1. ACIENDO LA MASA INFERIOR
Primero los ingredientes:
150 gramos de Harina de trigo
Media cucharadita de levadura en polvo
40 gramos de azúcar
1 cucharadita de azúcar de vainilla (yo usé un poco de azúcar y esencia de vainilla, cuestión de
gustos)
100 gramos de mantequilla
Luego la elaboración:
Esto es lo más sencillo de toda la receta, como siempre, primero mezclamos la harina y la
levadura.
2. Bien, ahora que ya lo mezclaron, hay que formar una montañita y hacer un agujero en la
cumbre. Se pone el azúcar avainillado en el interior de nuestro volcán de harina, y la
mantequilla. ¡Ahora a amasar con ganas!
Dejadlo reposar un poco, yo os aconsejo que mientras reposa, adelanten trabajo. Yo
precalenté el horno y me puse con la siguiente parte de la receta. Pero yo seguiré contando
paso por paso.
Cuando la masa haya reposado hay que colocarla en un molde, a ser posible de los que se
abren por un lateral. Extendiéndola bien y pegándola al fondo, pinchadla con un tenedor
para que no se formen burbujas.
A continuación hay que meterla en el horno, unos 15 minutos. En la receta original no
ponía los grados, yo lo horneé a 180º que es lo que suele ser para las galletas.
HACIENDO LA CUBIERTA DE NUESTRA TARTA
Ahora vamos con los ingredientes para la pare superior:
3. 500 gramos de fresas-traviesas. (Yo no gasté tantas,
en mi casa no les gusta a todos encontrar cachitos de fruta, así que solo las usé para decorar,
así que es otra cosa que depende de gustos)
500 gramos de requesón. (Si no os gusta que tenga un sabor muy fuerte echad un poco
menos, pero tened en cuenta que entonces hay que echar un poco menos de nata o sabrá
mucho a esta)
Gelatina neutra. (Yo usé lo recomendado para medio litro, que en mi caso fueron 6 hojas, pero
si usan todo el requesón es mejor echar un poco más)
3 huevos, que vamos a separar en yemas y claras.(Procurad no romper las yemas porque
habrá que agregarlas de una en una)
La piel rayada de un limón y el zumo.
250 gramos de azúcar.
6 cucharadas soperas de agua fría.
1 cuarto de litro (250 ml) de nata líquida.
125 gramos de mantequilla
Yo seguí las instrucciones como aparecen redactados en el libro, pero tal como están
ordenados los pasos, parece un poco aparatoso. Así que voy a poner los pasos como a mí me
parece que hubiera ahorrado tiempo y lavados de varillas para batir. ¡Empecemos!
Primero ponemos la gelatina en las 6 cucharadas de agua, se irán hidratando y volviendo
viscosas. Las dejamos reposando, en 10 minutos estarán listas, que será el tiempo que
usemos para el siguiente paso. Reservamos.
Ahora batimos los 125 gramos de mantequilla con dos tercios de los 250 gramos de
azúcar poco a poco, hasta que haga espuma. A continuación, añadimos las yemas una a
una.
Batimos el requesón con el zumo y la ralladura de limón.
4. Batimos la nata, para montarla. Y ponemos a calentar la gelatina, no hace falta añadir
nada, simplemente ponedla al fuego en un cazo. Cuando se disuelva añadimos tres
cucharadas de la nata y el requesón batido. Reservamos.
Ya vamos llegando al final, batimos las claras a punto de nieve. Para los que no sepan, el
punto de nieve se consigue cuando la clara forma una espuma tan espesa que puedes
darle la vuelta al bol y no caiga. A las claras, con cuidado, le incorporamos la nata que no
hemos usado, cuando tengamos la mezcla lista, añadimos lo que hemos reservado, poco
a poco batiendo para respetar las claras.
Cortamos las fresas en cachitos, y los colocamos en el fondo. Hay que guardar un par de
fresas para decorar al final.
Añadimos la mezcla al molde con la galleta, mejor si el molde está tibio, porque la
mezcla la meteremos a continuación en la nevera. ¡Decorar y disfrutar!
¡Lista! ¡Ya tenemos nuestra tarta de fresas
traviesas y requesón!
¡Ah! Se me olvidaba, acordaros de añadir a todo esto:
Dos cucharaditas de hierba del amor
Y una pizca de ternura.
Espero que la disfruten tanto como yo. Después de probarla se me ocurrió que para darle
más sabor a la fruta que le ponemos, en vez de poner los cachitos dentro, triturarlos y batirlos
con la masa en el último paso. También se podría variar la fruta, tarta de queso con plátano,
por ejemplo. E incluso rallarle chocolate por encima, le dará un toque de sabor y de color.
La imaginación es el límite. El hada pastelera, ¡estaría orgullosa!