13. Gustave Flaubert: Madame Bovary Principales obras Año de Publicación Memorias de un loco 1838 Noviembre. Fragmentos de un estilo cualquiera. 1842 Madame Bovary 1857 Salambó 1862 La educación sentimental 1869 La tentación de San Antonio 1874 Tres cuentos 1877 Bouvard y Pécuchet (inacabada y póstuma) 1881 Correspondencia (Cartas a su amante Louise Colet entre otros. Escritas entre 1850-54. Póstuma) 1921
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16. Gustave Flaubert: Madame Bovary La primera parte acaba cuando ya se han casado, se van a mudar de Tostes y ella ya está embarazada. La segunda parte consta de 15 capítulos y comienza cuando se mudan. Emma Bovary ya se siente frustrada en su matrimonio pues casándose no ha conseguido lo que pretendía, ya que se ha casado con un simple médico vulgar y sus aspiraciones son mayores. Emma decide que va a conseguir lo que se propuso y, siguiendo el ejemplo de las mujeres de las novelas románticas que leía intenta serle infiel a su marido. Emma comienza una relación clandestina con Rodolphe, un hombre de acaba de conocer. Sin embargo al poco tiempo
17. Gustave Flaubert: Madame Bovary Rodolphe la abandona.. En esta segunda parte Emma ya tiene a su hija Berthe, la cual es puesta en manos de una nodriza que se encarga de su cuidado, y Emma no tiene relación con ella excepto en contadas ocasiones. La tercera parte, se divide en 11 capítulos y corresponde a la relación con su segundo amante, León, el cual termina abandonándola. Emma, frustrada y perseguida por sus acreedores por gastar más allá de sus posibilidades y por tanto, perseguida por sus deudas, decide quitarse la vida con arsénico.
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19. Gustave Flaubert: Madame Bovary Charles Bovary : Esposo de Emma. Graduado como oficial de sanidad, se traslada a un pequeño pueblo de la Normandía, Tostes, donde ejerce su profesión. Allí se casa, primero con una mujer mayor que él, y luego con Emma. Ésta acaba por dominarlo y someterlo a sus designios. El buen hombre es honrado y se resigna con poco: considera a su esposa una diosa, sin darse cuenta que ella le es infiel. Además su incompetencia no se reduce al ámbito de lo conyugal, también es un profesional mediocre: por su culpa provoca la gangrena en la pierna de un paciente, obligando a cortársela. Después de muerta su esposa, descubre toda la verdad.
20. Gustave Flaubert: Madame Bovary Muere sólo y en completa ruina. León Dupuis: Notario en Yonville. Allí conoce a Emma y simpatizan rápidamente, pues tienen gustos afines por las lecturas sentimentales y las evocaciones románticas. Sin posibilidad de que el amor se concrete, parte hacia Ruán a seguir estudiando. Allí se encuentra a Emma, tres años después. Viven un amor apasionado y loco que termina mal: él la abandona y se casa con una mujer "decente".
21. Gustave Flaubert: Madame Bovary Rodolphe Boulanger : Rico galán que tiene su castillo en los alrededores de Yonville. Es un hombre frívolo que seduce a Madame Bovary y la convierte en su amante. Cuando ella lo presiona para que se fuguen, él escapa dejando arruinada moralmente a Emma. Años después ella lo buscará para que la salve de otra ruina –la económica- . Él dice no tener tres mil francos. Emma lo maldice. Después de que ella muere, Rodolphe se encuentra con Charles. La escena es irónica. El burgués no pierde la compostura y no vacila en humillar, esta vez de frente, al médico arruinado.
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24. Gustave Flaubert: Madame Bovary Fragmento de le obra " [...]Emma, que le daba el brazo, se apoyaba un poco sobre su hombro, y miraba el disco del sol que irradiaba a lo lejos, en la bruma, su palidez deslumbrante; pero volvió la cabeza: Carlos estaba allí. Llevaba la gorra hundida hasta las cejas, y sus gruesos labios temblequeaban, lo cual añadía a su cara algo de estúpido; su espalda incluso, su espalda tranquila resultaba irritante a la vista, y Emma veía aparecer sobre la levita toda la simpleza del personaje. Mientras que ella lo contemplaba, gozando así en su irritación de una especie de voluptuosidad depravada, León se adelantó un paso.
25. Gustave Flaubert: Madame Bovary El frío que le palidecía parecía depositar sobre su cara una languidez más suave; el cuello de la camisa, un poco flojo, dejaba ver la piel; un pedazo de oreja asomaba entre un mechón de cabellos y sus grandes ojos azules, levantados hacia las nubes, le parecieron a Emma más límpidos y más bellos que esos lagos de las montañas en los que se refleja el cielo[...]”