1. ACTA A.S.E
Murchante, Navarra 1Enero 1918
... Uno de los fines que se propone la grande Obra, es este del
Apostolado Seglar. Y como nuestros deseos son cumplir
cuanto antes la voluntad de Dios; queremos comenzar a
realizarlos (en cuanto nos sea posible) y ordenarlo de tal
manera que ya en nuestro pueblo, ejercitemos esta empresa de
trabajar por la conquista de las almas.
Después de pensarlo bien, se decidió el elegir a los que
parecían más a propósito por sus cualidades, para admitirlos en
el apostolado seglar: ¡Sí, hay que comenzar! Y como esta
empresa no es únicamente, para los sacerdotes cada uno
puede trabajar mucho según su esfera de acción por el bien de
las almas…
2. ACTA A.S.E
Murchante, Navarra 1Enero 1918
Pues Bien: Ya saben Ustedes que yo tengo siempre ánimos de… darle
guerra y más guerra al demonio con una empresa que vamos a
emprender: Miren de lo que se va a tratar: No sé si habrán oído
Ustedes hablar alguna vez de esas sectas masónicas que tienen los
malos, los que persiguen a la iglesia; y en esas sectas trabajan todos
de una manera muy curiosa, pues lo hacen todo valiéndose de signos y
señales, es decir, se entienden haciéndolo de contrabando o a
escondidas y así luego cuando dan la señal a todos para levantar
alguno de sus errores, como están convenidos en todas las ciudades
donde hay esas sectas, pueden hacer muchos males. Pues nosotros,
también vamos a formar una cosa así, por este estilo; pero, claro está
que con distinto fin, que es muy grande, para darle mucha gloria a Dios
Nuestro Señor y trabajar por la salvación de las almas, y se llamará:
APOSTOLADO SEGLAR.
3. ACTA A.S.E
Murchante, Navarra 1Enero 1918
Las gentes del mundo, trabajan un día y otro día, por perder las
almas y arrastrarlas a los vicios. ¿Y porqué no salimos nosotros a
la defensa de esas almas, trabajando por medio de nuestras
conversaciones, consejos, oraciones y obras buenas, para
atraerlas a Jesucristo?
He pensado pues que podíamos hacer nosotros algo por las
almas. Y los he llamado a ustedes. Porque todos pueden trabajar
en esta Obra: y muchas veces los seglares, pueden hacer mucho
más que los sacerdotes, porque algunos solo de ver en su casa a
un religioso se asustan.
4. Lo que principalmente
se ha de procurar es el
santificarse cada uno,
pues para ejercitar el
Apostolado es necesario
que se tenga el corazón
lleno de amor de Dios,
para así hablarles a las
personas con fervor,
pues si no hay fuego en
el corazón no se puede
quemar a otros.
Y en esto se han de ayudar unos a otros, no dejando ni
un solo día de pedir mucho en la Sagrada comunión por
todos los que pertenecen al apostolado; y ahora, dirá
alguno: ¿Y cómo voy a trabajar yo, si no sé a quien
hablarle y que decirle? Todo esto, de cómo y con quien
se va a trabajar, ya iremos tratándolo en las reuniones
que sigamos teniendo y se les dirá con quien será
conveniente que lo hagan en particular y se les
encargará dos o tres familias para que estas sean el
blanco de sus trabajos y además, en general ejercitaran
el apostolado en todas las ocasiones que se presenten:
¿Y qué se les va a decir? Esto sale del corazón y
pidiéndoselo a Dios Nuestro Señor se habla sin discurrir.
ACTA A.S.E
Murchante, Navarra 1Enero 1918
5. Sin fuego en el corazón
No se puede quemar a otros
APOSTOLADO SEGLAR
DE EJERCICIOS
6. ¿Qué es un Laico?
¿Cuál es la misión de la Iglesia?
¿Qué es Apostolado Seglar?
7. Los laicos, considerados
durante siglos como "Iglesia
discente" (la Iglesia que ha de
escuchar y aprender), no
parecían aptos para llevar a
puerto la misión de la Iglesia,
que resultó ser encomienda
prácticamente exclusiva de
clérigos y monjes.
8. la misión de la Iglesia
Para el Concilio Vaticano II,
consiste en propagar el reino de Dios,
haciendo a todos los hombres partícipes de
la redención,
y ordenando todo el mundo hacia Cristo.
A toda esta tarea la llama apostolado, y dice
que la Iglesia la ejerce a través de todos sus
miembros de diversas maneras
(AA 2. LG 5. 31.)
9. El Apostolado Seglar
El apostolado de los seglares, tal
como lo describe el Concilio
Vaticano II, da carta de naturaleza
dentro de la misión de la Iglesia a la
iniciativa apostólica del laicado, la
cual en las décadas previas al
Concilio había cuajado en diversas
organizaciones, entre las que
resaltan con particular fuerza y
significación las de la Acción
Católica.
10. El apostolado de los laicos o
Apostolado seglar
Es la participación del laicado, de forma individual o
asociada, en la misión de la Iglesia antes descrita.
El propio Concilio señala algunas peculiaridades al
apostolado de los laicos, que corresponden
precisamente a su carácter secular, es decir, a
aquella condición laical que siglos atrás había
constituido un posible obstáculo para el encuentro de
los seglares (seculares) con Dios
11. con el que está tejida la existencia del laico, no es
otra cosa que el conjunto de actividades y
condicionamientos que comporta la vida familiar,
profesional, social, vecinal, cultural, política, etc.,
que los laicos cristianos, a un tiempo, protagonizan y
comparten con sus conciudadanos.
Ese, carácter secular
En ese "lugar" son llamados por Dios para que vivan su
existencia "guiándose por el espíritu evangélico, de modo
que, igual que la levadura, contribuyan desde dentro a la
santificación del mundo y de este modo descubran a Cristo a
los demás, brillando, ante todo, con el testimonio de su
vida, fe, esperanza y caridad".
12. MISIÓN DE APOSTOLADO
SEGLAR
“Hacer presente y operante a la Iglesia en
los lugares y condiciones donde ella no
puede ser sal de la tierra si no es a través
de ellos" (LG 31, 33).
13. El apostolado seglar es verdadera participación de los
laicos cristianos en la misión de la Iglesia en virtud de su
ser cristianos.
"incorporados a Cristo por el bautismo, constituidos en
pueblo de Dios y hechos partícipes a su manera de la
función sacerdotal, profética y real de Jesucristo" (LG 31).
14. Este apostolado tiene por objeto, como ya se ha dicho,
todo lo que constituye la misión de la Iglesia: "evangelizar y
santificar a los hombres" y "saturar del espíritu del
Evangelio las diversas comunidades y los diversos
ambientes" (AA 20).
PAPEL DEL LAICO
Las actividades en las que han de
implicarse para realizar esa tarea son
muy variadas y se orientan, por una parte
a impregnar la comunidad humana con los
valores del Evangelio, tarea "primera e
inmediata" que les compete (EN 70. ChL
34-35).
Y por la otra, a cooperar en todas las
actividades que tienden a construir la
Iglesia como un hogar cálido, donde el
creyente alimenta la fe y encuentra el
necesario reposo espiritual.
15. La necesidad del apostolado
seglar surge del ser y misión
de la Iglesia como pueblo de
Dios, en el que "se da una
verdadera igualdad entre
todos en lo referente a la
dignidad y a la acción
común de todos los fieles
para la edificación del
Cuerpo de Cristo" (LG 32).
PARTICIPACION DEL LAICO
16. Las peculiares circunstancias del cambio cultural,
la escasez de los sacerdotes y limitaciones a que se ven
sometidos en muchas regiones son, además, motivos
complementarios que el Concilio Vaticano II invocó para
urgir la intervención de los laicos en la misión de la Iglesia.
Veinte años más tarde, en la exhortación
postsinodal Christifideles laici, el papa Juan Pablo II ha
vuelto a dirigirse a los laicos con la invitación evangélica
"Id también vosotros a mi viña", en el contexto de la
apremiante necesidad de una nueva evangelización. Y los
Obispos españoles, por su parte, concluyen su documento
sobre el apostolado seglar con estas palabras:
"En un mundo secular los laicos -hombres y mujeres, niños,
jóvenes y ancianos- son los nuevos samaritanos,
protagonistas de la nueva evangelización, con el Espíritu
Santo que se les ha dado. La nueva evangelización se hará,
sobre todo, por los laicos o no se hará" (CLIM 148).
17. Los agentes del apostolado
seglar
Puesto que "la vocación cristiana, por su misma
naturaleza, es también vocación al apostolado" (AA 2-3),
los agentes o sujetos de esta actuación eclesial son
todos y cada uno de los seglares cristianos, cualquiera
que sea su edad o condición, en la medida que
responden a la vocación cristiana.
Fueron los movimientos de la Acción Católica
los que, llevaron a la práctica la fecunda
intuición de que el apóstol de los obreros ha
de ser el obrero cristiano, lo mismo que el
joven lo ha de ser de los jóvenes, y el niño, de
los niños.
18. En la respuesta de los laicos a la
vocación apostólica siempre está
implícita la animación espiritual
del sacerdote. Pero es, sobre
todo, en la implantación y
acompañamiento de las
organizaciones del apostolado
seglar donde la figura del
consiliario, asesor o capellán
resulta insoslayable.
PAPEL DEL ASESOR
Su papel ha sido descrito por el Pontificio Consejo
para los laicos como de artesano de la unidad,
educador de la fe, animador espiritual y testigo del
Absoluto de Dios
19. El apostolado individual
Es absolutamente necesario. El Concilio
Vaticano II lo considera "forma primordial"
y "condición de todo el apostolado de los
laicos, incluso del asociado, y nada puede
sustituirlo". En ciertas circunstancias es
"el único apto y posible" y a él están
llamados y obligados "todos los laicos,
cualquiera que sea su condición, aunque
no tengan ocasión o posibilidad de
colaborar en las asociaciones" (AA 16).
20. El apostolado individual entraña dos características que lo hacen
profundamente incisivo: su irradiación capilar o de persona a
persona, y la constancia en testimoniar la fuerza del Evangelio
en la misma entraña, cotidiana y cercana, donde late la vida de
los hombres y mujeres de nuestro tiempo (ChL 28). Por ello el
Concilio lo considera como paso indispensable para todo otro
modo de apostolado, en particular para el asociado.
21. Apostolado Seglar Asociado
Pero el apostolado individual es insuficiente, por lo que la
Iglesia impulsa la existencia de este. Lejos de toda
contraposición, el apostolado individual y el asociado se
necesitan mutuamente. Las intervenciones grupales y
estructurales no lograrán que los individuos lleguen a tomar
postura con verdadera hondura a favor de Jesucristo, si no
son acompañados por esa relación de persona a persona,
que es la esencia del apostolado individual. Sin embargo,
éste se queda corto, si no cuenta con la referencia a un
marco más amplio de carácter grupal o comunitario, y si no
propicia un cambio con verdaderas repercusiones sociales.
22. La necesidad de asociarse es tanto mayor cuanto más honda
es la convicción de que la evangelización no sólo ha de llegar
a los individuos, sino también a los ambientes sociales (ChL
29. AA 13).
Para evangelizar los medios sociales es preciso que la
conciencia de los laicos sea iluminada por el Evangelio. Esta
iluminación tiende a descubrir las pistas del paso de Dios por
los acontecimientos colectivos, y ayuda a no someter el
mensaje cristiano a los esquemas del propio medio social.
En ambos aspectos las formas asociadas representan una
preciosa y difícilmente sustituible ayuda. A pesar de las
tendencias postmodernas a la fragmentación y al
individualismo, que hacen más arduo el asociacionismo en
todos los ámbitos, el apostolado asociado es hoy más
indispensable que en otros tiempos.
23. El papa Juan Pablo II ha subrayado con
fuerza que la comunión es misionera y
que la misión tiende a crear más hondura
de comunión. Es en el contexto de una
Iglesia unida, cuya vocación e identidad
más profunda es la evangelización (ChL
32. EN 14), donde el Señor encomienda a
los laicos una gran parte de esa
responsabilidad misionera de la Iglesia.
El carisma de los laicos los coloca en el corazón del
mundo para que, como la levadura, fecunden con semillas
evangélicas la secularidad. Éste es el aspecto principal,
aunque no único, de su tarea evangelizadora: activar, de
un modo eminente, la laicidad de la Iglesia, que consiste
sobre todo en haber sido enviada al mundo para ser
solidaria con él y samaritana.
24. INTUICIÓN DE
DON PEDRO
APOSTOLADO SEGLAR PARTICULAR
D. Pedro Legaria, supo desde los inicios de su ministerio
parroquial, buscar y encontrar en sus feligreses, las
mejores ayudas para cristianizar aquel pueblo de
Murchante encomendado a su pastoreo; hombre abierto al
espíritu y a los signos de los tiempos de su época, siente la
urgente necesidad de la colaboración de sus feligreses, por
eso, forma y prepara esmeradamente a los cristianos más
fervorosos y comprometidos, hombres y mujeres con
talento humano y experiencia espiritual, para que lleguen a
ser agentes activos y esmerados colaboradores de las
diferentes pastorales de la parroquia.
25. Apostolado:
• quiere decir, que
somos enviados y
escogidos por Dios,
para enseñarles a las
almas el amor que
Jesús les tiene y para
trabajar por el
reinado de Jesucristo
en los corazones, y
conquistar a las que
estén fuera del redil
de Jesús: todo
apóstol ha de tener
un celo grandísimo
por la gloria de Dios
y la salvación de las
almas
Seglar
• esto ya se
comprende; los que
pertenezcan a esta
asociación pueden
ser los seglares; esto
es, los que viviendo
en el mundo y con
familia, se sienten
movidos de celo por
trabajar lo que
puedan según su
esfera de acción, por
la salvación de los
pobrecitos
pecadores. Para
pertenecer han de
ser ejemplares en
todo.
Particular
• que este apostolado se
ejercitará de un modo
particular con un
determinado número de
almas, teniendo especial
cuidado de poner todos
los medios que se le
alcancen para ganarle el
corazón, y que sea todo
de Jesucristo. Dándose
cuenta que le dice Jesús:
“ahí te encargo esa alma
para que trabajes con
interés por llevarla a mi
rebaño y salves su alma
que tanto, tanto me
costó redimirla
Apostolado Seglar Particular
26. CAMPO DE ACCION PARA
TODOS
Todos tienen campo para trabajar y tenemos que comenzar por
nuestro pueblo, pues aunque en él no hay ningún masón (por la
misericordia de Dios) sin embargo ya tenemos donde ejercer este
apostolado. Y estando discurriendo he creído conveniente el
reunirlos a todos ustedes para decirles lo que he pensado.
Como ya les he dicho: vamos a llamarle a esta Obra “Apostolado
Seglar” en el habrá dos grupos que se ordenaran según las actitudes
de cada uno.
Apostolado de la oración
Apostolado de la acción
“Socios protectores”
27. A los Segundos, o sea los del Apostolado de Acción:
Tendrán que observar todas estas y además una especial que será
trabajar por la salvación de las almas de una manera activa buscando a
las que estén más necesitadas y en cuantas ocasiones se les presenten,
ejercitar obras de celo por las almas.
Los socios protectores son los que contribuyen al sostenimiento de este
Apostolado Seglar de Ejercicios con sus oraciones y limosnas
A los primeros se les exigirá estas condiciones:
–Ofrecer todas las obras del día, Sagrada
Comunión, Santa Misa, Rosario y cuanto le
ocurra en el día, por la salvación de las
almas y por los que pertenecen al
Apostolado.
–Completo Secreto de todo cuanto se
trate sobre este asunto.
28. FINALIDAD
“Después nos hizo ver, cómo es necesario el
convencerse que para esta Obra de trabajar por la
salvación de las almas se necesita primero; poner
todos los medios para adquirir la santificación
propia: porque si cada uno no tienen en el corazón
fuego no puede quemar a otros;
y como el fin nuestro es trabajar para que
todas las almas amen a Jesús de verdad lo
primero es necesario que nosotros
estemos llenos de ese amor a nuestro
buen Jesús. Así que todos los de este
“Apostolado Seglar” tienen que ser el
ejemplo del pueblo, y esto siempre ya sea
en las conversaciones que se tengan y en
todas las ocasiones que se presenten de
modo que todo el mundo perciba (por las
obras) la dulzura, y la alegría que hay en
servir a Dios nuestro Señor”
29. APOSTOLADO SEGLAR DE
EJERCICIOS
El Apostolado Seglar de Ejercicios
es: La organización de las fuerzas
Seglares para hacer llegar por ellas
la acción de Dios a las personas y a
la sociedad, de modo especial
ofreciendo la experiencia de
Ejercicios en retiro según el
método de San Ignacio, trabajando
en este apostolado para conseguir
el conocimiento, amor y servicio de
Jesucristo y el reinado del Sagrado
Corazón de Jesús en el mundo.
30. Llama la atención, la confianza tan grande que deposita
en aquellas personas sencillas y buenas con las que
inicia este Apostolado Seglar de Ejercicios, que en su
mayoría son mujeres. Cree en las capacidades que tiene
la mujer para esta tarea de la evangelización. Sabe que
no será fácil para ellas, pero sabe también que
mediante la oración, el sacrificio y la palabra oportuna,
podrán tocar los corazones, aun los más necesitados de
conversión y las envía con indicaciones muy precisas, a
la tarea.
31. Encontramos también, más adelante, hombres
benefactores y propagadores de la Obra de Ejercicios.
En otra de las primeras actas, que recoge los orígenes
del ASE, habla de la labor que pueden realizar los
hombres en la propaganda de Ejercicios: “ir por los
pueblos, dirigir conferencias para invitar y preparar a
las gentes para los Ejercicios, motivar a empresarios
para que proporcionen el tiempo y los medios, para que
los obreros practiquen los Ejercicios, buscar ayudas para
el sostenimiento de becas”, en fin, compartir la tarea
de las propagandistas.
32. Las propagandistas se fueron organizando y multiplicando y
los Ejercicios llegaron a ser un instrumento fecundo en la
cristianización de la sociedad en aquellos años. Las Tandas
de Ejercicios para obreros(as), maestras, mineros,
soldados, grupos parroquiales y movimientos eclesiales
como la Acción Católica, Legión de María, Cursillos de
cristiandad y otros grupos de seglares, llenaban las Casas.
El papel importantísimo de enlace con párrocos,
empresarios, militares y agentes de pastoral diocesana, de
estas mujeres, era clave en la captación de personas y
grupos.
33. FINES DEL APOSTOLADO
SEGLAR DE EJERCICIOS
Trabajar cuanto sea posible por llevar a hacer los Santos
Ejercicios
Ejercer el apostolado de las obras Católicas-sociales, para
contrarrestar el gran mal que hacen los malos.
Tener interés en fomentar las limosnas para las misiones y
contribuir cada una lo que pueda por medio de sellos, tarjetas,
etc.
Todo esto nos los explico detenidamente advirtiéndonos, que
antes de entregarnos de lleno a este apostolado es necesario
buscar en primer lugar la santificación propia, pues el que no
tiene fuego no puede quemar; por eso habíamos de trabajar
con decisión en esto, sin olvidarnos de ofrecer todo los
trabajos del día, sufrimientos, oraciones, rosario, Sagrada
Comunión, etc. Por la salvación de las almas, y en especial de
las tres familias que haya elegido cada una y por las de todo el
coro.
34. El “ASE” es un movimiento de laicos en la Iglesia, y es la misma Iglesia que le
encomienda una misión, como laico: la transformación de las estructuras del mundo,
de las realidades temporales, de acuerdo con el ideal del Reino.
Se pone así de relieve todo lo referente a la vida del seglar en el mundo: el matrimonio
y la familia, la profesión y el trabajo, la participación socio-política y ciudadana, etc.,
El ASE estaba formado por grupos de doce personas que se denominaban “coros” y
actualmente los llamaremos “grupos” (Primeros pasos, 1922, cuaderno IV, 26-III-1922,
Act. Pg. 17 No. 8, 9, 10).
Cada grupo es la célula base de la Asociación. Es también, como una pequeña iglesia
en la que todos (as) han de esforzarse en cumplir lo que Jesús ha querido: “Ámense
unos a otros, como Yo los he amado”. (Jn. 13, 34). Cada grupo se denominará con
una advocación del misterio de Jesús, La Virgen o de algún santo.
Tienen su Presidenta, Secretaria y Tesorera (Rgto. Pg. 9, 4), que prestarán el servicio
según el espíritu de Jesús, que fue el servidor de todos..
Varios grupos forman un Centro. El Centro tiene una responsable “Asesora”, que será
una religiosa E.C.R.
ESTRUCTURA DEL APOSTOLADO
SEGLAR DE EJERCICIOS
37. 3. Destinatarios
Preguntar por los destinatarios del apostolado seglar es
equívoco. La respuesta parece diáfana: los hombres y
mujeres susceptibles de ser evangelizados; sin embargo
la actuación apostólica de los seglares encierra una
complejidad, cuyo alcance se valora mejor al recorrer
los diferentes campos donde la Iglesia reclama su
presencia y trabajo apostólico. Los textos del magisterio
nos llevan a distinguir tres grandes ámbitos o campos
abiertos a la peculiar intervención de los laicos:
38. La construcción de la Iglesia como
auténtico hogar del creyente
Cuidarse de la vida eclesial es responsabilidad peculiar del
ministerio ordenado, pero, de acuerdo con el pensamiento del
Concilio Vaticano II, los seglares son indispensables cooperadores
en esa tarea: "su obra [la de los laicos] dentro de las comunidades
de la Iglesia es tan necesaria que sin ella el mismo apostolado de
los pastores muchas veces no puede conseguir plenamente su
efecto". Esta intervención de los laicos consiste en participar "en
las obras apostólicas de la comunidad", conducir "hacia la Iglesia a
los que quizá andaban alejados", cooperar "en la comunicación de
la palabra de Dios, sobre todo con la instrucción catequética",
hacer "con la ayuda de su pericia más eficaz el cuidado de las
almas e incluso la administración de los bienes de la Iglesia..." (AA
10). En una palabra, todas las actividades que tienden a construir
la Iglesia como un hogar cálido, donde el creyente alimenta la fe
y encuentra el necesario reposo espiritual, reclaman la
participación activa de los seglares. Pablo VI decía que estos
ministerios "son preciosos para la implantación, la vida y el
crecimiento de la Iglesia y para su capacidad de irradiarse en
torno a ella y hacia los que están lejos" (EN 73).
39. ?¡¿
Juan Pablo II ha subrayado, además, la participación de
los laicos en los Consejos de Pastoral. Éstos son un
cauce privilegiado de corresponsabilidad en la línea de
comunión o sinodalidad que antes se ha indicado,
pudiendo llegarse a una cooperación directa en la toma
de decisiones que afectan a la vida y acción
evangelizadora de las comunidades. Dice el Papa: "La
participación de los fieles laicos en estos Consejos podrá
ampliar el recurso a la consulta, y hará que el principio
de colaboración -que en determinados casos es también
de decisión- sea aplicado de un modo más fuerte y
extenso" (ChL 25. 27).
40. La cooperación de los laicos con la misión pastoral de la Iglesia es
tan decisiva que, como han recordado recientemente los Obispos
españoles, la Iglesia "no está plenamente constituida si, junto a
los obispos, sacerdotes y religiosos, no existe un laicado adulto y
corresponsable. La corresponsabilidad es, sin duda, una de las
exigencias y expresiones más significativas de la comunión" (CLIM
24. Cf. AG 21). Son lugares naturales para la inserción de los
laicos en esas tareas de animación comunitaria y eclesial la
diócesis y la parroquia. Ésta, sobre todo, "es, en cierto sentido, la
misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas"
o, haciendo uso de la expresión de Juan XXIII, "la fuente de la
aldea a la que todos acuden para calmar su sed". En ella, pues,
los seglares son invitados a "dar nueva vida al afán misionero
dirigido hacia los no creyentes y hacia los mismos creyentes que
han abandonado o limitado la práctica de la vida cristiana" (CLIM
25-27).
41. Hacer que la Iglesia esté
presente y activa en el mundo
El mundo, con toda su complejidad y ambivalencia, no
es algo extraño para el laico, sino su hábitat más
inmediato y natural, el lugar donde se sabe colocado
por Dios para hacer fecundas las semillas del Reino
sembradas por el Creador en las cosas de este mundo,
que son interesantes por sí mismas, es decir, por lo que
Dios ha dejado de sí en ellas. En esto consiste su pericia
en mundanidad: en su capacidad de descubrir el paso de
Dios por el mundo y sus estructuras. Y esta pericia es la
que lo distingue, sin separarlo, del presbítero, del
religioso y de la religiosa (Juan Pablo II). Por ello, el
apostolado seglar tiene como tarea propia e
insustituible la de "tratar y ordenar según Dios los
asuntos temporales" (Concilio Vaticano II).
42. A esta presencia comprometida de los laicos cristianos en la
vida social, cultural, laboral y política se la acostumbra a
designar como presencia pública. La presencia pública de los
laicos cristianos hace que la Iglesia esté activa en los ámbitos
sociales donde se juega el presente y el futuro de la existencia
humana. Más aún, sólo a través de ellos puede la Iglesia
intervenir en muchos de esos lugares, como ya se ha dicho. A
título indicativo enumeramos algunos de esos ámbitos y
lugares: la lucha contra las pobrezas y marginaciones, los
movimientos sociales tendentes a introducir nuevas pautas
culturales, las actitudes y mecanismos que crean cultura, el
desarrollo de un sano sentido crítico frente al impacto de los
medios de comunicación de masas, las mediaciones socio-
políticas y sindicales que influyen estructuralmente en la vida
real, etc., etc. Recuérdese la descripción, ya clásica, que hace
Pablo VI, en Evangelii nuntiandi, 70, de esos ámbitos seculares
que constituyen la "tarea primera e inmediata" de los laicos:
"el mundo vasto y complejo de la política, de lo social, de la
economía, y también de la cultura, de las ciencias y de las
artes, de la vida internacional, de los medios de comunicación
de masas, así como otras realidades abiertas a la
evangelización como el amor, la familia, la educación de los
niños y jóvenes, el trabajo profesional, el sufrimiento, etc."
43. Esta es la gloria y la cruz del laicado cristiano. La
apasionante tarea de transformar el mundo según la
maqueta de las Bienaventuranzas se ve frecuentemente
parasitada por su evidente dificultad y por la hostilidad que
esa tarea encuentra. Tampoco es habitual que las
comunidades eclesiales, y más en concreto las parroquias,
entiendan que estos apostolados son parte de la
responsabilidad evangelizadora que les compete, por lo que
frecuentemente son remisas a promover y orientar a los
laicos en esta dirección. No es extraño, por lo tanto, que
ordinariamente los laicos prefieran buscar el abrigo
hogareño de la Iglesia, no sólo para recuperar fuerzas, cosa
necesaria y comprensible, sino para quedarse en casa con
la ilusión de echar una mano en las tareas domésticas que
nunca faltan. Es por lo tanto indispensable llamar la
atención para que este campo del apostolado seglar del
que estamos hablando, el más propio y peculiar del laico,
no quede solapado en el anterior, pues con él permanecería
indefinidamente aparcada una parte ineludible de la misión
de la Iglesia.
44. Llevar el clamor del mundo hasta
el corazón de la Iglesia
Fue el Concilio Vaticano II quien tuvo la audacia de afirmar que la Iglesia no
sólo trata de servir a cada persona, a la sociedad y al dinamismo de la
historia humana, sino que también recibe una ayuda valiosa del mundo
moderno. Esta ayuda le viene a la Iglesia "de quienes, por vivir en el mundo,
sean o no sean creyentes, conocen a fondo las diversas instituciones y
disciplinas y comprenden claramente la razón íntima de todas ellas". Para no
desbaratarla, debe hacer un decidido esfuerzo por "auscultar, discernir e
interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro
tiempo". Y tiene como meta lograr que "la verdad revelada pueda ser mejor
percibida, mejor entendida y expresada en forma más adecuada" (GS 44. cf.
40-43). Siendo esto así, las aportaciones de los laicos cristianos, cuando
trasladan a los centros neúralgicos de la Iglesia su visión de la vida y del
mundo, el clamor de los pobres de la tierra, los gozos y las angustias en las
que se debaten diariamente los hombres y mujeres de nuestro tiempo,
cobran excepcional importancia, por ser ellos los peritos de una mundanidad
que la Iglesia tiene la obligación de auscultar, discernir e interpretar.
Ahí está un sólido pilar donde se fundamenta la intervención de los laicos en
los Consejos de Pastoral y en los demás órganos de consulta y discernimiento
eclesial. El otro es el don del Espíritu Santo con el que también ellos han
sido sellados. En virtud de esa pericia en lo secular y de la consagración
espiritual que les anima, son invitados "a presentar a la comunidad de la
Iglesia los problemas propios y del mundo, los asuntos que se refieren a la
salvación de los hombres, para examinarlos y solucionarlos por medio de una
discusión racional", así como a ofrecer "su experiencia en el examen
diligente de las condiciones en que ha de ejercerse la acción pastoral de la
Iglesia y en la elaboración y desarrollo del método de acción" (AA 10. 20 b).
45. Puede afirmarse, por lo tanto, que el apostolado seglar
reclama algo más que voluntarismo y buenas intenciones.
Requiere una seria formación, no sólo a través de procesos
interiores que conducen al desarrollo de la fe, la esperanza
y la caridad, sino también por medio del conocimiento
sistematizado de las verdades de la fe, de la doctrina social
de la Iglesia y de las disciplinas humanas, sobre todo, de las
relacionadas con el desarrollo de la sociedad y cultura de
nuestro tiempo.
Los laicos ocupaban un segundo lugar en la Evangelizacion, Graciano en 1140 Dijo que habían 2 clases de cristianos, los clérigos y monjes que tenìan un camino recto para llegar a Dios y los laicos que eran considerados iletrados, a los que su carácter mundano les hacia mas difícil el encentro con Dios. Sin embargo durante la historia de la Iglesia hay algunos retoños de la acción de los laicos, prueba de esto son las cofradías, oratorios, congregaciones marianas entre otras… pero hay que llegar hasta el siglo XX con el Papa Pio X para que en los escritos se le atribuya al laico una tarea Apostolica.