1. LEYENDAS MAYAS Los mayas conocieron desde el tercer milenio a. C. como mínimo un desarrollo astronómico muy polifacético. Muchas de sus observaciones han llegado hasta nuestros días (por ejemplo un eclipse lunar del 15 de febrero de 3379 a. C.) y se conocían con gran exactitud las revoluciones sinódicas de los planetas, la periodicidad de los eclipses etc. El calendario comienza en una fecha cero que posiblemente sea el 8 de junio de 8498 a. C. en nuestro cómputo del tiempo, aunque no es del todo seguro. Los mayas tenían además un año de 365 días (con 18 meses de 20 días y un mes intercalado de 5 días)
3. COORDINACIÓN DE LOS DOS CALENDARIOS MAYAS COORDINACIÓN DE LOS DOS CALENDARIOS MAYASCon el fin de coordinar los calendarios civil y ritual, LOS MAYAS observaron que 52 años de 365 días suman el mismo número de días que 73 períodos de 260 días o sea 18,980 días lapso al que se le ha llamado “RUEDA CALENDÁRICA”, que era muy importante para LOS MAYAS, al contrario de LOS AZTECAS que creían que cada 52 años se acabaría el mundo por lo cual inventaron LA CEREMONIA del descenso del FUEGO NUEVO en el CERRO DE LOS HUISACHES.
4. Hunnabku HunnabKu, es el principal Dios Maya, "Dios Uno” considerado el centro de la galaxia, y a su vez, el corazón y la mente del creador. Este Dios Creador reúne los grandes opuestos cósmicos y su dualidad se representa en un símbolo que plasma la permanente evolución del ser humano. Se ubica como la Unidad en el centro del calendario Maya y los contrastes del símbolo evocan eras de oscuridad dando paso a los tiempos de luz. HunnabKu representa la eterna batalla entre la ignorancia y la conciencia, de la cual el espíritu humano emerge y florece. Si bien existían "esencias" menores, HunnabKu era el centro de todo, y hacia allí y a través del sol, dirigían su mirada al estudiar las estrellas.
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6. pawahtún "Cargador del Cosmos", se creía que eran uno y cuatro a la vez, cada uno sosteniendo una esquina del cosmos, razón por la que frecuentemente se muestran con los brazos en alto, en actitud de cargar. En ocasiones sostiene una planta de lirio acuático o la flor de ésta puede aparecer como parte de su tocado. También se le representó con un caparazón de tortuga en la espalda. Se le ha identificado con el Dios Mam (Abuelo) de las tierras altas de Guatemala y con los cuatro Bacab’ (El Primero de la Tierra) de los Yucatecos. De esos Dioses tan frecuentemente mencionados en fuentes primitivas, pero tan insuficientemente explicados, dice el obispo Landa: –"Entre la muchedumbre de dioses que esta gente adoraba, adoraban cuatro llamados Bacab cada uno de ellos. Éstos, decían eran cuatro hermanos a los cuales puso Dios, cuando crió el mundo, a las cuatro partes de él sustentando el cielo (para que) no se cayese. Decían también de estos Bacabs que escaparon cuando el mundo fue destruido por el diluvio. Ponen a cada uno de éstos otros nombres y señálanle con ellos a la parte del mundo que dios le tenía puesto (de) teniendo el cielo y aprópianle una de las cuatro letras dominicales [cargadores de año] a él y a la parte [en] que está”.
8. Ixchel Deidad femenina, igual que la Luna (U’ o Uh), a la cual estaba íntimamente asociada, era un ser multifacético. Sus imágenes la muestran como una mujer joven (Luna Creciente) o como una anciana (Luna Menguante). Era patrona de los oficios característicos de su género, especialmente los relacionados con la concepción, el embarazo y el parto, pero igualmente era deidad de la medicina, los textiles, la pintura, las aguas, el arco iris, la fertilidad de la tierra y la noche. Como Diosa Vieja también tenía un aspecto destructivo que provocaba catástrofes e inundaciones
9. Kamanek Es una deidad astronómica de faz profusamente adornada, labios gruesos y grandes orejeras y se la relaciona con la Estrella Polar. Su jeroglífico es una cabeza de labios gruesos de los que salen dos líneas de puntos hacia arriba terminando en un pequeño círculo colocado en la frente. Dador de luz al ser señor de la estrella del norte, neutral en los conflictos de las demás deidades; cuida y guía a los comerciantes y mensajeros en sus largos viajes hacia otros pueblos.
10. La creación del mundo Antiguamente, no había sobre la tierra ningún hombre, ningún animal, ni árboles, ni piedras. No había nada. Esto no era más que una vasta extensión desolada y sin límites, recubierta por las aguas. En el silencio de las tinieblas vivían los dioses Tepeu, Gucumats y Huracán. Hablaban entre ellos y se pusieron de acuerdo sobre lo que debían hacer. Hicieron surgir la luz que iluminó por primera vez la tierra. Después el mar se retiró, dejando aparecer las tierras que podrían ser cultivadas, donde los árboles y las flores crecieron. Dulces perfumes se elevaron de las selvas nuevas creadas. Los dioses se regocijaron de esta creación. Pero pensaron que los árboles no debían quedar sin guardianes ni servidores. Entonces ubicaron sobre las ramas y junto a los troncos toda suerte de animales. Pero éstos permanecieron inmóviles hasta que los dioses les dieron órdenes: -Tú, tu irás a beber en los ríos. Tú, tu dormirás en las grutas. Tu marcharás en cuatro patas y un día tu espalda servirá para llevar cargas. Tú, pájaro, vivirás en los árboles y volarás por los aires sin tener miedo de caer.
11. Los animales hicieron lo que se les había ordenado. Los dioses pensaron que todos los seres vivientes debían ser sumisos en su entorno natural, pero no debían vivir en el silencio; porque el silencio es sinónimo de desolación y de muerte. Entonces les dieron la voz. Pero los animales no supieron más que gritar, sin expresar ni una sola palabra inteligente. Entristecidos, los dioses formaron consejo y después se dirigieron a los animales: - Porque ustedes no han tenido conciencia de quiénes somos, serán condenados a vivir en el temor a los otros. Se devorarán los unos a los otros sin ninguna repugnancia. Escuchando eso, los animales intentaron hablar. Pero sólo gritos salieron de sus gargantas y sus hocicos. Los animales se resignaron y aceptaron la sentencia: pronto serían perseguidos y sacrificados, sus carnes cocidas y devoradas por los seres más inteligentes que iban a nacer.
12. La luna Quetzalcóatl, el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por el mundo en figura de hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre. Pero todavía siguió caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos. Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí descansando, cuando vio a un conejito que había salido a cenar. -¿Qué estás comiendo?, -le preguntó. -Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco? -Gracias, pero yo no como zacate. -¿Qué vas a hacer entonces? -Morirme tal vez de hambre y sed. El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo: -Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí. Entonces el dios acarició al conejito y le dijo: - Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti. Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después el dios lo bajó a la tierra y le dijo: -Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.
13. el sol Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan. -¿Quién alumbrará al mundo?- preguntaron. Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo: -Yo me encargaré de alumbrar al mundo. Después los dioses preguntaron: -¿Y quién más? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquel oficio. -Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado. y él obedeció de buena voluntad. Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Después de cuatro días, los dioses se reunieron alrededor del fuego. Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin. entonces dijeron: -¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevió.
14. Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse Luego los dioses dijeron: -¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios, cerrando los ojos, se arrojó al fuego. Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se había echado al fuego, se avergonzó de su cobardía y también se aventó. Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron: -Por ahí aparecerá Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto. Nadie lo podía mirar porque lastimaba los ojos. Resplandecía y derramaba rayos por dondequiera. Después apareció Tecuciztécatl hecho Luna. En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna. Desde entonces hay día y noche en el mundo.
15. El guerrero que disparaba flechas a las estrellas Entre peñas, rocas y angostos cauces queda Yamalá, ciudad maya de gran riqueza.A la que la codicia destruyo con sus faucesy seca y agreste la hizo la naturaleza.Yamalá con el tiempo desapareció,más en el ambiente una historia quedó.Que de boca en boca en mito se convirtió.La historia de un gran guerrero enamoradoque de una joven maya quedo prendado.Y para esta leyenda poder confirmar,en roca, en relieve se llego a grabar.La imagen de un fornido guerrero,que rodilla en tierra y mirando al cielo.Apunta su arco al vacío estelar,queriendo con su saeta una estrella alcanzar.Ix-tab por nombre respondía,la joven de ojos castaños que 17 tenía.
16. Paso su ceremonia de la pubertad,y se hizo casadera pues lo decía su edad.Era tal su belleza que al sol llego a ofuscar.Muchos fueron los pretendientesde la hermosa y preciada flor de Yamalámás quedo como firma de alianzaprometida al señor de Tencoa.Más jamás ha entendido el amorde prebendas, órdenes y razón.Ella había quedado prendada de Hol-kan,Su gran guerrero, que la henchía de amor.Apuesto guerrero que la amaba por igual; Era un amor de dos con gran intensidad. Un día llegaron noticias aterradoraslos mexicanos se acercaban de forma arrolladora.Destruyendo, asesinando y saqueando;haciendo prisioneros para sacrificarlos.
17. El gran Hol-kan tenía el mando military la defensa de su ciudad hubo de encabezar.Despidiéronse mujeres y niños,DespidièronseHol-kan e Ix-tab.Muriéndose de pena la flor llego a jurar,que si moría o llegase a faltarsu alma al firmamento iría a volar.Haciéndose estrella alumbraría en la oscuridad. Eran muchos y con una gran desigualdadhizo que los guerreros no los pudieran parar.Quedo destruida Yamalá y la gente del lugar;Pocos supervivientes entre ellos Hol-kanY cuenta la leyenda que a las noches estrelladassubía el guerrero a las cimas buscando a su amadacon el carcaj lleno y su arma bien tensada.Apuntaba y disparaba a la más lejana estrella;pensando dar con su ansiada amada bellaMás en una ocasión, tan arduo fue su tesónque la flecha disparada el firmamento cruzó.Unos cuentan que un mal pasó que diole hizo despeñarse desde el murallón.Y su cuerpo en el fondo estrellado quedó.Más los lugareños y más viejos del lugarCuando en las noches de estrellas se ponen a hablardos estrellas muy juntas llegan a señalar, diciendo que el gran guerrero Hol-kan,al fin a la flor de Yamalá pudo encontrar.