El documento describe cómo el lenguaje permite compartir ideas y expresar pensamientos a través de elementos vocálicos como la conversación y elementos no vocálicos como gestos y movimientos corporales. Explica que la comunicación efectiva requiere cooperación, coherencia y considerar el contexto social. Además, señala que aunque el aprendizaje del lenguaje es complejo, los humanos lo van mejorando desde la infancia a través de la imitación, sujetándose a normas gramaticales, psicológicas y socioculturales.

1. En cuanto a hablar refiere, sabemos que mediante ésta acción logramos dar a
entender nuestras ideas, así como, compartir las mismas. Todo cuanto
pensamos y expresamos requiere de la lengua, puesto que no solo sirve para
informar, sino que interviene en una amplia gama de proceso, tales como:
aspectos fisiológicos, psíquicos, lógicos, culturales, etc.
Lo maravilloso del lenguaje radica en las formas que empleamos para poder
darnos a entender, en donde utilizamos elementos vocálicos, la
comunicación como tal y elementos no vocálicos, las posturas y movimientos
corporales.
Cualquier gesto o movimiento es fundamental en la comunicación diaria,
puesto que nos permite expresar una variedad de sentimientos. Sin embargo,
es complicado descifrar lo que realmente el individuo trata de transmitir,
debido al sin número de movimientos que el cuerpo puede llevar a cabo.
A más de eso debemos tomar en cuenta que depende del ambiente en el que
nos encontremos para asociar o diferenciar nuestras actitudes con respecto a
lo que los demás pueden interpretar.
Ahora retomando lo que refiere a elementos vocálicos, podemos encontrar la
conversación, la cual nos permite describir o enunciar algún hecho. Para que
la conversación se lleve de una manera efectiva, es necesario la presencia del
principio de cooperación, debe ser coherente y sistemático. El principio de
cooperación va ligado a tres categorías de calidad, cantidad y relación.
Si bien es cierto el aprender hablar es un proceso complejo, es una actividad
por así decirlo que la vamos aprendiendo y mejorando desde el momento en
el que nacemos, puesto que desde pequeños tenemos un mecanismo de
imitación, por tal los bebés siempre tratan de repetir los sonidos de su
entorno. Pero este proceso de aprendizaje debe irse sujetando a ciertas
normas, no solo gramaticales sino psicológicas y socioculturales.