7. Cada nuevo año se inicia con nuevos propósitos e incentivos y como seguidores de Jesús deseamos hacerlo con nuestro Salvador y nuestras familias. Con el fin de hacer realidad las nuevas intenciones con empeño, aspiración y determinación se recomienda el establecimiento del culto familiar a través de este devocional Cada Día con Jesús.
“Mediante oraciones sinceras y fervientes, los padres deberían alzar como una valla alrededor de sus hijos. Deberían orar con fe implícita para que Dios habite en ellos y que los santos ángeles los preserven, a ellos y a sus hijos, de la potencia cruel de Satanás.
“En cada familia debería haber una hora fija para el culto matutino y vespertino. ¿No conviene a los padres reunir en derredor suyo a sus hijos antes del desayuno para agradecer al Padre Celestial por su protección durante la noche, y para pedirle su ayuda y cuidado durante el día? ¿No es propio también, cuando llegue el anochecer, que los padres y los hijos se reúnan una vez más delante de Dios para agradecerle las bendiciones recibidas durante el día que termina?
“El padre, o en su ausencia la madre, debe presidir el culto y elegir un pasaje interesante de las Escrituras que pueda comprenderse con facilidad. El culto debe ser corto....
“Padres y madres, cuidad de que el momento dedicado al culto de familia sea en extremo interesante. No hay razón alguna porque no sea éste el momento más agra- dable del día. Con un poco de preparación podréis hacerlo interesante y provechoso. De vez en cuando, introducid algún cambio. Se pueden hacer preguntas con refe- rencia al texto leído, y hacer algunas observaciones fervorosas y oportunas. Se puede
Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;
De mañana me presentaré delante de ti,
y esperaré.
(Salmo 5:3)
8. cantar un himno de alabanza. La oración debe ser corta y precisa. El que ora debe hacerlo con palabras sencillas, fervientes; debe alabar a Dios por su bondad y pedirle su ayuda. Si las circunstancias lo permiten, dejad a los niños tomar parte en la lectura y la oración.
“La eternidad sola pondrá en evidencia el bien verificado por esos cultos de familia” (Testimonios Selectos, tomo 5, pág. 18).
“Lámpara es para mis pies tu Palabra, una luz en mi camino” (Salmo 119:105). Cada miembro de la familia debería iniciar el nuevo año con la firme resolución de leer la Biblia diariamente y para facilitar esta benefica lectura se insertan las referencias bíblicas para cumplir el año de lectura diaria de las Sagradas Escrituras.
Con oración y dedicación a Dios se entrega este devocional en manos de cada familia suplicando al Padre celestial su bendición, protección y guía en el diario vivir a la luz de su verdad.
–Departamento de Familia de la Asociación General
10. 10 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
1
P or fe en Cristo nos convertimos en miembros
de la familia real, herederos de Dios y cohe-rederos
con Cristo. En Cristo somos uno. Al llegar a la
vista del Calvario, y al ver al Sufriente Real, que en la
naturaleza humana llevó la maldición de la ley en lugar
del hombre, son raídas todas las distinciones nacionales,
todas las diferencias sectarias; se pierden todo honor de
rango, todo orgullo de casta. La luz que brilla desde el
trono de Dios sobre la cruz del Calvario da fin para siem-pre
a las separaciones hechas por los hombres entre clase
y raza. Los hombres de todas las clases se convierten
en miembros de una familia, hijos del Rey celestial, no
mediante un poder terrenal, sino por medio del amor de
Dios que dio a Jesús una vida de pobreza, aflicción y
humillación, permitió que muriera en la vergüenza y la
agonía, para que pudiera traer muchos hijos e hijas a la
gloria.
No es la posición, no es la sabiduría finita, no
son las cualidades, no son los dones de una
persona los que la hacen sobresalir en la estima de Dios.
El intelecto, la razón, los talentos de los hombres son los
dones de Dios que han de ser empleados para su gloria,
para la estructuración de su reino eterno. El carácter
moral y espiritual es lo que vale a la vista del cielo, y
lo que sobrevivirá a la tumba y será hecho glorioso con
inmortalidad por las edades sin fin de la eternidad...
(Review and Herald, 22 de diciembre,1891).
Por esta causa
doblo mis
rodillas ante el
Padre de nuestro
Señor Jesucristo,
de quien toma
nombre toda la
familia en los cielos
y en la tierra.
(Efesios 3: 14,
15)
Año Bíblico: Gén. 1, 2
Así que ya no
sois extranjeros y
advenedizos, sino
conciudadanos de
los santos y miem-bros
de la familia
de Dios. (Efesios
2:19)
11. Devocional Familiar 11
Enero
2
Cristo no vino a este mundo para prohibir el
casamiento ni para derribar o destruir la rela-ción
e influencia que existen en el círculo doméstico.
Vino para restaurar, elevar, purificar y ennoblecer cada
corriente de puro afecto, para que la familia de la tierra
pudiera convertirse en un símbolo de la familia celestial.
Las madres están bajo el tierno cuidado de los
ángeles celestiales. ¡Con cuánto interés llama el Señor
Jesús a la puerta de las familias donde hay niñitos que
deben ser educados y preparados! Cuán gentilmente
vela por los intereses de las madres; y cuán triste se siente
cuando ve que se descuida a los niños... Los caracteres se
forman en el hogar; los seres humanos se modelan para
ser una bendición o una maldición. El Señor ha confiado
a la madre los miembros más jóvenes de la familia que
vienen a nuestro mundo débiles y desvalidos.
La infinita sabiduría y el infinito amor nos
entregan a los padres, llenos de tareas y cui-dados,
ese tierno oficio, tan saturado de resultados eter-nos.
El corazón de la mujer está lleno de paciencia y
amor, si esa mujer ha entregado el corazón a Dios. Debe
cooperar con Dios y con su esposo en la educación de
las preciosas almas confiadas a ella, para que crezcan en
Cristo Jesús. Y el padre, confiando en la gracia de Dios,
debiera llevar la sagrada responsabilidad que descansa
sobre él como esposo...
En la infancia y la niñez, cuando la naturaleza es
dócil, Dios quiere que se graben las más firmes impre-siones
para el bien (Manuscrito 22, 1898).
Al tercer día
se hicieron unas
bodas en Caná de
Galilea; y estaba
allí la madre de
Jesús. Y fueron
también invitados a
las bodas Jesús y
sus discípulos.
(Juan 2: 1, 2)
Año Bíblico: Gén. 3-5
Oye, hijo mío,
la
instrucción
de tu padre y no
desprecies la direc-ción
de tu madre.
(Proverbios 1:8)
12. 12 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
3
Los niños son la heredad del Señor. El alma
del niñito que cree en Cristo es tan preciosa a
su vista como son los ángeles que rodean su trono. Han
de ser llevados a Cristo y educados para Cristo. Han de
ser guiados en la senda de la obediencia, no consentidos
en el apetito o la vanidad...
Sobre los padres descansa una gran responsabili-dad:
pues se reciben en la tierna niñez la educación y la
preparación que dan forma al destino eterno de los niños
y jóvenes. La obra de los padres es sembrar la buena
semilla diligente e incansablemente en el corazón de sus
hijos, ocupando sus corazones con una semilla que dará
una cosecha de hábitos correctos, de veracidad y obe-diencia
voluntaria. Los hábitos correctos y virtuosos que
se forman en la juventud generalmente señalan el curso
del individuo a través de la vida.
En la mayoría de los casos, los que reverencian
a Dios y honran lo correcto habrán apren-dido
esta lección antes de que el mundo pueda grabar su
imagen de pecado en el alma...
¡Ojalá los padres fueran verdaderamente hijos e
hijas de Dios! Sus vidas exhalarían la fragancia de las
buenas obras. Una atmósfera santa rodearía su alma.
Ascenderían al cielo sus tiernas súplicas en demanda de
gracia y de la dirección del Espíritu Santo; y la religión
se difundiría en sus hogares como se difunden los bri-llantes
y cálidos rayos del sol sobre la tierra (Review and
Herald, 30 de marzo, 1897).
Entonces le fueron
presentados unos niños,
para que pusiese las manos
sobre ellos, y orase; y los
discípulos les reprendieron.
Pero Jesús dijo: Dejad a
los niños venir a mí, y no se
lo impidáis; porque de los
tales es el reino de los cielos.
Y habiendo puesto sobre
ellos la manos, se fue de allí.
(Mateo 19: 13-15)
Año Bíblico: Gén. 6-9
Acuérdate de
tu Creador en los
días de tu juventud,
antes que vengan
los días malos y
lleguen los años de
los cuales digas:
No tengo en ellos
contentamiento.
(Eclesiastés
12:1)
13. Devocional Familiar 13
Enero
4
La vida tan sólo se nos da transitoriamente:
y todos debiéramos hacernos la pregunta:
¿Cómo puedo invertir mi vida de modo que rinda el
mayor provecho posible? La vida es valiosa únicamente
si la empleamos para el beneficio de nuestros prójimos y
la gloria de Dios. El cultivo cuidadoso de las facultades
con que el Creador nos ha dotado nos capacitará para la
utilidad aquí y la vida eterna en el mundo venidero.
El tiempo bien empleado es el que se dedica al
establecimiento y conservación de la buena salud física
y mental... Es fácil perder la salud, pero es difícil recu-perarla
...
No podemos permitirnos el empequeñecer o dañar
una sola función de la mente o del cuerpo por excesivo
trabajo o por el abuso de cualquier parte de la maquinaria
viviente. Tan ciertamente como lo hagamos, sufriremos
las consecuencias.
Nuestro primer deber para Dios y nuestros
prójimos es desarrollar todas nuestras facul-tades.
Debiera cultivarse hasta el máximo grado de per-fección
cada facultad con que el Creador nos ha dotado...
Se necesita la gracia de Cristo para refinar y purificar
la mente; esta voluntad nos capacita para ver y corregir
nuestras deficiencias y para mejorar lo que es excelente
en nuestro carácter. Esta obra, efectuada en nosotros
por la fortaleza y nombre de Jesús, será de más benefi-cio
para la sociedad que cualquier sermón que podamos
predicar...
El cuerpo debiera ser siervo de la mente, y no la
mente del cuerpo. Todos debieran entender en cuanto
a su organismo físico lo que el salmista pudo decir: “Te
alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido
formado” (Review and Herald, 23 de septiembre, 1884).
Te alabaré;
porque
formidables,
maravillosas
son tus obras;
estoy maravillado,
y mi alma lo
sabe muy bien.
(Salmo 139: 14)
Año Bíblico: Gén. 10, 11
Así que,
hermanos, os ruego
por las misericor-dias
de Dios, que
presentéis vuestros
cuerpos en sacri-ficio
vivo, santo y
agradable a Dios,
que es vuestro culto
racional. (Roma-nos
12:1)
14. 14 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
5
La vida es como un viaje. Hay tormentas y
luz del sol, pero recordemos que nos estamos
acercando al puerto deseado. Pronto estaremos más allá
de las tormentas y tempestades. Nuestro deber actual es
prestar atención a la voz que dice: “Aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón” (Mat. 11: 29). Debe-mos
aceptar diariamente esa invitación. El pasado está
en el libro donde se anotan todas las cosas. No podemos
borrar el registro, pero podemos aprender muchas cosas,
si así lo queremos. El pasado debiera enseñarnos sus
lecciones. Al convertir al pasado en nuestro guía, tam-bién
podemos hacerlo nuestro amigo. Al traer a la mente
lo que en el pasado nos ha sido desagradable, que nos
enseñe a no repetirlo. No se registre nada en el futuro que
nos cause remordimiento después... Cada día que vivi-mos
estamos haciendo nuestra historia. Hoy es nuestro,
ayer está más allá de nuestra posibilidad de enmendarlo
o controlarlo....
Jesús tiene abundante ayuda y gracia para todos
los que las aprecien. El Señor es nuestro ayu-dador;
con Él está el perdón. Sólo Él puede borrar los
pecados del pasado. Puede fortalecer la mente. Si con-sideramos
al pasado no más ya como a nuestro enemigo,
sino como a un amigo para que nos amoneste hacién-donos
retirar del terreno donde no debemos acercarnos,
demostrará ser un amigo verdadero...
¿Nos aferraremos del bien y lo apreciaremos, y
rehusaremos el mal? ¿Caminaremos humildemente con
Dios?... Tenemos sólo un pequeño período en el cual
obrar. No debemos educarnos para inquietarnos. Man-tened
los ojos hacia arriba, fijos en el blanco de nuestra
elevada vocación en Cristo Jesús (Carta 66, 1898).
Acuérdate de
los tiempos
antiguos,
considera los años
de muchas
generacio-nes;
pregunta a
tu padre, y él te
declarará.
(Deuterono-mio
32: 7)
Año Bíblico: Gén. 12-15
De manera
que podemos decir
confiadamente: el
Señor es mi ayuda-dor,
no temeré lo que
me pueda hacer el
hombre. (Hebreos
13:6)
15. Devocional Familiar 15
Enero
.
6
Cada niño y joven debiera recordar: “Soy de
valor a la vista de Dios; soy comprado con un
precio y soy la propiedad de Jesucristo. Como seguidor
de Cristo, he de practicar sus virtudes para que pueda
representar a mi Salvador”.
Orad mucho. Mientras trabajáis, elevad vuestro
corazón a Dios. Cuando hayáis confiado a Dios el cui-dado
de vuestra alma, no vayáis y procedáis contraria-mente
a la oración que habéis elevado. Velad tanto
como oráis para que no seáis vencidos por la tentación.
Resistid la primera inclinación al mal. Orad en vuestro
corazón: “Jesús, ayúdame; presérvame del mal”, y haced
entonces lo que sabéis que Cristo quiere que hagáis.
Quizá preguntéis, como muchos lo hacen, ¿cómo
puedo saber que Jesús me recibe y me ama? ¿Lo sabré
por mis sentimientos? No, por la obediencia a su santa
palabra. Apropiaos de las ricas promesas de Dios.
Creed su palabra de que Jesús habita en
vuestro corazón por fe. Por la fe y confianza
en Dios podéis tener su paz y entonces podréis decir: “Sé
en quien he creído. Escucharé cada susurro de su Santo
Espíritu”.
No hay sino una forma de ganar la victoria. Servid
a Dios de todo vuestro corazón porque lo amáis. Plantad
los principios de la verdad en vuestra alma y revelad a
Cristo en vuestro carácter.
Contemplad a Jesús constantemente si queréis
avanzar paso tras paso por el sendero angosto preparado
para que caminen por él los elegidos del Señor, diciendo
en vuestro corazón: “Busco tu voluntad, oh Dios; sigo
tu voluntad; sirvo a tu voluntad: puedo ir adelante e iré
adelante bajo tu dirección” (Carta 96, 1895).
Venid,
hijos,
oídme;
el temor de
Jehová
os enseñaré.
(Salmo 34: 11)
Año Bíblico: Gén. 16-19
Como hijos
obedientes, no os
conforméis a los
deseos que antes
teníais estando en
vuestra ignorancia.
(1Pedro 1:14)
16. 16 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
7
Cuando os relacionáis estrechamente con
Jesús, veis cosas maravillosas en su ley, que
ahora no alcanzáis a apreciar. La influencia suavizadora
y subyugadora del Espíritu de Dios sobre los corazones y
las mentes de los hombres hará que los verdaderos hijos
de Dios se sienten con Cristo en los lugares celestiales.
El Espíritu Santo establecerá la cultura cristiana en cada
corazón. Todos los que contemplan a Jesús manifestarán
un espíritu suave y humilde. El amor de Jesús siempre
conduce a la cortesía cristiana, al lenguaje refinado y la
pureza de expresión, los cuales testifican de la compañía
que frecuentamos: que como Enoc estamos caminando
con Dios...
La Palabra de Dios debe ser el objeto de nuestro
estudio. En ella hay una mina de material precioso. Una
buena parte de ella ha sido vista sólo superficialmente,
pero es necesario cavar para descubrir tesoros más pre-ciosos...
Que se vea que vuestra vida está escondida
con Cristo en Dios. No se hable apresurada-mente,
no se pronuncien palabras vulgares, no se digan
frases comunes. Demostrad que estáis conscientes de la
existencia de un Compañero a quien honráis y a quien
no avergonzaréis. ¡Pensad que somos representantes de
Jesucristo! Entonces, revelad su carácter en vuestras pal-abras
y comportamiento... ¡Oh, hay preciosas lecciones
en el Libro Sagrado que aun debemos aprender y prac-ticar!
Nuestra conciencia debe reconocer y apreciar una
norma cristiana más elevada (Carta 171, 1897).
Pero Dios, que
es rico en misericordia,
por su gran amor con
que nos amó, aun
estando nosotros
muertos en pecados,
nos dio vida junta-mente
con Cristo,... y
juntamente con Él nos
resucitó, y asimismo
nos hizo sentar en los
lugares celestiales con
Cristo Jesús.
(Efe 2: 4 - 6)
Año Bíblico: Gén. 20-22
Por tanto, de la
manera que habéis
recibido al Señor
Jesucristo, andad
en Él
(Colosenses
2:6)
17. Devocional Familiar 17
Enero
.
8
Nuestra vida es del Señor y está revestida de
una responsabilidad que no comprendemos
plenamente. Las hebras del yo están entretejidas en la
trama, y esto ha deshonrado a Dios...
Nehemías, después de haber ganado tan gran
influencia sobre el monarca en cuya corte vivía, y
sobre su pueblo en Jerusalén, en vez de alabar sus pro-pios
excelentes rasgos de carácter, su notable aptitud y
energía, presentó el asunto tal como era. Declaró que su
éxito se debía a la bondadosa mano de Dios que estaba
sobre él. Acariciaba la verdad de que Dios era su salva-guardia
en cada puesto de influencia. Alababa el poder
habilitante de Dios en cada rasgo de carácter por el cual
había obtenido favor...
Necesitamos comprender profundamente que toda
influencia es un talento precioso que ha de usarse para
Dios...
En los seres humanos, hay la tentación con-stante
de considerar que cualquier influencia
que hayan ganado es el resultado de algo valioso que hay
en ellos mismos. El Señor no puede actuar con los tales...
Él convierte en su representante al siervo fiel y humilde:
el que no se ensoberbecerá, ni pensará de sí más elevada-mente
de lo que deba pensar. La vida de tal siervo será
dedicada a Dios como un sacrificio vivo, y esa vida será
aceptada, usada y sostenida. Dios anhela hacer sabios
a los hombres con su propia sabiduría divina, para que
esa sabiduría pueda ser ejercida para provecho de Dios.
Él se manifiesta a sí mismo mediante el consagrado y
humilde obrero...
Emplead cada facultad que os ha sido confiada
como un sagrado tesoro, que ha de usarse para impartir a
otros el conocimiento y la gracia recibidos (Carta 83, 1898).
Todos los
llamados de mi
nombre; para gloria
mía los
he creado, los
formé
y los hice.
(Isaás 43: 7)
Año Bíblico: Gén. 23-26
Dios resiste a
los soberbios, y da
gracia a los
humildes.
(Santiago 4:6)
18. 18 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
9
Dios quiere que los niños y los jóvenes se
unan al ejército del Señor... Al igual que los
soldados de mayor edad, los niños tienen poderosas ten-taciones
que afrontar, a diestra y a siniestra. Satanás y
sus legiones usarán de toda trampa posible para enredar
a los jóvenes. Los niños tienen el privilegio de alistarse
en el ejército del Señor, y procurar persuadir a otros de
que se unan a sus filas. Los niños deben ser educados
y preparados para Jesucristo. Deben ser preparados para
resistir a la tentación y pelear la buena batalla de la fe.
Dirigid su mente a Jesús tan pronto como puedan com-prender
vuestras lecciones con palabras sencillas, fáciles
de entender. Enseñadles el dominio propio. Enseñadles a
comenzar la obra de vencer cuando son jóvenes, y reci-birán
la preciosa ayuda que Jesús puede dar y dará junto
con los esfuerzos de los padres que se unen en oración...
Los padres deben mantener en la memoria los
preciosos dichos de Cristo. Los niños repe-tirán
las palabras que oigan con frecuencia en los labios
de sus padres: en cuanto a Cristo, la fe y la verdad. Los
niños pueden hablar preciosas verdades. Ejércitos ente-ros
de niños pueden colocarse bajo la bandera de Cristo
como misioneros... Nunca rechacéis el deseo de los niños
de hacer algo para Jesús, el Maestro... Mantened su
corazón tierno y sensitivo por vuestras propias palabras
y ejemplo (Manuscrito 55,1895).
... El amor que triunfa ha de ser como las aguas pro-fundas
que siempre fluyen en la conducción de vuestros
hijos. Durante toda su vida, Cristo ejecutó actos de amor
y ternura para los niños (Review and Herald, 17 de mayo, 1898).
Aun el mucha-cho
es conocido
por sus hechos, si
su conducta fuere
limpia y recta.
(Proverbios 20: 11)
Año Bíblico: Gén. 27-29
Mas Jesús,
llamándolos, dijo:
Dejad a los niños
venir a mí, y no se lo
impidáis; porque de
los tales es el reino
de Dios. (Lucas
18:16)
19. Devocional Familiar 19
Enero
.
10
Hay muchos que profesan ser seguidores de
Cristo, y sin embargo no son hacedores de
su Palabra. No saborean esa Palabra porque les indica
servicio que no les es agradable. No les gustan los sanos
e íntimos reproches, las fervientes exhortaciones. No
aman la justicia, pero son dominados despóticamente por
sus propios impulsos humanos caprichosos.
Significa una enorme diferencia la forma en que
servimos a Dios. El muchacho que estudia a regaña-dientes
sus lecciones porque tiene que aprenderlas, nunca
será un verdadero estudiante. El hombre que pretende
guardar los mandamientos de Dios porque piensa que
debe hacerlo nunca entrará en el gozo de la obediencia.
La esencia y sabor de toda obediencia es la
manifestación externa de un principio interno:
el amor de la justicia, el amor de la ley de Dios. La esen-cia
de toda justicia es lealtad a nuestro Redentor, hacer lo
correcto porque es correcto. Cuando la Palabra de Dios
es una carga porque corta directamente a través de las
inclinaciones humanas, entonces la vida religiosa no es
una vida cristiana, sino un esfuerzo penoso y tirantez,
una obe-diencia forzada. Se han puesto a un lado toda la
pureza y la piedad de la religión.
...Mientras más estudiamos la vida de Cristo
dispuestos a obedecer, más semejantes a Cristo nos
volvemos. El Espíritu Santo infunde claro enten-dimiento
en el corazón de cada verdadero hacedor de la
Palabra. ... Creceremos en espiritualidad, en paciencia,
en fortaleza, en humildad, en delicadeza (Carta 135, 1897).
Así que, reci-biendo
nosotros un
reino inconmovible,
tengamos gratitud,
y mediante ella
sirvamos a Dios
agradándole con
temor y reverencia.
(Hebreos 12: 28)
Año Bíblico: Gén. 30-32
Pero sed
hacedores de la
palabra, y no tan
solo oidores, enga-ñándoos
a vosotros
mismos. (Santiago
1:22)
20. 20 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
11
Cada momento de nuestra vida es intensa-mente
real. La vida no es un juego; está llena
de solemne importancia, cargada de responsabilidades
eternas. Cuando consideremos la vida desde este punto
de vista, nos daremos cuenta de nuestra necesidad de
ayuda divina. Sentiremos vigorosamente la convicción
de que una vida sin Cristo será una vida de completo fra-caso;
pero si Jesús habita en nosotros, viviremos para un
propósito. Entonces comprenderemos que sin el poder
de la gracia y el Espíritu de Dios, no podemos alcanzar la
elevada norma que Él ha colocado delante de nosotros.
Hay una divina excelencia de carácter que hemos de
alcanzar; y al esforzarnos por llegar a la norma del cielo,
los incentivos divinos nos impelerán hacia adelante, la
mente se equilibrará y la intranquilidad del alma se des-vanecerá
en el reposo en Cristo.
Con cuánta frecuencia nos relacionamos con
gente que nunca es feliz. No puede disfrutar
del gozo y paz que da Jesús. Hay quienes profesan ser
cristianos, pero no cumplen con las condiciones nece-sarias
para que se efectúe la promesa de Dios. Jesús ha
dicho: “Venid a mí... Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;
y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi
yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mat. 11: 28-30). La
razón por la cual muchos están intranquilos es porque no
están aprendiendo en la escuela del Maestro. El sumiso
y abnegado hijo de Dios comprende por experiencia
propia lo que es tener la paz de Cristo (Review and Herald,
22 de septiembre, 1891).
Yo he venido
para que tengan
vida, y para que la
tengan en
abundancia.
(Juan 10: 10,
última parte)
Año Bíblico: Gén. 33-36
Y la paz de
Dios gobierne en
vuestros corazones,
a la que asimismo
fuisteis llamados
en un solo cuerpo;
y sed agradecidos.
(Colosenses 3:15)
21. Devocional Familiar 21
Enero
.
12
Los hombres están grandemente bajo la influen-cia
de sus propias palabras. Ud. no comprende
cuánto le afectan sus palabras. Se acostumbra a hablar
de cierta manera, y sus pensamientos y acciones siguen
a sus palabras. Uno se acostumbra a asegurar ciertas
cosas de sí mismo, y al final las cree. Nuestros pensa-mientos
producen nuestras palabras y nuestras pa-labras
tienen una reacción sobre nuestros pensamientos. Si un
hombre forma el hábito de usar palabras sagradas rever-entemente,
adquirirá la costumbre de hablar con cuidado,
sabiendo que hay un Testigo de cada palabra que pro-nuncia.
Cuando los sentimientos se excitan y el habla se
exagera, el modo de hablar siempre es extremo. Actúa y
reacciona sobre nosotros mismos.
La Palabra declara: “Por tus palabras serás
justificado, y por tus palabras serás conde-nado”
(Mat. 12: 37). Si nuestras palabras actúan sobre
nosotros, actúan más poderosamente sobre otros. Hay
un gran daño que hacen las palabras pronunciadas. Sólo
Dios mide y conoce el resultado del modo de hablar des-cuidado
y exagerado. Hay mucha blasfemia efectuada
en espíritu, y a veces en palabras, que es el producto
inconsciente de los pensamientos íntimos.
...Ud. puede vencer sus dudas, y por medio del
arrepentimiento y la fe en Jesucristo podrá escapar de la
trampa del cazador. Puede pasar a la luz del sol de la fe,
pero quizá nunca comprenda... que esas palabras están
haciendo una obra maligna en el terreno del corazón de
otros, envenenándolo. Allí hay una cosecha que alguien
debe recoger (Carta 124, 1893).
Y todo lo
que hacéis, sea de
palabra o de hecho,
hacedlo todo en el
nombre del Señor
Jesús, dando gra-cias
a Dios Padre
por medio de Él.
(Colosenses 3: 17)
Año Bíblico: Gén. 37-39
Por tus
palabras serás
justificado, y
por tus palabras
serás condenado.
(Mateo 12:37)
22. 22 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
13
Esto es lo que necesitamos en nuestros hoga-res.
No hay críticas ni asperezas, sino paz y
gozo, y descanso en el Señor... Dios demanda un servi-cio
amante. Demanda que los padres hablen amorosa
y tiernamente a sus hijos. Vean ellos que pensáis que
os ayudan. Dadles responsabilidades, pequeñas al prin-cipio,
y mayores a medida que crezcan. Nunca, nunca,
permitáis que os oigan decir: “Me estorban más de lo que
me ayudan”...
Cuántos hay que olvidan que el hogar es una
escuela, en la cual se preparan los hijos para trabajar, ya
sea para Cristo o para Satanás. Padres y madres, recor-dad
que cada palabra que habláis al alcance del oído de
vuestros hijos tiene una influencia sobre ellos, una in-fluencia
ya sea para bien o para mal. Recordad que si
halláis faltas en otros, estáis educando a vuestros hijos
para que sean criticones.
Decid: “Padre celestial, quiero que mis hijos
sean salvados. Concédeme la ayuda de tu
Espíritu, para que pueda prepararlos a fin de que sean
hallados dignos de heredar la vida eterna”. Enseñad a
vuestros hijos a ofrecer sus sencillas oraciones. Decidles
que Dios se deleita en sus peticiones.
Podemos someter a nuestros hijos tan sólo si nos
sometemos a nosotros mismos. Pero hay muchos padres
que inculcan en la vida de su hogar sus malas tendencias
hereditarias y cultivadas. No han abandonado su pueri-lidad.
Regañan a sus hijos por cosas que nunca debieran
notar....
Sea vuestro hogar un lugar donde Dios es amado y
honrado (Manuscrito 39, 1901).
La palabra de
Cristo more en abun-dancia
en vosotros,
enseñándoos y exhor-tándoos
unos a otros
en toda sabiduría,
cantando con gracia
en vuestros corazones
al Señor con salmos
e himnos y cánticos
espirituales.
(Colosenses 3: 16)
Año Bíblico: Gén. 40-42
Por nada estéis
afanosos, sino sean
conocidas vuestras
peticiones delante
de Dios en toda
oración y ruego, en
acción de gracias.
(Filipenses 4:6)
23. Devocional Familiar 23
Enero
.
14
Aunque somos débiles y pecadores mortales,
podemos alcanzar la gloria y la virtud apren-diendo
diariamente lecciones en la escuela de Cristo,
siendo transformados a la imagen divina, manifestando
su excelencia de carácter, sumando una gracia a otra
gracia, subiendo peldaño tras peldaño la escalera que
conduce al cielo, llegando a ser completos en el Amado.
Cuando trabajemos en el plan de la suma, añadiendo por
fe una gracia a otra gracia, Dios actuará en el plan de la
multiplicación y nos multiplicará gracia y paz...
Si nuestros jóvenes obedecieran las reglas presen-tadas...
y las practicaran, ¡qué influencia ejercerían para
la justicia!... La ley que han transgredido no sería más
un yugo de servidumbre, sino sería la ley de libertad,...
Habiéndose arrepentido ante Dios, habiendo ejercido fe
en Cristo, han experimentado el perdón y estiman la ley
de Dios más que el oro, sí, más que el oro fino.
Jesús es el que lleva los pecados. Quita nuestros
pecados y nos hace participantes de su santidad.
¡Qué tierno y compasivo amor habita en el corazón de
Cristo hacia los que ha comprado con su sangre! Puede
salvar hasta lo sumo a todos los que acuden a Dios
mediante Él. Hay poder en estas preciosas promesas, y
debiéramos cooperar con la obra de Cristo, dedicando
todos nuestros talentos recibidos de Dios al servicio del
Maestro, para que el Espíritu Santo pueda trabajar medi-ante
nosotros para la gloria y honra de Cristo.
...Ser cristiano significa aprender en la escuela de
Cristo. Significa la relación del alma, mente y cuerpo
con la sabiduría divina. Cuando existe esta unión entre
el alma y Dios, somos enseñados de Dios (Youth’s Instructor,
31 de octubre, 1895).
Como todas las
cosas que pertene-cen
a la vida y a la
piedad nos han sido
dadas por su divino
poder, mediante
el conocimiento de
aquel que nos llamó
por su gloria y
excelencia.
(2 Pedro 1: 3)
Año Bíblico: Gén. 43-46
Así que,
amados, puesto
que tenemos tales
promesas, limpié-monos
de toda
contaminación de
carne y de espíritu,
perfeccionando
la santidad en el
temor de Dios.
(2Corintios 7:1)
24. 24 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
15
Al crecer en Jesús, los jóvenes tienen el privi-legio
de crecer en la gracia y conocimiento
espirituales. Podemos conocer más y más de Jesús me-diante
el escudriñamiento de las Escrituras efectuado con
interés y si luego seguimos las sendas de verdad y justi-cia,
allí reveladas. Los que siempre crecen en la gracia,
serán constantes en la fe y progresarán. Debiera haber
un ferviente deseo en el corazón de cada joven que se ha
propuesto ser discípulo de Jesucristo, de alcanzar la más
elevada norma cristiana, de ser obrero con Cristo. Avan-zará
continuamente, si su propósito es el de pertenecer a
aquellos que se presentarán sin mácula delante del trono
de Dios. La única forma de mantenerse constante es
mediante el progreso diario en la vida divina. La fe se
aumentará si vencemos con ella a las dudas y los obs-táculos
cuando entramos en conflicto con ellos... Si estáis
creciendo en la gracia y el conocimiento de Jesucristo,
aprovecharéis de cada privilegio y oportunidad para
obtener un mayor conocimiento de la vida y el carácter
de Cristo.
La fe en Cristo crecerá cuando conozcáis a
vuestro Redentor, meditando en su vida
inmaculada y su infinito amor... Cuando crezcáis en la
gracia, os sentiréis inclinados a asistir a las reuniones
religiosas, gozosamente daréis testimonio del amor de
Cristo delante de la congregación. Por su gracia, Dios
puede hacer prudente al joven y puede dar conocimiento
y experiencia a los niños. Ellos pueden crecer diaria-mente
en la gracia... Sea elevado vuestro propósito en la
vida, como lo hicie-ron José, Daniel y Moisés; y tomad
en cuenta el costo de la edificación del carácter, y enton-ces
edificad para el tiempo y la eternidad... (Youth’s Instruc-tor,
1 de septiembre, 1886).
Antes bien,
creced en la gracia
y el conocimiento
de nuestro Señor y
Salvador Jesu-cristo.
A Él sea
gloria ahora y hasta
el día de la eterni-dad.
Amén.
(2 Pedro 3: 18)
Año Bíblico: Gén. 47-50
Porque por
gracia sois salvos
por medio de la fe; y
esto no de vosotros,
pues es don de
Dios. (Efesios
2:8)
25. Devocional Familiar 25
Enero
.
16
Debiéramos examinar cuidadosamente nuestra
relación con Dios y con nuestros prójimos.
Pecamos continuamente contra Dios, pero su miseri-cordia
continuamente nos ampara. Con amor soporta
nuestras perversidades, nuestro descuido, nuestra ingrati-tud,
nuestra desobediencia. Nunca se impacienta con
nosotros. Insultamos su misericordia, agraviamos su
Santo Espíritu, lo deshonramos delante de los hombres
de los ángeles, y sin embargo no falla su compasión.
El pensamiento de la tolerancia de Dios con nosotros
debiera hacernos mutuamente tolerantes. Cuán paciente-mente
debiéramos tolerar las faltas y errores de nuestros
hermanos, cuando recordamos cuán grandes son nuestras
faltas a la vista de Dios. ¿Cómo podemos orar a nuestro
Padre celestial: “Perdónanos nuestras deudas, como tam-bién
nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mat.
6: 12), si somos... exigentes en nuestro trato con otros?...
Si piensas que tu hermano te ha injuriado, ve
a él con bondad y amor, y podréis llegar a
un entendimiento y reconciliación... Si tienes éxito en
arreglar la cuestión, has ganado a tu hermano sin poner
de manifiesto sus debilidades, y el arreglo a que habéis
llegado ha cubierto multitud de pecados, de la observa-ción
de otros...
Se necesita velar especialmente para mantener
vivos los afectos, y nuestro corazón sensible a lo bueno
que hay en el corazón ajeno.... En vez de mirar crítica-mente
a nuestros hermanos, debiéramos volver nuestros
ojos dentro de nosotros y estar dispuestos para descubrir
los rasgos objetables de nuestro carácter. Al comprender
debidamente nuestras propias faltas y fracasos, las faltas
ajenas se hundirán en la insignificancia (Review and Herald,
24 de febrero, 1891).
Por tanto, si
tu hermano peca
contra ti, ve y
repréndele estando
tú y él solos; si te
oyere, has ganado a
tu hermano.
(Mateo 18:15)
Año Bíblico: Éxo. 1-4
Amaos los
unos a los otros con
amor fraternal; en
cuanto a la honra,
prefiriéndonos los
unos a los otros.
(Romanos 12:10)
26. 26 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
17
Somos una parte de la gran trama de la humani-dad.
Nos transformamos a la imagen de
aquello de que nos ocupamos. Cuán importante es,
pues, abrir nuestro corazón a las cosas que son amables,
buenas y de buen nombre. Entre en el corazón la luz del
Sol de Justicia. No fomentemos una raíz de amargura
que al brotar pueda contaminar a muchos.
Cristo era infinito en sabiduría, y sin embargo
resolvió aceptar a Judas, aunque sabía dónde estaban sus
imperfecciones de carácter. Juan no era perfecto; Pedro
negó a su Señor; y sin embargo con hombres como ésos
se organizó la iglesia cristiana primitiva. Jesús los aceptó
para que pudieran aprender de Él lo que constituye un
carácter cristiano perfecto. La ocupación de cada cris-tiano
es estudiar el carácter de Cristo...
Es frecuente ver imperfecciones en los que
llevan adelante la obra de Dios... ¿No sería
más agradable a Dios que fuéramos imparciales y viéra-mos
cuántas almas están sirviendo a Dios, glorificándolo
y honrándolo con sus talentos, medios e intelecto? ¿No
sería mejor considerar el admirable y milagroso poder
de Dios en la transformación de los pobres y degradados
pecadores, que han estado plenos de corrupción moral, y
que han sido cambiados de modo que son semejantes a
Cristo en carácter?... Dios tiene el propósito de que todo
lo que hace que miremos las debilidades de la humanidad
nos induzca a acudir a Él, y en ningún caso a poner nues-tra
confianza en el hombre, o hacer de la carne nuestro
brazo (Review and Herald, 15 de agosto, 1893).
Por lo demás,
hermanos, todo lo
que es verdadero,
todo lo honesto,
todo lo justo, todo
lo puro, todo lo
amable, todo lo que
es de buen nombre;
si hay virtud
alguna, si algo
digno de alabanza,
en esto pensad.
(Filipenses 4: 8)
Año Bíblico: Éxo. 5-7
Si alguno me
sirve, sígame; y
donde yo estuviere,
allí también estará
mi servidor. Si
alguno me sirviere,
mi Padre le hon-rará.
(Juan 12:26)
27. Devocional Familiar 27
Enero
.
18
La Palabra de Dios abarca un período histórico
que se extiende desde la creación hasta la
venida del Hijo del hombre en las nubes del cielo. Sí,
y más todavía; lleva la mente hacia la vida futura, y abre
ante ella las glorias del paraíso restaurado. La Palabra de
Dios ha permanecido la misma durante todos los tiem-pos.
Lo que era verdad en el principio es verdad ahora.
Aunque nuevas e importantes verdades adecuadas para
las cambiantes generaciones han sido abiertas al enten-dimiento,
las revelaciones actuales no contradicen a las
del pasado. Cada nueva verdad comprendida torna más
significativa a la antigua (Review and Herald, 2 de marzo, 1886).
Comenzando desde la caída, pasando por las eras
patriarcal y judía, y llegando hasta el tiempo presente a
habido una revelación gradual de los propósitos de Dios
en el plan de salvación....
Noé, Abrahán, Isaac, Jacob y Moisés com-prendie-
ron el Evangelio mediante Cristo;
esperaron la salvación de la humanidad por medio del
Sustituto y Garantía del hombre. Estos hombres santos
de la antigüedad estuvie-ron en comunión con el Salva-dor
que vendría al mundo en forma humana; y algunos
de ellos hablaron con Cristo y los ángeles celestiales cara
a cara, como un hombre habla con su amigo (Signs of the
Times, 21 de febrero, 1911).
En la vida y muerte de Cristo, una luz ilumina el
pasado, dando significado a todo el sistema judío, y con-virtiendo
en un todo a la antigua y nueva dispensacio-nes.
No se puede pasar por alto nada de lo que Dios ha
ordenado en el plan de la redención (Review and Herald, 2 de
marzo, 1886).
Para siempre,
oh Jehová,
permanece tu
palabra en los
cielos.
(Salmo 119:
89)
Año Bíblico: Éxo. 8-10
Siendo
renacidos, no de
simiente corrupt-ible,
por la Palabra
de Dios que vive
y permanece para
siempre. (1Pedro
1:23)
28. 28 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
19
El Redentor del mundo ha dicho: “Escudri-ñad
las Escrituras” (Juan 5: 39). En ellas se
encuentran abundantes provisiones para las necesidades
humanas, y se ponen en juego los motivos más podero-sos
para influir en la persona para que se arrepienta y obe-dezca.
En ellas, el buscador de la verdad puede leer, con-templar
y conmoverse profundamente por lo que un Dios
bueno y misericordioso ha hecho y hace continuamente
por nosotros. Quedará asombrado de haber tratado con
indiferencia el maravilloso amor y el perdón ofrecido,
porque comprenderá que para redimir al hombre, Dios
dio lo más grande que podía ofrecer. Y si los que son
objeto de un amor tan inmenso descuidan la salvación,
no hay nada más que el Cielo pueda hacer por ellos...
Necesitáis estudiar, contemplar, estos grandes
temas para no caer en la indiferencia y endurecemos
hasta no ceder a las condiciones del maravilloso plan de
salvación, y ser demasiado orgullosos para humillaros al
comprender vuestra propia condición caída...
El Señor ordena a los niños y a los jóvenes que
busquen la verdad como tesoro escondido, y
que sean atraídos y fascinados por aquello que une lo
humano con lo divino. Bien puede preguntar el apóstol:
“¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una sal-vación
tan grande?” (Heb. 2: 3)...
Solamente una Persona divina podía mediar entre
Dios y el hombre. La redención humana es un tema que
bien puede exigir hasta el máximo el ejercicio de las fa-cultades
mentales... (Youth’s Instructor, 31 de agosto, 1887).
Por lo cual,
hermanos, tanto
más procurad
hacer firme vuestra
vocación y elección:
porque haciendo
estas cosas, no
caeréis jamás.
(2 Pedro 1: 10)
Año Bíblico: Éxo. 11-13
Los profetas
que profetizaron de
la gracia destinada
a vosotros, inqui-rieron
y diligente-mente
indagaron
acerca de esta
salvación. (1Pedro
1:10)
29. Devocional Familiar 29
Enero
.
20
Ninguna cosa puede proporcionarnos ver-dadero
bien sin las bendición de Dios. Lo
que Dios bendice, está bendito. Por lo tanto “mejor es
lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores”
(Sal. 37:16).
Poco con la bendición de Dios, resulta más eficien-te
y se extenderá más. La gracia de Dios hará que un
poco vaya hasta una gran distancia. Cuando nos con-sagramos
a los asuntos del reino de Dios, Él tendrá en
cuenta nuestros asuntos.
El Señor nos ha concedido preciosas bendiciones
en las sencillas flores de los campos, en la fragancia tan
grata para nuestros sentidos. Él ha dotado a cada flor
de hermosura, porque es el gran Artista maestro. El que
ha creado las hermosas cosas de la naturaleza, realizará
cosas aun mayores por el alma. Dios es amante de lo
bello y Él adornará nuestros caracteres con sus propias
ricas gracias. Él quiere que nuestras palabras sean tan
fragantes como las flores del campo....
Son realmente bendecidos únicamente aquellos
cuya principal preocupación consiste en asegu-rar
las bendiciones que alimentarán el alma y perdurarán
para siempre. Nuestro Salvador nos dice: “Mas buscad
pri-meramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas” (Mat. 6:33). Dios nos tiene en
consideración y no se olvida de derramar sus bendicio-nes
temporales sobre nosotros. Nuestro bien terrenal no
escapa a la preocupación de nuestro Padre celestial. Él
sabe que tenemos necesidad de estas cosas... Cuando
Dios sonríe sobre nuestros esfuerzos, eso vale más que
cualquier ganancia terrenal (Dios Nos Cuida, 116).
La bendición
de Jehová
es la que
enriquece,
y no añade
tristeza
con ella.
(Proverbios
10:22)
Año Bíblico: Éxo. 14-17
Bendito sea
el Dios y Padre
de nuestro Señor
Jesucristo, que nos
bendijo con toda
bendición espiritual
en los lugares celes-tiales
en Cristo.
(Efesios 1:3)
30. 30 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
21
Anhelo dirigirme a los jóvenes y las señoritas
que están deseosos de practicar únicamente
normas vulgares. Ojalá que el Señor influya en su mente
para que comprendan en qué consiste la perfección de
carácter. Ojalá puedan conocer la fe que obra por amor
y purifica el alma. Vivimos en días peligrosos. Única-mente
Cristo puede ayudarnos y concedernos la victoria.
Cristo debe ser todo en todo para nosotros; debe morar
en el corazón; su vida debe circular dentro de nosotros,
como la sangre circula por las venas. Su Espíritu debe
ser un poder vitalizador (Youth’s Instructor, 31de octubre, 1895).
Jóvenes amigos, es cualquier cosa, menos cordura
buscar el placer personal, sembrar cizaña por medio de
acciones necias y pecaminosas que no sólo inducirán a
otros a hacer lo mismo, sino que producirán una amarga
cosecha para vosotros mismos. El Señor dice: “Todo lo
que el hombre sembrare, eso también segará....
La juventud es el tiempo de la siembra, y las
pala-bras y las acciones de los primeros años
son como semillas que germinarán y producirán una
cosecha según su especie. Entonces, ¿por qué no sem-brar
semillas de bondad, amor, fe, paciencia abnegación
y benevolencia, y mantener dominadas todas las pasio-nes?
Esta siembra producirá una cosecha según su espe-cie.
Que cada palabra y acción sean una semilla que pro-duzca
buenos frutos.
El Señor ama a los jóvenes. Ve en ellos grandes
posibilidades, y está listo para ayudarles a alcanzar
normas elevadas, si tan sólo comprenden la necesidad de
su ayuda, y colocan un fundamento en el carácter que no
pueda ser movido (Youth’s Instructor, 18 de enero, 1894).
Huye también
de las pasiones
juveniles, y sigue
la justicia, la fe, el
amor y la paz, con
los que de corazón
limpio invocan al
Señor.
(2 Timoteo 2:
22)
Año Bíblico: Éxo. 18-20
Ninguno tenga
en poco tu juven-tud,
sino sé ejemplo
de los creyentes en
palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y
pureza. (1Timoteo
4:12)
31. Devocional Familiar 31
Enero
.
22
Vosotros, hijos míos, habéis entregado vuestros
corazones el uno al otro; unidos dadlos enter-amente,
sin reservas, a Dios. En vuestra vida de casa-dos,
tratad de elevaros mutuamente. No os rebajéis a
conversaciones y acciones triviales. Mostrad los altos
y elevadores principios de vuestra fe santa en vuestra
conversación diaria y en los caminos más privados de
la vida. Sed siempre cuidadosos y tiernos en vuestros
sentimientos mutuos. Ninguno de vosotros se permita,
ni siquiera una vez, una burla, una broma o una censura
para el otro. Estas cosas son peligrosas, hieren. Puede
esconderse la herida pero existirá, y la paz habrá sido sac-rificada
y se habrá puesto en peligro la felicidad cuando
podría habérsela conservado fácilmente.
Hijo, ten cuidado de ti mismo y en ningún caso
manifiestes la menor disposición que tenga sabor de
espíritu dictatorial u opresor. Valdrá la pena que cuides
tus palabras antes de hablar....
Habla siempre bondadosamente; nunca pongas
en tu tono de voz lo que otros puedan tomar
por irritabilidad. Modula aun el tono de tu voz. Que tu
rostro y tu voz expresen tan sólo amor, cortesía y manse-dumbre.
Considera como una obligación emitir rayos
de luz, pero nunca una nube. Ema será para ti todo lo
que deseas si estás atento y no le das ocasión de sentirse
angustiada y afligida, o de dudar de lo genuino de tu
amor. Vosotros mismos podéis hacer vuestra felicidad o
perderla. Podéis, tratando de conformar vuestra vida a la
Palabra de Dios, ser veraces, nobles, elevados, y allanar
el camino de la vida el uno al otro. . .
Ceded mutuamente.... Que las mejores bendicio-nes
del cielo descansen sobre vosotros,... (Carta 24, 1870).
Por tanto,
dejará el hombre
a su padre y a su
madre, y se unirá a
su mujer, y serán
una sola carne.
(Génesis 2: 24)
Año Bíblico: Éxo. 21-24
Maridos,
amad a vuestras
mujeres, y no seáis
ásperos con ellas.
(Colosenses 3:19)
32. 32 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
23
No debemos pensar en Dios solamente como
juez, y olvidarnos que es nuestro Padre
amante. Nada puede causar más daño a nuestra alma,
porque toda nuestra vida espiritual quedará moldeada
por nuestro concepto del carácter de Dios...
Aprovechemos las preciosas oportunidades de
familiarizarnos con nuestro Padre celestial, “porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3: 16). ¡Qué amor
maravilloso el manifestado por Dios, el Dios infinito, al
concedernos el privilegio de acercarnos a Él llamándolo
Padre! Ningún padre terrenal podría suplicar más vehe-mentemente
a su hijo que yerra, que Aquel que nos creó
cuando ruega al transgresor. Nunca un interés humano,
lleno de amor, ha seguido al impenitente con invitaciones
tan tiernas...
Se oye su voz que dice: “Con amor eterno te he
amado” (Jer. 31: 3). “Con misericordia eterna
tendré compasión de ti” (Isa. 54: 8). Cuán asombroso es
este amor, que Dios condescienda a quitar toda causa de
duda e incertidumbre del temor y la flaqueza humanos,
y tome la mano temblorosa que se levanta hacia Él con
fe; y nos ayude a confiar mediante renovados motivos de
seguridad. Nos ha dado un pacto fiel a condición de que
obedezcamos, y viene a encontrarnos en nuestra propia
manera de entender las cosas. Creemos que una promesa
de nuestros semejantes necesita una garantía. Jesús ha
contemplado estos temores peculiares, y ha confirmado
su promesa (Review and Herald, 5 de abril, 1887).
Porque los
montes se moverán,
y los collados
temblarán, pero no
se apartará de ti mi
misericordia, ni el
pacto de mi paz se
quebrantará, dijo
Jehová, el que tiene
misericordia de ti.
(Isaías 54: 10)
Año Bíblico: Éxo. 25-27
Alabad a
Jehová, porque Él
es bueno, porque su
misericordia es para
siempre.
(Salmo 136:1)
33. Devocional Familiar 33
Enero
.
24
Juan dijo: “Mirad cuál amor nos ha dado el
Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”.
Ningún idioma puede expresarle. Hasta cierto punto es
posible describir en forma muy imperfecta ese amor que
sobrepasa todo conocimiento. Se necesitó el idioma de
lo alto para poder definir ese amor que hizo posible que
llegáramos a ser hijos de Dios. Al hacerse cristiano, el
hombre no se rebaja. No tiene por qué avergonzarse de
estar relacionado con el Dios viviente.
Jesús cargó sobre sí la vergüenza y la humi-llación
que le correspondía sufrir a los pecadores. Él es
la Majestad del cielo, el Rey de gloria, e igual al Padre.
Sin embargo, al vestir su divinidad con la humanidad,
su humanidad pudo tocar a la humanidad y su divinidad
pudo asirse de la divinidad. Si hubiera venido como un
ángel, no podría haber participado de nuestros sufrimien-tos,
tampoco podría haber sido tentado en todo como
nosotros, ni haber sentido nuestras tristezas.
En cambio, al venir vestido de la humanidad,
como seguro sustituto del hombre, estuvo en
condiciones de vencer, en nuestro lugar, al príncipe de
las tinieblas, para que podamos ser victoriosos gracias a
sus méritos.
No somos como un trozo de mármol que, aunque
puede reflejar la luz del sol, no tiene el don de la vida.
Estamos en condiciones de responder a los brillantes
rayos del Sol de Justicia gracias a que Cristo ilumina e
imparte luz y vida a todo creyente. Podemos beber del
amor de Cristo del mismo modo como el sarmiento se
nutre de la vid. Si estamos injertados en Cristo, y si cada
fibra está unida a la Vid viviente, lo evidenciaremos gra-cias
a los abundantes y ricos racimos que produciremos
(Review and Herald, 27 de septiembre, 1892).
Mirad cuál
amor nos ha dado
el Padre, para que
seamos llamados
hijos de Dios; por
esto el mundo no nos
conoce, porque no le
conoció a Él.
(1 Juan 3: 1)
Año Bíblico: Éxo. 28-31
Yo soy la
vid, vosotros los
pámpanos, el que
permanece en mí
y yo en él, éste
lleva mucho fruto;
porque separados
de mi nada podéis
hacer.(Juan 15:5)
34. 34 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
25
Las Escrituras proporcionan abundante evi-dencia
de que es más seguro unirse al Señor
y perder los favores y la amistad del mundo, que acudir
al mundo en busca de favor y apoyo olvidando nuestra
dependencia de Dios...
El Señor mismo ha establecido una muralla sepa-ratoria
entre las cosas del mundo y las que ha elegido
y sacado del mundo y santificado para Él mismo. El
mundo no reconocerá esta distinción... Pero Dios ha
establecido esta separación y la hará durar. Tanto en
el Antiguo como en el Nuevo Testamento, el Señor ha
ordenado definidamente a su pueblo que sea diferente del
mundo en espíritu, en obras, en la práctica, para que sea
una nación santa, un pueblo peculiar, a fin de manifes-tar
las alabanzas del que los llamó de las tinieblas a su
luz admirable. El este no está más lejos del oeste de lo
que están los hijos de luz en sus costumbres, prácticas y
espíritu de los hijos de las tinieblas. Esta distinción será
más señalada y decidida a medida que nos acerquemos
al final del tiempo...
Hay un elemento llamado amor que nos enseña
a alabar y halagar a nuestros semejantes y a
no decirles fielmente el peligro que corren y a no amon-estarles
y aconsejarlos para su bien. Este amor no provi-ene
del cielo. Nuestras palabras y acciones deberían ser
serias y fervientes, especialmente ante los que descuidan
la salvación de su alma.... Si nos unimos con ellos en liv-ian-
dad, vulgaridad y búsqueda del placer, o en cualquier
hecho que desplace la seriedad de la mente, les estamos
diciendo constantemente con nuestro ejemplo: “Paz, paz;
no os perturbéis. No hay razón para que os alarméis”.
Esto es como decirle al pecador: “Todo te saldrá bien”
(Review and Herald, 8 de enero, 1884).
¿No sabéis
que la amistad del
mundo es enemis-tad
contra Dios?
Cualquiera,
pues, que
quiera ser amigo del
mundo,
se constituye
enemigo de Dios.
(Santiago 4:
4)
Año Bíblico: Éxo. 32-34
El amor sea sin
fingimiento.
Aborreced
lo malo, seguid lo
bueno.
(Rom.12:9)
35. Devocional Familiar 35
Enero
.
26
Que cada uno, por amor de Cristo y por el bien
de su propia alma, deseche la conformidad
con el mundo, con sus costumbres, vanidades y modas.
Cuidado con los mandamientos humanos que oscurecen
los santos mandamientos de Dios! El amador de los pla-ceres
siempre está insatisfecho, y desea continuamente
volver a la excitación del salón de baile, el teatro y las
fiestas. El tiempo que Dios nos ha dado para prepararnos
para la eternidad es empleado por miles de personas en
leer novelas. Así se pervierte el intelecto dado por Dios,
se descuida la Palabra de Dios, se privan a la mente y
al alma del poder moral necesario para luchar contra las
faltas y los errores, los hábitos y las prácticas, que des-califican
al alma para disfrutar de la presencia de Cristo
aquí o en la vida inmortal futura.
Preguntémonos seriamente y con intenso
interés: “¿Cómo está mi alma? ¿Estoy traba-jando
contra mi Redentor mediante mis hábitos y prác-ticas?”
Preguntaos: “¿Glorifico a Cristo? ¿Le muestro a
una generación torcida y desobediente que prefiero sufrir
reproches por amor a Jesús? “... ¿Apuntarán alto los pro-cesos
seguidores de Cristo y alcanzarán la norma de la
santidad? Es mejor ser mundano que cristiano profeso
común y vulgar. Atreveos a salir del mundo y a ser dife-rentes.
Atreveos a ser singulares, porque amáis a Jesús
más que al mundo, y la justicia con persecución más que
la desobediencia con prosperidad mundana. La santa y
completa obediencia mediante la dependencia del Señor
Jesús fortalecerá al alma para que permanezca firme en la
fe y la esperanza del Evangelio (Carta 82, 1895).
Para que seáis
irreprensibles y
sencillos, hijos de
Dios sin mancha
en medio de una
generación maligna
y perversa, en medio
de la cual
resplandecéis
como luminares en
el mundo.
(Filipenses 2:
15)
Año Bíblico: Éxo. 35-37
Habiendo
purificado vuestras
almas por la
obediencia a la
verdad, mediante el
Espíritu, para el
amor fraternal no
fingido, amaos unos
a otros entrañable-mente
de corazón
puro. (1Pedro1:22)
36. 36 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
27
Nosotros debemos tener más fe. Creamos en
la salvación. Vayamos a Dios y rindámonos
a Él con fe, y Él nos dará un carácter como el de Cristo.
Esto debemos repetirlo a todos una y otra vez. Al estar
unidos a Cristo podemos darlo a conocer al mundo.
Entonces cesarán todas nuestras vacilaciones y obras
hechas por casualidad.
...Si Dios cuida de las flores y les da perfume y
hermosura, ¿cuánto más nos dará la fragancia de un
carácter alegre? ¿Será que no quiere o no puede restau-rar
en nosotros la imagen divina? Tengamos fe en Él.
Ahora mismo pongámonos en una situación en la que
podamos recibir el Espíritu que Él nos ofrece. De este
modo podremos dar a conocer al mundo lo que hace la
verdadera religión en favor del hombre y de la mujer. El
gozo de la salvación llenará los corazones, y la paz y la
confianza nos hará decir: “Yo sé que mi Redentor vive”
(Job 19: 25).
La verdadera fe levanta las manos y las pone
sobre Uno que está detrás de las promesas: “Y
se multiplicará la paz de tus hijos” (Isa. 54: 13). “He aquí
que yo extiendo sobre ella paz como un río” (Isa. 66: 12).
“He aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo
gozo” (Isa. 65: 18). En Dios podemos alegrarnos “con
gozo inefable y glorioso” (1 Ped. 1: 8). “Benditas serán
en Él todas las naciones. Lo llamarán bienaventurado”
(Sal. 72: 17). Esforcémonos para educar a los creyentes
a regocijarse en el Señor. El gozo espiritual es resultado
de una fe activa. El pueblo de Dios ha de estar lleno de
fe y del Espíritu Santo. Entonces podrá ser glorificado en
ellos (Bible Training School, 1 de abril, 1905).
Te alabaré, oh
Jehová, con todo
mi corazón; contaré
todas tus
maravillas.
Me alegraré
y me regocijaré
en ti. Cantaré
a tu nombre, oh
Altísimo.
(Salmo 9: 1, 2)
Año Bíblico: Éxo. 38-40
Pero sin fe es
imposible agradar
a Dios; porque es
necesario que el que
se acerca a Dios
crea que le hay, y
que es galardonador
de los que le buscan.
(Heb.11:6)
37. Devocional Familiar 37
Enero
.
28
Cada cristiano debería ser lo que Cristo fue en
su vida en esta tierra. Él es nuestro ejem-plo,
no solamente en su pureza inmaculada, sino en su
paciencia, cortesía y disposición amigable. Era firme
como una roca en lo que atañía a la verdad y al deber,
pero era invariablemente bondadoso y cortés. Su vida
fue una perfecta ilustración de la verdadera cortesía.
Tenía siempre una mirada amable y una palabra de con-suelo
para los necesitados y los oprimidos.
Su presencia llevaba una atmósfera más pura al
hogar y su vida era como levadura que obraba entre los
elementos de la sociedad. Inocente y sin contaminación
caminaba entre los indiferentes, los rudos, los descorte-ses;
entre los injustos publicanos, los impíos samaritanos,
los soldados paganos, los rudos campesinos y la multitud
heterogéneo. Hablaba una palabra de simpatía aquí, una
palabra allí, al ver a los hombres cansados y obligados a
llevar pesadas cargas....
Jesús se sentó como huésped honrado en la mesa
de los publicanos mostrando por su simpatía y
benevolencia que reconocía la dignidad de la humani-dad,
y los hombres anhelaban llegar a ser dignos de su
confianza. Sus palabras caían sobre sus almas sedientas
con poder bendito y vivificante. Se despertaban nuevos
impulsos y se abría la posibilidad de una vida nueva ante
esos parias de la sociedad. . .
La religión de Jesús ablanda todo lo que haya de
duro y áspero en el temperamento, y suaviza las aspere-zas
y las agudezas de los modales. Esta es la religión que
hace las palabras amables y el comportamiento atractivo.
. . Un cristiano bondadoso y cortés es el argumento más
poderoso en favor del Evangelio (Signs of the Times, 16 de
julio, 1902).
Jehová el
Señor me dio
lengua de sabios,
para saber hablar
palabras al
cansado; des-pertará
mañana
tras mañana,
despertará mi oído
para que oiga como
los sabios.
(Isaías 50: 4)
Año Bíblico: Lev. 1-4
Y renovaos
en el Espíritu de
nuestra mente, y
vestíos del nuevo
hombre, creado
según Dios en la
justicia y santidad
de la verdad.(Efe-sios
4:23,24)
38. 38 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
29
Un profundo sentido de nuestra necesidad y un
gran deseo de recibir las cosas que pedimos
deben caracterizar nuestras oraciones, de lo contrario no
serán oídas. Pero no debemos cansarnos y dejar de pedir
porque nuestras oraciones no reciban una respuesta inme-diata.
“El reino de los cielos sufre violencia, y los violen-tos
lo arrebatan” (Mat. 11: 12). Aquí se entiende por vio-lencia
un santo fervor, como el que manifestó Jacob. No
necesitamos procurar ponernos en un estado de intensa
excitación, sino que debemos presentar nuestras peti-ciones
calmada pero persistentemente delante del trono
de la gracia. Nuestra obra consiste en humillar nuestra
alma delante de Dios, en confesar nuestros pecados y en
acercarnos con fe a Dios... El propósito de Dios es mani-festarse
a sí mismo en su providencia y en su gracia. El
objeto de nuestras oraciones debe ser la gloria de Dios y
no la glorificación de nosotros mismos.
Dios nos ha honrado mostrándonos cuánto nos
valora. Fuimos comprados por la sangre pre-ciosa
del Hijo de Dios. Cuando su heredad siga consci-entemente
la palabra del Señor, su bendición descansará
sobre ella como respuesta a sus oraciones....
El alma, mediante la oración secreta, debe abrirse a
la inspección del ojo de Dios... Cuán preciosa es la oración
secreta por medio de la que el alma entra en comunión
con Dios. La oración secreta debe ser escuchada única-mente
por el oído de Dios. Ningún oído curioso debe
recibir la carga de peticiones. Calmada, pero ferviente-mente,
el alma deberá dirigirse a Dios, y dulce y perma-nente
será la influencia que emana de Aquel que ve en
secreto, cuyo oído está abierto a la oración que brota del
corazón (Dios Nos Cuida, 155).
Esperad en Él
en todo tiempo, oh
pueblos; derramad
delante de Él
vuestro
corazón.
(Salmo 62: 8)
Año Bíblico: Lev. 5-7
Y todo lo
que pidieres en
oración, creyendo, lo
recibiréis. (Mateo
21:22)
39. Devocional Familiar 39
Enero
.
30
El servicio activo para Dios está directamente
relacionado con los deberes comunes de la
vida, aun con las ocupaciones más humildes. Debe-mos
servir a Dios en el lugar donde Él nos coloca. Él
debe colocarnos a cada uno en su lugar, y no nosotros
mismos. Posiblemente el trabajo en el hogar sea el lugar
que debamos ocupar durante un tiempo o tal vez durante
toda la vida. Entonces hay que prepararse para ese tra-bajo
para que hagamos lo mejor posible para el Señor.
...La importancia de las cosas pequeñas no es
menor porque son pequeñas; en cambio su influencia
para el bien o el mal es enorme. Ayudan a disciplinar
para la vida. Son parte de la preparación del alma en la
santificación de todos los talentos que Dios nos ha con-fiado.
La fidelidad en las cosas pequeñas en la real-ización
de los deberes hace que el obrero de
Dios refleje cada vez más a Cristo. Nuestro Salvador
es un Salvador para la perfección del hombre en su ser
entero. No es Dios de una sola parte del ser. La gracia
de Cristo obra para disciplinar toda la textura humana.
Él lo hizo todo. Él ha redimido a todos. Ha hecho par-ticipantes
de la naturaleza divina a la mente, la energía,
el cuerpo y el alma, y todos son su posesión adquirida.
Hay que servirle con toda la mente, el corazón, el alma
y las fuerzas. Entonces el Señor será glorificado en sus
santos, aun en las cosas comunes y temporales. “San-tidad
a Jehová” será la inscripción colocada sobre ellos
(Youth’s Instructor, 14 de abril, 1898).
El que es fiel
en lo muy poco,
también en lo más
es fiel, y el que
en lo muy poco es
injusto, también en
lo más es injusto.
(Lucas 16: 10)
Año Bíblico: Lev. 8-10
Servid a
Jehová con alegría;
venid ante su pres-encia
con regocijo.
(Salmo 100:2)
40. 40 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Enero
.
31
La obra de su salvación y la mía depende
enteramente de nosotros, porque depende de
nosotros el que aceptemos la provisión hecha en nuestro
favor. Dios hizo por nosotros todo lo que podía hacerse.
Cristo lo compró con su propia sangre. Pagó el precio
por su rescate a fin de que pudiese estar unido con Dios y
separado del pecado y los pecadores. Cuando se entrega
el corazón a Jesús, el Espíritu Santo trabaja en él con
poder renovado. Pero a fin de que podamos ser colabora-dores
con Dios, debe haber de nuestra parte una entrega
completa a Dios. Debemos consagramos a Él con todas
nuestras fuerzas, poniendo en ejercicio cada fibra espiri-tual
y trabajando para Cristo como fieles soldados. . .
El Señor Jesús pagó el precio por Ud., no para ase-gurar
su mero asentimiento a la verdad, sino para que
rinda un servicio de corazón. Él desea el homenaje de
su alma. Ud. no puede dejar de creer que debe hacer la
voluntad de Dios....
No puede liberarse de las exigencias del deber
más de lo que puede escapar de la presencia
de Dios. Sólo al obedecerle conocerá la verdadera feli-cidad.
. .
Le suplico que abra la puerta de su corazón y per-mita
que el Salvador entre. Déle todo su corazón; lo ha
comprado. Tenga siempre presente que es Ud. el que
debe escoger. Dios no fuerza la voluntad. Lo ha elegido
y lleva grabado su nombre en la palma de su mano. ¿No
se entregará plenamente a Él? El tiempo es corto. No
tiene un momento que perder en vacilaciones. La Pala-bra
divina está en sus manos para ser lámpara a sus pies
y lumbrera en su camino (Carta 21a, 1893).
Y el Espíritu
y la Esposa dicen:
Ven. Y el que oye,
diga: Ven. Y el
que tiene sed,
venga; y el
que quiera, tome
del agua de la vida
gratuitamente.
(Apocalipsis 22:
17)
Año Bíblico: Lev. 11-13
Mas si
desde allí bus-cares
a Jehová tu
Dios, lo hallarás, si
lo buscares de todo
tu corazón y toda tu
alma.
(Deuterono-mio
4:29)
42. 42 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
1
Por nada estéis
afanosos, sino sean
conocidas vuestras
peticiones delante de
Dios en toda oración
y ruego, con acción de
gracias. Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará
vuestros corazones y
vuestros pensamientos en
Cristo Jesús.
(Filipenses 4: 6, 7)
El Redentor del mundo decidió ofrecerle a sus
atribulados discípulos el más poderoso de
los consuelos. De una extensa gama de posibilidades,
escogió el tema del Espíritu Santo para que inspirara y
vivificara sus corazones. Sin embargo, aunque Cristo
hizo mucho para darlo a conocer, ¡cuán poco habita en
medio de las iglesias! Aunque la divina influencia es
esencial para la obra del perfeccionamiento del carácter
cristiano, muchas veces son ignorados el nombre y la
presencia del Espíritu Santo.
... El Señor nos ha dado la debida orientación para
que podamos conocer su voluntad. Los que tienen su
mente centrada en el yo, son autosuficientes. Piensan
que no necesitan estudiar la Biblia, y se sienten muy
perturbados cuando otros no tienen sus mismas ideas
equivocadas e idéntica visión distorsionada.
En cambio, los que son guiados por el Espíritu
Santo afirman el ancla detrás del velo, donde
Jesús entró por nosotros. Investigan en las Escrituras
con toda seriedad, y buscan la luz y el conocimiento
que puedan guiarlos en medio de las perplejidades y
peligros que encuentran a cada paso. Al contrario, los
que son impacientes se quejan y murmuran, leen la
Biblia sólo con el propósito de vindicar su propio curso
de acción, mientras ignoran y pervierten el consejo de
Dios. El que tiene paz es porque puso su voluntad del
lado de Dios y quiere seguir la divina orientación. (Signs
of the Times, 14 de agosto,1893).
Año Bíblico: Lev. 14-16
Enséñame a
hacer tu voluntad,
porque tu eres mi
Dios; tu buen
espíritu me guíe a
tierra de rectitud.
(Salmo 143:10)
43. Devocional Familiar 43
Febrero
.
2
Esto os mando:
Que os améis
unos a otros.
(Juan 15: 17) La oración de Cristo [en Juan 17]. . . es una
ilustración de su intercesión por nosotros ante
el Padre.
Su oración fue: “Santifícalos en tu verdad; tu pa-labra
es verdad.
...¿Permitirán Uds. que Cristo realice esta obra de
santificación en sus corazones? Hoy pueden ser perfec-tos
en El. Tienen la seguridad de que por medio de la
santificación de la verdad pueden ser perfeccionados en
la unidad. . .
Recuerden que cuanto más importancia den a
las pequeñas diferencias de opinión, más se arraigará
el hábito de establecer reglas precisas que sería mejor
que no existieran. . . El Señor está familiarizado con el
sufrimiento mental de sus hijos. Sabe cómo a veces sus
corazones están heridos. Obrará para que los afligidos
sean aliviados y ayudados.
Nos dice: “Sobrellevad los unos las cargas
de los otros” (Gál 6: 2). “Así que, los que
somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los
débiles, y no agradarnos a nosotros mismos” (Rom.
15: 1). Debemos relacionarnos correctamente los unos
con los otros, aun cuando esto pueda demandar sacrifi-cio.
Cristo hizo un sacrificio infinito por nosotros. ¿No
debiéramos nosotros estar dispuestos a sacrificarnos por
otros? Debemos evitar cuidadosamente herir o lastimar
los corazones de los hijos de Dios, porque cuando lo
hacemos herimos y lastimamos el corazón de Cristo
(Carta 31,1904).
Año Bíblico: Lev. 17-19
Por tanto,
si hay alguna
consolación en
Cristo, si alguna
comunión del
Espíritu, si algún
afecto entrañable,
si alguna miseri-cordia,
completad
mi gozo sintiendo
lo mismo, teniendo
el mismo amor,
unánimes, sintiendo
una misma cosa.
(Filipenses 2:1,2)
44. 44 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
3
Me mostrarás
la senda de la vida;
en tu presencia hay
plenitud de gozo;
delicias a tu diestra
para siempre.
(Salmo 16: 11)
No penséis que cuando camináis con Cristo
debéis andar en la sombra. Las personas más
felices del mundo son las que confían en Jesús y ejecu-tan
alegremente sus órdenes. De las vidas de los que
lo siguen están ausentes el desasosiego y el malestar...
Pueden encontrarse con pruebas y dificultades, pero sus
vidas están llenas de gozo; porque Cristo camina a su
lado y su presencia alumbra el sendero.
Cuando os levantáis de mañana, hacedlo con ala-banzas
a Dios en vuestros labios, y cuando vais a vuestro
trabajo, id con una oración a Dios pidiendo ayuda...
Esperad una hoja del árbol de la vida. Esto os
aliviará y os refrigerará y llenará vuestro corazón de
paz y gozo. Poned vuestros pensamientos en el Salva-dor.
Apartaos del tumulto del mundo y sentaos bajo la
sombra de Cristo. Luego, entre el estrépito del trajín y
el conflicto diarios, vuestra fuerza será renovada.
Es positivamente necesario que a veces nos
sentemos y pensemos en cómo el Salvador
descendió del cielo, del trono de Dios, para mostrar a los
seres humanos qué pueden llegar a ser si unen su debili-dad
con la fuerza divina. Habiendo obtenido el renuevo
de la fuerza mediante la comunión con Dios, podremos
seguir gozosos nuestro camino, alabándolo por el privi-legio
que nos da de llevar la luz del amor de Cristo a las
vidas de los que nos rodean. Aquellos con quienes nos
relacionamos serán beneficiados al entrar en la esfera de
nuestra influencia... (Dios Nos Cuida, 166).
Año Bíblico: Lev. 20-23
Y andad
en amor, Como
también Cristo nos
amó, y se entregó
a si mismo por
nosotros, ofrenda
y sacrificio a Dios
en olor fragante.
(Efesios 5:2)
45. Devocional Familiar 45
Febrero
.
4
Hijos, sed
obedientes a
vuestros padres en
todo, porque esto es
agradable al Señor.
U (Colosenses 3: 20) na familia en cuyo seno se manifiesta amor
a Dios y de los unos por los otros, cuyos
miembros no se irritan, sino que son pacientes, tole-rantes
y amables, es un símbolo de la familia celestial.
Sus componentes comprenden que son parte de la gran
familia del cielo. Mediante las leyes de dependencia
mutua se les enseña a confiar en la gran Cabeza de la
iglesia. Si uno de sus miembros sufre, todos los demás
sufren. El sufrimiento de uno entraña el sufrimiento de
los otros. Esto debiera enseñar a la juventud a cuidar
de sus cuerpos, a obrar por la preservación de la salud,
porque cuando sufren a causa de la enfermedad, toda la
familia sufre.
Los hombres y mujeres que sirven decididamente
a Dios conducirán a sus familias de tal manera que re-presenten
correctamente la religión de Cristo. Ense-ñarán
a sus hijos a ser aseados y útiles, a compartir las
cargas del hogar y a no permitir que los padres hagan
alguna tarea que ellos pueden realizar. De esta manera
el padre y la madre quedan más aliviados....
La familia toda comparte la bendición de la
disposición de ayudarse mutuamente.
¿Por qué no se allegan los padres a Jesús tales
como son, en busca de su gracia perdonadora y de su
poder sanador? ¿Por qué no ruegan ser dotados con
aptitudes que les permitan gobernar sus casas correcta-mente?.
. .
Se roba a Dios cuando los hombres y las mujeres
no se relacionan con Él en forma tal que la mente, el
alma y las fuerzas puedan ser controladas por el Espíritu
Santo.... (Manuscrito 1, 1899).
Año Bíblico: Lev. 24-27
Acerqué-monos,
pues, con-fiadamente
al trono
de la gracia, para
alcanzar misericor-dia
y hallar gracia
para el oportuno
socorro. (Hebreos
4:16)
46. 46 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
5
Vestíos, pues,
como escogidos
de Dios, santos,
amados, de entra-ñable
misericordia,
de benignidad,
de humildad, de
mansedumbre, de
paciencia.
(Colosenses 3:
12)
El Capitán de nuestro salvación no reclamó
para sí ninguna posición honrosa. En cambio,
tomó la forma de siervo para que la humanidad pudiera
relacionarse con la divinidad. El hombre debe repre-sentar
a Cristo. Para ello, necesita ser paciente con sus
congéneres, perdonador y lleno de un amor semejante
al de Cristo. El que está verdaderamente convertido
manifestará respeto por sus hermanos y estará dispuesto
a proceder como el Señor lo ordenó. Jesús dijo: “Un
mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;
como yo os he amado, que también os améis unos a
otros. En esto co-nocerán todos que sois mis discípulos,
si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13: 34,
35). El creyente en quien abunda el amor de Dios mani-festará
tal expresión de ese amor que será comprendido
por el mundo...
En el mundo existe una falsificación del cris-tianis-
mo genuino. El verdadero espíritu del
hombre se da a conocer por el modo como éste se rela-ciona
con su prójimo. Podemos preguntar: ¿Representa
el carácter de Cristo en espíritu y en acción, o simple-mente
es una manifestación natural del carácter egoísta,
propio de los que pertenecen al mundo? La simple pro-fesión
de fe no significa nada para Dios. Antes que sea
demasiado tarde para rectificar la conducta equivocada,
que cada uno se pregunte: ¿Quién soy yo? Depende de
nosotros mismos desarrollar el carácter que nos permita
integrar la familia celestial, la realeza de Dios (Review and
Herald, 9 de abril, 1895).
Año Bíblico: Núm. 1-3
Pero sed hace-dores
de la palabra,
y no tan solamente
oidores, engañán-doos
a vosotros
mismos. (Santiago
1:22)
47. Devocional Familiar 47
Febrero
.
6
En Él estaba
la vida,
y la vida
era la luz de los
hombres.
R (Juan 1: 4) ecibirnos vida de Cristo mediante el estudio
de su Palabra. “En Él estaba la vida”; vida
original, no prestada. Es la fuente de vida. Recibimos
vida del Salvador, quien la vuelve a tomar. La vida
que nos ha sido dada por Dios debiera ser utilizada de
la mejor manera, porque como instrumentos humanos
estamos formando nuestro propio destino. Necesita-mos
escoger sabiamente para asociarnos con quienes
nos capacitarán mejor, en cuerpo, alma y espíritu, para
alcanzar el país futuro, el celestial. Al elegir compañeros
no debiéramos colocarnos bajo influencias que pudieran
ser de algún modo desfavorables en la formación de los
principios puros y correctos, porque necesitamos toda
la ayuda que podamos obtener a fin de que en nuestras
asociaciones podamos desarrollar caracteres de acuerdo
con la semejanza de Cristo.
Un cristiano no escogerá como objeto de sus
afectos a quien, con su conducta, menospre-cie
a Jesucristo crucificando diariamente al Hijo de Dios
y exponiéndolo al vituperio. ...
Satanás estaba constantemente sugiriendo a sus
hermanos, los hijos de José, críticas acerca de quien
parecía tan distinto a ellos. Rehusó cada invitación
al mal, porque no se lo podía persuadir a que acep-tara
hacer lo malo o a desviarse en lo más mínimo del
“escrito está”. Parecía tener la Escritura atesorada en el
corazón y la mente. Rara vez reprendió la conducta de
sus hermanos, pero siempre tuvo una palabra de Dios
para decirles: “Escrito está” (Manuscrito 2, 1896).
Año Bíblico: Núm. 4-6
No seas sabio
en tu propia opi-nión;
teme a Jehová
y apártate del mal.
(Proverbios 3:7)
48. 48 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
7
La exposición
de tus palabras
alumbra; hace
entender a los
simples.
(Salmo 119:
130)
Las influencias educativas de la vida hogareña
constituyen un poder decisivo para el bien o
para el mal. Estas influencias en muchos aspectos son
silenciosas y graduales, pero si se las ejerce en favor de
lo correcto, son de gran valor. Cristo vino a este mundo
para ser nuestro modelo, para mostrar por precepto y
por ejemplo los caracteres que deben tener todos los
que componen la familia de Dios. Vino a bendecir y a
salvar a la raza humana, y a elevar a los hombres y las
mujeres para que sean hijos e hijas de Dios. Por esto
se humilló a sí mismo descendiendo paso a paso desde
la más elevada hasta la más humilde de las posiciones.
Es una tarea solemne y seria cuidar de aquellos
por quienes Cristo murió, enseñar a los hijos a no mal-gastar
sus afectos en las cosas de este mundo, a no disi-par
tiempo y esfuerzo en lo que es menos que nada.
Las madres deben ser alumnas de la escuela
de Cristo a fin de educar correctamente a sus
hijos. La madre cristiana dedicará mucho tiempo a la
oración, porque es en el hogar donde los hijos deben
aprender a ser leales al gobierno de Dios. Han de ser
enseñados con paciencia y longanimidad. Las burlas
y los reproches apasionados nunca producen reforma.
Cometen un grave pecado los padres y madres que,
mediante su propio ejemplo, enseñan a sus hijos a dar
rienda suelta a su mal genio, cediendo ellos mismos
a sus arranques temperamentales; y los educan con
métodos equivocados. Se ha de disciplinar a los hijos
en forma tal que los capacite para ocupar su lugar en la
familia de los cielos. . . (Manuscrito 34, 1899).
Año Bíblico: Núm. 7-10
Y vosotros,
padres, no pro-voquéis
a ira a
vuestros hijos, sino
criadlos en disci-plina
y amones-tación
del Señor.
(Efesios 6:2)
49. Devocional Familiar 49
Febrero
.
8
Mas el fruto
del Espíritu es
amor, gozo, paz,
paciencia, benig-nidad,
bondad, fe,
mansedumbre, tem-planza;
contra tales
cosas no hay ley.
(Gálatas 5: 22,
23)
Si Cristo habita en nosotros, debemos ser cris-tianos
tanto en el hogar cuanto fuera de él. El
que dice ser cristiano expresará palabras bondadosas a
sus parientes y a otros con los que también se relaciona.
Será bondadoso, cortés, amable y compasivo, y deseará
educarse a fin de poder habitar con la familia celestial.
Si es miembro de la realeza, procurará representar bien
al reino en todo lugar. Hablará a los niños con amabi-lidad,
ya que ellos también son herederos de Dios y
miembros de las cortes celestiales. Entre los hijos del
reino no hay lugar para las asperezas, porque “el fruto
del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas
no hay ley” (Gál. 5: 22, 23). En la iglesia se manifestará
el espíritu que se cultiva en el hogar.
Oh, debemos educar el carácter para practicar
la piedad, la docilidad, la ternura, la compa-sión
y el espíritu perdonador. Al abandonar la vanidad,
la conversación insensata y las burlas, no nos hará fríos,
antipáticos y antisociales. El Espíritu del Señor descan-sará
sobre usted hasta que adquiera la fragancia de las
flores del jardín de Dios. Debe mantenerse hablando
acerca de la luz, y de Cristo, el Sol de Justicia, hasta
que en usted se produzca el cambio de gloria en gloria,
de un carácter a otro mejor, y de una fortaleza a otra
mayor, para reflejar más y más la preciosa imagen de
Jesús. Cuando usted haga esto, el Señor escribirá en
los libros del cielo. “Bien hecho” (Review and Herald, 20
de septiembre, 1892).
Año Bíblico: Núm. 11-14
¿Quién es
sabio y entendido
entre vosotros?
Muestre por la
buena conducta
sus obras en sabia
mansedumbre.
(Santiago 3:13)
50. 50 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
9
¿Has visto
hombre solícito
en su trabajo?
Delante de los
reyes estará; no
estará delante de los
de baja condición.
(Proverbios 22: 29)
Mi querido hijo Edson: Me temo que no
siempre organizas sabiamente tu trabajo.
A veces haces demasiado y luego permites que pasen
horas preciosas sin ser aprovechadas, creando de esta
manera la necesidad de un esfuerzo adicional posterior.
Un trabajo temperante, perseverante y metódico logrará
mucho más que lo que puede realizarse por esfuerzos
esporádicos. . .
El fiel cumplimiento de los deberes de la vida,
cualquiera sea tu posición, demanda el mejoramiento
sabio de todos los talentos y habilidades que Dios te
ha dado. Evita el estar siempre apurado, por lo menos
cuando no realizas nada digno de esfuerzo. Estos
esfuerzos infructuosos a menudo son el resultado de no
realizar el trabajo a su debido tiempo. Cualquier cosa
que por descuido no se realiza en el tiempo cuando
debía ser hecha, ya sea en los asuntos seculares o en los
religiosos, difícilmente se hacen bien....
Cuídate de no malgastar tu tiempo en insignifi-cancias,
y dejar de cumplir las tareas que son
de real importancia. La iglesia y el mundo necesitan
hombres calmos, bien equilibrados. Andar bien por
algún tiempo no es suficiente. Una adhesión constante a
un propósito garantizará que se alcancen los objetivos....
Mi querido hijo, sé concienzudo en todo lo que
emprendas, descansa constantemente en tu Salvador,
vé a Él en busca de sabiduría, de valor, de firmeza de
propósitos y para todo cuando necesites. Que el Señor
te bendiga, es la oración de tu madre (Carta 3, 1877).
Año Bíblico: Núm. 15-17
Mirad, pues,
con diligencia cómo
andéis, no como
necios sino como
sabios,
aprovechando
bien el tiempo,
porque los días son
malos. (Efesios
5:15, 16)
51. Devocional Familiar 51
Febrero
.
10
Desechando,
pues, toda mali-cia,
todo engaño,
hipocresía, envi-dias,
y todas las
detracciones, desead
como niños recién
nacidos, la leche
espiritual no adul-terada,
para que por
ella crezcáis.
(1 Pedro 2: 1,
2)
Deberíamos estudiar estas instrucciones. Es
nuestro privilegio crecer “a la medida de
la estatura de la plenitud de Cristo” (Efe. 4: 13). No
debiéramos ser irreflexivos o descuidados al hablar,
hiriendo el uno al otro con palabras descorteses. . .
Cada agente humano relacionado con la obra
del Señor necesita apreciar la obra en la cual está
tomando parte. La obra en las instituciones de Dios
debe realizarse sin fricciones, sin palabras apresura-das,
sin palabras dictatoriales. Los obreros deben ser
puros, limpios y santos en pensamiento, en palabra y en
acción. Deben ser testigos de Cristo y testificar que han
nacido de nuevo.
No debe haber palabras hirientes ni reprensiones
irritantes, porque los ángeles de Dios están recorriendo
cada habitación....
Debemos recordar que como cristianos que
profesamos trabajar en unidad no debemos
actuar como los pecadores, cuyas palabras y acciones
pecaminosas, a menos que se arrepientan de ellas, los
condenarán. . .
“Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están
para morir” (Apoc. 3: 2). Esta es nuestra obra. Hay
muchos que están por morir espiritualmente, y el Señor
nos llama para que los fortalezcamos. El pueblo de
Dios ha de ser fiel al deber. Sus miembros han de estar
unidos por los lazos del compañerismo cristiano, y
deben ser fortalecidos en la fe hablando el uno al otro
con frecuencia de las preciosas verdades que les fueron
confiadas. Nunca deben altercar ni censurar. Deben
unirse en lo que atañe a la importancia de obedecer la
ley de Dios (Carta 179, 1902).
Año Bíblico: Núm. 18-20
Así también
vosotros; pues que
anheláis dones
espirituales, procu-rad
abundar en ellos
para edificación de
la iglesia.
(1 Corintios
14:12)
52. 52 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
11
Si Jehová no
edificare la casa,
en vano trabajan
los que la edifi-can;
si Jehová
no guardare la
ciudad, en vano
vela la guardia.
(Salmo 127: 1)
En el cielo no se hablan palabras desagra-dables.
No se cultivan allí pensamientos
hirientes. No hay lugar allí para la envidia, las malas
sospechas, el odio y la contienda. Una perfecta
armonía impregna las cortes celestiales.
...Cuiden siempre el padre y la madre sus pala-bras
y acciones. El esposo debe tratar a su esposa,
la madre de sus hijos, con el debido respeto, y la
esposa debe amar y reverenciar a su marido. ¿Cómo
podría ella hacerlo si él la trata como a una sirvienta.
en forma dictatorial, dándole órdenes, burlándose y
encontrando faltas en ella delante de sus hijos? De
esa manera la conduce a tenerle aversión y aun a odi-arlo.
Quiera Dios ayudar a los padres y a las madres
a abrir las ventanas del alma hacia el cielo y permitir
que el brillo de la luz de Cristo se introduzca en la
vida del hogar.
Padres y madres, introduzcan dulzura, brillo
y esperanza en la vida de sus hijos. La
amabilidad y el amor obrará maravillas. Nunca cas-tiguen
a un hijo en forma airada. Al hacerlo actúan
como niños crecidos que no han superado la irracio-nalidad
de la niñez ¿Se esforzarán fervientemente
para poder decir. “Mas cuando ya fui hombre, dejé
lo que era de niño”? (1 Cor. 13: 11).
Antes de corregir a sus hijos, asegúrense de
conversar con su Padre celestial. Cuando sus cora-zones
se hayan suavizado por la simpatía, conversen
con el que cometió el error. Si el asunto puede solu-cionarse
sin el uso de la vara, tanto mejor (Manuscrito
71, 1902).
Año Bíblico: Núm. 21-24
Corrige a
tu hijo, y te dará
descanso, y dará
alegría a tu alma.
(Proverbios 29:17)
53. Devocional Familiar 53
Febrero
.
12
Mas yo os
digo que de toda
palabra ociosa que
hablen los hom-bres,
de ella darán
cuenta en el día
del juicio. Porque
por tus palabras
serás justificado,
y por tus palabras
serás condenado.
(Mateo 12: 36,
37)
Dios desea que individualmente adoptemos
una posición que le permita ha-cernos
depositarios de su amor. Por considerar que el ser
humano es de muchísimo valor, lo redimió mediante
el sacrificio de su Hijo unigénito. Por lo tanto, en
nuestro prójimo debemos ver a alguien rescatado por
la sangre de Cristo. Si nos amamos entre nosotros,
continuaremos creciendo en amor por Dios y por la
verdad. Duele mucho el corazón al ver cuán poco
se cultiva el amor en nuestro medio. El amor es una
planta de origen celestial, y si deseamos que florezca
en nuestros corazones, debemos cultivarlo diari-amente.
La apacibilidad, la delicadeza, el no dejarse
irritar con facilidad, el soportar todas las cosas y el
ser paciente constituyen preciosos frutos del árbol
del amor.
Debemos vaciar el corazón de todo lo que
profane el templo del creyente para que
Cristo pueda habitar en él. Nuestro Redentor nos
ha dicho cómo podemos darlo a conocer al mundo.
Si apreciamos al Espíritu, manifestaremos amor por
los otros, velaremos por sus intereses, y si, gracias
a esos frutos, somos bondadosos, pacientes y per-donadores,
el mundo tendrá las evidencias de que
somos hijos de Dios. Es la unidad en la iglesia la
que nos capacita para ejercer una concienzuda influ-encia
entre los no creyentes y los mundanos (Review
and Herald, 5 de junio de 1888).
Año Bíblico: Núm. 25-27
Así, pues,
nosotros como colab-oradores
suyos, os
exhortamos también
a que no recibáis en
vano la gracia de
Dios. (2 Cor.6:1)
54. 54 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
13
Mas yo os
digo que de toda
palabra ociosa que
hablen los hom-bres,
de ella darán
cuenta en el día
del juicio. Porque
por tus palabras
serás justificado,
y por tus palabras
serás condenado.
(Mateo 12: 36,
37)
Los ángeles de Dios están velando sobre
nosotros. En esta tierra hay miles y dece-nas
de miles de mensajeros celestiales enviados por
el Padre para impedir que Satanás obtenga alguna
ventaja sobre aquellos que se niegan a caminar en el
sendero del mal. Y estos ángeles que guardan a los
hijos de Dios en la tierra están en comunicación con
el Padre en el cielo. “Mirad que no menospreciéis a
uno de estos, pequeños -dijo Cristo- ; porque os digo
que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de
mi Padre que está en los cielos” (Mat. 18: 10).
Las palabras impacientes y poco bondadosas
que pronunciamos en nuestros hogares son oídas por
los ángeles; ¿queréis encontrar en los libros del cielo
el registro de las palabras impacientes y apasionadas
que habéis expresado en vuestra familia?
La impaciencia trae al enemigo de Dios
y del hombre a vuestra familia y echa a
los ángeles de Dios. Si estáis viviendo en Cristo, y
Cristo en vosotros, no podéis hablar palabras aira-das.
Padres y madres, os suplico por el amor de
Cristo que seáis bondadosos, tiernos y pacientes
en vuestros hogares. Entonces entrará la luz y la
claridad del sol en vuestras casas y sentiréis que los
rayos brillantes del Sol de justicia están realmente
brillando en vuestros corazones.
La ausencia de las gracias del Espíritu de Dios
deja al hogar lleno de tinieblas e infelicidad. Vuestro
hogar debería ser un santuario bendito donde Dios
pueda acudir y donde sus ángeles santos puedan
ministraros (Dios Nos Cuida, 170).
Año Bíblico: Núm. 28-30
Mas yo os
digo que de toda
palabra ociosa que
hablen los hom-bres,
de ella darán
cuenta en el día
del juicio. Porque
por tus palabras
serás justificado
y por tus palabras
serás condenado.
(Mateo 12:36,37)
55. Devocional Familiar 55
Febrero
.
14
Mas yo
en
tu misericordia
he confiado;
mi corazón se
alegrará en tu
salvación.
(Salmo 13: 5)
Cuanto más revelemos el poder del Salva-dor
que mora en nosotros, más se manife-stará
su poder en nosotros. . .
Las pruebas son los instrumentos de Cristo para
perfeccionar las virtudes cristianas. . . Estas pruebas
no debieran hundir la fe del creyente, sino elevarla
a la altura de las circunstancias, para que ante todos
aparezca más preciosa que el oro que perece, aunque
sea probada por fuego. Cada prueba permitida está
diseñada para exaltar la verdad a una apreciación
más alta, para que sólo la alabanza a Dios esté en los
labios del verdadero discípulo de Cristo. . . .
El lado brillante y feliz de nuestra religión
será representado por todos los que se
consagran diariamente a Dios. Ellos le expresarán
su gratitud trayendo sus ofrendas de agradeci-miento.
No queremos deshonrar a Dios relatando
lúgubremente las pruebas que nos parecen penosas.
Todas las pruebas que se reciben como educativas
producirán gozo. Toda la vida religiosa será eleva-dora,
ennoblecedora, fragante de buenas palabras y
acciones. El enemigo está contento de que las almas
se quejen y tropiecen en el camino, que estén dep-rimidas,
apesadumbradas, gimiendo; porque Satanás
quiere que tales impresiones parezcan ser los efectos
de nuestra fe. El plan de Dios es que la mente no esté
en niveles bajos (Manuscrito 70, del 6 de noviembre,1897).
Año Bíblico: Núm. 31-33
Dad gracias en
todo, porque esta es
la voluntad de Dios
para con vosotros
en Cristo Jesús.
(1Tes.5:18)
56. 56 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
15
Es, pues, la
fe la certeza de
lo que se espera,
la convicción de
lo que no se ve.
I (Hebreos 11: 1) r a Cristo debe ser un ejercicio de la fe. Si lo
incorporamos a los quehaceres diarios, ten-dremos
paz, gozo y por experiencia, conoceremos
el significado de sus palabras: “Si guardarais mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como
yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y
permanezco en su amor” (Juan 15: 10). Nuestra fe
debe aferrarse a las promesas para que podamos per-manecer
en el amor de Jesús. Cristo dijo: “Estas cosas
os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y
vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15: 11).
Debemos mirar a Cristo y por la contem-plación
seremos transformados. Tenemos
que ir a él como una fuente abierta e inagotable de la
que podemos beber una y otra vez, y de la cual dis-frutaremos
siempre del fresco suministro. Necesita-mos
responder a la atracción de su amor para poder
alimentarnos del Pan de vida que descendió del
cielo, y beber del Agua de la vida que mana del trono
de Dios. Si deseamos que la fe nos una a su solio,
mantengámonos mirando hacia arriba. Si mira-mos
hacia abajo, quedaremos atados a la tierra. No
examine su fe como sí fuera una flor para saber si
tiene raíces. La fe crece imperceptiblemente (Bible
Echo, 15 de febrero de 1893).
Año Bíblico: Núm. 34-36
Acerquémonos
con corazón sincero,
en plena certidum-bre
de fe, purifica-dos
los corazones de
mala conciencia, y
lavados los cuerpos
con agua pura.
(Hebreos 10:22)
57. Devocional Familiar 57
Febrero
‘
.
16
Más del
árbol de la ciencia
del bien y del mal
no comerás; porque
el día que de él
comieres, cierta-mente
morirás.
(Génesis 2:
17)
Nuestros primeros padres, a pesar de que
fueron creados inocentes y santos, no
fueron colocados fuera del alcance del pecado. . .
Debían gozar de la comunión de Dios y de los santos
ángeles; pero antes de darles seguridad eterna, era
menester que su lealtad se pusiese a prueba. En el
mismo principio de la existencia del hombre se le
puso freno al egoísmo, la pasión fatal que motivó
la caída de Satanás. El árbol del conocimiento, que
estaba cerca del árbol de la vida, en el centro del
huerto, había de probar la obediencia, la fe y el amor
de nuestros primeros padres. Aunque se les per-mitía
comer libremente del fruto de todo otro árbol
del huerto, se les prohibía comer de éste, so pena de
muerte....
Dios hizo al hombre recto; le dio nobles
rasgos de carácter, sin inclinación hacia
lo malo. Le dotó de elevadas cualidades intelectu-ales,
y le presentó los más fuertes atractivos posibles
para inducirle a ser constante en su lealtad. La obe-diencia,
perfecta y perpetua, era la condición para la
felicidad eterna. Cumpliendo esta condición, tendría
acceso al árbol de la vida. . .
Mientras permaneciesen fieles a la divina ley,
su capacidad de saber, gozar y amar aumentarla con-tinuamente.
Constantemente obtendrían nuevos tes-oros
de sabiduría, descubriendo frescos manantiales
de felicidad, y obteniendo un concepto cada vez más
claro del inconmensurable e infalible amor de Dios
(Patriarcas y Profetas, págs. 29-31, 33).
Año Bíblico: Deut. 1-3
Fíate de
Jehová de todo
corazón, y no te
apoyes en tu propia
prudencia.
Reconócelo en
todos tus caminos
y el enderezará
tus veredas.
(Prov.3:5,6)
58. 58 “yo y mi casa serviremos a Jehová”
Febrero
.
17
Jehová el Señor
me dio lengua de
sabios, para saber
hablar palabras al
cansado; despertará
mañana tras mañana,
despertará mi oído
para que oiga como los
sabios.
(Isaías 50: 4)
Cada cristiano debería ser lo que Cristo fue
en su vida en esta tierra. El es nuestro
ejemplo, no solamente en su pureza inmaculada,
sino en su paciencia, cortesía y disposición amiga-ble.
Era firme como una roca en lo que atañía a la
verdad y al deber, pero era invariablemente bon-dadoso
y cortés... Su vida fue una perfecta ilus-tración
de la verdadera cortesía. Tenía siempre una
mirada amable y una palabra de consuelo para los
necesitados y los oprimidos.
Hablaba una palabra de simpatía aquí, una pal-abra
allá, al ver a los hombres cansados y obligados
a llevar pesadas cargas. Compartía sus cargas y les
repetía las lecciones que había aprendido de la natu-raleza,
del amor, de la misericordia y de la bondad
de Dios.
Trataba de inspirar esperanza en los más
rudos y poco promisorios, poniendo ante
ellos la seguridad de que podían llegar a ser sin tacha
y sin culpa, alcanzando un carácter que los haría apa-recer
como hijos de Dios...
La religión de Jesús ablanda todo lo que haya
de duro y áspero en el temperamento, y suaviza las
asperezas y las agudezas de los modales. Esta es la
religión que hace las palabras amables y el compor-tamiento
atractivo... Un cristiano bondadoso y cortés
es el argumento más poderoso en favor del Evange-lio
(Dios Nos Cuida, 177).
Año Bíblico: Deut. 4, 5
La palabra
de Cristo more
en abundancia en
vosotros, enseñán-doos
y exhortándoos
unos a otros con
toda sabiduría...
(Col.3:16 p.p.)
59. Devocional Familiar 59
Febrero
‘
.
18
No es bueno
que el hombre esté
solo; le haré ayuda
idónea para él.
Después de la creación de Adán, toda cria- (Génesis 2: 18)
tura viviente fue traída ante su presencia
para recibir un nombre; vio que a cada uno se le
había dado una compañera, pero entre todos ellos no
había “ayuda idónea para él”. Entre todas las criatu-ras
que Dios había creado en la tierra, no había nin-guna
igual al hombre. “Y dijo Jehová Dios: No es
bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea
para él” (Gén. 2: 18). El hombre no fue creado para
que viviese en la soledad; había de tener una natu-raleza
sociable. Sin compañía, las bellas escenas y
las encantadoras ocupaciones del Edén no hubiesen
podido proporcionarle perfecta felicidad.
Aun la comunión con los ángeles no hubiese
podido satisfacer su deseo de simpatía y
compañía. No existía nadie de la misma naturaleza
y forma a quien amar y de quien ser amado.
Dios celebró la primera boda. De manera que
la institución del matrimonio tiene como su autor
al Creador del Universo. “Honroso es en todos el
matrimonio” (Heb. 13: 4). Fue una de las primeras
dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos insti-tuciones
que, después de la caída, llevó Adán con-sigo
al salir del paraíso. Cuando se reconocen y
obedecen los principios divinos en esta materia, el
matrimonio es una bendición: salvaguarda la felici-dad
y la pureza de la raza, satisface las necesidades
sociales del hombre y eleva su naturaleza física,
intelectual y moral (Patriarcas y Profetas, págs. 26, 27).
Año Bíblico: Deut. 6, 7
La bendición
de Jehová es la
que enriquece, y no
añade tristeza con
ella. (Prov.10:22)