El documento argumenta que los sistemas educativos actuales matan la creatividad de los estudiantes. Señala que todos nacemos siendo artistas pero que a medida que crecemos en los sistemas educativos convencionales, que se enfocan demasiado en la preparación para exámenes de admisión universitaria, vamos perdiendo nuestra creatividad debido al miedo a equivocarnos. El autor propone que debemos educar a los estudiantes de manera más holística para que puedan enfrentar el futuro.