Este documento trata sobre la ludopatía en Perú. Explica que el juego patológico tiene tratamiento aunque no es fácil, requiriendo atención de por vida. Los tratamientos pueden ser en grupo o individuales e incluir medicamentos o terapia psicológica. Solicitar ayuda es un paso importante hacia la recuperación, requiriendo apoyo de familia y amigos. También detalla las consecuencias personales, familiares, profesionales y sociales de este trastorno.
Tratamientos y consecuencias de la ludopatía en el Perú
1. LA LUDOATIA EN EL PERU
El juego patológico tiene solución, aunque hay que admitir que no
es fácil porque el tratamiento tiene que alcanzar muchas
esferas de la vida de la persona y esta es una enfermedad en
la que hay que estar controlándose durante toda la vida. Los
tratamientos pueden ser en grupo o individuales. En ocasiones,
la persona afectada puede tener que tomar algún medicamento
y, en otras, será un tratamiento sólo psicológico.
Lo que debemos tener en cuenta es que el mero hecho de que la
persona con el problema pida ayuda es un enorme paso hacia su
curación. En ese momento necesitará todo el ánimo y apoyo que
su familia y amigos le puedan dar. Este ánimo y apoyo pasan
por acompañarle a las sesiones de terapia, alabar sus progresos
y, lo que es muy importante, no hacer caso de sus recaídas
(para no apoyar la idea de que su problema no tiene solución).
Si usted es un familiar o amigo de un jugador patológico, no
dude en preguntar al profesional que esté tratando al enfermo
sobre qué puede hacer usted para ayudarle. Sobre todo
pregúntele qué es lo que no debe hacer.
Las consecuencias de este trastorno son diversas y afectan al
ámbito personal, familiar, profesional y social.
En el ámbito personal parecen obvios los graves problemas
económicos a los que se pueden llegar a enfrentar un jugador
patológico y su familia. Cuando los jugadores son hombres, una
vez agotados sus propios ingresos, suelen intentar buscar dinero
fuera de la familia, mientras que las mujeres suelen pedir
prestado el dinero a familiares. Por otro lado, pueden aparecer
otra serie de adicciones como alcoholismo o tabaquismo.
2. El jugador patológico puede cambiar su forma de ser:
desarrollar una depresión (con más frecuencia en mujeres que
en hombres) o altos niveles de nerviosismo, tensión y
agresividad. El jugador patológico puede tener pensamientos de
inutilidad, de culpabilidad, de que no vale para nada y de que lo
único que hace es crearse problemas él y a los que le rodean.
En ocasiones aparecen problemas como dolores de cabeza,
molestias en el estómago y dificultades para conciliar el sueño.
¿COMO PUEDO EVITARLO?
La forma de evitar que una persona desarrolle un
comportamiento de pérdida de control ante los juegos de azar
con apuestas económicas es educándola, previniendo y, en el
caso de que empiece, recibiendo tratamiento cuanto antes.
Como en cualquier conducta con implicaciones adictivas, lo mejor
sería no empezar nunca a jugar. Son muy importantes los
mensajes que los hijos reciben de sus padres sobre el juego. Si
nos oyen constantemente decir que ganar un gran premio podría
resolver todos nuestros problemas económicos, podemos estar,
sin quererlo, fomentando una futura conducta de dependencia
del juego. Es importante que los niños perciban en sus padres
una conducta de rechazo al juego o, en su defecto, que sepan
que con los juegos de azar siempre se pierde más de lo que se
gana. Debemos estar atentos a frases como "si gano todos me
van a admirar", "soy mejor porque he ganado", etc. el niño
debe entender que él sigue siendo el mismo antes de ganar y
después de ganar y que más que admirarle por ganar, sus
amigos deberían admirarle por como ha ganado, es decir, porque
ha sido un buen compañero, porque se ha esforzado más y se ha
preparado mejor.