2. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
INDICE NUMÉRICO
PRÓLOGO
I.INTRODUCCIÓN
1.1 El evangelista Mateo. 4
1.2 Estructuración del evangelio de Mateo. 5
II. PERÍCOPA: Mt. 14, 22-33/ Mc. 6, 45-53
2.1 El texto. 6
2.2 Delimitación del texto. 7
2.3 Análisis morfológico y sintáctico de las principales 8
palabras que aparecen en el texto.
III. ANÁLISIS LITERARIO DEL TEXTO
3.1 Organización del texto: estructura. 13
3.2 Recursos literarios. 16
3.3 Género literario y forma literaria. 19
3.4 Contexto literario. 21
IV. ANÁLISIS HISTÓRICO-DIACRÓNICO
4.1 Lectura sinóptica: semejanzas y diferencias. 22
4.2 Formación y evolución del texto. 25
4.2.1 Niveles redaccionales de Mateo/Marcos. 27
4.3 Tradiciones subyacentes bíblicas o extrabíblicas. 32
V. ANÁLISIS SEMÁNTICO
5.1 Palabras y temas clave. 35
VI. ANÁLISIS HERMENEÚTICO
6.1 Problemática del texto. Análisis descendente. 42
6.2 Confrontación con otros textos del Nuevo Testamento 45
sobre el tema.
51
VII. COMENTARIO TEOLÓGICO DEL TEXTO
61
LA GRAN CATEQUESIS
Página2
3. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
PRÓLOGO.
En el texto de Mateo 14, 22-33 y paralelos, los sucesos se concentran por
completo en Pedro. El pescador se convierte en el primer apóstol, habla y
procede en representación de los demás, su figura es representación de toda la
comunidad cristiana de los primeros tiempos, una comunidad que sufre la
persecución y en la cual empieza ha aparecer la duda y el miedo de una
manera permanente. En esta escena se hace patente, de una manera
dramática, lo que significa creer. La expresión “Soy yo”, llama al hombre y lo
atrae. La catequesis que encontramos implícita, trasciende la historia para
llegar hasta nuestros días y, en el nombre del Señor, traernos un mensaje de
Salvación y Esperanza. La palabra de Dios es Palabra Viva y Palabra de Vida
que toca a lo más profundo del corazón del hombre, a sus sentimientos, dudas,
conflictos, etc. El miedo, como constante de la vida humana, aparece aquí
recogido como el uno de los ejes principales que marcan la fe del hombre, una
fe que se muestra frágil y repleta de dudas.
El Señor sigue manteniendo su pacto con nosotros, es decir, sigue hablando
al género humano, pero nuestro mundo se hace, cada vez más, el sordo, para
no escuchar esa Palabra del Señor, se hace “el loco” ante una Palabra que
compromete y que no entiende de medias tintas, sino que exige esa radicalidad
que sólo desde la fe se puede dar.
“Soy yo”, esa es la Palabra, tras ella viene el ansia de caminar hacia Él y de
estar con Él. Los pasos sin riesgo, sostenidos por la confianza y el amor, sobre
los abismos. También el desfallecimiento de la confianza y el decaimiento
momentáneo de la fuerza. Si desfallece la confianza, aunque solamente sea un
poco, el hombre tiene súbitamente la sensación del peligro y del miedo; aunque
también se podría decir al contrario: cuando el hombre se deja impresionar por
el miedo, se desmorona la confianza y se convierte en presa de todo lo que nos
aleja del Amor de Dios. Ante esto, sólo queda una solución posible, recurrir a la
única mano salvadora que se extiende para llegar hasta nosotros, la mano del
maestro.
Caminamos hacia la confesión de fe, nuestro camino, como el mar, es frágil y
traicionero, pero el Señor sale a nuestro encuentro para hoy, como ayer y
siempre decirnos:
¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengáis miedo!
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4. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
I.INTRODUCCIÓN.
1.1 El evangelista Mateo.
“Fue de nuevo a la orilla del lago; toda la gente
acudía a él, y él los enseñaba. Al pasar vio a Leví, el
de Alfeo, sentado en la oficina de los impuestos, y
le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió” (Mc. 2,
13-14).1
Página2
1
Idem. Mt. 9, 9-13; Lc. 5, 27-37.
5. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
De esta manera nos presenta el evangelio a Mateo2. Como en otras muchas
ocasiones, Jesús se dirige a la otra orilla del lago, al mundo pagano, en este
caso en busca de Leví, bien sabía ya Jesús lo que quería de él.
Mateo era publicano, lo cual suponía ser considerado como un pecador
público, por eso los fariseos se rasgaron una vez más sus vestiduras al ver a
Jesús comiendo y bebiendo en casa de Mateo 3. Cronológicamente, Mateo es el
primero de los evangelistas. Escribió en Arameo o por lo menos así lo indica
una antigua tradición atribuida al obispo Papías en el siglo segundo, según la
cual Mateo hubo escrito “en arameo ciertas palabras de Jesús y el autor del
evangelio actual, desconocido, se inspiró quizás en aquel escrito” 4; el original
escrito por Mateo pudo haberse perdido en las revueltas que tuvieron lugar por
el año 70, año en que se produjo la destrucción de Jerusalén, acontecimiento al
que el evangelista hace alusión en diversos momentos (22,7; 23,28; 24,15). Por
otro lado, ya sobre el año 110 aparecen citados algunos textos de Mateo en las
cartas escritas por Ignacio de Antioquía, lo que nos lleva a fijar la composición
del evangelio de Matero entre los años 70-110 aproximadamente.
Poitterein-Charpentier, en su obra “El evangelio según san Mateo”, alude al
mismo como “el más judío de los evangelios”, porque:
“se refiere constantemente a las Escrituras: más de 130 veces, de las
que 43 son citas explícitas que van introducidas por la fórmula: Esto
ocurrió para dar cumplimiento a lo que el Señor dice por el profeta... Su
forma de expresarse es judía. Habla del reino de los cielos más que de el
Reino de Dios, porque los judíos no pronuncian el nombre divino. Le
gustan las repeticiones(...), las inclusiones(...), utiliza el paralelismo(...),
las agrupaciones numéricas, simbólicas o simplemente mnemotécnicas.”
El evangelio de Mateo ha sido llamado, con razón, el “evangelio eclesial” por
excelencia, pues es el único en el que aparece la palabra Iglesia (16,18;
18,17), y al mismo tiempo es el evangelio que mayor preocupación presenta
por su organización.
La iglesia a la que Mateo se dirige es una iglesia compuesta de forma
especial por cristianos procedentes del judaísmo que conocen bien las
escrituras, por lo que Mateo cita los pasajes del Antiguo Testamento que antes
apuntábamos, y así, no nos llama la atención el echo de que el mismo Jesús
sea presentado ante la comunidad como el nuevo Moisés, continuador y
cumplidor de la ley y la Antigua Alianza. Con Mateo, no podemos saber con
certeza si nos encontramos en el año 30 o en una iglesia cristiana de los años
80, pues el autor tiene la habilidad de poder situarnos en los dos sitios al
mismo tiempo. Lo que sí sabemos con cierta seguridad es que nos
encontramos frente a una comunidad abierta al mundo pagano, una comunidad
que desde el Cristo resucitado hace una relectura de su mensaje para hacer
vida su voluntad de hacer discípulos del mundo entero, es, por consiguiente,
una comunidad en conflicto con el judaísmo oficial, que rechaza tal discipulado
universal.
2
Algunos autores han querido ver en el término “Hijo de Alfeo” al apóstol Santiago; y otros aluden a
Leví como un discípulo desconocido. Como quiera que sea, de lo que casí no podemos dudar es de que el
Página2
apóstol Mateo fue quien reunió los logia.
3
Mc. 2, 15-18.
4
Etienne Charpentier, “Per leggere il Nuovo Testamento”.
6. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
1.2 Estructuración del evangelio de Mateo.
El proceso narrativo del evangelio de Mateo lo podemos visualizar en tres
momentos claves:
1ª PARTE
de 1,1 a 4,16
“Libro del
surgimiento de Presentación de los personajes
Jesús, el Cristo,
hijo de David, hijo
de Abraham”
2ª PARTE
de 4,17 a 16,20
“Desde entonces Proclamación del Kerigma
comenzó Jesús a centrado en el sermón del reino
proclamar el (13) y seguimiento de los
Kerigma diciendo: discípulos al frente de los cuales
convertíos, pues se aparece la figura de Pedro.
acerca el reino de
los cielos”.
3ª PARTE
de 16,21 a 28,20
“Desde entonces
comenzó Jesús a
mostrar a sus
discípulos que era
necesario que se
dirigiera hacia Confesión pascual y
Jerusalén, para presentación de Jesús como la
Página2
sufrir mucho de Verdad y el Contenido mismo
parte de los del Reino.
ancianos,
sacerdotes y
escribas; para
morir y resucitar al
tercer día”.
7. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
II. PERÍCOPA: Mt. 14, 22-33/ Mc. 6, 45-53.
2.1 El texto.
Evangelio según san Mateo:
“Y al momento apremió a los discípulos a montar en la barca
y a ir delante de él a la otra orilla, mientras despedía a las
multitudes.
Y, habiendo despedido a las multitudes, subió al monte,
aparte, a orar.
Y cuando la tarde caía, estaba allí solo.
Y la barca distaba de tierra ya muchos estadios
atormentada por las olas, pues el viento iba en contra.
Y en la cuarta vigilia de la noche, vino hacia ellos
caminando sobre el mar.
Y los discípulos, al verlo caminando sobre el mar, se
asustaron diciendo: Es un fantasma; y gritaron de miedo.
Y entonces (Jesús) les habló diciendo:
¡Ánimo! Soy yo, ¡no temáis!.
Y respondiéndole Pedro dijo:
Señor, si eres tú, dispón que yo vaya hacia ti sobre las aguas.
Y él dijo: Ven. Y, bajando de la barca, Pedro caminó sobre
las aguas y fue hacia Jesús.
Pero al fijarse en el (fuerte) viento tuvo miendo, y
empezando a hundirse gritó diciendo: Señor, sálvame.
Y entonces Jesús extendiendo la mano lo agarró y le dice:
¡Qué poca fe! ¿Por qué dudaste?.
Y habiendo subido ellos a la barca, cesó el viento.
Y los que (estaban) en la barca, lo adoraron diciendo:
Verdaderamente eres Hijo de Dios”.
Evangelio según san Marcos:
“Y al instante apremió a sus discípulos a montar en la barca
y a ir delante a la otra orilla, junto a Betsaida, mientras él
despide a la multitud.
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Y, tras dejarlos, se fue al monte a orar.
8. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Y cuando caía la tarde, estaba ya tiempo la barca en medio
del mar, y él solo en tierra. Y viéndolos atormentados al
navegar, pues el viento iba en contra de ellos, hacia la
cuarta vigilia de la noche, viene hacia ellos caminando sobre
el mar, y quería rebasarlos.
Y al verlo caminando sobre el mar, pensaron que era un
fantasma y chillaron. Pues todos lo vieron y se asustaron.
Y entonces él habló con ellos y les dice:
¡Ánimo! Soy yo, ¡no temáis!.
Y subió con ellos a la barca y cesó el viento; y mucho (más)
extasiados se quedaron ellos.
Pues no comprendieron lo de los panes, sino que su corazón
estaba ofuscado”.5
Evangelio según san Juan. (Juan 6, 15-21).
(Aunque no lo estudiaremos se harán algunas referencias)
“Y cuando cayó la tarde bajaron sus discípulos al mar y
montando en una barca iban a otra orilla del mar, hacia
Cafarnaún.
Y ya se había hecho oscuro y aún no había venido con ellos
Jesús.
Y entonces el mar, al soplar un viento fuerte, se levantaba.
(habiendo navegado, pues, unos veinticinco o treinta estadios)
divisan a Jesús caminando sobre el mar y llegando cerca de
la barca, y tuvieron miedo.
Y él les dice:
¡Soy yo ¡ ¡No temáis!.
Querían, pues, recogerlo en la barca, y al momento llegó la
barca a la tierra adonde se dirigían”.
2.2 Delimitación del texto.
El texto que nos ocupa aparece dentro de la segunda parte, cuando el autor
quiere poner de relieve la proclamación del Kerigma y el seguimiento de los
apóstoles, y de una modo especial persigue resaltar la figura de Pedro,
entonces ya, cabeza de los apóstoles. La perícopa que se presenta, situada en
el capítulo 14, abarca desde el versículo 22 hasta el 33 inclusive, anteriormente
el autor ha colocado la primera multiplicación de los panes, que como más
adelante veremos, es de gran importancia; posterior al versículo 33, aparecen
las curaciones de Genesaret.
Tanto las traducciones realizadas por José Gabarrón como la de la Los
Santos Evangelios de editorial san Pablo y la de Nueva Biblia de Jerusalén,
coinciden en esta división, no ocurre lo mismo con las traducciones de La Casa
de la Biblia y la Biblia del peregrino; la primera marca el inicio de la perícopa en
el versículo 24, cuando la barca ya se encontraba lejos de la orilla; y la
segunda en el versículo 23, después de haber despedido Jesús a la gente.
En cuanto al título que se le otorga a la perícopa también hay alguna
Página2
diferencia que merece la pena mencionar. Tanto la Nueva Biblia de Jerusalén
5
Ambos textos pertenecen a: “Sinópsis bilingüe”, José Cervantes Gabarrón. Ed. Verbo Divino.
9. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
como la Biblia del peregrino y Los Santos Evangelios de editorial san Pablo, le
dan el título de “Jesús camina sobre el agua”, con alguna variante.
Significativos son los títulos dados por las dos traducciones siguientes, la
traducción de La Casa de la Biblia titula la perícopa como “El milagro del
encuentro” y la traducción realizada por José Gabarrón “Travesía contra
corriente”. La manifestación de Jesús dominando los elementos naturales e
infundiendo paz y confianza a los discípulos asustados nos lleva de inmediato a
pensar en los relatos de la transfiguración y la pascua, que como veremos,
están íntimamente relacionados y marcan el eje central del relato. Igualmente,
el versículo 33 nos recuerda a la confesión de fe hecha por el centurión romano
ante Jesús crucificado en el evangelio de Marcos. Todos estos enlaces y otros
que irán surgiendo, serán analizados con detalle a lo largo de nuestra
profundización el texto. Para nuestro estudio utilizaremos la traducción que a
tal efecto realizó José Cervantes Gabarrón.
Cabe señalar que el relato que se nos presenta aparece enmarcado dentro
de lo que Charpentier ha denominado como el camino “hacia la confesión de
Cesarea”6, donde, una vez puesto de relieve el grupo de los discípulos en los
capítulos anteriores, ahora empieza a destacar de un modo especial la figura
de Pedro. El texto en sí mismo presenta una unidad que podemos calificar
como unidad de contenido, es decir, no es un acontecimiento aislado y
espontáneo, sino que nos encontramos con un acontecimiento que sigue la
línea de los capítulos anteriores, recogiendo tanto la presentación de la
comunidad, como la importancia de la figura de Pedro y la manifestación
cristológica que culminará en la confesión de Cesarea. Quizás, una prueba de
la unidad del texto sea que si lo presentásemos de modo independiente, sin
tener presente lo anterior y posterior, tendría por sí solo sentido y coherencia,
pues nos presenta un acontecimiento en sí mismo que por sus elementos
temáticos nos resulta válido para la delimitación del texto.
2.3 Análisis morfológico y sintáctico de las principales
palabras que aparecen en el texto.
A través del análisis morfológico y sintáctico del texto intentaremos indicar, a
grandes rasgos, las formas de las palabras para descubrir el papel que cada
una de ellas desempeña en el texto y a su vez, en el contexto de la frase en las
que aparecen. Para dar mayor agilidad a nuestro análisis nos limitaremos
principalmente a las formas verbales y a los tipos de oraciones que
encontramos.
Este análisis se hace necesario para, más tarde, poder comprender aspectos
como la evolución del texto y el carácter que el autor pretende darle al mismo.
Cuando analizamos una perícopa aparece un tema principal es éste no lo
podemos presentar de cualquier forma, sino que el texto afirmará una cosa
concreta y eso concreto que se afirma es lo que adquiere carácter de principal.
Todo lo demás queda, en cierto modo, subordinado a lo principal.
El primer paso, para comenzar nuestro análisis, consistirá en dividir el texto
en dos partes fundamentales: las oraciones principales y las oraciones
subordinadas:
Página2
6
Poittevin-Charpentier, “El evangelio según san Mateo”.
10. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Oraciones principales:
“Y al momento apremió a los discípulos a montar en la
barca y a ir delante de él a la otra orilla (...). Y (...) subió al
monte, aparte, a orar. Y (...) estaba allí solo.
Y la barca distaba de tierra ya muchos estadios
atormentada por las olas, pues el viento iba en contra.
Y en la cuarta vigía de la noche vino hacia ellos (...).
Y los discípulos, (...) se asustaron (...).
(...) y entonces Jesús les habló (...) y (...). Pedro dijo (...).
Y él dijo (...) y (...) Pedro caminó sobre las aguas y fue hacia
Jesús .
Pero (...) tuvo miedo, y (...) gritó (...): (...) y entonces Jesús
(...) lo agarró y le dice: (...).
Y (...) cesó el viento.
Y (...) lo adoraron (...): (...)”.
Oraciones subordinadas:
“(...) mientras despedía a las multitudes. (...) habiendo
despedido a las multitudes (...). (...) cuando la tarde caía, (...).
(...).
(...) caminando sobre el mar.
(...) al verlo caminando sobre el mar, (...) diciendo: Es un
fantasma; y gritaron de miedo. (...) diciendo (...) respondiéndole
(...): Señor, si eres tú, dispón que yo vaya hacia ti sobre las
aguas. (...): Ven. (...) bajando de la barca, (...). (...) al fijarse en
él (fuerte) viento (...), (...) empezando a hundirse (...) diciendo:
Señor, sálvame. (...) extendiendo la mano (...): ¡Qué poca fe!
¿Por qué dudaste?. (...) habiendo subido ellos a la barca, (...).
(...) los que estaban en la barca (...) diciendo:
Verdaderamente eres Hijo de Dios”.
Como se aprecia en la división, la forma general del texto no parece
presentar excesivas complicaciones sintácticas. Aparecen una serie de
oraciones principales y otras subordinadas, quizás la única complicación
pueda aparecer al observar que nos encontramos con la presencia de diversos
niveles de subordinación, como ocurre, por lo general, en otros textos.
Tiempos verbales de las oraciones principales:
Presente Perfecto Imperfecto Infinitivo
Dice Apremió Estaba A montar
Vino Distaba A ir
Se asustaron Iba
Habló
Dijo (2)
Caminó
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Fue
11. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Tuvo
Gritó
Agarró
Cesó
Tiempos verbales de las oraciones subordinadas:
Presente Perfecto Imperfecto Presente subj.
Es Gritaron Despedía Vaya
Soy Dudaste Caía
Eres (2) Temáis
Estaban
Infinitivo Gerundio Gerundio comp. Imperativo
Al verlo Caminando (2) Habiendo Dispón
despedido
Al fijarse Diciendo (4) Habiendo subido Ven
A hundirse Bajando Sálvame
Extendiendo
Respondiéndole
Empezando
Tipos de oraciones subordinadas:
Completivas (OD) 8
(Suj) 1
Modales 10
Temporales 2
Causales 1
Se aprecia en las tablas precedentes que el tiempo verbal predominante es el
tiempo de perfecto; el hilo de la narración viene marcado por este tiempo de
perfecto, que pretende poner de manifiesto el hecho en sí mismo que en el
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momento de la narración se presenta como ya concluso.
12. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Al hacer una lectura continuada del texto nos encontramos con un dato que
llama la atención de forma especial: en el versículo 31 nos aparecen dos
tiempos verbales que el autor coloca unidos y que en cambio se contraponen:
“(...) lo agarró y le dice (...)”
El primero de los verbos aparece en tiempo de perfecto, indicando lo que
anteriormente apuntábamos; el segundo de los verbos aparece en tiempo de
presente, pero ambos verbos unidos por una conjunción coordinada copulativa.
Aunque más adelante analizaremos este detalle con más detenimiento,
podemos ya adelantar que este cambio repentino en el tiempo verbal responde
a una intencionalidad del autor, que persigue una continuidad en el tiempo.
Así, este presente de indicativo es el único que aparece en todas las
oraciones principales, como queriendo resaltar de un modo especial aquello
que se dice, cómo y cuando se dice.
Señalar por último, en relación con las oraciones principales, que todas ellas
aparecen entrelazadas por la conjunción coordinada copulativa “y”, lo cual
pone de relieve la continuidad discursiva del texto, así como el estilo propio del
autor.
En cuanto a las oraciones subordinadas, resaltaremos en primer lugar que
predominan dos tipos de oraciones: adverbiales modales (10) y completivas de
objeto directo (8).
Con el primer tipo, parece que el autor quiera matizar insistentemente las
circunstancias en las que se desarrollaran los acontecimientos, resaltándolas a
través del tiempo de imperfecto, persiguiendo quizás una descripción plástica
de los acontecimientos, como si de una película se tratase, para que el lector
no pierda el más mínimo detalle de lo que está ocurriendo. Esto mismo se
complementa con el echo de que las alocuciones y el diálogo en general
aparezcan en forma de oraciones subordinadas de objeto directo, dando cierto
carácter de unidad al texto.
Cuatro son las formas verbales que aparecen en tiempo de presente de
indicativo, todas ellas del verbo ser. Algunos autores han querido ver aquí un
tiempo “intemporal” que haría referencia al ser que no cambia, de echo, las
cuatro tienen como sujeto principal a Jesús, dueño y Señor del tiempo y de la
historia.
La forma de gerundio predomina en estas oraciones (10x), marcando el
género literario y poniendo de manifiesto un proceso que no concluye, sino
que más bien continua.
Especial importancia adquieren las tres formas imperativas que aparecen,
constituyendo por sí solas una auténtica catequesis a la que posteriormente
haremos referencia. La primera y la última de las formas imperativas apuntan
hacia Jesús; y la intermedia a Pedro, disposición que, como veremos, es de
gran importancia:
Dispón Jesús
Ven Pedro
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Sálvame Jesús
13. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Estos son, a grandes rasgos, los datos de composición sintáctica de mayor
relevancia del texto, muchos de ellos se irán desarrollando con mayor
profundidad y amplitud oportunamente. Cabe ahora y a modo de conclusión de
nuestro análisis, resaltar algunos detalles que serán de suma importancia:
El texto da comienzo en tiempo de perfecto para concluir en un presente
que hemos denominado “intemporal”.
Aparecen dos únicos sujetos: Jesús y Pedro.
Importancia de los imperativos.
Importancia de algunos cambios de tiempo verbal en el transcurso de la
narración.
III. ANÁLISIS LITERARIO DEL TEXTO.
3.1 Organización del texto: estructura.
Con la presente organización, pretendemos poder visualizar la estructura del
texto y establecer las conexiones significativas, descomponiendo el mismo en
unidades de sentido sencillas. La organización jerárquica queda del siguiente
modo:
Y al momento apremió a los discípulos a montar en la barca y
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a ir delante de él a la otra orilla, mientras despedía a las
14. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
multitudes. Y habiendo despedido a las multitudes, subió al
monte, aparte, a orar.
Y cuando la tarde caía, estaba allí solo. Y la barca
distaba de tierra ya muchos estadios atormentada por las
olas, pues el viento iba en contra.
Y en la cuarta vigilia de la noche, vino hacia ellos
caminando sobre el mar. Y los discípulos, al verlo
caminando sobre el mar, se asustaron diciendo: es un
fantasma; y gritaron de miedo. Y entonces Jesús les
habló diciendo:
¡ánimo! Soy yo, ¡no temáis!
Y respondiéndole Pedro dijo: Señor, si eres tú, dispón
que yo vaya hacia ti sobre las aguas. Y él le dijo: Ven.
Y bajando de la barca Pedro caminó sobre las aguas y
fue hacia Jesús. Pero al fijarse en él (fuerte) viento
tubo miedo y empezando a hundirse gritó diciendo:
Señor, sálvame.
Y entonces Jesús, extendiendo la mano lo agarró y le
dice:
¡Qué poca fe ¡ ¿Por qué dudaste?
Y habiendo subido ellos a la barca cesó el viento. Y
los que (estaban) en la barca, lo adoraron diciendo:
Verdaderamente eres hijo de
dios.
Organización esquemática:
Situación. Versículos 22-23
La barca se aleja y aparece el
miedo. (24-26)
Cristofanía.
24-27 /32 Cristofanía propiamente dicha. (27)
Jesús sube con ellos y se calma el
viento. (32)
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15. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Pedro busca la prueba. (28-29)
Relato de
Pedro. Falta de fe y petición de ayuda. (30)
28-33a
Jesús atiende su petición y después le
exhorta. (31-33)
Núcleo.
33b Confesión de fe. (33b)
Como podemos observar en los esquemas precedentes, hemos dividido el
texto en tres partes concretas y un núcleo principal del mismo. A esta división
accedemos tras el análisis de los diversos contenidos temáticos que el autor
propone.
Situación: El relato anterior (14, 13-21), quedó, en cierta manera, inconcluso.
Tras la multiplicación de los panes y los peces, el autor concluye dando una
visión general de la magnitud del milagro que se ha producido. Puede pensarse
que el autor de la traducción a través de la cual realizamos nuestro estudio 7, ha
querido ver en este versículo 22 un cambio con la unidad literaria anterior, y así
parece si nos fijamos en la expresión και ευζεοσ , que marca el inicio del
versículo, pues se aprecia cierta continuidad, pero a la vez se pone de relieve
que la especificidad de lo que está ocurriendo es ya algo distinto que mera
conclusión al relato de la multiplicación de los panes; bien podría ser una forma
de enmarcar los acontecimientos que van a tener lugar. Así, en nuestra
división, el momento de la situación abarca hasta el versículo 23, pues en el,
Jesús, tras el milagro urge a los discípulos a montar en la barca, buscando ya
la soledad que nos indica el versículo 23 para orar. Despedidas las multitudes,
los discípulos se encuentran en la barca y Jesús solo, contexto que se hace
necesario para el desarrollo de los acontecimientos que van a tener lugar. La
finalidad parece bien clara: dejar a Jesús solo en escena y subrayar esta
soledad para dar comienzo a la secuencia.
Cristofanía: El momento clave de esta segunda parte es sin duda alguna, la
cristofanía propiamente dicha que aparece de una forma clara en el versículo
27, el cual podemos determinarlo como el núcleo de la misma. Pero para que la
cristofanía pueda producirse se requiere primero de un marco apropiado cuyo
inicio hemos situado en los versículos 24-26, donde el autor nos presenta la
situación en la que se encuentran los discípulos. El análisis sintáctico nos
descubre algo interesante: las dos oraciones principales de este primer
momento vienen determinadas por dos complementos circunstanciales:
“y en la cuarta vigilia de la noche vino hacia ellos (...)”
“y los discípulos (...) se asustaron (...)”
Este detalle pone de manifiesto que el autor, una vez más, persigue centrar el
acontecimiento en el momento concreto en que va a ocurrir, marcándolo con
Página2
gran insistencia.
7
Sinópsis bilingüe. José Cervantes Gabarrón, ed. Verbo Divino.
16. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Tras la cristofanía, hemos señalado el versículo 32 como perteneciente a
esta segunda parte siguiendo dos criterios: por un lado, la subida de Jesús a la
barca y el cese del viento, considerandos como el efecto directo de la
cristofanía; y por otro lado, desde la lectura sinóptica no podemos olvidar que el
relato de Pedro sólo aparece en este evangelio, por ello será conveniente tratar
el mismo como una tercera parte, respetando lo que podría constituir la
segunda parte del relato marcano (6, 47-51).
Relato de Pedro: Los versículos 28-33ª , omitiendo el 32, constituyen una
tercera parte que consideraremos como independiente, pues es propia del
relato mateano. En nuestro estudio posterior será ésta parte la que más
desarrollaremos, pues en ella se producen los tres momentos más importantes
del relato, aparte del núcleo central.
Los versículos 28-29, marcan el inicio de la acción en la que Pedro y Jesús
serán los únicos dos protagonistas principales. Jesús ya ha aparecido en
escena y la primera palabra que encontramos en los labios de Pedro es
κυριε 8 , seguida del imperativo dispón, sin duda un mandato, pero un mandato
que pone de manifiesto una duda implícita: “si eres tú”; bien sabía Pedro que
se trataba de Jesús, pero aún así se hace necesaria la prueba, a pesar incluso
de que con la palabra κυριε Pedro es ya consciente de que se dirige al único
Señor capaz y posible.
Con el versículo 30, llegamos ya al segundo momento de esta tercera parte.
La falta de fe produce el hundimiento de Pedro; el autor ha querido aquí narrar
la situación desde el gerundio, forma verbal que aparece dos veces en un solo
versículo, indicando un proceso de continuidad que acabará con una súplica en
imperativo dirigida, una vez más, al κυριοσ que es el único que puede salvar:
Κυριε, σϖσονµε.
El tercer y último momento de esta tercera parte lo hemos señalado en los
versículos 31-33ª, omitiendo el 32. La forma de gerundio, una vez más, da
continuidad a la acción. Jesús salva a Pedro y le reprende por su falta de fe.
Primero una afirmación, después el interrogante que no halla contestación. En
el versículo 31, nos encontramos con un cambio brusco de tiempo, el autor
está narrando la situación en un tiempo de indicativo (λεγει), como queriendo
indicar que la acción transcurrida de una forma concreta y continua a la vez, ha
venido a desembocar en un presente “actualizador” que acerca las palabras de
Jesús hasta el creyente que las escucha. Acaba éste tercer momento en
gerundio (λεγοντεσ), de nuevo la acción continúa.
Núcleo: El versículo que hemos denominado como 33b , nos da el núcleo de la
perícopa y casi podemos afirmar ya que se trata del núcleo de toda la narración
mateana que aparece en otros momentos, que más tarde señalaremos. La
composición es sencilla: un adverbio, un verbo en tiempo de presente y un
segundo adverbio formando una oración subordinada completiva de objeto
directo que nos remite a la forma verbal λεγοντεσ. Y en el centro de núcleo el
verbo ser en segunda persona de presente de indicativo. Como en el apartado
anterior apuntábamos, este presente puede hacer referencia directa a una
forma intemporal del ser, un ser que no cambia.
Página2
8
El término κυριε, es el término utilizado en la iglesia postpascual para referirse a Cristo Resucitado.
17. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Entre todos los verbos que aparecen en el relato hay uno que destaca de una
forma especial, nos referimos al verbo Εδστστασασ . Se trata de la misma
forma verbal que encontramos en 28, 17 (εδιστασαν), en este segundo caso se
trata de la aparición de Jesús resucitado, es decir, el κυριοσ , y la confesión de
Galilea, apareciendo también el verbo προσεκυνησαν. Este aspecto resulta
relevante y como tal será analizado oportunamente.
Si nos fijamos detenidamente en el desarrollo del texto nos percataremos de
que Jesús aparece explícitamente en varias ocasiones y de una forma
progresiva; así, en el versículo 26 es denominado como un φαντασµα
(fantasma), en el versículo 27 aparece ya como Ιησουσ (Jesús), nombre por el
que se conoce al Jesús histórico. El término κυριοσ aparece por primera vez
en el versículo 28 y como ya apuntábamos anteriormente, con este término es
designado Jesús tras la resurrección. Por último, en la confesión de fe (33b), el
título elegido por el autor es Ζεου νιοσ , Hijo de Dios, término que
analizaremos más en profundidad.
3.2 Recursos literarios.
A la hora de poner de manifiesto los recursos literarios utilizados por el autor
para la composición del texto, hemos de señalar que éstos son más bien
escasos, debido, quizás, a la simplicidad literaria del relato.
La utilización de los recursos literarios persigue como objetivo principal
enfatizar aquello que el autor quiere comunicarnos, el mensaje, y se sirve de
estos procedimientos para que el lector, a quien se dirige, en este caso la
comunidad mateana, capte más singularmente la palabra de su Señor: su
mensaje y el contenido de su enseñanza.
Estos son, a grandes rasgos, algunos de los que podemos encontrar en el
texto propuesto:
Inclusión literaria:
Se trata de la repetición de palabras o expresiones clave al
principio y al final de una sección que delimitan y orientan
sobre el contenido de dicha sección.
Versículo 22: “y al momento apremió a los discípulos a montar en la barca...”
Versículo 32: “y habiendo subido ellos a la barca...”
Fenómenos de repetición:
Se trata de un recurso típico de la literatura semítica que
consiste en repetir una misma idea o frase que puede
resultar útil para señalar la importancia del momento, de la
palabra, de la acción, etc. Mateo, como ya sabemos, utiliza
un estilo y unos procedimientos literarios de tradición
semítica.
Versículo 22: “...mientras despedía a las multitudes”
Versículo 23: “y, habiendo despedido a las multitudes...”
Página2
Versículo 25: “...vino hacia ellos caminando sobre el mar”
18. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Versículo 26: “...al verlo caminando sobre el mar”
Interrogación retórica:
Consiste en formular una pregunta que realmente no
espera respuesta alguna, pues el que pregunta ya la sabe
de antemano.
Versículo 31: “...¿Por qué dudaste?”
Antítesis:
Contraposición de términos con significados contrarios para
resaltar uno de ellos o ambos.
Versículo 31: Fe-Duda
Paradoja:
Es una antítesis aparente. Se armonizan dos conceptos
contradictorios para o en ocasiones dos ideas.
Versículos 25/26/28/29: Caminar sobre las aguas
Redundancia:
Repetición o uso excesivo de una palabra o concepto.
Versículo 27: “...les habló diciendo...”
Versículo 30: “...gritó diciendo...”
Resalta la utilización de la conjunción και , típica del estilo sencillo de la
narración mateana, que sirve de nexo entre los diferentes elementos de la
composición y además, podemos apreciar en ella la narración de la escena
a través de los hechos. Mateo recoge la utilización de dicha conjunción del
evangelio de Marcos, pero a diferencia de él, nuestro autor da un cierto
adorno al contenido que viene tras la conjunción a la vez que agilidad en la
lectura.
A lo largo del texto nos encontramos con varios tipos de oraciones
subordinadas que, por lo general, repiten un mismo esquema9.
Alegoría:
En la alegoría suelen aparecer dos planos: un plano real y
otro evocativo. La alegoría consiste en que cada elemento
del plano real se corresponde con otro del plano evocado.
En el texto presente se puede apreciar una alegoría
constante, debido al significado real de algunas palabras
correspondiendo al significado evocativo de las mismas.
Cabe señalar la presencia de palabras gancho, cuya finalidad será
enlazar entre sí las diferentes secciones de la perícopa, funcionando como
nexo de unión entre ellas o para continuar la temática de la que se está
Página2
hablando.
9
Ver apartado de análisis morfológico-sintáctico.
19. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Versículo 22: “y al momento...”
Versículo 23: “y habiendo...”
Versículo 32: “y habiendo...”
Versículo 27: “y entonces...”
Versículo 31: “y entonces...”
Igualmente encontramos una serie de palabras que se van repitiendo con
cierta frecuencia. Estas palabras poseen un contenido teológico y
simbólico10 muy importante para el desarrollo de la temática del texto.
Podemos distinguir dos grupos:
REPETICIONES
Barca 5
Multitudes 2
Viento 3
Mar 2
Aguas 2
MISMO CAMPO SEMÁNTICO
Orilla
Olas
Mar
Aguas
3.3 Género literario y forma literaria.
Analizaremos en primer lugar el género literario dentro del cual podemos
enmarcar el texto y pasaremos, en un segundo momento, ha analizar la forma
literaria del mismo.
En líneas generales el texto propuesto presenta el género literario narrativo,
como indica los elementos de tipo narrativo que aparecen a lo largo del mismo.
Dentro de este género narrativo podemos hacer una serie de subdivisiones:
a) Desde el comienzo hasta el versículo 26 nos encontramos con una primera
sección en la que se aprecia la forma descriptiva y enmarcadora a la vez.
Descriptiva en tanto que el autor presenta, a grandes rasgos, el lugar donde
Página2
10
Estas palabras y su contenido será analizado con detenimiento en el apartado dedicado al análisis
semántico del texto.
20. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
van a tener lugar los acontecimientos posteriores; pero dentro de la misma
descripción, llama la atención al lector la precisión en que aparece
enmarcado el momento concreto: “y en la cuarta vigilia de la noche”, no en
cualquier otro momento, sino que Mateo quiere precisarlo. No se aprecia un
corte brusco con la perícopa anterior, sino que el autor, mediante la
utilización de la expresión “y al momento” enlaza ambas, de tal forma que la
conclusión de la anterior es a la vez marco de desarrollo de la presente.
b) A partir del versículo 27 hasta el 32 se establece un diálogo entre Jesús y
Pedro; un diálogo en el que se puede atisbar la presencia de cierto género
parenético, dado que, intrínsecamente, hay manifiesta una exhortación a la
conducta cristiana a seguir; Jesús exhorta a Pedro, pues este “no teme
porque se hunde, sino que se hunde porque teme”11 y su exhortación lleva
implícita la denuncia de una carencia cristiana: la fe.
c) La tercera y última división apunta al género expositivo y lo encontramos en
los versículos 32-33 donde, habiendo ya finalizado el acontecimiento
propiamente dicho, se da paso a la confesión de fe como exposición de
aquello en lo que ha de consistir la conducta cristiana. No es necesario sólo
ser interpelado, sino que la interpelación carece de sentido alguno si tras
ella no hay una conversión que conduzca a la confesión de fe, al auténtico
contenido mismo de la fe que consiste en proclamar que Jesucristo es Hijo
de Dios.
En lo referente a las formas literarias, seguiremos para su estudio el
esquema elaborado por V. Taylor para la Historia de las Formas. Antes de
continuar en la profundización, cabe aquí recordar cuales son los objetivos y
presupuestos fundamentales de la Historia de las formas.
En síntesis, los objetivos de la Historia de las formas son dos:
1.- Clasificar todas las perícopas de los evangelios siguiendo criterios
literarios.
2.- Descubrir la evolución de esas perícopas remontándolas al contexto vital
(en alemán sitz im leben) de la Iglesia Primitiva: actividades, catequesis,
predicación, etc.
Los presupuestos principales son también dos:
1.- Los evangelistas son meros recopiladores de la tradición existente (este
punto será el que más tarde se le criticará a la Historia de las formas por su
inconsistencia).
2.- Los evangelios surgen en la comunidad pascual y están escritos a la luz
de la Pascua. Por tanto nacen de la fe y no de una preocupación histórica. Por
eso se habla del contexto vital en que surgen las perícopas. Eso es claro: los
evangelios no son una historia o biografía de Jesús, hay datos sobre ello, pero
contados desde la óptica que proporciona la Pascua, incluso cuando sea datos
fundamentalmente histórico-biográficos.
Página2
11
Luis Alonso Shöckel, “Biblia del peregrino”, ed. Mensajero-Ega. 1995.
21. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Dentro de la clasificación que Taylor hace del material narrativo, nuestro
relato podría situarse dentro de la forma literaria de relatos de milagro.
Estos relatos siguen el esquema de milagros que más o menos apunta
Bultmann12, a saber:
Historias de milagros: tienen un esquema literario fijo: Circunstancias-
Milagro-Efecto-Reacción. Por su contenido se pueden clasificar en:
a. De curación.
b. De naturaleza.
Intentemos ahora aplicar este esquema a nuestra perícopa:
1) Los discípulos están solos
en la barca, comienza el
Circunstancias viento y aparece el miedo.
2) Pedro exige la confirmación
de que realmente es Jesús.
1) Jesús aparece caminando
Milagro sobre las aguas y calma la
tempestad.
2) Manda a Pedro caminar
Efecto sobre las aguas y comienza
a caminar.
CONFESIÓN
DE
Reacción
FE
3.4 Contexto literario.
En el análisis inicial dimos ya una visión general del evangelio de Mateo,
dentro de esa visión tendremos que intentar ahora situar el presente texto.
El texto nos sitúa ya dentro de la que hemos denominado como segunda
parte: “proclamación del Kerigma centrado en el sermón del reino y
seguimiento de los discípulos al frente de los cuales aparece la figura de
Pedro”.
En las secciones precedentes hemos ido observando como se iba formando,
poco a poco, el grupo de los discípulos y ya parece aquí que el grupo definitivo
está más o menos formado. Con la sección de las parábolas se ha establecido
1
12
Página2
“Die geschichte der synoptischen tradition”, 1921.
22. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
ya una distinción entre la gente que no es capaz aún de comprender y los
discípulos, que parece que comienzan a comprender.
En esta nueva sección destaca de forma especial la figura de Pedro. El viaje
final hacia la cruz está cerca y Jesús, antes de comenzar el camino hacia
Jerusalén va ha instar a los discípulos a contestar a una pregunta decisiva que
llega hasta nuestros días, una pregunta que será, ahora, punto de partida
hacia el camino de la fe: ¿Quién es Jesús?.
El reino está cerca, Jesús abandona ya a los que lo rechazan y se dedica a
instruir a sus discípulos, instrucción que va encaminada hacia el punto cumbre
que será la confesión de Pedro, roca de la iglesia que proclama al Hijo de Dios
(16, 13-20); el episodio que nos ocupa a nosotros, es anuncio de esta
confesión y a la vez anuncio del acontecimiento de la transfiguración (17, 1-3),
que será sobre todo una revelación del Padre hecha a los discípulos13.
Esta sección constituye, sin duda, una catequesis en torno a la fe y frente a
los titubeos y dudas de los discípulos; seguidamente vendrán una serie de
curaciones, la segunda multiplicación de los panes y la confesión de fe y
primado de Pedro, tras la cual se producirá el primer anuncio de la Pasión,
como si Jesús pretendiese instruir a sus discípulos en la necesidad de la cruz
como camino necesario para alcanzar la auténtica confesión de fe que consiste
en proclamar que Jesucristo es Hijo de Dios; he aquí la importancia principal
del texto que se propone: anuncio de la confesión definitiva.
Será conveniente no extendernos más en este apartado, pues muchas de las
cosas que aquí podríamos decir, o bien han sido dichas ya o bien serán dichas
en los apartados siguientes.
IV. ANÁLISIS HISTÓRICO-DIACRÓNICO.
4.1 Lectura sinóptica: semejanzas y diferencias.
Cuando nos referimos a la cuestión sinóptica nos estamos refiriendo a la
lectura de las semejanzas entre ambos textos.
Con la entrada del racionalismo en el estudio bíblico, los estudiosos
comienzan a preguntarse cómo explicar la gran cantidad de diferencias que
encontramos en los Evangelios Sinópticos. En Mt, Mc y Lc las semejanzas son
enormes, hasta el punto de que se pueden disponer en columnas paralelas,
Página2
13
Charpentier-Poittevin, “El evangelio según san Mateo”.
23. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
haciendo una sinópsis, para de este modo poder realizar la lectura sinóptica. El
texto al cual estamos dedicando este estudio es de tradición doble, es decir,
sólo aparece en dos de los Evangelios Sinópticos, con paralelos en Juan que
serán debidamente estudiados, por lo que su lectura sinóptica resultará más
sencilla. Para una mejor visualización tendremos que tener en cuenta que:
Lo común a los dos aparece con un tipo de letra diferente.
Lo propio de Mateo aparece con subrayado doble.
Lo propio de Marcos aparece en cursiva.
Mc 6, 45-52
Mt 14, 22-33
45
Y al instante apremió a sus
discípulos a montar en la
y al momento apremió a
22
barca y a ir delante a la
los discípulos a montar otra orilla, junto a Betsaida,
en la barca y a ir mientras él despide a la
delante de él a la otra multitud.
orilla mientras despedía 46
Y tras dejarlos se fue al
a las multitudes. monte a orar. 47Y cuando
23
Y, habiendo despedido a las caía la tarde, estaba ya
multitudes, subió al monte, tiempo la barca en medio del
aparte, a orar. Y cuando mar y él solo en tierra. 48Y
la tarde caía, estaba allí viéndolos atormentados al
solo. navegar, pues el viento iba
24
Y la barca distaba de en contra de ellos, hacia
tierra ya muchos estadios
atormentada por las olas,
pues el viento iba en la cuarta vigilia de la
contra. noche, viene hacia ellos
25
Y en la cuarta vigilia de caminando sobre el mar, y
la noche, vino hacia quería rebasarlos.
ellos caminando sobre 49
Y al verlo
el mar. caminando sobre el mar,
26
Y los discípulos, al verlo pensaron que era un
caminando sobre el mar, fantasma y chillaron.
se asustaron diciendo:
Es un fantasma;
Y gritaron de miedo.
27
Y entonces (Jesús) les 50
Pues todos lo vieron y se
habló diciendo: asustaron.
¡Ánimo! Soy yo, ¡no Y entonces él habló con
temáis! ellos y les dice:
28
¡Ánimo! Soy yo, ¡no Temáis!
Y respondiéndole Pedro dijo:
Señor, si eres tú, dispón que
yo vaya hacia ti sobre las
aguas.
Página2
29
Y él dijo: Ven. Y, bajando de
la barca, Pedro
24. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
caminó sobre las aguas y fue
hacia Jesús.
30
Pero al fijarse en el (fuerte)
viento tuvo miedo, y
empezando a hundirse gritó
diciendo: Señor, sálvame.
31
Y entonces Jesús
extendiendo la mano lo agarró
y le dice:
¡Qué poca fe! ¿Por qué
dudaste?.
51
Y subió con ellos a la
32
Y habiendo subido ellos a barca y cesó el viento
la barca, cesó el viento. (más) extasiados se quedaron
33
Y los que (estaban) en la ellos.
barca, lo adoraron diciendo:
33b
Verdaderamente eres Hijo
de Dios.
Como podemos observar, casi el texto integro de Mateo aparece recogido en
Marcos, es decir, Mateo respeta el texto original de Marcos, con algunas
excepciones referentes al estilo propio de cada autor.
El material propio de Marcos es escaso, pero en cambio, en la exposición
marcana se nota la presencia de ciertas tensiones. La indicación inicial “hacia
Betsaida”, deja un poco en duda cual es el lugar real del destino, pues
Betsaida quedaba al lado septentrional del lago, mientras que los discípulos
desembarcarán en Genesar, que se encuentra en la ribera occidental, aunque
también cabe la interpretación de que los discípulos, al haber sido desviados
por el viento contrario, desembarcarán finalmente en la costa occidental. Las
indicaciones temporales no son del todo claras, pues cuando el autor apunta
que ya había anochecido, deja un largo espacio intermedio hasta “la cuarta
vigilia de la noche”.
De forma especial resulta interesante la indicación “y quería rebasarlos”,
indicación que no aparece en Mateo. Rudolf Schnackenburg apunta en
referencia a esto:
“Ellos debieron ver algo de su gloria, como Moisés cuando en el
Sinaí vio pasar delante de él la gloria de Dios (Ex 33, 21-23) o como
cuando Elías vio pasar delante de él al Señor en el monte Horeb en
una suave brisa (1Re 19, 11s). Jesús “viene hacia ellos” al igual que
Yahveh vino hacia los antiguos varones de Dios, no en la plenitud de
su majestad, sino sólo en un acercamiento misterioso a fin de que
cobrasen conciencia de su presencia concreta. Los discípulos
deberían haber sacado consuelo y fuerzas de la proximidad y
presencia benevolente de su Señor. Pese a todo, los discípulos no
Página2
comprenden nada, creen ver un fantasma y empiezan a gritar.”14
14
Rudolf Schnackenburg, “El Nuevo Testamento y su mensaje” ed. Herder; Barcelona 1980.
25. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
En el relato de Marcos, Jesús habla con ellos, con todos ellos, quiere evitar la
imagen de fantasma, aunque en el fondo sigue imperando ese sentimiento de
tensión al que hacíamos referencia anteriormente.
El relato de Pedro caminando sobre las aguas no aparece en Marcos, lo
omite, es material propio de Mateo. Jesús sube a la barca con ellos y cesa el
viento, a continuación Marcos apunta que “(más) extasiados se quedaron
ellos”; cabría aquí recordar que el estilo de Marcos es popular; le gusta sustituir
las conjunciones coordinativas por y o y luego; algunas frases son poco
correctas, como ocurre en la presente, donde a simple vista parece presentar
alguna carencia sintáctica, pero al autor no le importa demasiado, lo que
pretende es narrar los acontecimientos tal y como ocurren, en sí mismos;
podemos pensar que con esta expresión persigue describir la reacción que el
poder de Jesús provoca sobre los discípulos. Es sin duda alguna, un puro
“éxtasis religioso” que conduce a la respuesta de la adoración sin más, lo que
importa es ese “éxtasis”. El relato podría haber terminado aquí, pero se retoma
de nuevo el hilo que se abandonó en el versículo 48; la tempestad se calma y
con la calma la narración de revelación se amplía hasta convertirse en milagro
de salvación. El autor omite la confesión de fe que aparece en Mateo, quizás,
como apuntábamos anteriormente, porque lo que aquí se quiere resaltar es
algo diferente, la aclaración de los “corazones ofuscados” mediante la
manifestación del poder de Jesús.
Joachim Gnilka al realizar el estudio de esta perícopa en Marcos apunta lo
siguiente:
“En la tradición de esta perícopa, Marcos habría tenido interés en
los siguientes puntos: cuando destaca la afirmación de que Jesús
mismo despidió a la muchedumbre, está subrayando la idea de que
también este acontecimiento milagroso está destinado de manera
especial a los discípulos. Ante sus ojos tiene lugar la revelación; a
ellos se concede la salvación. La estrecha conexión que existe entre el
caminar sobre el mar y la multiplicación de los panes y peces en 52
arroja nueva luz sobre este último milagro. Esa conexión confirma
que Jesús se reveló también en el dar de comer a la muchedumbre. Se
reveló como el que trae la salvación e Hijo de Dios, pero los
discípulos no lo reconocen como tal. Su incredulidad, que se
convierte en problema especial a la vista del mayor reproche, no
descalifica el suceso milagroso, sino que delimita su alcance. La
revelación se da en la cruz, que constituye su punto culminante y
desde la que se mide todo lo que sucede con anterioridad a ella”.15
Como ya hemos apuntado y más tarde analizaremos, en el evangelio de
Mateo la perícopa concluye con la confesión de fe; aquí no ocurre así. Los
discípulos aún no habían entendido, en Marcos tendremos que esperar hasta el
versículo 39 del capítulo 15 para que se produzca la confesión de fe plena que
dará sentido a todos los acontecimientos, confesión que se producirá ante la
cruz de Cristo, con la revelación del secreto mesiánico: Jesús, buena noticia,
mesías, Hijo de Dios.
Página2
15
Joachim Gnilka, “El evangelio según san Marcos”, ed. Sígueme.
26. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
En cuanto al material propio de Mateo, como podemos observar, es bastante
amplio. Las coincidencias con respecto a Marcos se limitan al acontecimiento
propiamente dicho, así el episodio de Pedro caminando sobre el mar sólo
aparece en el relato mateano, ni tan siquiera en el paralelo joánico aparece, es
material exclusivo de Mateo, material del que más tarde hablaremos.
Una de las constantes narrativas en la obra de Mateo es la presencia del
nombre de Jesús presentado ya desde el principio como el Emmanuel,
respondiendo a éste mismo título aparece aquí. En varias ocasiones durante
todo el evangelio, Mateo gusta de insistir en la búsqueda de la soledad por
parte de Jesús, así, en el versículo 23 puntualiza que Jesús subió al monte a
orar, pero solo.
Al leer la perícopa detenidamente nos percatamos de que en el relato
mateano es Jesús quien toma la iniciativa, quien sale al encuentro de una
forma especial. Como ya se apuntó en ocasiones anteriores, el evangelio de
Mateo es el que hemos llamado “eclesial” , ya así lo demuestra la presencia de
en el versículo 26 de “los discípulos”, expresión que actúa aquí como sujeto de
la oración, mientras que en Marcos se daba por presupuesto en Mateo se
resalta la presencia de los discípulos a quien va dirigida la enseñanza, pues
ellos constituyen en el momento concreto la iglesia naciente y su ministerio se
circunscribe cada vez más a los discípulos.
Sin duda alguna, los dos materiales propios de Mateo que más resaltan aquí
son, por un lado el episodio de Pedro caminando sobre el mar y la confesión de
fe. El primero constituye una auténtica catequesis en torno a la fe, ante los
titubeos y dudas de los discípulos y la iglesia misma, representada ahora por
Pedro como cabeza. La confesión de fe constituye igualmente uno de los
momentos culminantes del relato mateano que no recogen ni Marcos ni Juan,
se trata de ya del anticipo de un final que se centrará en el reconocimiento de
Jesús como el nuevo Moisés, el Emmanuel, el Κυριε ante quien los discípulos
volverán a dudar. Como decíamos, en Mateo el centro es Jesús y su palabra,
pues él es el único poderoso en palabras y en obras.
Ya en el apartado dos calificamos el relato como relato de milagro;
observando aquí las diferencias con Marcos, podemos observar como en
Mateo el milagro se presenta como un encuentro personal de Jesús con el
paciente, aunque en este caso no hay paciente propiamente dicho, sino que el
milagro se produce al caminar sobre las aguas y cesar el viento; pero se
observa la presencia del encuentro personal de Jesús con Pedro, característica
fundamental del evangelio de Mateo. Jesús y Pedro quedan en primer plano y
los demás discípulos quedan como personajes secundarios, Mateo ni tan
siquiera hace referencia a los restantes que iban en la barca, sino que los
designa con el plural generalizador, al igual que Marcos, pero con la diferencia
que ya apuntamos de que Mateo sí quiere especificar que se trata de los
discípulos.
Estos son algunos de los rasgos esenciales del relato propio de Mateo que
junto con otros se analizarán seguidamente en los puntos respectivos.
4.2 Formación y evolución del texto.
Para el estudio de la formación y evolución del texto, cabe advertir que
Página2
tomaremos como punto de salida la teoría de las cuatro fuentes de Boismard
27. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
(1977) que es, quizás, la mejor aceptada hoy en día. Esta teoría consiste en la
distinción de tres tipos de influencia o dependencia entre los documentos:
A B C Q
Origen Dichos y Tradición de Colección
Origen palestino, hechos. origen de
judeo- Ambiente palestino, sentencias
cristiano. pagano- distinta de la que
Dichos y cristiano. tradición A. conocen Mt
hechos. y Lc.
Intermedio Mc-int. Mt-int.
Proto-Lucas
(bastante perfilado)
Jn
Mt-propio Lc-propio
Fase
final
rMc rMt rLc rJn
Todo este conglomerado de flechas, que a simple vista parece tan
complicado, no lo es tanto; veamos rápidamente algunas explicaciones al
respecto16:
Tradición marcana. Marcos ha influido en Mateo y Lucas en la estructura
general de sus evangelios y en la estructura literaria. La teoría añade que
Marcos tiene dos fases en la elaboración. Hay un Marcos intermedio que
utiliza las tres fuentes A, B y C, combinándolas entre sí, pero con distinto
nivel de utilización, ya que toma como base principal la fuente B,
paganocristiana. En la última fase de la tradición, Marcos-intermedio tiene la
misma estructura que tendrá luego la redacción final, rMc, pero esta recibirá
Página2
16
Estas notas aparecen en: “Apuntes sobre evangelios sinópticos”, elaborados por Ramón García.
28. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
elementos del Mateo-intermedio, incluso del Proto-Lc, aunque de forma muy
débil, y sólo a nivel estilístico. RMc retoca con su estilo el Marcos-
intermedio, a partir de estas influencias.
Tradición mateana. El Mateo-intermedio tiene su fundamento en A, pero
introduce además, y sobre todo, Q, que no conoce el Marcos-intermedio.
Mateo-intermedio no conoce ni el documento B ni el C. En su fase última, el
rMt recibe influencia de Mateo-intermedio y Marcos-intermedio. En las
secciones comunes sustituye el texto de Mateo-intermedio por Marcos-
intermedio, en las que no lo son sigue sobre todo Mateo-intermedio. Añadió
además el material propio (Mt-propio), y finalmente retoca con su estilo y
vocabulario lucano proveniente del Proto-Lucas, sin que la estructura final
del rMt se vea afectada.
Tradición lucana. El proto-Lucas tiene una base de información riquísima,
porque conoce A, B, C y Q, los cuatro documentos, aunque su fuente
principal es el Mateo-intermedio, y sobre todo, en los relatos de la pasión, el
documento C. También conoce Q, con influencia directa de B y de A a
través de Mateo-intermedio.
Una de las grandes dificultades que plantea ésta teoría es que Marcos
parece conocer a Q a través del Mateo-intermedio, y sin embargo en la
redacción final omite cosas importantísimas contenidas en Q y en el Mateo-
intermedio que recibe la influencia de esta.
4.2.1 Niveles redaccionales de Mateo/Marcos17.
En relación al relato de Marcos, según Boismard, cabe la posibilidad de que
haya sido el Marcos-intermedio quien haya combinado los relatos de los
Documentos A y B. Cabe la posibilidad de que el último redactor Marco-Lucano
haya realizado algunos retoques literarios, como por ejemplo:
Sustitución de “habiendo despedido” , en el versículo 46 del relato de
Marcos por “habiéndose despedido”, que aparece en Mateo, expresión de
tipo más lucana que marcana.
Duplicación del verbo ver, proveniente del documento B, en los versículos
49 y 50 del relato de Marcos, dando así un motivo para los gritos de los
discípulos. En Mateo se añade “por el temor” delante de “gritaron”.
En lo referente al relato actual de Mateo, y siguiendo al mismo autor, se
presupone la combinación de los dos documentos, al igual que ocurría en
Marcos; es también del último redactor mateano que recoge el texto del
Marcos-intermedio. Aún así, es bastante probable que el Mateo-intermedio
incluyese también el relato de Jesús caminando sobre las aguas, aunque sólo
según el documento A. Pero, nos preguntamos junto con Boismard: “¿Ha
dejado alguna huella este Mateo-intermedio en el relato actual de Mateo?. La
respuesta a esta pregunta resulta bastante difícil; Boismard nos aporta dos
indicios, aunque, como él mismo apunta, ninguno de ellos tiene valor de
prueba:
Página2
17
Seguiremos muy de cerca para la realización de este punto la “Sinópsis comentada” de Boismard, tomo
II, donde comenta el autor todas las perícopas.
29. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
“De las dos expresiones “andando sobre el mar” (vv.25-26), Mateo
tiene la primera en acusativo y la segunda en genitivo, mientras que
Marcos tiene las dos en genitivo. Hemos visto que la segunda procede
del Documento B y la primera del Documento A. Es verosímil que el
Documento A tuviera el acusativo, mientras que el Documento B
tuviera el genitivo. Mateo es, pues, el único que ha conservado el
acusativo del Documento A. ¿Prueba esto que lo ha recibido
directamente del Mateo-intermedio? No, porque la distinción entre
acusativo y genitivo podía encontrarse también en el Marcos-
intermedio, y la armonización podía haber sido realizada en el último
nivel redaccional de Marcos.
El otro indicio es bastante difícil de exponer por su complejidad.
Los vv. 23b-24 de Mateo son bastante diferentes de los vv. 47-48ª de
Marcos. Nótese especialmente que Mateo sólo retiene del v. 48 de
Marcos el verbo “fatigar”, que él refiere a la nave y no a los
discípulos; no tiene, por tanto, la precisión “de remar” que leemos
también en Jn 6, 19 y que provendría del Documento B. La actividad
redaccional del Marcos-intermedio podría entonces explicarse de esta
forma: él leía en el Documento A un texto de estructura análoga al de
Mt 14, 24; queriendo introducir el tema de los discípulos que “reman”,
procedente del Documento B, une este verbo “remar” con el verbo
“fatigarse”, refiere este verbo “fatigarse” a los discípulos, añade el
pronombre “les” en la proposición “pues el viento era contrario” y
añade también el participio “viéndoles” para formar así un pequeño
cuadro: Jesús ve a los discípulos fatigarse... La omisión de todos estos
elementos por Mateo, si los hubiera encontrado en el texto que sigue
aquí, sería difícil de explicar. Podríamos, pues, reconstruir el texto del
Documento A, en los vv. 24 de Mateo y 47-48 de Marcos, teniendo en
cuenta la precisión siguiente: la expresión de Mateo: “distaba ya de la
tierra muchos estadios”, que falta en Marcos, sería del último redactor
Mateo-lucano; Mateo no vuelve a usar el verbo “distar” es sentido
intransitivo más que en 15, 8, en una cita del A.T.; por el contrario, lo
encontramos con este sentido intransitivo entres textos de Lucas que
presentan analogías de vocabulario con la expresión de Mateo: Lc 7,6;
15, 20 y 24,13; Marcos habría conservado, pues, mejor el texto del
Documento A: “estaba en medio del mar”. El texto completo del
Documento A y del Mateo-intermedio, correspondiente al v.24 de
Mateo, tendría este tenor: “La nave estaba en medio del mar (Mc),
fatigada por las olas (Mt) pues el viento (...) era contrario”. Si se
acepta esta reconstrucción conjetural, podríamos ver en el v. 24 del
Mateo actual un eco del Mateo-intermedio y por tanto del Documento
A.
Siguiendo los análisis de Boismard que ya hemos apuntado, podemos
concluir que el relato del Documento A tendría aproximadamente esta forma:
“Y al momento obligó a los discípulos a montar
en la nave y a ir por delante de él al otro lado
Página2
mientras despedía a las gentes. (...) Y la nave
estaba en medio del mar, fatigada por las olas,
30. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
pues el viento era contrario. A la cuarta guardia
de la noche, va hacia ellos andando sobre el
mar. (...): (creyeron que era un fantasma) Y
gritaron, y les habló (...): Tened ánimo. Y subió con
ellos en la nave y se calmó el viento”.
En la reconstrucción del texto, aparece entre paréntesis la frase “creyeron
que era un fantasma”, porque cabe la posibilidad de que no se encontrara en
el texto original del Documento A.
En el relato de Marcos esta frase va introducida por el verbo “creyeron”, que
no parece ser de redacción marcana, sino que más puede que proceda del
último redactor Marco-Lucano. En el relato de Jesús caminan sobre las aguas
de Mateo, con toda probabilidad, esta frase fue introducida en los últimos
niveles redaccionales marcano y mateano.
Por la expresión “tened ánimo” que aparece en el Documento A no hemos de
entender unas palabras tranquilizadoras dirigidas por Jesús a unos que son
presa del miedo; lejos de esto, lo que Jesús intenta con estas palabras es
infundir valor ante la dificultad presente (cf. Mt. 9, 2.22) y animar a sus
discípulos, que llevando el viento de cara no consiguen poder avanzar, de
hecho, el viento se calmará nada más subir Jesús con ellos a la nave. A esto
podemos sumarle que el matiz del verbo “gritaron” no es de terror exacerbado,
puesto que el tema del “fantasma” no es original del Documento A. Para
explicar esto con mayor claridad nos ayuda el paralelo bíblico de la historia de
Jonás, donde podemos observar como a causa de la agitación del mar los
tripulantes no pueden llegar a tierra: “y gritaron al Señor... y el mar calmó su
furor”. También el salmo 107 nos describe a unos marineros en dificultad que
gritan al Señor para que les ayude y venga en su auxilio. Al igual que en el
salmo y en la historia de Jonás, el grito de los discípulos es, intrínsecamente,
una petición de ayuda y no un grito de terror. Con todo, en el Documento A, el
relato tendría este sentido:
Se para el avance de los discípulos a causa del fuerte viento.
Jesús, caminando sobre el mar, se dirige hacia ellos.
Los discípulos gritan invocando el auxilio de Jesús.
Jesús contesta: “tened ánimo”. Sube a la barca con ellos y el viento se
calma.
El llamado Testamento de los Doce Patriarcas presenta un paralelo con el
presente relato del Documento A donde se narra un sueño que tiene Neftalí. En
el apartado dedicado a las tradiciones subyacentes haremos alusión a este
relato y lo desarrollaremos más ampliamente. De momento apuntaremos que el
Documento A podría tener un contenido semejante al relato del sueño de
Neftalí. Se establecemos esta semejanza, con la expresión “hacia la cuarta
vigilia de la noche”, el autor podría estar evocando la Parusía y el tema de la
venida de Jesús al final de los tiempos. Desde este supuesto Jesús ya no
estaría junto a los discípulos sino que se encontraría ya junto a Dios,
habiéndose producido la resurrección, y los discípulos se encontrarían
luchando con la tribulación anterior a la Parusía; ante la desesperación, Jesús,
Página2
el κυριε, viene hacia ellos para facilitarles la travesía que conduce a Dios. Esta
31. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
interpretación sería válida también para justificar la transposición que hace
Lucas de algunos datos de este relato en la aparición de Cristo resucitado a los
Once. Otra conexión que cabría, desde esta interpretación, es la estrecha
relación de esta perícopa con el episodio de la transfiguración, cuya lectura
podría ser que Jesús anticipa ya a los discípulos lo que será el final de la
travesía, pero instando al Secreto Mesiánico18, pues aún no se ha concluido la
travesía, por parte de los hombres, como camino al Padre.
Del Documento B, poco hemos de decir, pues se encuentra sustancialmente
en el relato de Juan 6, 16-21, con la excepción del versículo 17b que es sin
duda adición joánica junto con otros detalles que dificultan el acercamiento al
Documento B, menos cuando está apoyado por el relato de Marcos.
En relación al episodio de Pedro, apunta Boismard19:
“Al añadir el episodio de Pedro caminando sobre las aguas a
imitación de Jesús (Mt 14, 28-31), el último Redactor mateano evoca
el precedente de la tempestad calmada y acentúa la significación
soteriológica del acontecimiento; por la fe es como los hombres
pueden, siguiendo a Jesús y por su medio, escapar de la muerte.
Cuando los discípulos proclaman: “Verdaderamente, eres hijo de
Dios” (Mt 14, 33), anticipan la confesión de fe del centurión romano
después de la muerte de Jesús (Mt 27, 54), que hay que entenderla en
la línea de Sb. 2, 18-20: Dios libra a su “hijo” de la muerte. Nótese en
el v. 31 el verbo “asir” (agarró), que podría ser la firma del último
Redactor Mateo-lucano (1/1/5/0/7/4)”.
A modo de resumen, podemos apuntar que el episodio de andar sobre las
aguas, parece ser definitivamente, aportación propia de Mateo, quien inserta,
como en otras ocasiones, un material referente a Pedro dentro del material
marcano. Esto nos indica la posibilidad de que el evangelio de Mateo haya
surgido en alguna comunidad relacionada de forma especial con Pedro,
posiblemente se trate de Antioquía. El vocabulario con que se nos presenta el
acontecimiento, es un vocabulario típico de Mateo, con palabras que aparecen
sólo en su evangelio en todo el Nuevo Testamento, como ocurre con
“katapontídsein” y “distádsein”, así como la palabra “kyrie”, en referencia a
Jesús, que es también típica de las narraciones de Mateo. Hemos visto como
en el relato de Marcos prevalece el “secreto mesiánico” de forma especial,
aunque aparece también en el relato de Mateo, pero en est es más de resaltar
la imperante finalidad de Mateo por idealizar a los discípulos, presentándolos
como si realmente hubiesen entendido lo ocurrido con el reconocimiento de
Jesús como Hijo de Dios.
Lucas por su parte, durante dos capítulos omite el relato de Marcos y pasa de
la multiplicación de los panes a la confesión de Cesarea de Filipo. Esta omisión
ha sido explicada de diversas formas y por diversos motivos, recogemos aquí
la que apunta Boismard20:
18
La manifestación plena de Jesús como Hijo de Dios está reservada al momento de la resurrección, por
ello es el mismo Jesús quien pide que no se difundan las obras que realiza, hasta que no llegue el
momento oportuno. El llamado Secreto Mesiánico es más propio y se manifiesta de una forma más clara
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en el evangelio de Marcos.
19
Boismard, “Sinópsis comentada”, tomo II.
20
Cf. Boismard, “Sinópsis comentada”, tomo I.
32. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
“Lo más probable parece ser que Lucas lo omitió, porque por una
parte se trataba de material más o menos duplicado (v.g. la segunda
multiplicación de los panes) o sin interés para sus lectores gentiles
(v.g. la discusión sobre el lavarse las manos), y por otra parte, si no
hubiera hecho omisiones por este estilo, no le hubiera cabido todo el
material, dada la ordinaria longitud de los rollos de que podía
disponer, que solía ser de unos 11 metros. Muchas de la abreviaciones
de Mateo efectúa de Marcos posiblemente tienen la misma
explicación”.
Después de haber analizado la evolución del relato, podemos intentar
acercarnos al primer sitz im leben, es decir, al Jesús histórico, al contexto
donde nació este episodio.
También nos preguntamos aquí por la historicidad del episodio, ¿podemos
saber si realmente ocurrió así?; para ello tendremos que remontarnos a los
criterios de historicidad de los evangelios. Los postbulmanianos y M. Robinson
junto con Ekäsemann, proponen que hay que investigar la continuidad entre el
mensaje o acontecimiento real del Jesús terreno y el kerygma del Señor
resucitado en la Iglesia primitiva, y no sólo eso, sino además, si el Señor
resucitado está en continuidad con el Jesús histórico.
Si analizamos esto, nos encontramos con lo siguiente:
Los evangelios continúan la mismísima tradición. La relación de Jesús con
sus discípulos es muy estrecha.
Por ello existe una continuidad sociológica entre la comunidad prepascual y
postpascual de discípulos, es decir:
La generación siguiente a Jesús y los mismos discípulos, sienten
ya un gran respeto y veneración por el Maestro como factor de
cohesión interna del grupo. Veneración por sus palabras y los
acontecimiento vividos.
Hay una constante alusión a la misión apostólica prepascual. El
anuncio del Reino y su propagación. El tema de la predicación es
el Cristo Resucitado.
Poseemos también una serie de criterios de historicidad presentados por
René Latourelle: testimonio múltiple, criterio de discontinuidad, criterio de
continuidad y explicación necesaria21.
Teniendo en cuenta todo esto y algunos otros criterios, podemos ya concluir
la originalidad propia del texto del Marcos-intermedio como quien ha
combinado los relatos de los Documentos A y B. El acontecimiento
propiamente dicho parece haber sido la tempestad y la calma del mar en el
momento de la subida de Jesús. ¿Quiere esto decir que el relato de Pedro
caminando hacia Jesús no es histórico?. Si nos ciñésemos exclusivamente a
los textos escritos, podría llegar a afirmarse. Pero por otro lado hay una serie
de aspectos que no podemos olvidar:
Página2
21
Cf. René Latourelle, “A Jesús, el Cristo por los evangelios”.
33. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Recordemos que una de las características del evangelio de Mateo es
“dejar en buen lugar a los discípulos”. En cambio, en este episodio, Pedro,
cabeza de la iglesia naciente, es acusado por el mismo Jesús de “falta de
fe”.
La comunidad primitiva confía ya en primado de Pedro, ¿por qué no
suprimir un texto que pone en duda su fe?.
Como ya vimos en otro apartado, el relato mateano es un relato en el cual
“se cumplen las Escrituras”, aquí, como a continuación veremos, también se
cumplen las escrituras.
Parece ser, pues, que hemos de dar crédito histórico al acontecimiento del
encuentro de Pedro con Jesús, (al acontecimiento del encuentro como tal,
indistintamente de la forma) crédito histórico que viene acompañado de una
gran cantidad de simbolismos y mensajes que más adelante analizaremos.
4.3 Tradiciones subyacentes bíblicas o extrabíblicas.
Una de las características más relevantes del relato de Mateo es la utilización
de la Escritura, provocando una profunda reflexión para hacer, de este modo,
ver en Jesús el cumplimiento de todo lo anunciado en ellas, las promesas
hechas por Dios a su pueblo y a los pueblos de toda la humanidad y de toda la
historia.
Vamos, en este apartado, ha analizar en primer lugar las tradiciones de
carácter bíblico y en un segundo momento analizaremos otras de carácter
extrabíblico.
La primera de las referencias bíblicas que encontramos nos remite al libro de
Job, concretamente al capítulo 9, donde en el versículo 8 se dice:
“Él solo desplegó los Cielos y holló la espalda de la Mar”.
Este versículo del libro Job aparece en el relato de Mateo como: “caminando
sobre el mar”. Pero, ¿qué nos dice el autor del libro de Job?.
Sin duda alguna, se trata de una remisión a la obra de la creación donde
Dios, como creador, impone su dominio sobre los elementos naturales, incluido
el mar; así, Israel es felicitada porque el Señor la ha salvado y es él su
protector, como indica en Dt. 33, 29.
En Is. 43, 16 (proto-evangelio), encontramos:
“Así dice el Señor, que abrió camino en el mar y senda en las aguas
impetuosas”.
El profeta está recordando a Moisés, que no caminó sobre el mar, sino que
abrió el mar para que pasase el pueblo perseguido. No podemos olvidar que
para Mateo, Jesús es el Nuevo Moisés que viene al Nuevo pueblo de Israel.
Dos momentos durante la narración nos lo recuerdan: Jesús, antes de
presentarse ante los discípulos, sube a la montaña a orar, como lo Moisés,
quien baja de la montaña con la palabra de Dios dirigida al pueblo. En un
Página2
segundo momento, Jesús camina sobre el mar. Moisés abrió el mar, pero el
poder de Jesús es mucho más que el de Moisés, es un poder superior, pues no
34. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
necesita abrir el mar sino que camina sobre el como dueño y señor. Es, sin
duda, el momento de la salvación y del poder de Dios.
El salmo 77, 20-21, continúa diciendo:
“Tu camino por el mar,
un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas,
mientras guiabas a tu pueblo como un rebaño
por la mano de Moisés y de Aarón”.
Es constante la alusión a Moisés como el guía fiel del Señor para el pueblo
de Israel. El salmo 78, 20, aún va más lejos:
“Es verdad, golpeó la roca,
brotó agua y se desbordó en torrentes;
¿podrá también darnos pan
y proveer de carne a su pueblo?”.
Recordemos que en la narración de Mateo, justo antes del acontecimiento se
ha producido la multiplicación de los panes, ¿no será esa multiplicación la
respuesta a la pregunta del salmista?; ¿tras la respuesta, no aparece el
“camino sobre el mar”?.
El pueblo erraba por el desierto “atormentado”, y de pronto, ante la dificultad,
aparece Jesús “caminando por el mar”, para salvar la barca que ya está a la
deriva, camino que es superación y soberanía sobre el ímpetu del mar.
Estas son las tres referencias más directas sobre el relato de Mateo, pero de
una forma más indirecta aparecen también otras, como por ejemplo Ex. 3, 14:
“Dios dijo a Moisés:
“Soy el que soy”. Esto dirás a los israelitas:
“Yo soy” me envía a vosotros”.
En el versículo 27 del relato mateano, Jesús, ante el miedo de los discípulos,
se dirige hacia ellos con la mima fórmula:
“¡Ánimo! Soy yo, ¡no temáis!”
Como podemos ver, algunas tradiciones bíblicas hay subyacentes al texto
propuesto. Tradiciones que, desde el punto de vista bíblico, nos vienen a
confirmar lo que ya antes apuntamos: Jesús es el nuevo Moisés que sale al
encuentro del nuevo pueblo de Israel para salvarlo de su esclavitud.
El versículo 30 del relato de Mateo, recoge el grito de súplica que hace Pedro
al percatarse de que se está hundiendo. El salmo 39, 13, nos anuncia ya lo que
va ha ser este grito de Pedro:
“Escucha mi súplica, Señor,
atiende a mi grito
no seas sordo a mis lágrimas.
Página2
Pues yo soy huésped tuyo,
Forastero como todos mis padres”.
35. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
A la hora de hablar de las tradiciones extra-bíblicas, nos hemos de limitar casi
por completo a la historia que presenta a Pedro caminando sobre las aguas,
que según la gran mayoría de autores22 debe ser considerada como una
leyenda sobre Pedro. La historia de Jesús caminando sobre las aguas es una
historia concebida desde la óptica de epifanía y la de Pedro se incluye aquí de
forma episódica, aunque esto no resta tensión e importancia al relato.
En el número 190 de la obra Yataka, de la tradición budista, se narra también
la historia del discípulo de Buda que atraviesa el río Aciravati casi
hundiéndose, el cual podría ser considerado como el modelo del discípulo
cristiano.
Dibelius apunta al respecto:
“Los cristianos relataban leyendas sobre la actividad taumatúrgica
de Pedro apóstol y, entre ellas, algunas tan fundamentales como su
liberación de la cárcel; parece que sobre Pedro discípulo hubo menos
relatos de este tipo. Este hecho resulta tan extraño como típico de la
tradición evangélica. Cabría esperar, en efecto, que se narraran o al
menos se imaginaran muchas cosas sobre el jefe del grupo de los
discípulos”.
Pero tampoco podemos olvidar que entre la leyenda que se narra en Yataka
y la historia de Pedro caminando sobre las aguas, hay una diferencia que
puede resultar esencial. En el caso de Pedro, es él quien pide al Jesús que le
llame y, siguiendo su mandato, camina sobre las aguas; Pedro es sostenido
por su fe. En cambio, en la narración budista se nos narra un milagro hecho a
favor de uno mismo, lo que sostiene al seguidor de Buda sobre el agua es el
recuerdo alegre de Buda, no su fe ni el acatamiento de la llamada.
En Apophthegmata, Bisarión 2 se narra cómo el Abad pasa un río en estado
de oración de modo que el agua no le llega más que hasta el tobillo, se trata sin
duda de un paralelo cristiano con el milagro de Pedro caminando sobre las
aguas. Pero en el caso de Bisarión falta el motivo del temor durante el milagro,
elemento que resulta importante tanto en el caso de la historia de Pedro como
en la historia india. Pero Bisarión y el seguidor de Buda son interrogados por
otra persona después del milagro –Bisarión por su discípulo y el indio por su
maestro-, en el caso de Pedro, después del acontecimiento no hay
interrogación, sino que ésta se produce antes y es la antesala para que se
produzca el milagro, muy al contrario, tras el milagro de Pedro caminando
sobre las aguas, lo que se produce es la confesión de fe.
Desde la óptica de la leyenda, Jesús sería el héroe y Pedro el místico que
intenta imitarle, como ocurre en la narración del discípulo budista.
Otro dato importante que apunta Dibelius y que hemos de tener en cuenta es
que la formación de leyendas propiamente dichas se sitúa únicamente en los
márgenes del Nuevo Testamento, como es el caso de la historia del final de
Judas (Mt., 27, 3-8); por lo que aquí resulta más difícil la inclusión de leyenda
propiamente dicha, máxime cuando es el mismo Jesús quien aparece como
protagonista principal del relato, lo cual no excluye que el mismo posea rasgos
literarios propios de leyenda.
Página2
22
Cf. Matín Dibelius, “La historia de las formas”, ed. Edicep.
36. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Como conclusión a este breve estudio de la tradiciones subyacentes, diremos
que, por lo visto hasta el momento, la tradición subyacente predominante es la
bíblica con el relato de Jonás como principal antecedente de la narración, por lo
que podemos pensar que el resto, sobre todo las extra-bíblicas, son de poca
importancia o de importancia relativa, pues como ya vimos, el relato de Jonás
recoge en sí mismo los requisitos necesarios para la presentación de Jesús
como el nuevo Moisés.
V. ANÁLISIS SEMÁNTICO.
A través de este apartado y de sus diversos puntos, intentaremos una
profundización desde el punto de vista semántico.
5.1 Palabras y temas clave23.
Página2
23
Cf. Juan Mateos-Fernando Camacho, “Evangelio, figuras y símbolos”. Nota: algunos de los datos
utilizados se pueden encontrar en la obra apuntada.
37. Mt. 14, 22-33. “Travesía contra corriente” por Pedro Martínez
Las multitudes.
Se trata de un término de aparición común y constante en el transcurso de
los hechos. Cuando el evangelista hace alusión a las multitudes, no hemos de
entender una gran masa de personas, sino que más bien hemos de ver en esta
expresión una alusión a la universalidad del mensaje proclamado. En la
multitud quedan recogidos todos los sexos, edades y condiciones. Es, por
tanto, el signo de la universalidad y no una simple indicación numérica.
Sólo en dos ocasiones encontramos el término multitud en el evangelio de
Mateo, las dos veces en singular (singular generalizador), 8 veces aparece en
Marcos, 19 veces en Lucas y seis en Juan.
El monte.
El monte era considerado, tanto en la cultura judía como en las paganas,
como el lugar donde habitaba la divinidad y donde el hombre se comunicaba
con ella; era como el lugar de contacto entre el pueblo y Dios.
En el Antiguo Testamento, la proximidad de Dios y el lugar que éste elige
para manifestarse es el monte. Siguiendo la misma línea, cuando el evangelista
menciona el monte, sin decir el nombre ni la localización, busca hablar no tanto
del monte real cuanto de la presencia y acción divinas, así como del lugar
idóneo de oración.
El monte, como figura terrena, cuando está en relación con Jesús, denota la
esfera divina en contacto con la historia humana, es decir, el ámbito divino se
“hace” ámbito humano. En el monte se realizan acciones de gran significado
que están en conexión con la esfera divina y el monte se puede considerar
como la antesala de la acción divina, de los milagros de Jesús como
manifestación de su poder y divinidad.
Después de la multiplicación de los panes, Jesús sube al monte, solo. Se
denota aquí el paralelo con Moisés, Jesús es el nuevo Moisés. En Éx. 34, 3,
después de la idolatría del becerro de oro, Moisés sube solo al monte; en Mc.
6, 46 y Mt. 14, 23, ante la incomprensión de los discípulos en el episodio de la
multiplicación de los panes, Jesús sube al monte a orar.
Algunos “montes significativos”:
Montes de Gerasa: alusión al culto pagano.
Plural montes: alusión a la pluralidad de dioses.
“El monte ese”: designa el monte donde se encuentra el templo.
“Monte altísimo”: en las tentaciones de Jesús (Mt. 4, 8), indica la soberbia
del poder.
El término monte aparece 14 veces en todo el evangelio de Mateo, frente a 8
que aparece en Marcos y Lucas y 5 en Juan, con lo cual ratificamos lo dicho
anteriormente sobre el simbolismo del monte en relación con el nuevo Moisés.
La barca.
El término barca aparece 13 veces en todo el evangelio de Mateo, frente a 14
en el de Marcos y 4 en el de Lucas.
Se trata de un espacio cerrado y como figura se usa para expresar ciertos
Página2
aspectos de una comunidad humana. La barca es algo “dinámico”, es decir,
connota desplazamiento, máxime cuando se indica que estaba atormentada