El documento discute el uso del símbolo "@" para integrar las formas masculina y femenina de sustantivos, como en "l@s niñ@s", con el objetivo de evitar repeticiones. Sin embargo, la Real Academia Española condena este uso del "género arroba" porque la arroba no es un signo lingüístico y puede dar lugar a inconsistencias. También condena el desdoblamiento sistemático de géneros en los discursos cuando no es necesario, pudiendo referirse de forma genérica a colectivos m
1. EL GÉNERO “ARROBA” Y LAS INNECESARIAS DUPLICACIONES
de María del Rosario Ramallo de Perotti
Con el auge del correo electrónico, le sacamos el polvo a
una palabra que teníamos archivada, hacía mucho tiempo,
en el “almacén de las cosas usadas”: el término ‘arroba’. Si
rastreamos la etimología, vemos que se remonta al árabe y
que, en esa lengua, su significado era “cuarta parte”. El
sustantivo es femenino y el diccionario nos indica que señala
un peso equivalente a 11,502 kg; también se indica que es
una medida para líquidos y que su valor oscila según la
naturaleza de los líquidos y el lugar en que se use. Vinculado
a este origen, se dan las expresiones ‘por arrobas’, para
indicar “a montones” y ‘echar por arrobas’, para señalar que
se exageran mucho las cosas. De allí, saltamos al ámbito
informático y sabemos que todos tuvimos que aprender a
dibujarla en las direcciones de correo electrónico. Nos decían
que era una ‘a’ con el rasgo envolvente, que la hacía
aparecer en el centro de un trazo circular: @. Además,
tuvimos que encontrarla y aprender a usarla en el teclado.
Pero, y he aquí el motivo de la nota, aparece un nuevo uso,
este no autorizado ni normativamente correcto: el que se da
en propagandas y en mensajes que invaden nuestro buzón
de correos: *Estimad@s amig@s. Si bien, al leerlo, entiendo
que el que escribió el texto quería ahorrar espacio, tiempo y
tinta, no sé cómo leerlo en voz alta: *¿estimadoas amigoas?
o, a la inversa, *¿estimadaos amigaos? ¡Qué disparate! Ante
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2. la invasión de este tipo de producciones, visito la voz
autorizada de la Academia en su Panhispánico de dudas y
me encuentro allí con que el tema se ha tratado como
“género arroba” y que se ha condenado su uso; leámoslo:
“Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la
reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita
la alusión a los dos sexos, ha comenzado a usarse en carteles
y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico
para integrar en una sola palabra las formas masculina y
femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en
su trazo las vocales a y o: *l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta
que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso es
inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se
añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora
en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias como
ocurre en *Día del niñ@, donde la contracción ‘del’
solamente es válida para el masculino ‘niño’”.
Igualmente condenable es la moda, puesta en vigencia
sobre todo en los discursos políticos, en donde se desdobla el
género de los destinatarios: “a todos y a todas”, “a los
ciudadanos y ciudadanas”. La voz académica autorizada
nos dice: “Se olvida que en la lengua está prevista la
posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género
gramatical masculino, posibilidad en la QUE NO DEBE VERSE
INTENCIÓN DISCRIMINATORIA ALGUNA, sino la aplicación de
la ley lingüística de la economía expresiva. [...] Solo cuando la
oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es
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3. necesaria la presencia explícita de ambos géneros: La
proporción de alumnos y alumnas en las aulas se ha ido
invirtiendo progresivamente. En las actividades deportivas,
deberán participar por igual alumnos y alumnas”.
Fuente consultada: Real Academia Española (2005). Diccionario panhispánico de
dudas. Colombia: Santillana. El resaltado es nuestro.
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