El documento discute la naturaleza de la comunión con Dios y entre los creyentes. Explica que la comunión con Dios existe solo a través de Jesucristo y que al estar en comunión con Dios, también estamos en comunión unos con otros. Sin embargo, no debe haber comunión con aquellos que practican el pecado o enseñan doctrinas erróneas. La verdadera comunión requiere esfuerzo para predicar y defender la verdad y condenar el error, basándose únicamente en las palabras de Dios.
La verdadera comunión con Dios y entre los hermanos
1. LA COMUNIÓN
"Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de
ellos, para que todos sean uno; como tú, Oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros; para que el mundo crea que tu me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para
que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en
unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amados a ellos como
también a mí me has amado"
Juan 17:20-23.
El Señor Jesucristo explicó la naturaleza de la unidad a la que se refiere en esta oración que
elevaba a su Padre. El Padre y el Hijo eran uno en propósito y amor como lo eran en doctrina, cosa
que muchas veces es ignorada. Cristo sostuvo que él hablaba lo que el Padre le había dicho (Jn.
12:49,50).
¿Podemos decir nosotros que estamos complaciendo a Cristo en este deseo de unidad?
LA COMUNIÓN CON DIOS Y CON CRISTO
La comunión entre el hombre y Dios sólo existe por Jesucristo "Fiel es Dios, por el cual fuisteis
llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor" (1 Cor. 1:9).
Esta comunión con Dios existe hoy por la gracia de Dios manifestada por Cristo y el evangelio. El
apóstol Juan lo expresó así: "…lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también
vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdadera es con el Padre, y con su
Hijo Jesucristo" (1 Jn. 1:3).
El evangelio es proclamado para que el hombre pueda tener comunión con Dios y con Cristo. Esta
comunión durará mientras el hombre siga la enseñanza del Padre. "Si decimos que tenemos
comunión con él, y andamos en tinieblas mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos
en luz, como él está en luz, tenemos comunión los unos con los otros y la sangre de Jesucristo su
Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Jn. 1:6-7). La comunión entre los hermanos nunca podrá ser
efectiva a menos que estemos en comunión con Dios por Jesucristo.
Nuestra comunión es primeramente vertical, mirando hacia arriba, mirando a Dios. Luego
horizontal mirando a los hermanos. Pablo dice que: "Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamado a la
comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor" (1 Cor. 1:9). Dios nos llama por el evangelio a esta
comunión, al obedecer el evangelio estamos en comunión con Dios (2 Tes. 2:14).
DESEANDO LA COMUNIÓN
Para que la comunión exista debe ser deseada. Antes que la unidad efectiva pueda existir en la
iglesia debe ser deseada.
La comunión a cualquier costo. Algunos desean la comunión, pero la comunión a la que ellos se
refieren es la "unidad en diversidad". La "unidad en diversidad" es una de las doctrinas más
peligrosas inventadas por el Diablo. En el sectarismo se le llama ecumenismo, se reúnen todos los
grupos para realizar actividades religiosas pero no tocan las doctrinas en las que tienen
diferencias. Muchos hermanos están practicando estas tácticas humanas para aparentar
comunión, dicen: “busquemos la paz y la comunión, no toquemos los temas que nos dividen” y
realizan eventos para fortalecer la “comunión” abrazándose con los que predican el error. Pero la
2. Biblia enseña que no debe haber comunión con los que practican el pecado o enseñan el error
doctrinal no importando quien sea. (I Jn. 1:5; II Cor. 6:14; II Jn. 9).
SI HAY COMUNION CON DIOS HABRA COMUNION ENTRE LOS HOMBRES.
El apóstol Pablo habló de la disposición que debe caracterizar al cristiano para que la comunión
sea una realidad en la iglesia en Efesios 4:3. “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el
vínculo de la paz” La palabra “solícitos” incluye la idea de cuidado, atención, diligencia, todo lo
anterior es necesario para guardar la unidad. No se trata de decir “paz, paz” como los israelitas
que Jeremías acusó diciendo: “curaron la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y
no hay paz” (Jer. 8:11). La palabra “solícitos” lleva también la idea de luchar como en Judas 3
“luchar ardientemente” Esto demanda de cada miembro del cuerpo de Cristo mucho esfuerzo en
predicar, enseñar, defender la vedad y condenar el error. No se trata de hablar de la comunión se
trata de trabajar por lograrla.
Pablo exhortó a los que tenían comunión con Cristo diciendo que hablaran una misma cosa. (1
Cor. 1:10) La solución de Dios para que perdurara la comunión la comunicó el apóstol Pedro. "Si
alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios" (1 Ped. 4:11).
Algunos hermanos extienden la comunión a “predicadores” que no se han arrepentido de sus
conductas pecaminosas y que causan división en la iglesia por presionar a hermanos incaustos a
que los reciban. Algunos los reciben en comunión y lo hacen basados solo porque en un tiempo
pasado tales predicadores fueron influyentes, pero esto es una gran equivocación que daña a la
iglesia.
La Biblia es la palabra inspirada de Dios (2 Tim 3:15-17) aún los predicadores fieles no son más de
lo que Pablo dijo que eran “servidores de Cristo” (1 Cor.4:1). Nosotros tenemos que entender que
los que proclaman la palabra no son iguales a la palabra proclamada. Los Corinto estaban divididos
porque habían exaltado a los hombres (1 Cor. 3:5-9), cuando el predicador es exaltado al rango
que pertenece al Señor. Esto solo estorba la unidad.
Debemos concluir en que la comunión que necesitamos buscar es la unida basada en la palabra
de Dios, y esto nos llevará a la comunión con todo hermano fiel, santo y sincero.