2. LA SIRENITA
El día en que la menor de las princesas sirenas salió a
la superficie, vio un barco donde viajaba el príncipe,
del que se enamoró. El barco naufragó, y la sirena
salvó al príncipe de morir ahogado, dejándolo en la
playa. Como solo pensaba en regresar con el príncipe,
recurrió a la bruja del mar para transformar su cola en
un par de piernas. Esta le concedió la más bella figura
a cambio de su magnífica voz, y le advirtió de que si el
príncipe se casaba con otra mujer, la sirena moriría a
la mañana siguiente. La sirenita volvió así junto al
príncipe y se ganó su afecto con su gracia y sus
bailes, pero él en secreto estaba enamorado de la
primera joven que había visto al despertar en la playa,
quien creía era su salvadora. Esta resultó ser la
princesa del reino vecino con quien los reyes habían
acordado casarlo, y el príncipe celebró su boda feliz,
acompañado por toda la corte, incluída la muda
sirenita, que no tenía voz para explicar la verdad. En
una última oportunidad, antes de salir el sol, sus
hermanas aparecieron con un cuchillo que habían
conseguido de la bruja a cambio de sus preciosas
cabelleras. Solo tenía que matar al príncipe mientras
dormía para recuperar su cola. Pero la sirenita no
quiso hacerlo, y se lanzó al agua, donde se convirtió
en espuma.
4. PULGARCITO
Pulgarcito era un niño del tamaño de un pulgar. Era el
menor de los 7 hijos de unos leñadores tan pobres que
decidieron abandonar a sus hijos en el bosque.
Pulgarcito los escuchó, y se preparó para ir dejando
caer piedras por el camino y guiar a sus hermanos de
vuelta. Aunque inicialmente sus padres se alegraron
del regreso, tiempo después volvieron a intentarlo.
Esta vez Pulgarcito arrojó las migas de su pan para
marcar el camino, pero los pájaros se las comieron y
resultaron perdidos. Tras muchas vueltas encontraron
la casa de un ogro, aficionado a comer niños, que vivía
con su mujer y sus siete hijas. El ogro, al descubrir a
los niños, quiso matarlos, pero la mujer le convenció
para reservarlos para mejor ocasión. Aquella noche
Pulgarcito cambió su gorro y el de sus hermanos por
las coronas de las hijas del ogro y, cuando el ogro
despertó a oscuras y pensó de nuevo en matarlos, fue
a sus hijas a quienes mató, mientras Pulgarcito y sus
hermanos huían. Al descubrir lo ocurrido el ogro
persiguió a los niños calzando sus botas de siete
leguas, capaces de avanzar esa distancia tanto a cada
paso. El ogro buscó largo rato y acabó dormido sin
saber que Pulgarcito lo vigilaba. Este le robó las botas
y las usó para llegar hasta el palacio del rey y ponerse
a su servicio como mensajero, lo que le hizo
enriquecerse de tal modo que ni él ni su familia
volvieron a pasar hambre.
5. LA CAPERUSITA
Una niña recibe de su madre el encargo de
llevar una cesta a su abuela enferma que
vive en el bosque, advirtiéndole que no
hable con desconocidos. Pero por el
camino se encuentra un lobo y se para a
hablar con él, dándole detalles de lo que
va a hacer. El lobo aprovecha para engañar
a caperucita y llegar antes a casa de la
abuelita, a quien se come, y luego ocupa
su lugar para engañar a caperucita y
comérsela también. Afortunadamente, un
leñador que andaba por allí descubre al
lobo durmiendo tras su comida, y rescata a
caperucita y su abuelita de la tripa del
lobo, sustituyéndolas por piedras que
hacen que el lobo se ahoge al ir a beber al
río.
6. RICITOS DE ORO Y LOS TRES OSOS
Paseando por el bosque Ricitos
de Oro encuentra una casita
abierta y entra. Es la casa de
papá y mamá osos, y su hijo el
osito. En ella cada uno tiene su
plato de la cena, su silla y su
cama. Ricitos va probando cada
una de estas cosas, para terminar
eligiendo siempre las del osito.
Así, se come su cenita, rompe su
sillita y se queda dormida en su
camita. Al llegar los osos, van
descubriendo los cambios con
enfado y sorpresa, hasta
encontrar a Ricitos, quien se
despierta con un terrible susto y
sale corriendo por la ventana.
7. LAS PRINCESAS DEL LAGO
Había una vez dos bellas princesas que siendo aún pequeñas, habían sido raptadas por un rey enemigo. Éste había
ordenado llevarlas a un lago perdido, y abandonarlas en una pequeña isla, donde permanecerían para siempre
custodiadas por un terrible monstruo marino.
Sólo cuando el malvado rey y su corte de brujos y adivinos fueron derrotados, pudieron en aquel país descubrir
que en el destino estaba escrito que llegaría el día en que un valiente príncipe liberaría a las princesas de su
encierro.
Cuendo el viento llevó la noticia a la isla, llenó de esperanza la vida de las princesas. La más pequeña, mucho más
bella y dulce que su hermana, esperaba pacientemente a su enamorado, moldeando pequeños adornos de flores
y barro, y cantando canciones de amor.
La mayor, sin embargo, no se sentía a gusto esperando sin más. "Algo tendré que hacer para ayudar al príncipe a
rescatarme. Que por lo menos sepa dónde estoy, o cómo es el monstruo que me vigila." Y decidida a facilitar el
trabajo del príncipe, se dedicó a crear hogueras, construir torres, cavar túneles y mil cosas más. Pero el temible
monstruo marino fastidiaba siempre sus planes.
Con el paso del tiempo, la hermana mayor se sentía más incómoda. Sabía que el príncipe elegiría a la pequeña, así
que no tenía mucho sentido seguir esperando. Desde entonces, la joven dedicó sus esfuerzos a tratar de escapar
de la isla y del monstruo, sin preocuparse por si finalmente el príncipe aparecería para salvarla o no.
Cada mañana preparaba un plan de huída diferente, que el gran monstruo siempre terminaba arruinando. Los
intentos de fuga y las capturas se sucedían día tras día, y se convirtieron en una especie de juego de ingenio entre
la princesa y su guardián. Cada intento de escapada era más original e ingenioso, y cada forma de descubrirlo más
sutil y sorprendente. Ponían tanto empeño e imaginación en sus planes, que al acabar el juego pasaban horas
comentando amistosamente cómo habían preparado su estrategia. Y al salir la luna, se despedían hasta el día
siguiente y el monstruo volvía a las profundidades del lago.
Un día, el monstruo despidió a la princesa diciendo:
- Mañana te dejaré marchar. Eres una joven lista y valiente. No mereces seguir atrapada.
Pero a la mañana siguiente la princesa no intentó escapar. Se quedó sentada junto a la orilla, esperando a que
apareciera el monstruo.
- ¿Por qué no te has marchado?
- No quería dejarte aquí solo. Es verdad que das bastante miedo, y eres enorme, pero tú también eres listo y
mereces algo más que vigilar princesas. ¿Por qué no vienes conmigo?
- No puedo- respondió con gran pena el monstruo-. No puedo separarme de la isla, pues a ella me ata una gran
cadena. Tienes que irte sola.
La joven se acercó a la horrible fiera y la abrazó con todas sus fuerzas. Tan fuerte lo hizo, que el animal explotó en
mil pedazos. Y de entre tantos pedacitos, surgió un joven risueño y delgaducho, pero con esa misma mirada
inteligente que tenía su amigo el monstruo.
Así descubrieron las princesas a su príncipe salvador, quien había estado con ellas desde el principio, sin saber
que para que pudiera salvarlas antes debían liberarlo a él. Algo que sólo había llegado a ocurrir gracias al ánimo y
la actitud de la hermana mayor.
Y el joven príncipe, que era listo, no tuvo ninguna duda para elegir con qué princesa casarse, dejando a la
hermana pequeña con sus cantos, su belleza y su dulzura... y buscando algún príncipe tontorrón que quisiera a
una chica con tan poca iniciativa.
8. EL PATITO FEO
Una pata tiene varios patitos,
pero uno de ellos es mucho
más feo, tosco y torpe que el
resto, por lo que todos le dan
de lado y se burlan de él. El
patito decide huir de allí y se
enfrenta solo y triste a los
problemas del invierno. Al
llegar la primavera, encuentra
un grupo de cisnes que, para su
sorpresa, son amables con él.
Estos le hacen ver su reflejo en
el estanque, y así descubrir que
en realidad él era un bello
cisne y no un pato desgarbado.
9. LA BELLA DURMIENTE
A la fiesta por el nacimiento de una
princesa fueron invitadas las hadas del
reino para ofrecerle sus dones, excepto
una, que en venganza por no haber sido
invitada, apareció para hechizar a la
princesa, que el día que cumpliera 15 años
moriría tras pincharse con el uso de una
rueca. Pero faltaba una hada por darle su
regalo, y transformó el hechizo para que
en lugar de morir, cayera dormida por 100
años. A pesar del esfuerzo de los reyes por
eliminar todas las máquinas de hilar del
reino, todo se cumplió y a los 15 años la
princesa se pinchó y cayó dormida, junto
con todos los que estaban en el palacio. El
palacio quedó oculto por espinos hasta
que pasados 100 años, un príncipe pudo
llegar hasta él, y encontrar a la princesa, a
la que despertó con un beso, y con ella a
todos los que allí dormían. Al poco se
celebró la boda y vivieron felices para
siempre.
10. BLANCA NIEVES Y LOS SIETE ENANITOS
una reina muy bella siente envidia de su
hijastra Blancanieves cuando su espejo mágico
le dice que al crecer Blancanieves ha pasado a
ser la más bella del reino, y ordena a un
soldado que la mate. El soldado se apiada y la
deja libre en el bosque, donde encuentra
cobijo en una pequeña casita habitada por
siete enanitos. Ella se queda a vivir con ellos, a
cambio de ayudarles limpiando y cocinando.
Pero la marastra se entera por el espejo de que
sigue viva, y prepara una manzana
envenenada, que le da a probar haciéndose
pasar por una anciana vendedora. Entonces
Blancanieves cae muerta, y los enanitos la
encierran en un ataúd de cristal. Un príncipe
que pasaba por ahí, se enamora al verla tan
bella, y les pide que se la den. En una sacudida
del ataúd, Blancanieves expulsa el trozo de
manzana de su garganta y revive,
enamorándose del príncipe con quien se casa.