2. Los estados y el plurilingüismo
El establecimiento de poderes políticos centralizados y preocupados
por extender su dominio sobre todas las regiones que se supone
dependen de su autoridad no siempre es compatible con el
mantenimiento de pequeñas etnias diseminadas sobre vastos territorios.
Las consecuencias lingüísticas Esta política es una de las
de esa relación de fuerzas son fácilmente causas del declive de las lenguas
percibibles. La ideología de los Estados regionales. En la mayoría de las
construidos alrededor de la dominación sociedades erigidas en Estados, una
e una nación apenas es favorable para la característica fundamental de la
abundancia de lenguas y para las concepción que se hace de las
tentaciones de dispersión que implica. bases de la unidad nacional es
construir estas últimas sobre la
unidad lingüística.
3. El Estado y el lingüicida
Los poderes políticos no se acogen a medidas que limitan el uso de las
lenguas minoritarias. A menudo no hacen nada por impedir una muerte que todo
anuncia como segura. Pero a veces van más lejos. Ocurre también que persiguen
las lenguas sin exterminar por ello a sus hablantes.
A veces, la empresa del lingüicida ha sido perpetrada por un grupo
dominante que pertenecía a la misma población de hablantes de origen. Por
ejemplo, el Acta sobre la educación adoptada por el Parlamento escocés en 1616
estipula que, en cada parroquia, las escuelas deberán generalizar el uso del
inglés y desterrar el gaélico-escocés, descrito como fuente de toda barbarie. En
consecuencia, «abolirlo y suprimirlo» de toda enseñanza.
4. El ejército
Es sabido que la mezcla de reclutas fue en Francia, bajo la
tercera República, si no lo fue desde la primera, cuando la Revolución
alistaba en masa para hacer frente a los peligros en las fronteras, uno de
los medios de difusión general del francés, por razón misma de la
asignación de las lenguas regionales, dialectos y patois, a un reducto de
idiomas de la intimidad.
Los medios de comunicación
El bombardeo sobre las masas que efectúa la radio y la televisión
expresándose en cualquiera de las lenguas de difusión mundial (inglés,
español, francés, portugués) sólo puede tener un papel deletéreo para las
lenguas tribales y regionales que están ausentes en ese bombardeo pero que
forman parte de la vida de los oyentes y espectadores.
5. La jerarquía de las lenguas
El imperialismo del inglés ocupa un lugar de privilegio entre los
factores de la muerte de las lenguas. Las causas económicas y sociales
deben tomarse en cuenta antes que todas las demás. Pero el inglés, que, al
ser la lengua de las sociedades más industrializadas, es el principal
beneficiario del choque entre comunidades cuando una es más fuerte que
otra.
El inglés norteamericano recoge para su beneficio todos los
frutos de la oposición cuasijerárquica, y cada vez más ruda en el mundo
de hoy, entre una lengua local reservada a las relaciones privadas y una
lengua internacional que tiene vocación de ser el vector de transacciones
comerciales a gran escala, y por lo tanto también de las ideológicas,
políticas y culturales.
6. La escuela anglófona de Norteamérica,
maquinaria de muerte para las lenguas
indias
La política de los gobiernos federales, en Canadá y Estados Unidos,
consistió, desde fines del siglo 19, en integrar en la escuela anglófona a las
comunidades indias, se había dicho explícitamente que el único medio de
«civilizar» a los niños indios era sustrayéndoles a la influencia «bárbara» de sus
ambientes de nacimiento, trasladándose a internados alejados de sus pueblos.
En todas las escuelas, ya fuesen federales, parroquiales o
establecimientos secundarios a escala local de una población, la utilización de las
lenguas amerindias estaba absolutamente prohibida, y toda infracción era
castigada de manera tan severa como humillante, incluso cuando los niños era
aún muy jóvenes. En ciertas zonas, este sistema aún existía a principios de los
años setenta.
7. Esta política, que llevaba a las familias indias a considerar que sus
lenguas vernáculas no tenían porvenir alguno y que la enseñanza de estas
lenguas no podía, pues, más que dañar a sus hijos, tuvo unos efectos
devastadores: en 1979 no quedaba en el sudeste de Alaska más que una sola
lengua atapasca, el cuchín, y una sola comunidad aleutiana, que tuviera todavía
hablantes niños; las lenguas esquimales, es decir el yupik y el inupiaq, estaban
en vías de desintegración; las investigaciones más recientes confirman que su
deterioro las conduce al borde de la agonía.
8. La presión política ejercida por lenguas
diferentes al inglés sobre «pequeñas»
lenguas
La política escolar de Francia y, en menor medida, de Portugal, en sus
imperios coloniales fue de asimilación. Y aunque no tuvo un efecto negativo sobre las
masas, sí repercutió en las élites, a veces ganadas por la tentación del unilingüismo en
beneficio de una lengua europea.
Otras lenguas diferentes al inglés, elevadas por ciertos Estados al estatuto de
lenguas oficiales, ejercen sobre las lenguas étnicas una presión temible. África ofrece
claras ilustraciones de esta situación. Contrariamente a lo que a veces se cree, el peligro
para las lenguas regionales y tribales de África ya no viene, hoy día, de las lenguas
europeas, como es el caso de Asia septentrional (ruso), de Centroamérica y América
del Sur (español), de Norteamérica (inglés) y de Australia (inglés).
Candelaria Viola Mirande .- 4° sec. A.