sacrificio de la Cruz. La composición central está rodeada por cuatro ignudis en variadas posturas, sosteniendo los medallones fingidos y los festones vegetales. A los lados del Sacrificio de Noé hallamos a la Sibila Eritrea y el Profeta Isaías. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
Siguiendo al biógrafo Condivi, la escena del Diluvio Universal fue la primera que Miguel Angel pintó en la bóveda de la Sixtina. Las diferencias en la calidad de la ejecución entre las diversas partes del fresco indican que inicialmente el maestro se encontró con variadas dificultades en relación con la técnica y con los ayudantes que pensó en contratar, considerando más tarde trabajar en solitario para lo que se encerró en la capilla sin permitir acceder a nadie, aunque algunas manos sí trabajaron en este fresco como su buen amigo Granacci o Bugiardini. El Diluvio se incluye entre los episodios bíblicos inspirados en la vida de Noé al considerar a este patriarca como una prefiguración de Cristo. Su narración está inspirada en el Génesis (6-8) y Buonarroti nos presenta al fondo de la composición el Arca y una nave repleta de personas que intentan salvarse de las aguas. En la zona de la derecha la cima de un monte emergido sobre las aguas sirve de refugio a un grupo que se cubre con una tela a modo de tienda mientras que en la izquierda otro grupo de refugiados intentan su salvación, manifestándose todo tipo de reacciones en sus rostros: rabia, angustia, temor,piedad, egoísmo, amor, ... En la zona que ha perdido el enlucido se ubicaba, según Condivi, el rayo que caía sobre la tienda en forma de ira divina. Las figuras están en las más variadas posturas, predominando los violentos escorzos donde se demuestra la potencia escultórica del maestro, interesado por las fuertes anatomías y por el relieve aunque las recientes limpiezas han puesto de manifiesto que no elimina el color, muy variado y dinámico,ayudando a crear la sensación de tensión y dramatismo que requiere una escena de estas características. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
La embriaguez de Noé es la historia que se narra en el primer compartimento de la bóveda de la Capilla Sixtina, situándonos en la pared frente al altar. La escena se presenta en el centro del espacio, acompañada por cuatro ignudis que sostienen dorados medallones. Noé duerme borracho y desnudo junto a un gran tonel, escena que es contemplada con burla por su hijo Cam mientras Jafet cubre la desnudez del padre y Sam reprocha al burlador. En el fondo encontramos al patriarca sembrando la vid, considerándose que los efectos del vino son asociados al trabajo rural. Como en todo el conjunto, la composición se caracteriza por la potencia anatómica de las figuras desnudas, recordando a los relieves antiguos, lo que indica la mentalidad escultórica de Miguel Angel.Las iluminaciones son potentes, creando contrastes de claroscuro, obteniendo así una mayor intensidad dramática en la narración. La aparición de Noé en la iconografía está justificada por su papel como prefiguración de Cristo. Los ignudi refuerzan la idea del relieve al situarse en perspectiva ante la escena bíblica para crear un espacio fingido e inexistente, manifestando unas sensacionales posturas escorzadas. El desnudo de la zona inferior derecha se ha perdido por las filtraciones de agua que ha sufrido la capilla a lo largo del tiempo. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
Judit y Holofernes En las esquinas de la Capilla Sixtina encontramos cuatro grandes pechinas que tienen como temática común las Milagrosas salvaciones de Israel, identificándose con la cristiandad. Los cuatro asuntos son los siguientes: David y Goliat, la Serpiente de bronce, el Castigo de Amán y Judith y Holofernes. Los especialistas consideran que las más lejanas - las escenas de Judith y David -a la pared del Juicio Final serían las más antiguas, ejecutadas por Miguel Angel en 1509 mientras las dos más cercanas - el Castigo y laSerpiente - serían de los últimos años de ejecución, considerándose la fecha de 1511.La escena que contemplamos recoge la decapitación del general asirio Holofernes por mano de Judith, bella y virtuosa viuda de Betulia. La mujer se trasladó, con el consentimiento de los jefes de su pueblo, al campamento enemigo donde Holofernes se prendó de su belleza y sabiduría, permitiéndole todo cuanto pedía. Con motivo de un banquete al que acuden todos los generales, Judith es invitada,apareciendo con sus mejores galas lo que provocaría una mayor admiración del militar. Holofernes y Judith se quedan solos en latienda; aprovechando la viuda la embriaguez del asirio, le corta la cabeza y con la ayuda de su aya, portan el trofeo hasta Betulia donde es colocado en las murallas, motivando la desbanda del ejército invasor al conocer la pérdida de su jefe. Miguel Angel ha elegido el momento en que Judith coloca la cabeza de Holofernes en la bandeja de plata y procede a cubrirla con un paño, considerándose que la cabeza del general sería un autorretrato del pintor. Las dos figuras se ubican en el centro de la escena mientras que al fondo observamos el cuerpo yacente del general, en una postura totalmente escorzada donde se destaca la potencia anatómica de su cuerpo. Al final de la pared donde se recortan las figuras de las mujeres hallamos un extraño personaje identificado con un soldado durmiendo. El momento de tensión ha sido interpretado a la perfección por Buonarroti, creando una escena de intensidad dramática gracias a los efectos lumínicos y al movimiento de los personajes. Los colores están estudiados con especial interés al vestir a la doncella de amarillo - color emblemático de la Iglesia - y a Judith de blanco como símbolo de pureza, creándose en sus vestidos sombras coloreadas que parecen anticipar al Impresionismo. Esos pesados ropajes que visten las damas intentan ocultar la anatomía de sus cuerpos, tratándose de figuras amplias y escultóricas, inspiradas en la estatuaria clásica que Miguel Angel tanto admiraba a través de Donatello. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
El Castigo de Amán y la Serpiente de bronce son las historias que recogen las pechinas situadas en la pared del Juicio Final, frente a Judith y Holofernes y David y Goliat. Los especialistas consideran a las primeras como realizadas en último lugar, fechándolas en 1511, interesándose Miguel Angel en toda la serie por el movimiento y el dramatismo del momento, sin perjuicio del color. La escena que contemplamos está inspirada en el texto bíblico de Esther. Mardoqueo tuvo un sueño en el que se le mostró de forma simbólica el peligro y la liberación que iba a pasar el pueblo judío. Mardoqueo descubrió al rey Asuero por medio de la bella Esther una conspiración de los eunucos patrocinada por Amán, el primer ministro. Amán se propuso exterminar a los judíos y logró un decreto del rey para obtener su objetivo pero Mardoqueo, valiéndose una vez más de Esther, consiguió cambiar la opinión de Asuero y fue el ministro Amán el condenado al patíbulo. Miguel Angel recoge en la pechina tres momentos de la historia: a la derecha el rey Asuero mandando venir a Mardoqueo para ofrecerle una recompensa; a la izquierda el consejo celebrado por el rey para castigar a Amán, y en el centro el castigo de Amán, clavado en una cruz aunque en la Biblia se habla de su ahorcamiento. Algunos especialistas consideran que esta escena tiene una alusión directa a las intrigas cortesanas que se daban a menudo en la corte pontificia. Lo más significativo del conjunto es el escorzado movimiento de las figuras, especialmente Amán y Asuero en su lecho, destacando la potente anatomía de las figuras desnudas inspiradas en las estatuas clásicas, aludiéndose al grupo helenístico del Laoconte. La tensión y el dramatismo de cada uno de los momentos también ha sido sabiamente interpretado por Buonarroti, demostrando que su maestría no se limita exclusivamente al dibujo sino que se acompaña con la armoniosa distribución de la luz y el color en el espacio para crear efectos dramáticos, reforzados por las expresiones y gestos de sus figuras. La unión de las tres escenas a través de elementos arquitectónicos recuerda al Quattrocento, concretamente a Masaccio de quien Miguel Angel aprendió más que con su verdadero maestro, Ghirlandaio. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
En esta pechina de la Capilla Sixtina se recoge la historia bíblica (Números, XXI) de la Serpiente de bronce. Desanimado en su marcha por el desierto de Transjordania, el pueblo israelita "habló contra Dios y contra Moisés" lo que provocó la ira divina y el castigo en forma de plaga de serpientes que picaban mortalmente. El arrepentimiento de los hebreos motivó la ejecución de una serpiente de bronce que por mandato de Yavé colgaron de un árbol; todo aquel que había sido picado por las serpientes se curaba al mirar a la de bronce. En este episodio se ha querido ver una prefiguración de la cruz que cura a quien la contempla, refiriéndose alegóricamente a los herejes que intentan convertirse. Miguel Angel nos ofrece un momento de máxima tensión a través de poderosas figuras escorzadas que preludian el Infierno del Juicio Final, mostrando un intenso movimiento en todas ellas. Los personajes de la zona derecha se retuercen de dolor, intentando quitar los reptiles de sus cuerpos mientras que en la zona izquierda encontramos a los que dirigen su mirada a la serpiente de bronce colgada en el árbol. Las figuras están inspiradas en esculturas clásicas, concretamente el grupo del Laoconte, exhibiendo sus potentes anatomías a través de sus cuerpos desnudos o de sus ceñidos vestidos,creándose una intensidad dramática difícilmente superable. La potencia de la escena no está reñida con una acertada distribución del color y la luz, intensificando aun más el momento gracias a los juegos de claroscuro. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.
David y Goliat En la pechina derecha de la pared frente al Juicio Final encontramos esta famosa escena bíblica (I Samuel, 17) donde el joven David vence al gigante Goliat en combate al noquearle con una piedra lanzada con su honda. El momento elegido por Buonarroti es la decapitación de Goliat con su propia espada, escena contemplada por varias figuras en el fondo, desproporcionadas en relación con David y la perspectiva tradicional. El episodio está cargado de acción y movimiento al recurrir a dos figuras escorzadas de gran potencia anatómica, recortadas ante la tonalidad blanca de la tienda de campaña que sirve de fondo. La intensidad dramática del momento se refuerza con la iluminación empleada al crear contrastes de luz y sombra que recuerdan a Leonardo, destacando la intensidad de las ropas de ambos contendientes. Genios de la Pintura (c) 1999 Ediciones Dolmen S.L.