1. Primera Lectura: de la profecía de Miqueas (2,1-5):
Salmo Responsorial: 9, 22-23.24-25.28-29.35
R/. No te olvides de los humildes, Señor
Evangelio: san Mateo (12,14-21):
Mansedumbre del Mesías
Tiempo Ordinario. Cristo quiere
que podamos descubrir y elegir la
Verdad sin imposiciones.
Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net
2. Primera lectura
Lectura de la profecía de Miqueas (2,1-5):
¡Ay de los que meditan maldades, traman iniquidades en
sus camas; al amanecer las cumplen, porque tienen el
poder! Codician los campos y los roban, las casas, y se
apoderan de ellas; oprimen al hombre y a su casa, al
varón y a sus posesiones.
Por eso, dice el Señor: «Mirad, yo medito una desgracia
contra esa familia. No lograréis apartar el cuello de ella,
no podréis caminar erguidos, porque será un tiempo
calamitoso. Aquel día entonarán contra vosotros una
sátira, cantarán una elegía: "Han acabado con nosotros,
venden la heredad de mi pueblo; nadie lo impedía,
reparten a extraños nuestra tierra." Nadie os sortea los
lotes en la asamblea del Señor.»
¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !
3. Salmo 9, 22-23.24-25.28-29.35
R/. No te olvides de los humildes, Señor
¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te escondes en el momento del aprieto?
La soberbia del impío oprime al infeliz
y lo enreda en las intrigas que ha tramado. R/.
El malvado se gloría de su ambición,
el codicioso blasfema y desprecia al Señor.
El malvado dice con insolencia:
«No hay Dios que me pida cuentas.» R/.
Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de fraudes;
su lengua encubre maldad y opresión;
en el zaguán se sienta al acecho
para matar a escondidas al inocente. R/.
Pero tú ves las penas y los trabajos,
tú miras y los tomas en tus manos.
A ti se encomienda el pobre,
tú socorres al huérfano. R/.
4. Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,14-
21):
En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de
acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de
allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos,
mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo
que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido,
mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu
para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará,
no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada
no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará, hasta
implantar el derecho; en su nombre esperarán las
naciones.»
¡Es palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
5. Oración
Señor, qué grande es tu sabiduría y amor. Humildemente te retiras
porque no era el tiempo, para quienes te perseguían, de conocer tu
verdad. Yo creo, espero y te amo, por eso pongo en Ti toda mi
esperanza. Confío en que ilumines mi oración para que, por medio
de ella, te ame más, porque Tú eres digno de ser amado sobre
todas las cosas.
Petición
Señor, haz que busque no tanto decir, sino ser un evangelizador
auténtico.
6. Meditación
La gracia de la misión necesita a nuevos evangelizadores capaces de
acogerla, para que el anuncio salvífico de la Palabra de Dios no
disminuya nunca, en las condiciones cambiantes de la historia.
Existe una continuidad dinámica entre el anuncio de los primeros
discípulos y el nuestro. En el transcurso de los siglos la Iglesia no ha
dejado nunca de proclamar el misterio salvífico de la muerte y
resurrección de Jesucristo, pero este mismo anuncio necesita hoy, un
renovado vigor para convencer al hombre contemporáneo, a menudo
distraído e insensible.
La nueva evangelización, por esto, deberá hacerse cargo de
encontrar los caminos para hacer más eficaz el anuncio de la
salvación, sin el cual, la existencia personal permanece en su
contradicción y privada de lo esencial.
También en quien permanece el lazo con las raíces cristiana, pero
vive la difícil relación con la modernidad, es importante hacer
comprender que el ser cristiano no es una especie de traje para
ponerse en privado o en ocasiones particulares, sino algo vivo y
totalitario, capaz de asumir todo lo que nos trae la
modernidad. (Benedicto XVI, 30 de mayo de 2011. )
7. Reflexión
Los primeros discípulos tal vez tuvieron la impresión de que Jesús, como
cualquier otro Rabbi, deseaba alcanzar fama y poder.
Disputó con los cultos y los calló, las muchedumbres lo siguieron y
demostró tener poderes increíbles. Después asumió comportamientos muy
peculiares como entrar de improviso en las ciudades, retirarse 40 días al
desierto para orar solo, mandó a uno que curó que no lo dijera a nadie. Tal
vez fue el momento cuando empezaron las dudas de Judas Iscariote, que
vio en Cristo a un caudillo liberador de Israel.
Pero, a pesar de nuestras humanas ambiciones de fama, éxito y honor no
era eso lo que Él buscaba. Los verdaderos actos de la obra de Jesús no
pudieron quedar desconocidos por mucho tiempo. Él prefirió no usar su
poder de Creador para presentarse ante los hombres como un súper
-humano.
Habría sido excepcionalmente potente. En cambio prefirió seguir la del
camino más difícil, de mayor sacrificio, para que el hombre pudiese
descubrir y elegir solo la Verdad sin imposiciones. Ha elegido ser el Buen
Pastor. ¿Y quiénes somos nosotros, criaturas, para decirle al Creador cómo
tiene que comportarse con su creación?
8. Propósito
Ahora que hemos intuido cuál es su modo de obrar, iniciemos en
nuestra vida los cambios necesarios para actuar como Cristo nos
pide.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, Tú siempre curas, física y espiritualmente, a quien se
acerca. Para Ti lo importante es curar el alma, pero sabiendo de
nuestras limitaciones humanas, también curas lo exterior. Lo único
que pides es una muestra pequeña de fe y esperanza. Por
intercesión de tu Madre, quiero colaborar en llevar este mensaje a
los demás, especialmente a mi familia. Que la extensión de tu Reino
sea el ideal que inspire, estimule, dirija y conforme mi vida.