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Protestan, pero ya no marchan
Reforma - MŽxico DF
2 de Mayo de 2012
Autor: Mayolo L—pez
Id. vLex: VLEX-367304686
http://vlex.com/vid/protestan-no-marchan-367304686
Resumen
Cr—nica: D’a del Trabajo
Texto
En un 1¡ de mayo la calle es de quien la trabaja. Y si antes el Paseo de la Reforma
retumbaba con las consignas y pisadas de miles de trabajadores, oficiales y
disidentes, ahora la arteria emblem‡tica de la ciudad acoge a muchachos que con sus
patinetas se solazan en las bajaditas de la lateral.
Los movimientos obreros -oficial e independiente- protestan pero ya no marchan. Se
apoltronan en la plancha del Z—calo con los t’midos rayos del sol de un horario de
verano a temprana hora de la ma–ana.
Y si antes el movimiento intentaba sacudir las conciencias del patr—n y del Gobierno,
ahora los que se ven sacudidos son los obreros a golpe de temblor.
En vez de corear consignas por salarios justos, ahora a mediod’a la voz del agraviado
sindicalista remata la jornada repudiando que el Tigres-Morelia de la liguilla de futbol
deje en fuera de lugar al primer debate entre los presidenciables.
Agrupados en las filas de la Alianza Mexicana de Organizaciones Sociales (AMOS),
miles de estudiantes, colonos lastimados por la carest’a, ambulantes y, sobre todo,
desempleados ganan la calle con su manifestaci—n.
No son muchos miles: la columna cubre Paseo de la Reforma del monumento a
Cuitl‡huac a Col—n, por a–os testigos mudos de la pŽrdida de masa del mœsculo
Versi—n generada por el usuario Mar’a Cecilia De Anda Brizuela P‡gina 1/3
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2. Protestan, pero ya no marchan
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obrero.
Son visibles los contingentes -de no m‡s de 500 militantes- de la Uni—n de Lucha
Vecinal del Valle de An‡huac, de la Juventud Comunista de MŽxico, de la Uni—n Popular
JosŽ Mar’a Morelos y Pav—n y del Partido de los Comunistas, entre otros.
Liderando la AMOS Morelos, JosŽ Miguel NoŽ Islas Huerta reclama para su gente un
salario m’nimo digno, que para Žl, vendedor de mariscos en un puesto callejero, debe
ara–ar los 250 — 300 pesos.
"ÀUn salario m’nimo digno? As’, as’, unos 250 — 300 pesos..., para vivir desahogado, al
llegue".
- ÀY cu‡nto saca el trabajador informal, el de la calle?
- ÀEn la calle? P—ngale que gane unos 200 pesos; pos s’, pero trabaja a rayo de sol,
con aires y con lluvia.
Organizando a los suyos en torno del çngel de la Independencia, Islas Huerta
sentencia: "si el Gobierno quiere que se acabe el comercio en la v’a pœblica, que abra
fuentes de trabajo dignas y que nos paguen bien".
Al frente del Partido de los Comunistas, con una manta roja gigante, marcha Fernando
Acosta, ingeniero mec‡nico electricista egresado de la Universidad Aut—noma de
Coahuila.
"ÀRegistro para el Partido? Pero si estamos en contra del Estado. Si no resuelve nada.
ÀPara quŽ queremos registro? Nosotros somos obreros y luchamos conforme a los
ideales de la clase obrera. Somos marxistas. Aspiramos a una sociedad diferente a
Žsta".
UN GRINGO ANTIGRINGO
Poco antes de las 10:00 horas, en la plancha del Z—calo el movimiento obrero oficial
agrupado en el Congreso del Trabajo ha cedido la plaza pœblica a la Uni—n Nacional de
Trabajadores y Žsta a su vez al Movimiento Nacional por la Soberan’a Alimentaria y
EnergŽtica, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democr‡ticas.
"Este es un 1¡ de mayo muy especial. En todo el mundo las y los trabajadores est‡n
saliendo a demostrar que otros tiempos se avecinan y que no est‡n dispuestos a
pagar los costos de una crisis que no provocaron. Aun en Estados Unidos, donde se
hab’a perdido el origen del 1¡ de mayo, lo reivindican grandes movilizaciones:
Okupas, Indignados y trabajadores descontentos recorren las calles en todas partes".
El diagn—stico es de Laura Moro, del Tribunal Internacional de Libertad Sindical.
Espa–ola, vive en carne propia la madre de todas las crisis en las calles de la tierra
que la vio nacer, con seis millones de parados.
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10 de May 19:37
3. Protestan, pero ya no marchan
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"Un nuevo alud neoliberal -sentencia desde el templete- que destruye puestos de
trabajo, derechos humanos y conquistas costos’simas se extiende por el mundo: entre
sus principales v’ctimas est‡ la juventud, condenada al desempleo, la precariedad y la
inseguridad".
Instalado en un rinc—n del templete, el doctor y poeta James D. Cockcroft acoge con
simpat’a la visi—n de la espa–ola Moro. "Yo soy un jubilado gringo antigringo miembro
del Tribunal Internacional de Libertad Sindical", se presenta.
- ÀY por quŽ un gringo antigringo?
- ÀPor quŽ? Porque el Gobierno de mi tierra natal desde hace dŽcadas ha
sobreexplotado los trabajadores mexicanos y de toda nuestra AmŽrica, como lo
llamaba JosŽ Mart’ y por eso asist’ al nacimiento de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribe–os que excluye a Estados Unidos y Canad‡.
Jubilado, Cockcroft ve un negro panorama para los jubilados. "El neoliberalismo est‡
cortando todas nuestras jubilaciones y por eso estoy apoyando".
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