Clementina y Arturo son dos tortugas que se enamoran. Arturo comienza a regalarle objetos a Clementina para entretenerla, pero estos se van acumulando hasta que su casa se convierte en un rascacielos. Un día Clementina decide dejar la casa y empieza a viajar y hacer las cosas que le gustan, como tocar la flauta y pintar, siendo feliz. Arturo se queda solo y enfadado sin entender por qué se fue Clementina.