Este documento presenta una introducción a los modelos de investigación, en particular el diseño de investigación-acción. Explica que este diseño implica un proceso reflexivo espiral donde el equipo investigador incorpora descubrimientos analíticos de forma progresiva. También discute el uso de herramientas cualitativas como entrevistas y observaciones para generar teoría basada en los datos recopilados en el contexto específico de estudio.
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II INTRODUCCIÓN
A LOS MODELOS DE INVESTIGACIÓN.
EL DISEÑO DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN.
Autora
Piera Orts, Ana
Diplomada en Investigación Operativa y Sistemas
Doctora en Ciencias de la Educación
Lugar de trabajo: HGUV
(Rev Enferm Cardiol 2002; 26:18-20)
Llegado el momento de iniciar un desarrollo vos hábitos de vida de nuestros pacientes en los
investigador, suele ocurrir que lejos de tener un treinta días siguientes al alta de la Unidad
objeto de estudio para mejorar una situación pun- Coronaria, entonces podremos diseñar un estudio
tual (estudios evaluativos) o para incrementar no experimental basado en la correlación de al-
nuestros conocimientos sobre una situación (es- gunos de los datos que cruzaremos a partir de
tudios descriptivos), lo que tenemos, no nos en- una encuesta cerrada que contemplará las varia-
gañemos, es nuestra intención de mejorar, apren- bles que nos indiquen modificación de hábitos y
der e introducirnos en esa red de investigadores observación por parte de los familiares, así como
que se consolidan, año tras año, como grupo de su efecto educador.
especialistas con posibilidades de ofrecer su opi- Pero si lo que decidimos es, además de este
nión en los enclaves profesionales. Pues bien, tipo de indagación, “contemplar” el papel de la en-
aunque lo lícito es enfrentarse a la investigación fermera de la Unidad Coronaria en su papel
cuando la necesidad lo requiere es de sentido asistencial y educador -por ejemplo-, entonces nos
pensar que el ser humano no procede de ese encontraremos con la conveniencia de diseñar un
modo, sino que primero decide investigar y luego estudio evaluativo que podremos desarrollar a tra-
busca el objeto de estudio, dado que nuestra for- vés de la investigación-acción, o con desarrollos
ma de entender el mundo suele girar, a menudo, cualitativos a partir de herramientas que nosotras
a partir de lo que aprendemos en los centros de mismas diseñemos.
formación universitaria y al sentido común, de las
cosas que aprendemos por experiencia, no le
solemos dar el valor de cambio social que efecti-
vamente tiene. Este hecho es lógico si atendemos
a que la sanción del profesional procede de la
institución universitaria y de ella procede también
todo formato investigador.
De este modo, se hace comprensible que, una
vez situados en el ámbito profesional con una cier-
ta resolución, dirijamos nuestro interés hacia la
investigación y lícito es también proceder hacia
ella buscando el objeto de estudio que más esti-
mule nuestra imaginación y atendiendo, sin lugar
a dudas, a aquellos aspectos que más llamarán
la atención a nuestros colegas en el momento de
efectuar la puesta en común en cualquier evento
que para ello se organice.
Bien pues busquemos un objeto de investiga-
ción, pero no seamos tan inocentes como para
pensar que todo vale, pues lo hueco ocupa es-
pacio pero no nos dice nada.
Si decidimos por ejemplo poner en marcha un
trabajo de indagación sobre la participación de los
familiares en el proceso de acomodación a nue-
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En ambos diseños lo que pesa sobre el forma- cida cuántos apartados, etapas o fases se anali-
to investigador es la función reflexiva de las per- zarán.
sonas investigadoras. Un pensamiento altamente Pero sigamos con el ejemplo del proceso de
independiente de campo, como se especifica des- acomodación a nuevos hábitos de vida de un gru-
de la psicología del conocimiento, supondría que po de pacientes nuestros en esos treinta días que
quien investiga recorre por partes y de modo se- nos hemos señalado en líneas atrás. Nos encon-
parado el objeto de su estudio. Un pensamiento traríamos con la opción de plantearnos una hipó-
altamente depediente de campo supondría que la tesis de trabajo -eso también se plantea en el
persona que investiga recorre la realidad que le ámbito etnográfico- o también un análisis previo
circunda en toda su complejidad, la observa, la de necesidad de datos que permitan el estableci-
analiza y la reconstruye teóricamente para dotar- miento de un marco teórico. Piénsese que si nos
la de una categorización que, puede que hasta planteáramos la necesidad de iniciar un programa
ese momento, no tuviera en formato escrito aun- de preparación para familiares y pacientes, ten-
que estuviese presente ante nuestros ojos con dríamos que partir de un tipo de conocimiento que
mucha antelación, alcanzando así a construir un nos permitiese orientar nuestras acciones. Este
conocimiento valioso de algo que estaba afectan- conocimiento lo podemos construir a partir de re-
do a nuestro trabajo pero que no había sido teni- sultados cualitativos que nos informen de la am-
do en cuenta. plia variedad de elementos que forman parte del
Si pudiera generalizarse, podríamos decir que proceso por el que pasará el paciente, su familia
el pensamiento independiente de campo, es alta- o cuidadores inmediatos y las enfermeras que
mente valioso, pero se mueve con mayor cohe- colaboren en el programa post-alta y que estará
rencia en un laboratorio, donde las variables se “encajado” bajo unas claves que identificarían el
contemplan en a prioris. El pensamiento depen- modelo de enfermería que ostente el equipo in-
diente de campo, igualmente valioso, se mueve vestigador, tales como los de Orlando, Travelbee,
con mayor consistencia en nichos ecológicos con Riehl o King(2) por citar algunos de los que “cua-
la participación de los integrantes del mismo. Pero drarían” con los diseños interaccionista-simbólicos,
no es tan sencillo, no podemos generalizar de ese o por citarlos con una terminología más próxima,
modo, precisamente por la capacidad del ser hu- con los diseños humanistas.
mano a adaptarse y porque la psicología de los Bien, pues ya tenemos la pregunta, o la nece-
grupos nunca “funciona” como la suma de las sidad de datos, o la idea preconfigurada que que-
psicologías de los sujetos. En el trabajo de equi- remos contrastar con lo que acontece en ese ni-
po las opiniones de todos servirán, dado que en cho ecológico singular que es nuestro Centro,
todo momento ejercerán su propia presión y nuestro modo de relacionarnos con los pacientes
obviarlos sería negar la acción de sentido que y sus familiares, incluso, por qué no, las propias
cada día configura la acción humana del grupo de condiciones de nuestras instalaciones y las áreas
trabajo. Este es el formato de pensamiento en el de población a las que atendemos.
que se mueven quienes investigan bajo la pers- ¿Que herramientas utilizaremos? Pues en el
pectiva humanístico-interpretativa. caso de la antropología enfermera, esas herra-
Tomaríamos, por ejemplo, el diseño de investi- mientas serán los cuadernos de campo, los do-
gación-acción ya muy extendido en enfermería y cumentos diarios, las historias clínicas, los regis-
cuya modalidad presenta una espiral reflexiva en tros enfermeros, los soportes gráficos de cada
la que se incorpora paso a paso todo descubri- espacio estudiado, las fotografías de nuestros
miento analítico que realice el equipo investigador. pacientes en situaciones particulares, las entrevis-
Por supuesto existen muchos más modelos de tas abiertas no estructuradas donde enfermeras,
investigación, pero este lo recogemos aquí por su pacientes y familiares expresen con libertad y
carácter adaptativo. amplitud sus opiniones y sus percepciones singu-
La tarea se organizaría en grupo y, poco a lares, etc. y las tecnologías serán los conocimien-
poco, configuraría un extenso dossier que pos- tos que nos permitan clasificar y reconstruir los
teriormente daríamos formato de informe de aspectos teóricos que se deriven de la indagación.
resultados una vez estimáramos que dispone- Entendiendo, eso sí, como tecnología los conoci-
mos de datos suficientes como para elaborar mientos, los modos de saber enfocar o de recur-
unas conclusiones valiosas para el grupo. Este sos a aplicar para cada particular metodología y
tipo de diseños que carecen de formularios atendiendo a los diferentes desarrollos investiga-
estandarizados permite la incorporación de dores y no simplemente considerar por tecnología
toda variable que detectemos a lo largo del los “aparatos mecanizados”, dado que el ser hu-
proceso de la espiral reflexiva, al tiempo que mano dispone de un buen “soporte de tecnolo-
se estructuran bajo un “guión” creativo y adap- gías” y conocimientos instrumentales de los que
tado al equipo investigador, que será quien de- se sirve para conjeturar y proceder intelec-
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tivamente. Pero eso ya entra dentro de los usos fermeras, pacientes y familiares cuando explican
del lenguaje que aquí nos excedería hacia otros sus sensaciones y sus reacciones); esto requiere
ámbitos. un esfuerzo reflexivo considerable.
Recogeremos pues los materiales y el grupo de Nos quedaría por hablar de aspectos como la
trabajo analizará, recogerá de los textos los ele- validez o la credibilidad de los estudios etno-
mentos singulares, extraerá y agrupará de las gráficos, pero eso ya vimos que se acompaña de
entrevistas y documentos las palabras o las infor- los marcos teóricos donde hablábamos de la tram-
maciones claves, eso que serán constructos pri- pa del diseño etnográfico, en todo caso, ¿dijo al-
marios (también podemos identificarlos como ca- guien que la investigación cualitativa era fácil?(4).
tegorías básicas para el conocimiento), aquello Nadie lo afirme a la ligera... lo que nos quedó
que sea elemento definidor en términos gruesos claro es que se trata de formatos investigadores
y que, posteriomente, afinaremos para depurar en altamente comprometidos con el objeto de estu-
unos constructos de nivel secundario, con mayor dio dado que no mantiene distancias sino que
nivel de categorización y a partir de los cuales participa desde la relación cara a cara con el
será posible establecer conocimiento teórico sin- paciente en el caso de enfermería.
gular valioso para nuestro entorno y, por tanto, de Estos modelos pues, siempre cargados de des-
aplicación singular y adaptada a nuestros pacien- cripciones únicas, dirigidas a favorecer al que te-
tes. Es decir, toda aquella definición que nos pro- nemos delante mismo de nosotras, al paciente, a
porcione toda indicación causal relacionada con su familiar-cuidador, a un sujeto cuya proximidad,
los fenómenos, todo ese pensamiento que proce- afortunadamente, nos compromete de tanto en
de del pensamiento etnográfico inductivo que per- tanto, son modelos -decíamos- con alto grado de
mite generar enunciados de relaciones y que complejidad de variables, todas a considerar. Pero
deductivamente comprobaremos en el propio te- también exigen alto nivel reflexivo si queremos
rreno de estudio. Es de este modo, como gene- concluir nuestros proyectos investigadores con
raremos una teoría o hipótesis basada en los conocimiento valioso y aportaciones de naturale-
datos que vayamos recogiendo(3). za transferible a otros nichos ecológicos, a otros
Piénsese que toda experiencia vivida en entornos diferentes, salvando siempre la singula-
Vistahermososa (estado de Oxaca, México) no es ridad de cada grupo humano.
transferible bajo los mismos formatos a Vista Her- La exigencia de este tipo de modelos nos re-
mosa (prov. de Córdoba, España). mite al ejercicio de leer y discutir, discutir y resol-
Lo complejo de la investigación-acción es acor- ver, resolver y releer, releer, releer y releer para
dar el límite de cada ciclo de la espiral, como poder transcribir, reescribir y escribir, escribir...
también la clasificación de metáforas, símiles o para inducir a nuestros receptores a admitir un
analogías que surgen en las expresiones del pen- nuevo devenir enfermero... ese que ya aparece en
samiento de los participantes en el proceso (en- el Medline desde hace años.
Bibliografía
1. KEMMIS, S., McTAGGART, B. (1988): Cómo planificar la investigación-acción. Trad. por Salcedo, sobre la Tercera ed. revisada de 1987. Barce-
lona. Laertes S.A. de Ediciones. págs.199.
2. KERSHAW, B., SALVAGE, J. (1988): Modelos de Enfermería. Ediciones Doyma. págs. 129.
3. GOETZ, J. P. y LeCOMTE, M. D. (1988): Etnografía y diseño cualitativo en investigación educativa. Ed. original 1984. Ediciones Morata, S.A.
págs. 279.
4. FILSTEAD, W.J. (1986): Una experiencia necesaria en la investigación evaluativa. En:COOK y REICHARDT. Métodos cualitativos y cuantitativos
en investigación evaluativa. Madrid. Ed. Morata. trad. G.Solana. ed. orig.1982. págs. 59-79.