2. +
Introducción
El Espíritu Santo es la tercera persona
de la Trinidad y, por lo tanto, es Dios
mismo.
Además, el Espíritu Santo es uno de
los personajes principales de la Biblia.
Lo encontramos desde el primer
capítulo de la Biblia (Gen 1.2) hasta el
ultimo (Ap. 22.17).
3. +
Temario
El estudio de la pneumatología, es
decir, de la doctrina sobre el Espíritu
Santo, nos va a llevar a considerar los
siguientes temas:
La teología bíblica sobre el Espíritu Santo
Apuntes teológicos sobre el Espíritu Santo
Errores a evitar al hablar sobre el Espíritu
Santo
5. +
En el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo
aparece por primera vez en el contexto de la
creación (Gen. 1.2), donde juega un rol
particular.
En las narrativas del AT, el Espíritu Santo se
presenta como una fuerza que viene sobre
una persona con el propósito de capacitarla
para desarrollar una tarea específica (e.g.
Sansón en Jueces 14).
6. +
La acción del Espíritu
En esta etapa de la revelación bíblica,
el Espíritu no permanece en el
creyente sino que actúa solo en ciertos
momentos de la vida.
Los profetas anunciaron que Dios
habría de derramar su Espíritu Santo
sobre todo su pueblo, capacitándolo
para vivir en santidad, amor y justicia.
7. +
El Espíritu Santo & Juan el Bautista
El Nuevo Testamento recalca la importancia
de esta profecía. Veamos, por ejemplo,
cómo Juan el Bautista describe su
ministerio: “Yo a la verdad os bautizo en
agua para arrepentimiento, pero el que viene
tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de
llevar, es más poderoso que yo. Él os
bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Mt.
4.11)
8. +
Jesús, en el poder del Espíritu
El NT recalca que Jesús ministra en el
poder del Espíritu.
Jesús comienza su ministerio en el poder
del Espíritu (Lucas 2.21-22; Juan 1.32-33).
Jesús estaba lleno del Espíritu Santo
(Lucas 4.1)
El Dios Padre envía el Dios Espíritu Santo
en nombre del Dios Hijo (Juan 14.26).
9. +
El “paracleto”
El Evangelio de Juan afirma que Jesús
prometió que el Espíritu Santo sería enviado
por el Padre para acompañar pastoralmente
a la comunidad cristiana.
El título que se le adscribe al Espíritu Santo
es “paracletos”, una palabra que significa
literalmente “el llamado a estar a mi lado” y
que puede ser traducida como ayudante,
abogado, intercesor, etc.
10. +
El ministerio del Espíritu Santo
Jesús elabora el significado del término cuando
afirma los siguientes elementos sobre el ministerio
del Espíritu Santo (Juan 14 & 16):
Es el “Espíritu de Verdad” que guía a la comunidad cristiana.
Tiene un ministerio educativo, evocando y explicando las
enseñanzas de Cristo.
Dará testimonio de Cristo.
Convencerá al mundo de “pecado, de juicio y de justicia”.
Glorifica al Dios Padre y al Dios hijo.
11. +
El bautismo en el Espíritu Santo
En griego, la palabra «bautismo» quiere decir
«sumergir bajo agua».
Hablar de «bautismo» en el Espíritu Santo quiere
decir que los creyentes que recibieran este don
estarían sumergidos en el poder de Dios, rodeados
de la presencia divina. Sus pecados serían
perdonados y recibirían poder para vencer las
fuerzas del pecado. Finalmente, el bautismo en el
Espíritu Santo significa que uno comienza una
nueva etapa en su vida de fe, viviendo en una
comunión más profunda con Dios.
12. +
Pentecostés
Hechos 2 describe cómo el Espíritu Santo se derramó
sobre la comunidad cristiana primitiva durante la Fiesta
de Pentecostés, en cumplimiento de las profecías .
Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos
unánimes juntos. De repente vino del cielo un estruendo
como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la
casa donde estaban; y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno
de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu
les daba que hablaran (Hechos 2.1-4).
13. +
El milagro de Pentecostés
El Espíritu Santo capacita a los
creyentes para testificar acerca de
Jesús en distintos idiomas.
De este modo, el Espíritu Santo afirma
el carácter multicultural, multiétnico y
multilingüe de la Iglesia Cristiana.
14. +
El Espíritu de Cristo
El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios y el
Espíritu de Cristo; es uno y el mismo
Espíritu.
Romanos 8.9: “Mas vosotros no vivís según
la carne, sino según el Espíritu, si es que el
Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si
alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es
de él”.
15. +
El poder del Espíritu
El Nuevo Testamento emplea dos palabras
para referirse al poder del Espíritu Santo:
La primera palabra es “dynamis”, aparece unas
118 veces en el Nuevo Testamento y describe la
capacidad para llevar a cabo una tarea, ya sea en
el campo físico, político o espiritual.
La segunda palabra es “exousía”, que se traduce
como “autoridad” y describe el poder que ha sido
delegado a una persona en virtud del puesto que
ocupa o de la misión que ha de desempeñar.
16. +
Los dones del Espíritu
El Espíritu Santo da habilidades especiales o
“dones” a los creyentes, con el propósito de
capacitarles para la obra del ministerio.
Literalmente, la palabra que aquí se traduce como
«dones» quiere decir «regalos». Es la palabra
«xaris», en singular, y «xarismata», en plural. Esto
explica por qué algunos libros se refieren a los
dones como los «carismas» del Espíritu y por qué
las personas que buscan los dones espirituales se
conocen como «carismáticas».
17. +
Listas de dones espirituales
En el Nuevo Testamento hay tres listas de
dones.
Romanos 12.6-8
1 Corintios 12.8 al 10
Efesios 4.11-13.
Podemos dividir estos dones en tres grupos:
Dones de sabiduría, dones ministeriales &
dones de poder.
18. +
Dones de sabiduría
Tenemos dones de sabiduría, que buscan
capacitar a los creyentes para comprender
los misterios divinos y para enseñar en la
Iglesia. Entre esto se encuentran:
La palabra de sabiduría,
Y la palabra de conocimiento o «ciencia», que no
es la habilidad de adivinar sino la capacidad para
conocer y explicar los misterios divinos.
19. +
Ministerios
Los ministerios otorgados por el Espíritu Santo forman otro grupo
de dones. Entre estos se encuentran:
El apostolado, que se refiere a las personas enviadas a llevar a cabo
una misión.
La profecía, que es la capacidad para hablar en el nombre del Señor.
El evangelismo,
El pastorado,
El magisterio,
La exhortación, que es una modalidad de la predicación,
La capacidad para presidir
El don de «repartir», es decir, de administrar,
Y el don de «hacer misericordia», que se refiere principalmente a la
habilidad para ayudar a las personas pobres y enfermas proveyéndoles
el dinero o los artículos que tanto necesitan.
20. +
Dones de poder
También encontramos dones de poder, tales como:
La don de fe,
El don de sanidad,
El don de hacer milagros,
El discernimiento de espíritus, que es la habilidad para juzgar si una
manifestación espiritual proviene de Dios.
El don de interpretación de lenguas,
Y el don de lenguas, es decir, la capacidad para hablar en el
lenguaje de los ángeles o en otros idiomas humanos.
21. +
El fruto del Espíritu
En unión a estas capacidades especiales, el
Espíritu Santo promueve el cultivo de
virtudes en creyente.
Gálatas 5.22-23 describe estas virtudes
como el “fruto” del Espíritu Santo: amor,
gozo, paz, perseverancia o “paciencia”,
benignidad o amabilidad, bondad, fe,
mansedumbre & templanza o dominio
propio.
22. +
El ministerio de intercesión
El Espíritu Santo también intercede por
los creyentes ante el Dios Padre
(Romanos 8.26). Por medio de este
ministerio de intercesión, el Espíritu
Santo suple lo que el ser humano no
puede lograr, debido a su debilidad y
su ignorancia.
23. +
La ética de la nueva vida
El Espíritu Santo nos guía a vivir de manera
agradable a Dios.
Dado que el Nuevo Testamento usa el verbo
“andar” o “caminar” como una metáfora para
describir la ética, la moral y la conducta
humana, el creyente debe “andar en el
Espíritu” (véase Romanos 8.1-27 & Efesios
4.17 al 5.20).
24. +
La dimensión escatológica
El mismo Espíritu que estuvo presente al
comienzo de la historia humana, también
estará presente en el ocaso de la misma.
En particular, el libro de Apocalipsis se
presenta como una revelación dada por el
Espíritu Santo a la Iglesia (véase Apocalipsis
2.1, 11, 17 y 21 & 3.3, 13 y 22.
26. +
La obra del Espíritu
La iglesia cristiana afirmó el ministerio
pastoral del Espíritu Santo en sus
medios.
Por esta razón, hubo pocas
controversias teológicas en torno al
ministerio del espíritu Santo.
27. +
La Trinidad
La iglesia pronto reconoció al Espíritu
Santo como la tercera persona de la
Trinidad, consustancial con el padre y
el hijo.
La mayor parte de la controversia en
torno a la Trinidad se centraron en la
persona de Jesucristo.
28. +
Macedonios o Pneumatococos
Dentro del contexto de la controversia a arriana,
se levantó una de las pocas herejías en torno al
Espíritu Santo.
Los Macedonios o Pneumatococos, literalmente
“los enemigos del Espíritu”, decían que el
Espíritu Santo no era de la misma sustancia que
el padre y el hijo.
Está falsa doctrina tuvo muy poco impacto en la
iglesia.
29. +
El Fioloque
La segunda controversia en torno al Espíritu Santo
surgió en el siglo octavo cuando se le añadió al
Credo Niceno la frase “y del hijo”. Hasta ese
momento, el credo afirmaba que el Espíritu Santo
había sido enviado por el Padre por medio del Hijo.
Esta controversia fue uno de los motivos principales
de la división entre la iglesia en Oriente y Occidente
en el año 1054.
30. +
Ministerio & estructura de la Iglesia
Desde los tiempos de la Reforma, la reflexión sobre el Espíritu
Santo ha tenido un impacto directo en la organización de la
Iglesia, particularmente en la forma como se entiende el
ministerio.
El Movimiento Anabaptista invocó la acción del Espíritu para
justificar su visión particular del ministerio y de la estructura
eclesial.
Aun hoy, quienes proponen nuevas formas de ver la Iglesia y el
ministerio reclaman que lo hacen por la autoridad que el
Espíritu Santo les concede.
31. +
La experiencia de Santidad
A partir de la obra de Juan Wesley, gran
parte de la comunidad cristiana comenzó a
afirmar una segunda experiencia de
santificación.
De esta doctrina, surge el cristianismo de
santidad y, eventualmente, el
pentecostalismo.
32. +
La experiencia pentecostal
El pentecostalismo clásico afirma que esa
segunda experiencia de santidad es el
bautismo en el Espíritu Santo, que debe
estar acompañado con la señal de hablar
lenguas (la “glossolalia”).
El pentecostalismo ha arropado el mundo,
convirtiéndose en el movimiento cristiano
más importante del siglo XX.
33. +
La experiencia multicultural
La teología contemporánea afirma que, por
medio del Espíritu Santo, el cristianismo se
sigue encarnando en las diferentes culturas.
En este sentido, podemos afirmar que la
Iglesia del siglo XXI vive un nuevo
Pentecostés.
34. +
El Espíritu de Esperanza
La presencia del Espíritu Santo también le
da poder y autoridad a la iglesia para
enfrentar los retos del futuro.
Esta afirmación teológica debe llenarnos de
alegría, pues el Espíritu Santo es la fuente y
la garantía de nuestra esperanza
escatológica.
36. +
Introducción
Como indicamos arriba, muchas de las
controversias que surgen en la Iglesia
involucran al Espíritu Santo.
En particular, quienes desean hacer cambios
en la vida de la comunidad cristiana invocan
la autoridad del Espíritu –casi siempre por
medio de una nueva revelación– para
justificar sus posturas.
37. +
El entusiasmo
El mayor error a evitar es, precisamente, el “entusiasmo”.
Literalmente, esta palabra quiere decir “estar en Dios”.
Los “entusiastas” reclaman tener una comunicación
“privada” con el Espíritu Santo. Esa comunicación les da
una autoridad especial para desarrollar nuevas doctrinas
y para efectuar sus cambios en la vida de la Iglesia.
La Iglesia rechaza el entusiasmo, dado que toda
revelación del Espíritu debe ser congruente con las
enseñanzas de Cristo.
38. +
La doble experiencia
Otro error a evitar es afirmar que la segunda
experiencia de santidad es tan importante
que opaca la experiencia de confesar a
Cristo como Señor y Salvador.
Por ejemplo, si un predicador dice que las
personas que no hablan lenguas no serán
salvas, está colocando la experiencia de la
glossolalia sobre la obra salvífica de Cristo.
40. +
En el poder del Espíritu
La pneumatología afirma que, por medio de
la fe, aquellas personas que reconocen a
Jesús como Señor y Salvador pueden vivir
en el poder del Espíritu Santo.
Damos gracias a Dios por la acción pastoral
del Espíritu, que nos guía a toda verdad,
recordándonos las enseñanzas de
Jesucristo.