Monitoreo a los coordinadores de las IIEE JEC_28.02.2024.vf.pptx
Cuento "El burro y el caballo"
1.
2. Antes, en nuestro pueblo había muchos caballos y
burros. Eran animales que se empleaban para tirar
de los carros, llevar carga, arar las tierras y como
medio de transporte.
Ahora quedan pocos. Han sido sustituidos por
máquinas, tractores y coches. El burro y el caballo
son los protagonistas de nuestra historia.
Érase una vez, un campesino dueño de un caballo
llamado Terroba, y un burro llamado Chíspula. Vivían
en una granja cerca de un pueblo situado en un
valle.
3. Cuando el dueño trabajaba en sus tierras de cultivo, se ayudaba del burro,
mientras el caballo correteaba por los campos.
El burro sudaba y sudaba del esfuerzo. Terroba, el caballo, tenía bastante con
divertirse y burlarse de su compañero Chíspula.
4. Un día, partió el campesino con los dos animales al monte a por leña para el invierno.
El dueño enganchó las cadenas de arrastre al burro, gritándole:
- “¡Arre, burro!”
Cuando éste ya no podía más, le pidió ayuda a Terroba;
•“¿Me ayudas a arrastrar los troncos?”
•“Ja ja ja, no ves que ese trabajo es para los burros que sois más tontos.”
Chíspula acabó muy cansado de arrastrar toda la madera.
5. El burro Chíspula, trabajaba y trabajaba. Se daba cuenta de que el campesino no
era justo con él, y lo explotaba.
No comprendía que su compañero, el caballo, no le ayudara a hacer la faena.
Aún así, mantenía la confianza y esperanza de que algún día todo cambiaría.
6. Una noche, juntos en la cuadra, Terroba le dijo a Chíspula:
-“¡Zopenco más que zopenco! ¿No te das cuenta que a mí sin trabajar, me dan más
comida que a ti? ¿No ves que yo me divierto mientras tú trabajas como un burro?
Aprende de mí que vivo como un señor”.
-“¡Déjame en paz que yo no me meto contigo! .Algún día comprenderás que lo que yo
hago, tiene su recompensa.”
7. Esa noche estalló una tormenta. Uno de los rayos entró en la cuadra y la
paja ardió. Chíspula quedó atrapado entre el fuego, pero Terroba, el caballo,
no hizo ni la intención de ayudarle. Escapó.
Al final, Chíspula consiguió salir y se dirigió hacia el monte.
8. Chíspula encontró una cueva abandonada. Llegó el otoño, recopiló víveres y los
almacenó para el invierno.
Una mañana, Chíspula, vio a un caballo acercarse a su cueva. Estaba flaco,
hambriento y muy triste. Según se iba acercando, se dijo a si mismo:
-“¿Será Terroba?”
9. En efecto, era Terroba, quien le dijo:
-“¿Me puedo quedar contigo? Ya sé que no me he portado bien”.
-“Cierto que no has sido bueno conmigo, y por ello no debería acogerte.
El caballo le contestó con cara de circunstancias:
- “Me gustaría cambiar y aprender de ti. Por favor…”
Contestó el burro:
-“¡Me das pena! Bueno pasa. Te doy una oportunidad y voy a confiar en ti.
Si sigues como siempre, te irás”.
10. Se quedó en la cueva, se alimentó con la comida del burro y recibió cuidados.
Cuando ya se encontró bien, volvió a ser arisco y mal educado con quien tan bien le
trató.
Chíspula le dijo:
-“¿Qué pasa, que no piensas moverte para coger leña, buscar comida o limpiar la
cueva?”
Terroba haciéndose el zalamero contesta:
-“No tengo ganas”
-“Cuando vuelva, si no dejas la cueva recogida ya te estás largando”.
Le replicó el burro.
11. Cuando volvió a la cueva estaba más sucia que antes.
-“¡Fuera de aquí!”
-“¡Qué te lo has creído! A mi no me echas de aquí y no tengo intención de
trabajar”
Al ver que Terroba no hacía caso, le echó una soga al cuello y arrastró de él
hasta sacarlo de la cueva.
12. Terroba pasó unos días deambulando por los montes, pasando hambre y un
frío invernal. Se vio solo y triste.
Recapacitó sobre sus acciones y lo mal que se portó con el que fue su
compañero. Anduvo y anduvo hasta que finalmente encontró una cueva.
Sobrevivió, al principio pasó muchas dificultades porque nunca había trabajado.
13. Pasado un tiempo, Chíspula y Terroba, se encontraron al lado de un río. Se
reconocieron. El caballo se dirigió hacia el burro y le dijo:
-“Gracias Chíspula por lo que me has ayudado y enseñado”
-“Veo que has cambiado”
-“Sí, me he dado cuenta de que si te esfuerzas logras lo que te propones y te
sientes mejor. He aprendido a valorar y respetar. Ahora no tengo que
avergonzarme de lo que hago.
Terroba y Chíspula, quedaron como amigos para siempre.