La explosión del volcán de Tera y el fin del imperio minoico
1. Tera, el fin de los minoicos
110 kilómetros al norte de Creta está situada la isla que hoy conocemos como Tera (miedo) y
que hace 4000 años sus habitantes llamaban Kalliste (la muy hermosa). Un lugar donde llegó
el esplendor de uno de los pueblos más impresionantes de la antigüedad, el minoico.
Hablamos de una civilización, la minoica, que fue la envidia de los faraones y visires de
Egipto. Poseían la primera flota del mundo y su autoridad en el Mediterráneo abarcaba desde
el oriente hasta Tirrenia (Italia). Incluso disponían de agua caliente que repartían por los
edificios de hasta 4 pisos de altura mediante un moderno sistema de tuberías.
Pero a finales del siglo XVII a.C. una terrible explosión volcánica significó el principio del fin
para los minoicos.
El imperio minoico
Nos remontamos al cuarto milenio antes de que un niño, al que llamaron Jesús, naciera en
Belén y cambiara el curso de la historia. En la isla de Creta comenzaba a emerger la
civilización minoica. No se sabe a ciencia cierta de donde procedía este pueblo, pero lo que sí
es seguro es que alrededor del 3500 a.C. éstos ya habitaban la isla egea.
Su desarrollo tecnológico fue impresionante, solo comparable al ocurrido en Egipto entre las
dinastías III y IV cuando pasó de construir unas simples mastabas funerarias a erigir las
colosales pirámides. Alrededor del 2100 a.C. el Imperio Minoico, mejor dicho su marina,
dominaba gran parte del Mediterráneo aunque no es de extrañar dado que estaban
prácticamente solos. Y es que los egipcios nunca se hicieron famosos por poseer una poderosa
flota.
Mapa de la isla de Tera, o más bien podríamos decir que lo que queda de ella.
Era un pueblo pacífico, muestra de ello es que no dejaron ningún signo de violencia en su
arte. Sus ciudades no estaban fortificadas y no se conoce, hasta su ocaso, ninguna evidencia
que haga pensar que sufrieran algún tipo de invasión o ataque por parte de otro pueblo.
Posiblemente el poderío de su flota evitó que otros pueblos pudieran acercarse a ellos.
2. Una de sus principales fuentes de recursos era el comercio y uno de sus principales destinos
comerciales Egipto.
La explosión de Tera
Es hora de dirigir de nuevo nuestra mirada hacia Tera, esa pequeña isla al norte de Creta con
un enorme volcán de 1600 metros de altura. En Tera, mantenían un estrecho contacto con la
vecina isla de Creta y su tecnología era maravillosamente moderna.
Efectos de los terremotos en una escalera.
Estamos a mediados del siglo XVII a.C. El volcán, tranquilo y sereno durante muchos años
decide salir de su letargo causando el terror entre los habitantes de Tera. Una serie de
terremotos de cierta magnitud (se ha encontrado incluso una escalera resquebrajada por los
seísmos) obligó a la gente a huir hacia las islas vecinas. En esta ocasión a los teranos les dio
tiempo de recoger todas sus pertenencias antes de abandonar Tera. La ceniza que desprendía
el volcán hizo que se formara una pequeña capa de ésta en la ciudad pero poco más ocurrió.
Pasó el tiempo, quizás solo unos meses quizás años, y el volcán volvió a un estado de reposo,
el suficiente para que algunos decidieran volver a sus hogares (se han descubierto obras de
reparación en ciertos lugares de la ciudad). Pero llegó el otoño del 1628 a.C. y el volcán
despertó de nuevo, esta vez con muchísima más violencia. La poca gente que se decidió a
volver salió nuevamente y el volcán comenzó a emanar tal cantidad de ceniza que ciertos
lugares quedaron sepultados bajo más de 60 metros de ella, y esto es lo que ha permitido que
hayamos encontrado la ciudad hoy en día casi tal y como la dejaron los teranos hace más de
3500 años.
Pero lo peor aún estaba por llegar. En un instante el enorme volcán estalló de forma
violentísima. El centro de la isla, donde se hallaba éste, desapareció en milésimas de segundo
y en su lugar, donde antes había una montaña de 1600 metros de altura ahora había un
enorme hoyo de 125 km cúbicos con una profundidad de más de 1.5 km donde el agua del
Mediterráneo comenzó a entrar formando una inmensa catarata.
3. Excavaciones de la ciudad perdida, Tera
La fuerza de la explosión del volcán de Tera sería comparable a la desprendida por 150
bombas de hidrógeno estallando a la vez. Hay que recordar que ésta fue escuchada a más de
3200 km de distancia y tuvo la suficiente fuerza como para agrietar muros y hacer temblar
ventanas a más de 160 km.
En Tera, tras desaparecer el volcán, inmediatamente se formó una enorme nube que cubrió el
cielo. Comenzó a llover fuego sobre las vecinas islas de Melos, Naxos y Creta. Mientras la
nube, formada por ceniza y una cortina de vapor que aparecía y desaparecía en sus bordes,
avanzaba desprendiendo un calor intenso. En menos de una hora la sombra de la muerte
alcanzó los 300 km de distancia hundiendo los barcos que se encontraba en su camino. Llegó
a Turquía y Egipto convirtiendo el día en noche aunque su temperatura y fuerza habían
disminuido mucho. La sombra continuó hacia el este sobre Siria e Irán y se fue dividiendo y
suavizando mientras recorría Asia. Cabe mencionar que se han encontrado restos de la capa
de ceniza terana en diversas partes de Egipto.
Y tras el fuego… el agua
Si bien la lluvia de fuego o la nube de ceniza y calor intenso fueron importantes también es
cierto que no tanto como para afectar de manera tan catastrófica a la isla de Creta,
verdadero centro del poder minoico. Otra fuerza mucho más devastadora tuvo que ser la
culpable de que los minoicos perdieran su hegemonía en el Mediterráneo y se vieran
indefensos ante la invasión de pueblos extranjeros, en este caso de los griegos continentales.
El enorme tsunami arrasó el norte de la isla de Creta y provoco el caos entre su población.
Posteriores investigaciones han aportado pruebas acerca de un gigantesco tsunami que se
originó tras la explosión de Tera.
4. Cuesta imaginar que efectos devastadores acaecieron en la costa norte de Creta a causa del
tsunami. La ciudad de Cnosos (al norte de la isla) debió sucumbir ante la fuerza del agua y la
mayor parte de la flota (por no decir toda) atracada en su puerto de Heraclión debió quedar
reducida a astillas. Quizás, solo algunos barcos que se encontraban en ese instante en alta
mar pudieron salvarse de la ola terana dado que el verdadero poder destructor de ésta reside
al romper contra la costa, en el interior del mar sus efectos se reducen considerablemente.
Aunque hay que recordar que muchos de estos barcos también sufrieron la nube de cenizas y
calor.
El ocaso minoico
Dama tirinta, arte minoico
En unas horas la importante flota cretense quedó reducida considerablemente y lo que es
peor, sin las infraestructuras necesarias para reconstruirla en poco tiempo. Con una isla,
Creta, prácticamente devastada, con el puerto y astilleros destruidos y sin apenas barcos, la
situación era muy delicada. Estaban indefensos y los griegos continentales se aprovecharon de
ello invadiendo la isla. Los minoicos pasaron de controlar todo el Mediterráneo a estar
subyugados al poder helenístico en apenas 50 años.
No se sabe muy bien que ocurrió con todos los supervivientes, especialmente con los maestros
y expertos artesanos. Quizás algunos fueran seleccionados por los griegos y los más valiosos
enviados a Grecia o Italia. Se cree que otra parte navegó hacia el sureste rumbo a Túnez y se
instalaron en las montañas Atlas. Otros fueron al sur, a Egipto, donde los más talentosos al
parecer se convirtieron en un conjunto de nobles egipcios. Y quizás el resto viajaron hacia el
este, llevando su particular arquitectura al país que denominaron Filistea o Palestina.
2000 años contempló la Tierra el caminar de un pueblo pacífico, culto e inteligente. 2000
años de prosperidad y avances tecnológicos. 2000 años de sueños interrumpidos por una
naturaleza sin compasión y que aún hoy en día nos recuerda que jamás podremos dominarla.