La templanza es la virtud que modera la atracción por los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes. Implica orientar el placer hacia el bien objetivo y no dejarse llevar por los apetitos. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y la honestidad de los deseos, elevando la dignidad personal al regular los impulsos de manera que se encaucen y se den en el momento oportuno, sin reprimirlos. La templanza no es fácil de lograr y requiere vencer las tentaciones mediante actos
2. ¿Qué es la templanza?
La templanza es la virtud que modera la
atracción de los placeres y procura el
equilibrio en el uso de todos lo bienes.
La persona templada orienta el placer, que
es subjetivo, hacia el bien objetivo, guarda
una sana discreción y no se deja arrastrar
por el apasionamiento.
3. Asegura el dominio de la voluntad sobre los
instintos y la honestidad de los deseos,
también al regular los instintos de una
persona, eleva la dignidad personal.
4. El placer
El placer como tal no es malo, es natural y
las personas lo buscan por que les hace
sentir bien… Solo que tendemos a
sobrevalorarlo cuando lo anteponemos a
otras cosas mas importantes para nuestro
desarrollo.
5. A los placeres o gustos que tienen su
principio y su fin en lo físico y que de
alguna manera también están presentes en
los animales no racionales, es a lo que se le
conoce como placeres sensibles.
6. En una época como la nuestra,
existe un ideología, que
constantemente nos invita la
búsqueda del placer y a tratar
de huir de lo que cuesta
trabajo…. Pero esto es un
engaño.
7. Debemos usar la inteligencia para no caer en
la trampa de querer conseguir las cosa de
manera siempre fácil.
8. Los impulsos
El acto de moderar nuestros impulsos no
tiene como fin suprimirlos o reprimirlos, si
no encausarlos darles el lugar y momento
oportuno…
9. No se trata de una destrucción si no de
una humanización de los actos de la
persona. Cada acto sensible debe ser
considerado por la inteligencia para que
haga un análisis, un dictamen y un juicio
sobre como debe ser ese acto.
10. Podría ser que un adolecente recibe carisias
de su novio (a) y respecto de lo cual la
inteligencia deba regular al momento la
forma y mantener muy clara la finalidad.
11. Recordemos que las virtudes como la templanza
se alcanzan con repetición de actos
gobernados por la voluntad y que de igual
manera, los vicios o hábitos malos también se
adquieren repitiéndolos sin gobierno.
12. La templanza pide, pues, vencimiento propio
y capacidad de mortificación pero todo
esto no lleva a la tristeza pues
precisamente evita el sufrimiento que
provocan los excesos, y constituye así una
forma de asumir positivamente nuestros
limites.
13. La templanza no es una virtud sencilla,
pues las tentaciones brotan con facilidad y
cuando empezamos a ceder a ellas llega el
momento en que perdemos la seriedad, nos
volvemos vulnerables y cometemos la falta.