SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 36
Profundizando y Madurando
Nuestra fe
Tema No. 4
Jesús, sacramento del Padre
OBJETIVOS:
• 1.- Ayudar a los participantes a discernir el lugar de Dios
en la persona y en la sociedad.
• 2.- Que los participantes puedan descubrir las
características fundamentales de Dios
• 3.- Conducir a los participantes a captar que nadie fuera
de la Iglesia de Cristo puede conocer la Trinidad.
• 4.- Ayudar a crear conciencia de que la fe en Dios
acarrea compromiso.
Charla No. 1
El lugar de Dios en la persona y
en la sociedad
Un mundo de increencia:
A los cristianos de hoy nos toca vivir en un mundo en el
que muchos hombres han desplazado a Dios de su vida y
viven como si Dios no existiera; bastantes incluso niegan
explícitamente su existencia. La increencia, la indiferencia, el
ateísmo, nos rodean y acechan nuestra vida de fe. Y no se
trata solo de posturas individuales, sino de un fenómeno social
amplio y difuso que condiciona la visión del mundo, el modo de
entender la vida, los criterios de valor, los comportamientos, la
convivencia, etc.; en una palabra, la cultura de nuestra
sociedad.
Como este fenómeno nos afecta también a los
creyentes, que vivimos en la misma sociedad y respiramos los
mismos aires que todos, necesitamos replantearnos los
fundamentos de nuestro creer y esperar, para afianzarlos y
poder dar razón de ellos a todos los que nos rodean.
Para ayudarnos en este replanteamiento, analizaremos
en primer lugar las características más relevantes de la cultura
contemporánea. En un segundo momento, intentaremos
descubrir los desafíos y retos que esta cultura plantea a la fe
cristiana. Y, por último, procuraremos determinar las
exigencias que se deducen de todo esto para nuestro modo de
vivir la fe en estas circunstancias.
Una civilización científico-técnica:
Un rasgo relevante de nuestra cultura es el espíritu
científico, fruto de las grandes conquistas de las ciencias
positivas en el último siglo. De ellas arrancan innumerables
avances técnicos y tecnológicos que, no solo han modificado
nuestro modo de vivir, sino que llegan a determinar la
concepción que el hombre tiene de si mismo.
No se pueden negar los bienes que la ciencia y la
técnica han aportado y aportan a la persona y a la sociedad. -
Pero, aún reconociendo tales bienes, es preciso reconocer
también ciertos riesgos: que el hombre se embriague con sus
conquistas, se fascine ante ellas y piense que es “como Dios”
excluyendo por tanto, a un Dios trascendente.
El hombre puede llegar a absolutizar la ciencia y la
técnica, y acabar, o bien por excluir la fe como innecesaria (Si
la ciencia lo explica todo ¿Para que sirve la fe?), o bien por
crear un antagonismo entre la ciencia y la fe, como mundos
diferentes y hasta enemigos. O también por vivir en un
permanente dualismo (Recurrimos a la ciencia para todo, y a la
fe solo en lo que nos resulta incomprensible y misterioso)
Una civilización del consumo y el bienestar:
Los avances de la ciencia y de la técnica han traído
consigo en el mundo occidental una gran expansión económica
cuyo resultado ha sido la sociedad del bienestar que, a su vez,
Ha traído un espíritu desmedido de consumo: se procura un
exceso de bienes y se crean falsas necesidades; la producción
tiende a convertirse en un fin en sí misma, lo superfluo se
convierte en necesario y el hombre se convierte en consumidor
El espíritu consumista acaba generando en el hombre
un ansia insaciable por tener y poseer, se siente desgraciado si
tiene menos que los demás y acaba siendo insolidario, porque
olvida a los más pobres y contribuye indirectamente a su
explotación. Este materialismo le lleva fatalmente a vivir como
si Dios no existiera y a procurar sacar el máximo provecho de
la vida prescindiendo prácticamente de Dios.
Una sociedad que busca y desea libertad:
La libertad es una cualidad inalienable de la persona, el
primero de los derechos fundamentales del hombre, porque
Dios nos ha hecho libres. La libertad es condición necesaria -
Para que toda persona o grupo social desarrolle y alcance su
proyecto personal. Ser persona equivale a ser libre y a
conquistar la propia libertad.
Porque la libertad es don y tarea, no resulta fácil. Unida
al bienestar material puede llevar al individualismo por el que
nos aislamos y despreocupamos de los demás, y también a la
realización del impulso inmediato.
Muchos, además, entienden la libertad como algo
absoluto y sin límites, piensan que cualquier cosa atenta
contra ella. Por ello consideran que la libertad es incompatible
con la existencia de Dios, porque pone límites a la libertad del
hombre.
Una sociedad pluralista:
En la sociedad actual coexisten diferentes modos de
concebir la vida y de organizar el mundo. Esta situación no es
Mala en sí misma, pero hay que reconocer que puede afectar
negativamente a la fe y a la vida de los cristianos, por cuanto
tiende a privatizar la vida religiosa, es decir, a reducirla al
ámbito de lo privado, hacerla irrelevante en lo social y,
finalmente, negarle toda proyección pública, con la excusa de
que la fe cristiana es una visión entre tantas y acusándola de
querer imponerse sobre las demás.
Además, el pluralismo, al relativizar los modos de
pensar, acaba desconfiando de cualquier ideología que intente
ofrecer una visión del mundo y de la propia sociedad. La
consecuencia más inmediata de esto es que el hombre
experimenta un vacío de sentido y una honda sensación de
desamparo. Entonces, cada uno tiende a construir su propia
visión del mundo y su propio código ético y moral, dando como
consecuencia, una consciencia fragmentada e individualista y
negando algo universal válido para todos.
Oscurecimiento de Dios y del sentido del hombre:
El primer reto que se le presenta a la fe cristiana es que,
para el hombre de hoy, Dios ya no resulta fácil de encontrar
porque la mentalidad científico-técnica parece relegarle a la
periferia.
Antes de buscar explicaciones en la religión, se buscan
en la ciencia, de modo que Dios y su misterio son cada vez
menos misterio y acaban por ser innecesarios y hasta
superfluos
No es extraño pues que la increencia y la indiferencia
religiosa afecten un gran número de personas. Incluso para
muchos bautizados, el hecho y la práctica religiosa han perdido
o van perdiendo significación y relevancia vital. Para muchas
personas, la fe cristiana es incapaz de dar respuesta a sus
necesidades, inquietudes e interrogantes más vitales.
El oscurecimiento de Dios produce el oscurecimiento del
hombre dada la ausencia de convicciones sobre su ser y --
Realidad más profundos. Y si el hombre no sabe lo que es,
tampoco encuentra motivos para valorar y respetar a sus
semejantes.
Organizar el mundo sin Dios, conduce fatalmente a
organizarlo contra el hombre, por lo que el humanismo sin Dios
se convierte en un humanismo inhumano.
Nueva sensibilidad por el hombre y retorno a lo sagrado:
La sensibilidad por los derechos humanos aparece y
crece con fuerza, los derechos de las minorías son cada vez
más promovidos y respetados, hay un aumento de solidaridad
social de los ricos hacia los pobres y se extiende el voluntariado
social. Todos estos hechos alegran nuestra conciencia cristiana
que sabe que el camino del hombre es el auténtico camino
hacia Dios.
Se descubre también una mayor solicitud de valores
religiosos que den sentido a la vida; en el corazón de muchos -
De nuestros contemporáneos brotan anhelos por encontrar
respuestas más válidas, con mayor sentido y fundamento que
los modelos actualmente en vigencia.
Pero esta búsqueda de lo religioso irrumpe muchas
veces por el camino equivocado dando lugar a la religión sin
Dios, al desarrollo de las sectas, y al auge de todo tipo de
superstición y magia y conduciendo a los fundamentalismos
religiosos.
Por eso los creyentes nos sentimos impulsados por el
amor de Cristo a llevar la luz de Dios a los que no le conocen o
lo rechazan y a desarrollar todo el dinamismo de la caridad
para que el mundo sea más Reino de Dios y casa del hombre.
Los cristianos estamos llamados a ser la “sal de la tierra”
y la “luz del mundo”, llamados a transformar el mundo en Reino
de Dios, haciéndolo desde dentro del mismo mundo y su
historia.
Charla No. 2
“El Dios que nos revela
Jesucristo”
El Dios de Jesucristo:
A Dios nadie lo ha visto jamás, y es Jesucristo quien nos
revela quien y como es Dios (Jn.1, 18), quien ve a Jesús, ve al
Padre (Jn. 14, 9), Jesucristo es imagen del Dios invisible (Col.
1, 15). Dios se ha hecho patente y presente entre los hombres
en la persona y en la obra de Jesús de Nazaret.
El Dios que se revela en Jesús es el Dios de la
solidaridad con el hombre, porque efectivamente, eso fue la
vida de Jesús: un camino de incesante solidaridad con el
hombre, y en especial, con los más necesitados.
Dios es amor desbordante y misericordioso:
Jesús nos hace ver que lo que es bondad de verdad,
solo se da en Dios (Mc. 10, 18) y que la bondad humana de los
padres no es nada comparada con la bondad de Dios (Mt. 7, 11
Dios no es un ser que exista en abstracto, fuera del
“Padre misericordioso” ya vislumbrado en el Antiguo
Testamento como el Dios clemente y compasivo (Sal. 103, 1-8)
Es un Dios cercano, humano que no necesita los ritos ni
manifestaciones externas, carentes de amor fraterno.
Dios es Buena Noticia y alegría:
Dios viene a ofrecernos la Buena Noticia del Reino, de
una felicidad plena, universal y compartida. Pero para acogerla
se requiere un cambio de orientación de nuestra existencia: la
Conversión.
Todo el mensaje de Jesús es transmitir la Buena Noticia
como fuente de alegría. Acoger esa Buena Noticia es la fuente
de la libertad personal y de la verdadera alegría (Mt. 13, 44-46)
Para Jesús Dios mismo es alegría, amor compartido con
la humanidad, sobre todo con la humanidad pecadora y
despreciada
Dios no es pasivo, él actúa:
Jesús con su acción liberadora nos revela a un Dios que
“trabaja” (Jn. 5, 17), por esto, el Espíritu que guía y mueve a
Jesús le conduce a realizar una obra de liberación, pero no de
venganza; y esta acción liberadora de todo tipo de dolor y
explotación es el signo fehaciente de su identidad: los ciegos
ven, los cojos andan y a los pobres se les anuncia una Buena
Noticia (Lc. 11, 20).
Por tanto, el Dios de Jesús es un Dios de relación, no el
que esta en un altar para que lo veneremos, sino el que
muestra su amor y misericordia al hombre: “he visto el dolor de
mi pueblo y voy a liberarle” (Ex. 3, 7-10).
Esta relación activa de Dios con el mundo, es de hecho, el
Reino de Dios, tantas veces mencionado. “Dios es para los
hombres, y no los hombres para Dios”
Dios no hace distinción de personas:
Dios no pide cuentas, no pone condiciones para hacer el
bien, como se ve al perdonar y curar al paralítico, que no le dice
ni le pide nada a Jesús (Mc. 2, 1-12). El Padre amoroso del hijo
pródigo no esta para largas confesiones de su hijo y lo abraza
efusivamente sin esperar nada de él (Lc. 15, 20-22).
El problema está en nosotros porque no podemos decir
que acogemos el perdón y el amor, si nosotros no amamos y
perdonamos, ¿Cómo va a entrar el sol si las ventanas están
cerradas?. Es que Dios es todo magnanimidad, hace salir el sol
sobre buenos y malos. Es más, rompe con los criterios y
valores dominantes: Su amor es un elemento universal y
partidario a favor del pobre y del débil (Mt. 11, 4-5), sin que por
ello deje de extender su amor a todo el género humano.
Dios no es moralizante:
La medida del amor de Dios no es la respuesta al
cumplimiento minucioso y exacto de la ley o de la norma, sino
que su bondad y gratuidad, que no es arbitrariedad, como lo
muestra el dueño de la viña que paga igual a los que han
trabajado poco, como a los que han trabajado a lo largo de toda
la jornada (Mt. 20, 1-15). El mira con bondad a la mujer
sorprendida en adulterio y no premia la aparente fidelidad de
los acusadores (Jn. 8, 1-11).
El Dios que Jesús nos revela, es un Dios sensible a la fe
de la gente como en el caso del paralítico que lo llevan
superando todas las dificultades (Mc. 2, 5) o ante la mujer con
hemorroísa (Mc. 5, 34) Incluso no tiene en consideración si uno
es o no del pueblo elegido como en el caso del Centurión que
intercede por su criado (Mt. 8, 10)
Dios no es ritualista:
Dios no dirige nuestra mirada al cielo, sino a la Tierra, es
decir, no se complace con una religiosidad de palabras y actos
desconectados de la vida y por esto, no se trata de decir
“Señor, Señor” sino de hacer su voluntad de bien para la
humanidad (Mt. 7, 21-23).
De aquí que antes de hacer ofrendas a Dios, hay que ver
como están las relaciones humanas de cada uno. Todo el
mundo del culto y de los ritos, puede tener un valor como
expresión, o como medio de alimentar una vida espiritual, pero
no es algo que valga por si mismo.
Por eso Jesús relativiza mucho los rituales y el culto y
siempre pone por delante de ellos el amor y la compasión a
nuestros semejantes (Mc. 2, 23-27; Lc. 13, 10-16)
En definitiva, el Dios revelado por Jesús, es el Dios de la
vida, que ha enviado a su Hijo, para que la gente tenga vida y -
La tengan en abundancia (Jn. 10, 10). Para revelarnos a este
Dios de la vida, Jesús se salta las normas y se enfrenta con la
oposición del poder que quiere defender una falsa justicia y sus
intereses.
“Yo os pregunto, si en sábado es lícito hacer el bien en
lugar del mal, salvar una vida en vez de destruirla y mirando a
todos ellos le dijo al enfermo: extiende tu mano, el lo hizo y
quedó restablecida su mano, ellos se ofuscaron y deliberaron
entre sí que le harían a Jesús” (Lc. 6, 9-11)
La revelación mas singular de Jesús es que todos somos
hijos de Dios, porque nos ha dado su Espíritu, es decir, nos ha
dado su propia vida; y con su vida nos ha dado su amor, somos
por tanto, de la misma familia de Dios. (1Jn. 4, 9; Rom. 6, 23)
Charla No. 3
La revelación de Dios como
Trinidad
El Dios Trino:
La Trinidad es la característica mas distintiva del
cristianismo. Al decir que Dios es uno y trino, estamos diciendo
algo muy importante para la comprensión de nuestro Dios. En
la visión de la Trinidad se sintetiza todo lo que hemos venido
diciendo sobre Dios, quitando la imagen de un Dios
individualista y solitario, por la de un Dios de la vida, relacional,
comunitario.
Podemos concebir la Trinidad como una familia
originaria que realiza en plenitud el misterio del amor y
encuentro entre personas. En esa familia solo existe una
esencia, un solo corazón y una sola alma, porque cada
miembro entrega a los demás todo lo que tiene. De esa forma,
todos viven en amor y encuentro mutuo, en proceso de
generosidad, de acogida y filiación que culmina en existencia
compartida.
Las tres personas divinas:
Al Dios que esta por encima de nosotros y que es
nuestro origen lo llamamos “Padre”; Al Dios que esta con
nosotros y se hace compañero de camino lo llamamos “Hijo”; y
al Dios que habita en nuestro interior como entusiasmo y
creatividad lo llamamos “Espíritu Santo”. Como se ve, no se
trata de tres Dioses, sino del mismo y único Dios-comunión que
actúa en nosotros y nos acoge en sus relaciones.
Dios es Padre y nos ama infinitamente, se preocupa
continuamente por nosotros. No quiere que vivamos en el
miedo, sino en la confianza de hijos queridos. Dios nos creo
para hacernos hijos suyos, para atarnos a su corazón de Padre
por toda la eternidad.
Dios es Hijo. Jesucristo es el Hijo de Dios que se hizo
hombre para poder revelarnos y realizar el plan de amor del
Padre. En el rostro de Cristo vemos reflejado el rostro de Dios.
Dios es “Espíritu Santo”, es el espíritu de familia el Espíritu de
Unión. El Padre se entrega al Hijo, y el Hijo al Padre con una
intensidad tan grande que de ello brota otra persona: El Espíritu
Santo.
La Trinidad, fuente de fraternidad:
La Trinidad es fuente de fraternidad, la vida cristiana es
vida de fraternidad, de hermanos libres y maduros que,
uniéndose en la Iglesia por amor de Dios, intentan amarse
mutuamente.
La comunión con el hermano realiza el sueño y la utopía
de la fraternidad universal, que no es otra cosa que el proyecto
de Jesús, por el cual asumió su pasión y muerte, y para el cual,
Dios lo resucitó y se encuentra al frente del pueblo cristificado
que es la Iglesia.
La Trinidad para el Cristiano:
La revelación no se da por razón de sí misma, sino para
nuestra salvación. Lo mismo se puede decir respecto del
misterio de la Trinidad. Para nosotros los cristianos es
fundamento vivo del acercamiento a Dios y relación viva del
hombre con Dios.
Se trata de la unión del bautizado con el Dios trino, de
entregarse y unirse a él. A la luz del misterio de la Trinidad
reconocemos que Dios en sí es comunión, encuentro personal
y acercamiento al hombre, para incorporarlo a la vida de Dios.
El dogma trinitario nos muestra que el Dios cristiano, es
en lo más profundo de su ser, vida y amor. Dios vive en
comunión y hace de ella un don, que da fundamento a la
comunión con los hombres. El que es en sí mismo vida y amor,
lo quiere ser también para nosotros. Su vida y su amor son su
felicidad, a la que quiere también incorporarnos.
El hecho de que la vida divina sea comunión en el amor
permite comprender, desde la fe, que Dios revele también ese
amor hacia afuera, en la creación del mundo y del hombre y en
la redención.
No significa esto que la obra creadora y la de la
redención hayan tenido que realizarse necesariamente. Si Dios
es vida ya en sí, es más comprensible para nosotros que
busque y tenga una relación viva con el mundo. De esta
manera se hace también comprensible que haya dispuesto,
amorosamente, la participación del hombre en la vida divina.
El dogma de la Trinidad nos dice que Dios no vive en
sublime soledad, sino en diálogo. El Dios Uno tiene una
existencia dialógica, o mejor dicho: trialógica. Dado que en Sí,
Dios es comunidad, ha creado también al hombre a imagen
suya, como un ser ordenado a la vida con los demás.
A la luz de la Trinidad, reconocemos que la persona
como tal no es una mónada cerrada que se realiza en ser un yo
aislado, sino que es también una referencia espiritual hacia un
nosotros, en el que encuentra su superación última.
La persona depende de la sociedad, del mismo modo
que ésta, a su vez, vive de la persona. Cuanto más se abre
hacia una relación con el otro, tanto más se enriquece la
persona íntimamente. La ordenación mutua entre persona y
comunidad está prefigurada en el misterio de la Trinidad.
De ahí recibe también su relevancia la relación de
individuo y comunidad en la Iglesia. La trinidad marca la
existencia eclesial como existencia de un pueblo, de una
comunidad, en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Trinidad y Encarnación:
En el misterio Trinitario se ilumina el misterio de la
encarnación, que, a su vez, desde el punto de vista de nuestro -
Conocimiento, es el punto decisivo en el desarrollo de la
doctrina de la Trinidad. En la humanidad glorificada del
Resucitado ha sido admitida la naturaleza humana en la vida
trinitaria de Dios, del mismo modo que el misterio de la
encarnación, el mismo Dios asumió la vida humana. Todo el
que participa por la gracia en la vida gloriosa de Cristo, participa
también, misteriosamente en la relación del Hijo con el Padre.
Pero esta realidad, lleva consigo también una llamada,
que es una invitación a la santidad. El indicativo del ser se
convierte en el imperativo del deber ser.
Quienes procuran seguir al Hijo, deben, en todas sus
consecuencias, comportarse como hijos de Dios, esto supone
ante todo, la obediencia como expresión del amor, ya que este
alcanza su perfección, no en el puro afecto o sentimiento, sino
en las obras de caridad con el hermano.
El camino hacia el Padre:
El creyente sabe que debe recorrer el camino hacia el
Padre a través de Cristo, bajo la guía e iluminación del Espíritu
Santo.
La respuesta de fe a la revelación de las tres personas
divinas, es la oración al Padre por el Hijo y en el Espíritu de
ambos.
Tenemos que reconocer la importancia del misterio de la
Trinidad para la salvación del hombre; Si Jesús no es más que
un hombre bueno y santo que ha fracasado, o un profeta
enviado por Dios, entonces el misterio de la Trinidad resulta
superfluo.
Y del mismo modo, la desaparición de este misterio deja
sin sentido la preexistencia de Jesús y su condición divina. Ante
la tendencia de ver a Jesús como un hombre común y corriente
o de imaginar al Espíritu Santo como un poder de Dios, solo
saldría ganando la interpretación racionalista de la fe.
Charla No. 4
El compromiso que implica llamar
a Dios “Padre Nuestro”
“Abba”, Padre Bueno:
La invocación de la divinidad como Padre, se puede
rastrear en varias culturas y civilizaciones del Antiguo Oriente, y
en el mimo pueblo Judío. Sin constituir la forma más común de
referirse a Dios, podemos encontrar varios ejemplos en el
Antiguo Testamento.
Sin embargo, las palabras de Jesús encierran una
novedad radical, que desconcierta a sus contemporáneos. Para
hablar con Dios Jesús utiliza el término arameo “Abba” que
usaban los niños pequeños para llamar a su Padre.
Con esta forma de comunicarse Jesús revela un rostro
desconocido de Dios. El Dios lejano que está en los cielos, se
hace cercano y compañero, en la figura del Padre bondadoso
que espera, acompaña, protege y busca el bienestar de sus
hijos. (Lc. 15, 11 ss).
Jesús recurre al lenguaje común del pueblo, para hablar
de Dios. El hebreo estaba reservado para el culto, y el arameo -
Lo hablaba el pueblo. De esta manera nos enseña que no lo
encontramos al margen de la vida, sino en medio de ella, a
nuestro lado, como un Padre que sufre y se desvela por sus
hijos. Jesús que llama a Dios “papá”, nos invita a repetir con el
sus palabras, y a demostrarlo con nuestras vidas y obras como
lo hizo Jesús.
Ser hijo y poder llamar a Dios Papá es un gran honor y
una muy seria responsabilidad. La Iglesia desde sus orígenes
entendió así esta enseñanza de Jesús y se cuidó mucho de no
banalizar el sentido del Padre Nuestro
Esta era la oración de los cristianos, de los hijos, de los
que seguían a Jesús, participando y construyendo el Reino. La
oración de los que se habían convertido mediante el bautismo y
habían optado por la vida de Dios. Al decir Padre Nuestro Jesús
nos invita a participar de su filiación y nos muestra a Dios como
Padre Bueno.
Rezar el Padrenuestro:
Siempre que rezamos el Padrenuestro, aunque lo
recemos cada uno por nuestro lado, decimos “Padre nuestro” y
no “Padre mío”.
Al decir Padre “nuestro” reconocemos que Dios a pasado
a ser nuestro Dios, el Dios que ha firmado una alianza de amor
con nosotros “Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro
Dios”, es la fórmula que en el Antiguo Testamento Dios utiliza
para expresar la especial relación con nosotros.
Decir Padre Nuestro nos une a Toda la Iglesia, a toda la
comunidad de bautizados. “La multitud de los creyentes no
tenía mas que un solo corazón y una sola alma” (Hech. 4, 32).
La Iglesia, la comunidad cristiana, es la familia donde podemos
de verdad llamar a dios “Padre. “No puede tener a Dios por
Padre, quien no tiene a la Iglesia por Madre, decían los Padres
de la Iglesia.
Decir Padre Nuestro es un compromiso a salid de
nuestro individualismo y abrirnos a nuestros hermanos, por eso
no podemos rezar el Padrenuestro, sin llevar ante Dios a todos
nuestros hermanos, por los que el Padre entregó a su Hijo
único.
El amor de Dios no tiene fronteras y nuestra relación
con los demás tampoco debiera tenerlas, pedimos por todos
los hombres, por todos lo que no le conocen aún, para que se
cumpla el deseo profundo de Dios, “que todos estén reunidos
en la unidad” (Jn. 11, 52).
Dios Padre que habita en el Cielo:
El Cielo es una expresión bíblica simbólica que no
significa un lugar, el cielo no es ese sitio donde Dios se ha
refugiado para alejarse de nosotros, ni mucho menos; Por cielo
la Biblia entiende la majestad misma de Dios, su soberanía
inmensa, que hace que no pueda ser manipulado por los
hombres. El cielo simboliza el Reinado de Dios.
¿Y dónde reina Dios? ¿Dónde puede vivir Dios?
¿Dónde está ese cielo? En realidad Dios vive en el corazón de
los que lo aman. “Al que me ama, mi Padre lo amará, y mi
Padre y yo vendremos a él” (Jn. 14, 23), en el corazón de los
que habita y se pasea.
Cuando rezamos, levantamos los ojos al Cielo y con
este gesto no queremos decir que dios habite en las nubes,
queremos más bien manifestar nuestro convencimiento de que
hay que enderezar los ojos del corazón hacia Dios y cambiar
nuestra forma de ver las cosas, para verla como Dios las ve.
El cielo es el reinado absoluto de Dios, nuestra
verdadera patria. Los creyentes tenemos la firme esperanza
de que el cielo es la meta de nuestro camino en la Tierra.
Los cristianos están en la carne, pero no viven según la
carne. Pasan su vida en la Tierra, pero son ciudadanos del
Cielo.
La venida del Reino:
Cuando oramos al Padre, pedimos que llegue a
nosotros su Reino de justicia, nos confiamos en sus manos
para que este mundo, de pecado, injusticia y opresión, donde
muchos conocen la muerte temprana de la enfermedad, la
desnutrición, el desempleo y la falta de vivienda, cambie y brille
en un “Nuevo cielo y una nueva Tierra”.
Pedimos que el Dios de la vida y la justicia sea
reconocido en la Tierra, para que deje de haber exclusión y
desigualdad, que el Reinado de Dios irrumpa en la historia y
que contra todo desaliento y angustia, Dios reine en la Tierra
como en el Cielo.

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

El hombre y la fe cristiana
El hombre y la fe cristianaEl hombre y la fe cristiana
El hombre y la fe cristianaPastoral Salud
 
REALIDADES SOBRE LA SALVACIÓN DEL ALMA - LA SOBREVIVENCIA Escrito 115
REALIDADES SOBRE LA SALVACIÓN DEL ALMA - LA SOBREVIVENCIA Escrito 115REALIDADES SOBRE LA SALVACIÓN DEL ALMA - LA SOBREVIVENCIA Escrito 115
REALIDADES SOBRE LA SALVACIÓN DEL ALMA - LA SOBREVIVENCIA Escrito 115Estudiantes Urantia
 
Presentación Antropología Cristiana
Presentación Antropología CristianaPresentación Antropología Cristiana
Presentación Antropología CristianaCirilus
 
Escrito 98 sobre la autorrealización espiritual humana
Escrito 98 sobre la autorrealización espiritual humanaEscrito 98 sobre la autorrealización espiritual humana
Escrito 98 sobre la autorrealización espiritual humanaEstudiantes Urantia
 
Escrito 48 la fe experiencial. septiembre 2008
Escrito 48 la fe experiencial. septiembre 2008Escrito 48 la fe experiencial. septiembre 2008
Escrito 48 la fe experiencial. septiembre 2008Estudiantes Urantia
 
Escrito 108 la verdad divina la revelación
Escrito 108 la verdad divina la revelaciónEscrito 108 la verdad divina la revelación
Escrito 108 la verdad divina la revelaciónEstudiantes Urantia
 
Aproximaciónes de joseph ratzinger al tema de la fe en el mundo actualizante
Aproximaciónes de joseph ratzinger al tema de la fe en el mundo actualizanteAproximaciónes de joseph ratzinger al tema de la fe en el mundo actualizante
Aproximaciónes de joseph ratzinger al tema de la fe en el mundo actualizanteCristian Camilo Cárdenas Aguirre
 
Escrito 49 orientación sobre religión
Escrito 49 orientación  sobre religiónEscrito 49 orientación  sobre religión
Escrito 49 orientación sobre religiónEstudiantes Urantia
 
Escrito 27. la meditacion espiritual personal. julio 2004
Escrito 27. la meditacion espiritual personal. julio 2004Escrito 27. la meditacion espiritual personal. julio 2004
Escrito 27. la meditacion espiritual personal. julio 2004Estudiantes Urantia
 
Escrito 102 la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díaz
Escrito 102   la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díazEscrito 102   la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díaz
Escrito 102 la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díazEstudiantes Urantia
 
4.4 4.7 identificación del modelo espiritual
4.4 4.7 identificación del modelo espiritual4.4 4.7 identificación del modelo espiritual
4.4 4.7 identificación del modelo espiritualgbecerril5
 

La actualidad más candente (20)

Interioridad
InterioridadInterioridad
Interioridad
 
Escrito 47.doc 1
Escrito 47.doc 1Escrito 47.doc 1
Escrito 47.doc 1
 
El hombre y la fe cristiana
El hombre y la fe cristianaEl hombre y la fe cristiana
El hombre y la fe cristiana
 
REALIDADES SOBRE LA SALVACIÓN DEL ALMA - LA SOBREVIVENCIA Escrito 115
REALIDADES SOBRE LA SALVACIÓN DEL ALMA - LA SOBREVIVENCIA Escrito 115REALIDADES SOBRE LA SALVACIÓN DEL ALMA - LA SOBREVIVENCIA Escrito 115
REALIDADES SOBRE LA SALVACIÓN DEL ALMA - LA SOBREVIVENCIA Escrito 115
 
Fe y-religiones
Fe y-religionesFe y-religiones
Fe y-religiones
 
Presentación Antropología Cristiana
Presentación Antropología CristianaPresentación Antropología Cristiana
Presentación Antropología Cristiana
 
Escrito 98 sobre la autorrealización espiritual humana
Escrito 98 sobre la autorrealización espiritual humanaEscrito 98 sobre la autorrealización espiritual humana
Escrito 98 sobre la autorrealización espiritual humana
 
Escrito 48 la fe experiencial. septiembre 2008
Escrito 48 la fe experiencial. septiembre 2008Escrito 48 la fe experiencial. septiembre 2008
Escrito 48 la fe experiencial. septiembre 2008
 
Introducción a la Teología Moral (4)
Introducción a la Teología Moral (4)Introducción a la Teología Moral (4)
Introducción a la Teología Moral (4)
 
Escrito 108 la verdad divina la revelación
Escrito 108 la verdad divina la revelaciónEscrito 108 la verdad divina la revelación
Escrito 108 la verdad divina la revelación
 
Cuadernillo
CuadernilloCuadernillo
Cuadernillo
 
Aproximaciónes de joseph ratzinger al tema de la fe en el mundo actualizante
Aproximaciónes de joseph ratzinger al tema de la fe en el mundo actualizanteAproximaciónes de joseph ratzinger al tema de la fe en el mundo actualizante
Aproximaciónes de joseph ratzinger al tema de la fe en el mundo actualizante
 
Escrito 49 orientación sobre religión
Escrito 49 orientación  sobre religiónEscrito 49 orientación  sobre religión
Escrito 49 orientación sobre religión
 
Introducción a la Teología Moral (2)
Introducción a la Teología Moral (2)Introducción a la Teología Moral (2)
Introducción a la Teología Moral (2)
 
Escrito 27. la meditacion espiritual personal. julio 2004
Escrito 27. la meditacion espiritual personal. julio 2004Escrito 27. la meditacion espiritual personal. julio 2004
Escrito 27. la meditacion espiritual personal. julio 2004
 
Antropologia cristiana
Antropologia cristianaAntropologia cristiana
Antropologia cristiana
 
Escrito 102 la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díaz
Escrito 102   la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díazEscrito 102   la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díaz
Escrito 102 la experiencia religiosa personal - conferencia jaime díaz
 
Ponencia: Maria modelo de mujer
Ponencia: Maria modelo de mujerPonencia: Maria modelo de mujer
Ponencia: Maria modelo de mujer
 
Antropologia cristiana!
Antropologia cristiana!Antropologia cristiana!
Antropologia cristiana!
 
4.4 4.7 identificación del modelo espiritual
4.4 4.7 identificación del modelo espiritual4.4 4.7 identificación del modelo espiritual
4.4 4.7 identificación del modelo espiritual
 

Similar a Pmnf tema 4

Ensayo y entrevista evangelizacion y doctrina social
Ensayo y entrevista  evangelizacion y doctrina socialEnsayo y entrevista  evangelizacion y doctrina social
Ensayo y entrevista evangelizacion y doctrina socialottyluz
 
Folleto de noveno 2008
Folleto de noveno 2008Folleto de noveno 2008
Folleto de noveno 2008kutika
 
Sentido De La Vida Ii
Sentido De La Vida IiSentido De La Vida Ii
Sentido De La Vida Iipeterkar
 
La pastoral en un mundo postmoderno
La pastoral en un mundo postmodernoLa pastoral en un mundo postmoderno
La pastoral en un mundo postmodernopastoraledu
 
El hombre y la búsqueda de la verdad de Dios y de la Iglesia
El hombre y la búsqueda de la verdad de Dios y de la IglesiaEl hombre y la búsqueda de la verdad de Dios y de la Iglesia
El hombre y la búsqueda de la verdad de Dios y de la IglesiaBernardo Guerrero Solórzano
 
el hombre y la búsqurda de la Verdad
el hombre y la búsqurda de la Verdadel hombre y la búsqurda de la Verdad
el hombre y la búsqurda de la VerdadJackeline Guerrero
 
HR 01. El hecho religioso.pptx
HR 01. El hecho religioso.pptxHR 01. El hecho religioso.pptx
HR 01. El hecho religioso.pptxGonzaloLoboMndez
 
Tema 1.4 la ética cristiana como una opción valida
Tema 1.4 la ética cristiana como una opción validaTema 1.4 la ética cristiana como una opción valida
Tema 1.4 la ética cristiana como una opción validaSergio Castillo
 
Fe, liturgia y razon
Fe, liturgia y razonFe, liturgia y razon
Fe, liturgia y razongbecerril5
 
Gracia y Escatología 2.pdf
Gracia y Escatología 2.pdfGracia y Escatología 2.pdf
Gracia y Escatología 2.pdfJavierTamayo28
 

Similar a Pmnf tema 4 (20)

Actividades Revelacion y Fe
Actividades Revelacion y FeActividades Revelacion y Fe
Actividades Revelacion y Fe
 
Ensayo y entrevista evangelizacion y doctrina social
Ensayo y entrevista  evangelizacion y doctrina socialEnsayo y entrevista  evangelizacion y doctrina social
Ensayo y entrevista evangelizacion y doctrina social
 
Folleto de noveno 2008
Folleto de noveno 2008Folleto de noveno 2008
Folleto de noveno 2008
 
La vida cristiana
La vida cristianaLa vida cristiana
La vida cristiana
 
La vida cristiana
La vida cristianaLa vida cristiana
La vida cristiana
 
Sentido De La Vida Ii
Sentido De La Vida IiSentido De La Vida Ii
Sentido De La Vida Ii
 
La pastoral en un mundo postmoderno
La pastoral en un mundo postmodernoLa pastoral en un mundo postmoderno
La pastoral en un mundo postmoderno
 
El hombre y la búsqueda de la verdad de Dios y de la Iglesia
El hombre y la búsqueda de la verdad de Dios y de la IglesiaEl hombre y la búsqueda de la verdad de Dios y de la Iglesia
El hombre y la búsqueda de la verdad de Dios y de la Iglesia
 
el hombre y la búsqurda de la Verdad
el hombre y la búsqurda de la Verdadel hombre y la búsqurda de la Verdad
el hombre y la búsqurda de la Verdad
 
Clases 1º bachillerato de 910 al 1711
Clases 1º bachillerato de 910 al 1711Clases 1º bachillerato de 910 al 1711
Clases 1º bachillerato de 910 al 1711
 
Trabajo de grupo ok
Trabajo de grupo okTrabajo de grupo ok
Trabajo de grupo ok
 
La nueva era
La  nueva  eraLa  nueva  era
La nueva era
 
La nueva era new age
La   nueva era  new   ageLa   nueva era  new   age
La nueva era new age
 
teologia de la cautividad.pptx
teologia de la cautividad.pptxteologia de la cautividad.pptx
teologia de la cautividad.pptx
 
Diapositivas
DiapositivasDiapositivas
Diapositivas
 
HR 01. El hecho religioso.pptx
HR 01. El hecho religioso.pptxHR 01. El hecho religioso.pptx
HR 01. El hecho religioso.pptx
 
DIOS EXISTE & ES CATÓLICO
DIOS EXISTE & ES CATÓLICODIOS EXISTE & ES CATÓLICO
DIOS EXISTE & ES CATÓLICO
 
Tema 1.4 la ética cristiana como una opción valida
Tema 1.4 la ética cristiana como una opción validaTema 1.4 la ética cristiana como una opción valida
Tema 1.4 la ética cristiana como una opción valida
 
Fe, liturgia y razon
Fe, liturgia y razonFe, liturgia y razon
Fe, liturgia y razon
 
Gracia y Escatología 2.pdf
Gracia y Escatología 2.pdfGracia y Escatología 2.pdf
Gracia y Escatología 2.pdf
 

Más de Andres Elizalde (20)

Pmnf tema 15
Pmnf tema 15Pmnf tema 15
Pmnf tema 15
 
Pmnf tema 14
Pmnf tema 14Pmnf tema 14
Pmnf tema 14
 
Pmnf tema 13
Pmnf tema 13Pmnf tema 13
Pmnf tema 13
 
Pmnf tema 12
Pmnf tema 12Pmnf tema 12
Pmnf tema 12
 
Pmnf tema 11
Pmnf tema 11Pmnf tema 11
Pmnf tema 11
 
Pmnf tema 10
Pmnf tema 10Pmnf tema 10
Pmnf tema 10
 
Pmnf tema 9
Pmnf tema 9Pmnf tema 9
Pmnf tema 9
 
Pmnf tema 8
Pmnf tema 8Pmnf tema 8
Pmnf tema 8
 
Pmnf tema 7
Pmnf tema 7Pmnf tema 7
Pmnf tema 7
 
Pmnf tema 6
Pmnf tema 6Pmnf tema 6
Pmnf tema 6
 
Pmnf tema 3
Pmnf tema 3Pmnf tema 3
Pmnf tema 3
 
Pmnf tema 2
Pmnf tema 2Pmnf tema 2
Pmnf tema 2
 
Pmnf tema 1
Pmnf tema 1Pmnf tema 1
Pmnf tema 1
 
Introd. al curso pmnf
Introd. al curso pmnfIntrod. al curso pmnf
Introd. al curso pmnf
 
Metodología de la evangelización
Metodología de la evangelizaciónMetodología de la evangelización
Metodología de la evangelización
 
Programa de desarrollo espiritual y crecimiento personal I- 2 Publicacion sem...
Programa de desarrollo espiritual y crecimiento personal I- 2 Publicacion sem...Programa de desarrollo espiritual y crecimiento personal I- 2 Publicacion sem...
Programa de desarrollo espiritual y crecimiento personal I- 2 Publicacion sem...
 
La fe católica
La fe católicaLa fe católica
La fe católica
 
Proyecto catecumenal
Proyecto catecumenalProyecto catecumenal
Proyecto catecumenal
 
Busqueda de dios
Busqueda de diosBusqueda de dios
Busqueda de dios
 
La fe católica
La fe católicaLa fe católica
La fe católica
 

Pmnf tema 4

  • 1. Profundizando y Madurando Nuestra fe Tema No. 4 Jesús, sacramento del Padre
  • 2. OBJETIVOS: • 1.- Ayudar a los participantes a discernir el lugar de Dios en la persona y en la sociedad. • 2.- Que los participantes puedan descubrir las características fundamentales de Dios • 3.- Conducir a los participantes a captar que nadie fuera de la Iglesia de Cristo puede conocer la Trinidad. • 4.- Ayudar a crear conciencia de que la fe en Dios acarrea compromiso.
  • 3. Charla No. 1 El lugar de Dios en la persona y en la sociedad
  • 4. Un mundo de increencia: A los cristianos de hoy nos toca vivir en un mundo en el que muchos hombres han desplazado a Dios de su vida y viven como si Dios no existiera; bastantes incluso niegan explícitamente su existencia. La increencia, la indiferencia, el ateísmo, nos rodean y acechan nuestra vida de fe. Y no se trata solo de posturas individuales, sino de un fenómeno social amplio y difuso que condiciona la visión del mundo, el modo de entender la vida, los criterios de valor, los comportamientos, la convivencia, etc.; en una palabra, la cultura de nuestra sociedad. Como este fenómeno nos afecta también a los creyentes, que vivimos en la misma sociedad y respiramos los mismos aires que todos, necesitamos replantearnos los fundamentos de nuestro creer y esperar, para afianzarlos y poder dar razón de ellos a todos los que nos rodean.
  • 5. Para ayudarnos en este replanteamiento, analizaremos en primer lugar las características más relevantes de la cultura contemporánea. En un segundo momento, intentaremos descubrir los desafíos y retos que esta cultura plantea a la fe cristiana. Y, por último, procuraremos determinar las exigencias que se deducen de todo esto para nuestro modo de vivir la fe en estas circunstancias. Una civilización científico-técnica: Un rasgo relevante de nuestra cultura es el espíritu científico, fruto de las grandes conquistas de las ciencias positivas en el último siglo. De ellas arrancan innumerables avances técnicos y tecnológicos que, no solo han modificado nuestro modo de vivir, sino que llegan a determinar la concepción que el hombre tiene de si mismo. No se pueden negar los bienes que la ciencia y la técnica han aportado y aportan a la persona y a la sociedad. -
  • 6. Pero, aún reconociendo tales bienes, es preciso reconocer también ciertos riesgos: que el hombre se embriague con sus conquistas, se fascine ante ellas y piense que es “como Dios” excluyendo por tanto, a un Dios trascendente. El hombre puede llegar a absolutizar la ciencia y la técnica, y acabar, o bien por excluir la fe como innecesaria (Si la ciencia lo explica todo ¿Para que sirve la fe?), o bien por crear un antagonismo entre la ciencia y la fe, como mundos diferentes y hasta enemigos. O también por vivir en un permanente dualismo (Recurrimos a la ciencia para todo, y a la fe solo en lo que nos resulta incomprensible y misterioso) Una civilización del consumo y el bienestar: Los avances de la ciencia y de la técnica han traído consigo en el mundo occidental una gran expansión económica cuyo resultado ha sido la sociedad del bienestar que, a su vez,
  • 7. Ha traído un espíritu desmedido de consumo: se procura un exceso de bienes y se crean falsas necesidades; la producción tiende a convertirse en un fin en sí misma, lo superfluo se convierte en necesario y el hombre se convierte en consumidor El espíritu consumista acaba generando en el hombre un ansia insaciable por tener y poseer, se siente desgraciado si tiene menos que los demás y acaba siendo insolidario, porque olvida a los más pobres y contribuye indirectamente a su explotación. Este materialismo le lleva fatalmente a vivir como si Dios no existiera y a procurar sacar el máximo provecho de la vida prescindiendo prácticamente de Dios. Una sociedad que busca y desea libertad: La libertad es una cualidad inalienable de la persona, el primero de los derechos fundamentales del hombre, porque Dios nos ha hecho libres. La libertad es condición necesaria -
  • 8. Para que toda persona o grupo social desarrolle y alcance su proyecto personal. Ser persona equivale a ser libre y a conquistar la propia libertad. Porque la libertad es don y tarea, no resulta fácil. Unida al bienestar material puede llevar al individualismo por el que nos aislamos y despreocupamos de los demás, y también a la realización del impulso inmediato. Muchos, además, entienden la libertad como algo absoluto y sin límites, piensan que cualquier cosa atenta contra ella. Por ello consideran que la libertad es incompatible con la existencia de Dios, porque pone límites a la libertad del hombre. Una sociedad pluralista: En la sociedad actual coexisten diferentes modos de concebir la vida y de organizar el mundo. Esta situación no es
  • 9. Mala en sí misma, pero hay que reconocer que puede afectar negativamente a la fe y a la vida de los cristianos, por cuanto tiende a privatizar la vida religiosa, es decir, a reducirla al ámbito de lo privado, hacerla irrelevante en lo social y, finalmente, negarle toda proyección pública, con la excusa de que la fe cristiana es una visión entre tantas y acusándola de querer imponerse sobre las demás. Además, el pluralismo, al relativizar los modos de pensar, acaba desconfiando de cualquier ideología que intente ofrecer una visión del mundo y de la propia sociedad. La consecuencia más inmediata de esto es que el hombre experimenta un vacío de sentido y una honda sensación de desamparo. Entonces, cada uno tiende a construir su propia visión del mundo y su propio código ético y moral, dando como consecuencia, una consciencia fragmentada e individualista y negando algo universal válido para todos.
  • 10. Oscurecimiento de Dios y del sentido del hombre: El primer reto que se le presenta a la fe cristiana es que, para el hombre de hoy, Dios ya no resulta fácil de encontrar porque la mentalidad científico-técnica parece relegarle a la periferia. Antes de buscar explicaciones en la religión, se buscan en la ciencia, de modo que Dios y su misterio son cada vez menos misterio y acaban por ser innecesarios y hasta superfluos No es extraño pues que la increencia y la indiferencia religiosa afecten un gran número de personas. Incluso para muchos bautizados, el hecho y la práctica religiosa han perdido o van perdiendo significación y relevancia vital. Para muchas personas, la fe cristiana es incapaz de dar respuesta a sus necesidades, inquietudes e interrogantes más vitales. El oscurecimiento de Dios produce el oscurecimiento del hombre dada la ausencia de convicciones sobre su ser y --
  • 11. Realidad más profundos. Y si el hombre no sabe lo que es, tampoco encuentra motivos para valorar y respetar a sus semejantes. Organizar el mundo sin Dios, conduce fatalmente a organizarlo contra el hombre, por lo que el humanismo sin Dios se convierte en un humanismo inhumano. Nueva sensibilidad por el hombre y retorno a lo sagrado: La sensibilidad por los derechos humanos aparece y crece con fuerza, los derechos de las minorías son cada vez más promovidos y respetados, hay un aumento de solidaridad social de los ricos hacia los pobres y se extiende el voluntariado social. Todos estos hechos alegran nuestra conciencia cristiana que sabe que el camino del hombre es el auténtico camino hacia Dios. Se descubre también una mayor solicitud de valores religiosos que den sentido a la vida; en el corazón de muchos -
  • 12. De nuestros contemporáneos brotan anhelos por encontrar respuestas más válidas, con mayor sentido y fundamento que los modelos actualmente en vigencia. Pero esta búsqueda de lo religioso irrumpe muchas veces por el camino equivocado dando lugar a la religión sin Dios, al desarrollo de las sectas, y al auge de todo tipo de superstición y magia y conduciendo a los fundamentalismos religiosos. Por eso los creyentes nos sentimos impulsados por el amor de Cristo a llevar la luz de Dios a los que no le conocen o lo rechazan y a desarrollar todo el dinamismo de la caridad para que el mundo sea más Reino de Dios y casa del hombre. Los cristianos estamos llamados a ser la “sal de la tierra” y la “luz del mundo”, llamados a transformar el mundo en Reino de Dios, haciéndolo desde dentro del mismo mundo y su historia.
  • 13. Charla No. 2 “El Dios que nos revela Jesucristo”
  • 14. El Dios de Jesucristo: A Dios nadie lo ha visto jamás, y es Jesucristo quien nos revela quien y como es Dios (Jn.1, 18), quien ve a Jesús, ve al Padre (Jn. 14, 9), Jesucristo es imagen del Dios invisible (Col. 1, 15). Dios se ha hecho patente y presente entre los hombres en la persona y en la obra de Jesús de Nazaret. El Dios que se revela en Jesús es el Dios de la solidaridad con el hombre, porque efectivamente, eso fue la vida de Jesús: un camino de incesante solidaridad con el hombre, y en especial, con los más necesitados. Dios es amor desbordante y misericordioso: Jesús nos hace ver que lo que es bondad de verdad, solo se da en Dios (Mc. 10, 18) y que la bondad humana de los padres no es nada comparada con la bondad de Dios (Mt. 7, 11 Dios no es un ser que exista en abstracto, fuera del
  • 15. “Padre misericordioso” ya vislumbrado en el Antiguo Testamento como el Dios clemente y compasivo (Sal. 103, 1-8) Es un Dios cercano, humano que no necesita los ritos ni manifestaciones externas, carentes de amor fraterno. Dios es Buena Noticia y alegría: Dios viene a ofrecernos la Buena Noticia del Reino, de una felicidad plena, universal y compartida. Pero para acogerla se requiere un cambio de orientación de nuestra existencia: la Conversión. Todo el mensaje de Jesús es transmitir la Buena Noticia como fuente de alegría. Acoger esa Buena Noticia es la fuente de la libertad personal y de la verdadera alegría (Mt. 13, 44-46) Para Jesús Dios mismo es alegría, amor compartido con la humanidad, sobre todo con la humanidad pecadora y despreciada
  • 16. Dios no es pasivo, él actúa: Jesús con su acción liberadora nos revela a un Dios que “trabaja” (Jn. 5, 17), por esto, el Espíritu que guía y mueve a Jesús le conduce a realizar una obra de liberación, pero no de venganza; y esta acción liberadora de todo tipo de dolor y explotación es el signo fehaciente de su identidad: los ciegos ven, los cojos andan y a los pobres se les anuncia una Buena Noticia (Lc. 11, 20). Por tanto, el Dios de Jesús es un Dios de relación, no el que esta en un altar para que lo veneremos, sino el que muestra su amor y misericordia al hombre: “he visto el dolor de mi pueblo y voy a liberarle” (Ex. 3, 7-10). Esta relación activa de Dios con el mundo, es de hecho, el Reino de Dios, tantas veces mencionado. “Dios es para los hombres, y no los hombres para Dios”
  • 17. Dios no hace distinción de personas: Dios no pide cuentas, no pone condiciones para hacer el bien, como se ve al perdonar y curar al paralítico, que no le dice ni le pide nada a Jesús (Mc. 2, 1-12). El Padre amoroso del hijo pródigo no esta para largas confesiones de su hijo y lo abraza efusivamente sin esperar nada de él (Lc. 15, 20-22). El problema está en nosotros porque no podemos decir que acogemos el perdón y el amor, si nosotros no amamos y perdonamos, ¿Cómo va a entrar el sol si las ventanas están cerradas?. Es que Dios es todo magnanimidad, hace salir el sol sobre buenos y malos. Es más, rompe con los criterios y valores dominantes: Su amor es un elemento universal y partidario a favor del pobre y del débil (Mt. 11, 4-5), sin que por ello deje de extender su amor a todo el género humano.
  • 18. Dios no es moralizante: La medida del amor de Dios no es la respuesta al cumplimiento minucioso y exacto de la ley o de la norma, sino que su bondad y gratuidad, que no es arbitrariedad, como lo muestra el dueño de la viña que paga igual a los que han trabajado poco, como a los que han trabajado a lo largo de toda la jornada (Mt. 20, 1-15). El mira con bondad a la mujer sorprendida en adulterio y no premia la aparente fidelidad de los acusadores (Jn. 8, 1-11). El Dios que Jesús nos revela, es un Dios sensible a la fe de la gente como en el caso del paralítico que lo llevan superando todas las dificultades (Mc. 2, 5) o ante la mujer con hemorroísa (Mc. 5, 34) Incluso no tiene en consideración si uno es o no del pueblo elegido como en el caso del Centurión que intercede por su criado (Mt. 8, 10)
  • 19. Dios no es ritualista: Dios no dirige nuestra mirada al cielo, sino a la Tierra, es decir, no se complace con una religiosidad de palabras y actos desconectados de la vida y por esto, no se trata de decir “Señor, Señor” sino de hacer su voluntad de bien para la humanidad (Mt. 7, 21-23). De aquí que antes de hacer ofrendas a Dios, hay que ver como están las relaciones humanas de cada uno. Todo el mundo del culto y de los ritos, puede tener un valor como expresión, o como medio de alimentar una vida espiritual, pero no es algo que valga por si mismo. Por eso Jesús relativiza mucho los rituales y el culto y siempre pone por delante de ellos el amor y la compasión a nuestros semejantes (Mc. 2, 23-27; Lc. 13, 10-16) En definitiva, el Dios revelado por Jesús, es el Dios de la vida, que ha enviado a su Hijo, para que la gente tenga vida y -
  • 20. La tengan en abundancia (Jn. 10, 10). Para revelarnos a este Dios de la vida, Jesús se salta las normas y se enfrenta con la oposición del poder que quiere defender una falsa justicia y sus intereses. “Yo os pregunto, si en sábado es lícito hacer el bien en lugar del mal, salvar una vida en vez de destruirla y mirando a todos ellos le dijo al enfermo: extiende tu mano, el lo hizo y quedó restablecida su mano, ellos se ofuscaron y deliberaron entre sí que le harían a Jesús” (Lc. 6, 9-11) La revelación mas singular de Jesús es que todos somos hijos de Dios, porque nos ha dado su Espíritu, es decir, nos ha dado su propia vida; y con su vida nos ha dado su amor, somos por tanto, de la misma familia de Dios. (1Jn. 4, 9; Rom. 6, 23)
  • 21. Charla No. 3 La revelación de Dios como Trinidad
  • 22. El Dios Trino: La Trinidad es la característica mas distintiva del cristianismo. Al decir que Dios es uno y trino, estamos diciendo algo muy importante para la comprensión de nuestro Dios. En la visión de la Trinidad se sintetiza todo lo que hemos venido diciendo sobre Dios, quitando la imagen de un Dios individualista y solitario, por la de un Dios de la vida, relacional, comunitario. Podemos concebir la Trinidad como una familia originaria que realiza en plenitud el misterio del amor y encuentro entre personas. En esa familia solo existe una esencia, un solo corazón y una sola alma, porque cada miembro entrega a los demás todo lo que tiene. De esa forma, todos viven en amor y encuentro mutuo, en proceso de generosidad, de acogida y filiación que culmina en existencia compartida.
  • 23. Las tres personas divinas: Al Dios que esta por encima de nosotros y que es nuestro origen lo llamamos “Padre”; Al Dios que esta con nosotros y se hace compañero de camino lo llamamos “Hijo”; y al Dios que habita en nuestro interior como entusiasmo y creatividad lo llamamos “Espíritu Santo”. Como se ve, no se trata de tres Dioses, sino del mismo y único Dios-comunión que actúa en nosotros y nos acoge en sus relaciones. Dios es Padre y nos ama infinitamente, se preocupa continuamente por nosotros. No quiere que vivamos en el miedo, sino en la confianza de hijos queridos. Dios nos creo para hacernos hijos suyos, para atarnos a su corazón de Padre por toda la eternidad. Dios es Hijo. Jesucristo es el Hijo de Dios que se hizo hombre para poder revelarnos y realizar el plan de amor del Padre. En el rostro de Cristo vemos reflejado el rostro de Dios.
  • 24. Dios es “Espíritu Santo”, es el espíritu de familia el Espíritu de Unión. El Padre se entrega al Hijo, y el Hijo al Padre con una intensidad tan grande que de ello brota otra persona: El Espíritu Santo. La Trinidad, fuente de fraternidad: La Trinidad es fuente de fraternidad, la vida cristiana es vida de fraternidad, de hermanos libres y maduros que, uniéndose en la Iglesia por amor de Dios, intentan amarse mutuamente. La comunión con el hermano realiza el sueño y la utopía de la fraternidad universal, que no es otra cosa que el proyecto de Jesús, por el cual asumió su pasión y muerte, y para el cual, Dios lo resucitó y se encuentra al frente del pueblo cristificado que es la Iglesia.
  • 25. La Trinidad para el Cristiano: La revelación no se da por razón de sí misma, sino para nuestra salvación. Lo mismo se puede decir respecto del misterio de la Trinidad. Para nosotros los cristianos es fundamento vivo del acercamiento a Dios y relación viva del hombre con Dios. Se trata de la unión del bautizado con el Dios trino, de entregarse y unirse a él. A la luz del misterio de la Trinidad reconocemos que Dios en sí es comunión, encuentro personal y acercamiento al hombre, para incorporarlo a la vida de Dios. El dogma trinitario nos muestra que el Dios cristiano, es en lo más profundo de su ser, vida y amor. Dios vive en comunión y hace de ella un don, que da fundamento a la comunión con los hombres. El que es en sí mismo vida y amor, lo quiere ser también para nosotros. Su vida y su amor son su felicidad, a la que quiere también incorporarnos.
  • 26. El hecho de que la vida divina sea comunión en el amor permite comprender, desde la fe, que Dios revele también ese amor hacia afuera, en la creación del mundo y del hombre y en la redención. No significa esto que la obra creadora y la de la redención hayan tenido que realizarse necesariamente. Si Dios es vida ya en sí, es más comprensible para nosotros que busque y tenga una relación viva con el mundo. De esta manera se hace también comprensible que haya dispuesto, amorosamente, la participación del hombre en la vida divina. El dogma de la Trinidad nos dice que Dios no vive en sublime soledad, sino en diálogo. El Dios Uno tiene una existencia dialógica, o mejor dicho: trialógica. Dado que en Sí, Dios es comunidad, ha creado también al hombre a imagen suya, como un ser ordenado a la vida con los demás.
  • 27. A la luz de la Trinidad, reconocemos que la persona como tal no es una mónada cerrada que se realiza en ser un yo aislado, sino que es también una referencia espiritual hacia un nosotros, en el que encuentra su superación última. La persona depende de la sociedad, del mismo modo que ésta, a su vez, vive de la persona. Cuanto más se abre hacia una relación con el otro, tanto más se enriquece la persona íntimamente. La ordenación mutua entre persona y comunidad está prefigurada en el misterio de la Trinidad. De ahí recibe también su relevancia la relación de individuo y comunidad en la Iglesia. La trinidad marca la existencia eclesial como existencia de un pueblo, de una comunidad, en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Trinidad y Encarnación: En el misterio Trinitario se ilumina el misterio de la encarnación, que, a su vez, desde el punto de vista de nuestro -
  • 28. Conocimiento, es el punto decisivo en el desarrollo de la doctrina de la Trinidad. En la humanidad glorificada del Resucitado ha sido admitida la naturaleza humana en la vida trinitaria de Dios, del mismo modo que el misterio de la encarnación, el mismo Dios asumió la vida humana. Todo el que participa por la gracia en la vida gloriosa de Cristo, participa también, misteriosamente en la relación del Hijo con el Padre. Pero esta realidad, lleva consigo también una llamada, que es una invitación a la santidad. El indicativo del ser se convierte en el imperativo del deber ser. Quienes procuran seguir al Hijo, deben, en todas sus consecuencias, comportarse como hijos de Dios, esto supone ante todo, la obediencia como expresión del amor, ya que este alcanza su perfección, no en el puro afecto o sentimiento, sino en las obras de caridad con el hermano.
  • 29. El camino hacia el Padre: El creyente sabe que debe recorrer el camino hacia el Padre a través de Cristo, bajo la guía e iluminación del Espíritu Santo. La respuesta de fe a la revelación de las tres personas divinas, es la oración al Padre por el Hijo y en el Espíritu de ambos. Tenemos que reconocer la importancia del misterio de la Trinidad para la salvación del hombre; Si Jesús no es más que un hombre bueno y santo que ha fracasado, o un profeta enviado por Dios, entonces el misterio de la Trinidad resulta superfluo. Y del mismo modo, la desaparición de este misterio deja sin sentido la preexistencia de Jesús y su condición divina. Ante la tendencia de ver a Jesús como un hombre común y corriente o de imaginar al Espíritu Santo como un poder de Dios, solo saldría ganando la interpretación racionalista de la fe.
  • 30. Charla No. 4 El compromiso que implica llamar a Dios “Padre Nuestro”
  • 31. “Abba”, Padre Bueno: La invocación de la divinidad como Padre, se puede rastrear en varias culturas y civilizaciones del Antiguo Oriente, y en el mimo pueblo Judío. Sin constituir la forma más común de referirse a Dios, podemos encontrar varios ejemplos en el Antiguo Testamento. Sin embargo, las palabras de Jesús encierran una novedad radical, que desconcierta a sus contemporáneos. Para hablar con Dios Jesús utiliza el término arameo “Abba” que usaban los niños pequeños para llamar a su Padre. Con esta forma de comunicarse Jesús revela un rostro desconocido de Dios. El Dios lejano que está en los cielos, se hace cercano y compañero, en la figura del Padre bondadoso que espera, acompaña, protege y busca el bienestar de sus hijos. (Lc. 15, 11 ss). Jesús recurre al lenguaje común del pueblo, para hablar de Dios. El hebreo estaba reservado para el culto, y el arameo -
  • 32. Lo hablaba el pueblo. De esta manera nos enseña que no lo encontramos al margen de la vida, sino en medio de ella, a nuestro lado, como un Padre que sufre y se desvela por sus hijos. Jesús que llama a Dios “papá”, nos invita a repetir con el sus palabras, y a demostrarlo con nuestras vidas y obras como lo hizo Jesús. Ser hijo y poder llamar a Dios Papá es un gran honor y una muy seria responsabilidad. La Iglesia desde sus orígenes entendió así esta enseñanza de Jesús y se cuidó mucho de no banalizar el sentido del Padre Nuestro Esta era la oración de los cristianos, de los hijos, de los que seguían a Jesús, participando y construyendo el Reino. La oración de los que se habían convertido mediante el bautismo y habían optado por la vida de Dios. Al decir Padre Nuestro Jesús nos invita a participar de su filiación y nos muestra a Dios como Padre Bueno.
  • 33. Rezar el Padrenuestro: Siempre que rezamos el Padrenuestro, aunque lo recemos cada uno por nuestro lado, decimos “Padre nuestro” y no “Padre mío”. Al decir Padre “nuestro” reconocemos que Dios a pasado a ser nuestro Dios, el Dios que ha firmado una alianza de amor con nosotros “Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios”, es la fórmula que en el Antiguo Testamento Dios utiliza para expresar la especial relación con nosotros. Decir Padre Nuestro nos une a Toda la Iglesia, a toda la comunidad de bautizados. “La multitud de los creyentes no tenía mas que un solo corazón y una sola alma” (Hech. 4, 32). La Iglesia, la comunidad cristiana, es la familia donde podemos de verdad llamar a dios “Padre. “No puede tener a Dios por Padre, quien no tiene a la Iglesia por Madre, decían los Padres de la Iglesia.
  • 34. Decir Padre Nuestro es un compromiso a salid de nuestro individualismo y abrirnos a nuestros hermanos, por eso no podemos rezar el Padrenuestro, sin llevar ante Dios a todos nuestros hermanos, por los que el Padre entregó a su Hijo único. El amor de Dios no tiene fronteras y nuestra relación con los demás tampoco debiera tenerlas, pedimos por todos los hombres, por todos lo que no le conocen aún, para que se cumpla el deseo profundo de Dios, “que todos estén reunidos en la unidad” (Jn. 11, 52). Dios Padre que habita en el Cielo: El Cielo es una expresión bíblica simbólica que no significa un lugar, el cielo no es ese sitio donde Dios se ha refugiado para alejarse de nosotros, ni mucho menos; Por cielo la Biblia entiende la majestad misma de Dios, su soberanía inmensa, que hace que no pueda ser manipulado por los hombres. El cielo simboliza el Reinado de Dios.
  • 35. ¿Y dónde reina Dios? ¿Dónde puede vivir Dios? ¿Dónde está ese cielo? En realidad Dios vive en el corazón de los que lo aman. “Al que me ama, mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a él” (Jn. 14, 23), en el corazón de los que habita y se pasea. Cuando rezamos, levantamos los ojos al Cielo y con este gesto no queremos decir que dios habite en las nubes, queremos más bien manifestar nuestro convencimiento de que hay que enderezar los ojos del corazón hacia Dios y cambiar nuestra forma de ver las cosas, para verla como Dios las ve. El cielo es el reinado absoluto de Dios, nuestra verdadera patria. Los creyentes tenemos la firme esperanza de que el cielo es la meta de nuestro camino en la Tierra. Los cristianos están en la carne, pero no viven según la carne. Pasan su vida en la Tierra, pero son ciudadanos del Cielo.
  • 36. La venida del Reino: Cuando oramos al Padre, pedimos que llegue a nosotros su Reino de justicia, nos confiamos en sus manos para que este mundo, de pecado, injusticia y opresión, donde muchos conocen la muerte temprana de la enfermedad, la desnutrición, el desempleo y la falta de vivienda, cambie y brille en un “Nuevo cielo y una nueva Tierra”. Pedimos que el Dios de la vida y la justicia sea reconocido en la Tierra, para que deje de haber exclusión y desigualdad, que el Reinado de Dios irrumpa en la historia y que contra todo desaliento y angustia, Dios reine en la Tierra como en el Cielo.

Notas del editor

  1. sublime