El documento describe un viaje por Bolivia que comenzó en La Paz. Durante el viaje, el autor observó paisajes hermosos pero peligrosos desde el autobús y experimentó la cultura boliviana como un "choque". En el pueblo de Tarabuco, el autor visitó una tienda que le recordó a su infancia. Finalmente, el grupo llegó a Coroico, un pequeño pueblo tranquilo donde pudieron descansar y recuperarse después de 25 días de viaje.
Narrativa Visual - layout y composicion como un storytelling.pdf
Viaje por Bolivia desde La Paz hasta Coroico
1. Comenzamos el viaje en La Paz, desde el Barrio de Fátima, por supuesto llovía y las mochilas viajaban en el techo cubiertas por las lonas. El único gil que se preocupaba por que no se mojaran era yo, así que mientras todos estaban acomodados y el chofer trabajando arriba del bus, yo miraba que estuvieran bien tapadas. Es importante mencionar que nuestros viajes a Bolivia, pero sobre todo el primero, fue un viaje a traves de su geografía pero sobre todo del tiempo y de su cultura. Todo fue un choque importante, agradable, pero choque al fin.
2. Ovejas listas para la venta en un mercado visto al pasar. Me gustó la textura del modelo, aunque no el destino. Los supermercados no existen y algunos almacenes se parecían agradablemente a los que recordaba de chico. En un pueblo llamado Tarabuco, entré en un almacén e inmediatamente experimenté un delicioso viaje en el tiempo, ya que el olor del mismo era igual al del almacén “de Gimenez”, al que iba de chico a comprar, con la listita escrita para no olvidarme, allí todo se vendía suelto, los fideos, el azucar, las galletitas, se me llenaron los ojos de lágrimas…
3. Por supuesto, lo que tanto temíamos se produjo, casi todo el viaje lo hicimos bajo una lluvia torrencial, que disminuía la visión a casi cero, todos nos enteramos de la novedad, menos el chofer, que “volaba” por la ruta, asfaltada, si, pero todo en curva y contracurva, todo precipicios bellísimos, pero para verlos de arriba. Esta es una de las pocas fotos que sacamos durante el viaje, ya que estabamos haciendo fuerza para que el bus se quedara sobre la ruta, se ve el precipicio al lado de la ruta y las cascadas que caen del otro lado.
4. Al final llegamos sanos y salvos, más tranquilos ya que la última parte del viaje, fue con sol y decidimos que no podíamos hacer nada para impedir lo inevitable. Llegamos a la terminal de Coroico, fuera de escala en relación al pueblo, allí se ven los buses listos para salir.
5. Coroico es chiquito, hermoso, tranquilo. Antes de viajar, cuando preguntábamos a los que conocían, que se podía hacer allí, nos contestaban… NADA, en Coroico vas a descansar. Creímos que era gente sin expectativas, pero cuando llegamos, entendimos, luego de 25 días de subir y bajar de buses y trenes y visitar y conocer y descubrir… Coroico era el momento del descanso, así lo hicimos y durante 3 días no hicimos nada más que dormir, tomar sol y recuperar los kilos que habíamos perdido.
6. La foto grande es nuestra habitación y su balcón, en donde el tiempo transcurría entre la escritura de nuestro libro de viaje, tomar mate o cerveza y ver a lo lejos las cambiantes siluetas de las nubes sobre las montañas. L as fotos chiquitas algunas vistas siempre distintas desde el hotel.
7. La foto grande, muestra la última parte del camino, ya llegando a Coroico, visto desde nuestro cuarto. La foto de arriba a la derecha muestra otra de las actividades de riesgo del hotel, la hamaca paraguaya y abajo vista de la pileta. El ritmo climatológico era el siguiente: durante toda la noche, lluvias torrenciales, la mañana semi nublada y desde el mediodía hasta la tardecita sol y calor, esto explica la exuberante vegetación .
8. Otra vista desde nuestro balcón, otra vista de la pileta. El gerente del Hotel, es un chico de Río Cuarto y su esposa una dinamarquesa que se conocieron viajando. La comida del hotel era espectacular, ya que era boliviana argentinizada y los postres europeos, por lo que se imaginarán lo fácil que se nos hizo recuperar los kilos perdidos.