2. Erradicar la pobreza y reubicar a las poblaciones
que viven dispersas y lejos de servicios básicos
como clínicas, escuelas y templos religiosos son
los objetivos que el gobierno chiapaneco buscó
con las ciudades rurales sustentables.
3. El 4 de noviembre del 2007, la localidad de Juan del
Grijalva desapareció bajo un cerro que se desgajó sobre
el río Grijalva, a unas cuatro horas de San Critóbal de las
Casas. No dejó de llover en varios días, y el desastre
dejó 22 muertos y 1,740 habitantes damnificados.
El gobierno estatal decidió entonces construir la primera
ciudad rural sustentable en una zona aledaña y más
segura. La nombró Nuevo Juan de Grijlava. Inaugurada
en el 2009.
4. Al momento de la inauguración de la ciudad rural
sustentable, el gobierno estatal les había dicho a
los nuevos habitantes que no pagarían ni luz, ni
agua, ni impuestos; pero no se cumplió la
promesa.
5. Para fundar Nuevo Juan del Grijalva, los
habitantes construyeron sus propias viviendas
basados en una maqueta que el gobierno les
mostró. Las autoridades dicen que los pobladores
estuvieron de acuerdo con el diseño de la casa en
la que habitarían.
6. Mucha gente se sintió inconforme con esa nueva
forma de vida, y se quejaban de que las viviendas
de 60 metros cuadrados son demasiado
estrechas y que las divisiones para las
habitaciones los hacen sentirse encerrados.
7. En febrero del 2011, se inauguró
Santiago el Pinar, la segunda
Ciudad Rural Sustentable en
Chiapas.
8. Los suelos de esta tierra que se volvían lodo por la lluvia y
la humedad, y las paredes de madera con huecos y negras
por el humo de los fogones, desaparecieron de Santiago
el Pinar, municipio chiapaneco con uno de los índices de
pobreza más altos del país.
Viviendas pintadas de verde, rosa, amarillo y azul, que en
menos de 50 metros cuadrados juntaron dos
habitaciones, estancia y baño con agua
potable, electricidad y estufas de gas, sustituyeron el
paisaje que durante años fue reflejo de la miseria del
tercer municipio más pobre de México.
9. El proyecto implicó la remodelación y la mejora de 489
viviendas, la edificación de otras 465 nuevas, y el
establecimiento de escuelas, clínicas e iglesias.
Tras su inauguración, se introdujeron nuevas actividades
productivas como la cosecha de rosas, el procesamiento
y empaquetamiento de café, y una ensambladora de
carritos para la venta de hot dogs, frutas y elotes.
10. El gobierno estatal financió el 60% y el gobierno
federal, el 40%, de casi 400 millones de pesos.
Fundación Azteca, organización privada vinculada
a Televisión Azteca, la segunda cadena televisiva
más grande del país, también donó recursos.
11. Además de Nuevo Juan del Grijalva y Santiago el
Pinar, las autoridades chiapanecas lograron
inaugurar otra ciudad rural (Ixhuatán), una más
se quedó en construcción (Jaltenango), y dos más
quedaron sólo en proyecto (Soconusco y
Copainalá).
12. Hoy día, en Santiago El Pinar, menos de 20 familias
habitan esta aglomeración de 465 casas
nuevas, construidas con páneles de madera prensada y/o
tablarroca y techos de loseta de hormigón liviano. Los
demás se fueron porque hace diez meses no hay agua. La
constructora no pavimentó el camino que comunica a la
planta potabilizadora, hay un tanque arriba para darle
agua a la ciudad y una bomba, pero nadie sabe
manejarla, y por si fuera poco, el hospital no funciona las
24 horas.
13. Al cambiar el gobierno –salió Juan Sabines y entró
Manuel Velasco– cerraron la fábrica de triciclos
metálicos, sillas para escuela y carritos de
paletas, cuyos productos compraba el gobierno
estatal, quedando a deber cuatro quincenas a la
gente.
14. Las casas parecen abandonadas. Muchas están
invadidas de hierba, otras están saqueadas, con
las paredes rotas por ladrones que se llevan las
tarjas, lavabos y excusados. Parece un pueblo
fantasma.
Les dijeron que las casas deben durar entre 50 y
60 años, pero por las condiciones climática de la
zona –frío en invierno y calor húmedo el resto del
año– se estima que duren menos de 10 años.
15. Entre las observaciones y recomendaciones hasta
ahora ignoradas por las autoridades locales, el
relator especial de la ONU sobre el derecho a la
alimentación, Olivier de Schutter, consideró
indispensable realizar “una evaluación exhaustiva
de las experiencias de Nuevo Juan de Grijalva y
Santiago El Pinar antes de que se establezcan
más ciudades de ese tipo”.
Las cooperativas que encontró funcionando en las
localidades que visitó “son apenas viables debido
a la falta de capacitación adecuada sobre
comercialización y de apoyo adecuado para la
negociación de contratos con posibles clientes.
16. Esta CRS, que según medios locales costó 394
millones de pesos, es una de las más notables
obras de relumbrón que salpican el paisaje de los
Altos chiapanecos como ejemplo de que la
inversión en el combate de las causas
estructurales de la pobreza no es una prioridad
frente a la remodelación de plazas, grandes
auditorios, canchas techadas, palacios
municipales y locales comunales.