La adaptación del libro "Ernesto el aprendiz de matemago" para niños de 4 a 6 años propone usar títeres para presentar la historia de Ernesto y el mago Minler, y luego realizar trucos de magia semanales que involucren conceptos matemáticos básicos como suma, resta y números para motivar a los niños con las matemáticas de una manera divertida.
2. INTRODUCCIÓN
Para llevar a cabo la adaptación de este libro a un aula con niños de
edades comprendidas entre los 4 y los 6 años se me ocurren dos pasos a
seguir.
En primer lugar, la realización de un guiñol por parte del maestro con
dos personajes, el mago Minler y el niño Ernesto y haciendo actuar a los
alumnos como público partícipe de la historia. Con estos personajes el
docente realizaría una representación de introducción contando a los niños
la historia de Ernesto, un niño como ellos que conoce a un mago y a través
de sus trucos descubre el mundo de las matemáticas.
Una vez realizado el guiñol, el maestro les propone a los niños una
actividad para realizar a lo largo de todo el curso. Consiste en que una vez a
la semana, en la clase, van a realizar trucos de magia similares a los que
Ernesto hacía con el mago, y ese día los deberes van a ser practicar los
trucos en casa hasta que se dominen a la perfección. Al terminar el año
escolar, en la fiesta de celebración de fin de curso, los alumnos tendrán que
vestirse de magos y realizar algunos trucos de magia que previamente se
hayan realizado en el aula.
Con esto se pretende que los niños desarrollen una mayor
aceptación del mundo de las matemáticas y descubran otra manera de
aplicarlas en las actividades de su día a día, que es introduciéndolas en sus
juegos, ya que, una de las dificultades con las que se encuentran los
profesores en la enseñanza de esta asignatura es la predisposición negativa
de los alumnos hacia ella, alegando que no le encuentran utilidad en su vida
diaria.
3. GUIÑOL
Los personajes son dos: el Mago Minler y Ernesto. La escena
transcurre en el circo, donde Ernesto conoce al mago y éste le invita a
enseñarle los trucos de magia que él conoce, todos basados en propiedades
matemáticas.
Esta es la historia de un niño llamado Ernesto, que como la
mayoría de los niños, odiaba las matemáticas. Un día, Ernesto fue
al circo y ni las fieras ni los payasos consiguieron llamar su
atención. Hasta que de pronto…las luces se apagaron, y un
potente foco de luz iluminó el escenario. En ese momento, el
mago Minler hizo su aparición en escena, vestido con una larga
capa azul y un sombrero puntiagudo. Ernesto se había quedado
sin respiración, desde pequeño siempre le habían gustado los
trucos de magia y cuando el mago comenzó a hacer números de
magia, Ernesto se quedó casi hipnotizado.
Al terminar la actuación, Ernesto no pudo controlar sus
ganas de conocer al mago y, ni corto ni perezoso, se fue a hablar
con él. Al llegar a su carromato se encontró todo lleno de varitas
mágicas, juegos de cartas, dados, pañuelos, velas y todo tipo de
objetos curiosos.
Hola Ernesto! ¿Qué te trae por aquí?
Tenía muchas ganas de conocerle y decirle que su
actuación me ha parecido fabulosa.
4. Muchas gracias, ya me he dado cuenta de que has
seguido con gran atención mis trucos.
A mí me han parecido estupendos, señor Mago. Me
gustan mucho los trucos de magia, y alguno me ha dejado
impresionado.
Me alegro. Pero llámame Minler. Además, entre
magos todos nos tuteamos, y tú también eres un mago…
Eso me gustaría mucho.
¿Quieres que yo te enseñe alguno de mis trucos?
OH!!! Eso me encantaría…pero debe de estar muy
ocupado…
Al contrario. Tengo mucho tiempo. Y nada me
gustaría más que enseñarte mis trucos de magia. Pero supongo
que tú tendrás que estudiar.
5. ¡Qué va! Ahora se acercan las vacaciones y no tengo
exámenes ni trabajos pendientes, tengo mucho tiempo libre.
Y… ¿No tienes que ayudar a tu madre en casa?
Sí, pero puedo hacerlo por las mañanas.
Y en la escuela, ¿no te mandarán deberes para estas
fiestas?
Espero que no. Tengo todas las asignaturas
aprobadas, salvo las matemáticas, claro, pero eso ya lo han
aceptado mis padres y no creo que haya malas caras.
¿No te gustan las matemáticas?
¡Las odio con todo mi corazón!
HUMMMM! Creo que podré explicarle más de lo que
esperaba… (murmura el mago para sí). Pues verás como las
matemáticas pueden ser muy útiles para realizar trucos de
magia. Ven mañana y empezaremos las clases de magia y… de
matemáticas.
6. Así, cada día, después de hacer sus deberes escolares y
ayudar a su madre en las tareas domésticas, Ernesto acudía al
circo para practicar los trucos con el mago. Poco a poco, al mismo
tiempo que aprendía los trucos de magia, Ernesto fue
descubriendo el mundo de las matemáticas, con ayuda del mago;
y, realizando magia, aprendió a sumar y a restar de cabeza,
dejando a sus padres y a toda su familia, asombrados. Cuando
llegó el siguiente cuatrimestre, incluso el profesor de mates se
quedó asombrado al ver que Ernesto aprobaba la asignatura.
Al terminar, hablamos con los niños sobre lo que vamos a hacer en el
aula utilizando el tema del guiñol.
¿Vosotros también queréis ser como Ernesto y descubrir el mundo de
las matemáticas con trucos de magia para que cuando seáis grandes no
tengáis que preocuparos de esa asignatura?
Pues un día a la semana vamos a dedicar una hora a aprender trucos
de magia y vuestro deberes van a ser practicar esos trucos en casa con
vuestra familia y con vuestros amigos, ya veréis que sorprendidos se van a
quedar cuando vean lo listos que sois.
7. TRUCOS DE MAGIA
Durante una hora cada semana, realizaremos trucos de magia con los
niños en los que se utilicen los números. El objetivo es introducirlos en una
dinámica educativa, a la vez que divertida, en la que ellos vean la
aplicación de las matemáticas.
Los trucos que podemos trabajar con ellos, dada su edad, no pueden
ser tan elaborados como los que Minler utiliza con Ernesto en el libro, pero
sí podemos hacer cosas más sencillas como las siguientes:
“Adivinando la carta”
Una baraja es cortada por la mitad, formando dos
montones, y se pide que el espectador levante y enseñe la carta
en la que ha sido cortada la baraja, y después haciendo el mago
un cálculo (ya sea una adición o una resta), adivina la carta que se
halla en la parte superior del otro montón.
El truco está ñeque el mago sabrá previamente, cuál es la
primera carta de la baraja, y al ser cortada, y ver la cara del
espectador, sumará o restará, hasta llegar al resultado de la
carta que aparecerá en el otro montón.
8. “¿Qué número le gusta?”
El mago pedirá que sea
nombrado un número entre el 10 y el
20, separando tantas cartas como el
número anunciado, y de éstas
haciendo la suma de los números que
componen la cifra dicha por el espectador, dará el resultado de
la carta previamente anunciada.
El truco está en que el mago sabrá con antelación, la carta
que ocupa en la baraja el número diez de la misma, por orden de
superior a inferior (boca abajo). Luego al ser nombrado el número
por el espectador, se contarán las cartas como indica la
presentación del juego, y al llegar al resultado de la suma, podrá
anunciarse públicamente la carta que aparecerá, con gran éxito.
“La hora pensada”
El mago nos invita a elegir un palo de la baraja, separándose
posteriormente las cartas correspondientes y colocándolas
encima de la mesa, se distribuyen (boca arriba) correlativas del 1
al 12 formando una esfera de reloj.
Construido el reloj mágico, colocamos en su centro el resto
de la baraja (boca abajo), y rogamos a un espectador piense una
hora determinada. Una vez pensada la hora, se recogerán las
doce cartas empezando por el As, dejándolas sobre la baraja.
Luego el mago se retirará de la concurrencia para que el
espectador, según indicaciones previas por el mago, pase de
abajo a arriba, tantas cartas como el número de la hora que haya
pensado.
Realizada la operación hecha por el espectador, el mago
recibirá la baraja, y esparciendo las cartas (boca abajo), sobre la
9. mesa, tratará de adivinar la hora pensada, dando efectivamente
con la carta equivalente.
En este truco, el mago, basándose en un principio
matemático, cuando el mago eche las cartas (boca abajo),
contará mentalmente hasta 13 y al llegar a esta carta, fijará muy
bien su vista, continuando con las demás cartas, y al terminar la
baraja, tactará teatralmente separándolas, y levantando
finalmente la carta prevista, que resultará ser la hora pensada.
“Sumando dados”
El mago le pide a alguien del público que mueva tres dados y
que los coloque en pila (uno encima del otro).
Ahí, le dice a los espectadores que será
capaz de adivinar la suma de las caras que no
se ven de los dados, después de concentrarse
durante unos segundos y hacer unos pases de
magia, acierta la suma.
El truco está en que las caras opuestas de un dado siempre
suman 7, por lo tanto, las caras opuestas de tres dados sumarán
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10. BIBLIOGRAFÍA
MUÑOZ SANTONJA, José (2.008): Ernesto el aprendiz de
matemago. Editorial nivola, Madrid.
MAGIC KIM (1.979): Moncayo. Ideas mágicas sobre naipes.
Ediciones Don Bosco, Barcelona.