1. Primera Lectura: del libro del Eclesiástico (44,1.10-15):
Salmo Responsorial: Sal 131
R/. El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre
Evangelio: san Mateo (13,16-17)
El sentido de las parábolas
Tiempo Ordinario. Jesús nos pide
docilidad y sencillez de corazón
para poder acoger sus palabras.
Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
2. Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (44,1.10-15):
Hagamos el elogio de los hombres de bien,
de la serie de nuestros antepasados. Fueron
hombres de bien, su esperanza no se acabó;
sus bienes perduran en su descendencia, su
heredad pasó de hijos a nietos.
Sus hijos siguen fieles a la alianza, y también
sus nietos, gracias a ellos. Su recuerdo dura
por siempre, su caridad no se olvidará.
Sepultados sus cuerpos en paz, vive su fama
por generaciones; el pueblo cuenta su
sabiduría, la asamblea pregona su alabanza.
¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !
3. Salmo 131
R/. El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.» R/.
Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Esta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.» R/.
«Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.» R/.
4. Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,16-17):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: «¡Dichosos vuestros
ojos, porque ven, y vuestros
oídos, porque oyen! Os aseguro que
muchos profetas y justos desearon ver
lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír
lo que oís y no lo oyeron.»
¡Es palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
5. Oración
Jesús, la fe, esperanza y caridad son los bienes espirituales
que me has regalado en mi bautismo. Cuando ejercito mi fe, mi
esperanza y mi amor, tu gracia se multiplica y me enriquece. En
esta oración, además de agradecerte estos dones, que son la
dicha de mi vida, te suplico me permitas ver y oír lo que me
quieres decir hoy.
Petición
Señor, dame más fe, esperanza y amor, para corresponder
mejor a tu gracia.
6. Meditación
Con esto hemos vuelto a las palabras del Señor sobre el mirar y no ver, el oír y
no entender.
Jesús no quiere transmitir unos conocimientos abstractos que nada tendrían que
ver con nosotros en lo más hondo. Nos debe guiar hacia el misterio de
Dios, hacia esa luz que nuestros ojos no pueden soportar y que por ello
evitamos.
Para hacérnosla más accesible, nos muestra cómo se refleja la luz divina en las
cosas de este mundo y en las realidades de nuestra vida diaria.
A través de lo cotidiano quiere indicarnos el verdadero fundamento de todas las
cosas y así la verdadera dirección que hemos de tomar en la vida de cada día
para seguir el recto camino.
Nos muestra a Dios, no un Dios abstracto, sino el Dios que actúa, que entra en
nuestras vidas y nos quiere tomar de la mano.
A través de las cosas ordinarias nos muestra quiénes somos y qué debemos
hacer en consecuencia; nos transmite un conocimiento que nos
compromete, que no sólo nos trae nuevos conocimientos, sino que cambia
nuestras vidas.
Es un conocimiento que nos trae un regalo: Dios está en camino hacia ti. Pero es
también un conocimiento que plantea una exigencia: cree y déjate guiar por la
fe. (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 80.)
7. Reflexión
Cuando un médico quiere poner una vacuna, necesita que el paciente relaje sus
músculos y sea dócil, porque si no, la aguja le hará daño y puede quedarse sin
recibir la medicina.
Dios regaló a su pueblo una Ley e hizo con él una Alianza. De esta manera le
preparó para la venida de su Hijo. Sin embargo, algunos endurecieron el
corazón y no fueron capaces de acoger la Revelación. Por eso Jesús se
muestra triste en este pasaje evangélico, porque Él era el cumplimiento de lo
que anunciaron los profetas y justos y muchos no supieron recibirle.
Las palabras desconcertantes: "al que tiene se le dará de sobra, y al que no
tiene, se le quitará hasta lo que tiene" se refieren al aumento o disminución de
la capacidad para entender el mensaje de Cristo. Unos comprenderán y se
alegrarán con esa luz, pero los que se endurecen voluntariamente quedarán
más confundidos.
Jesús nos pide docilidad, sencillez de corazón, apertura para poder acoger sus
palabras. Aunque es posible que no nos sintamos capacitados para ello. En
este caso, debemos pedirle confiadamente: "Señor, ayúdame, haz que vea, que
comprenda lo que quieres decirme".
8. Propósito
Comprometerme con Dios al aplicar, a mi propia vida, las
enseñanzas de las parábolas del Evangelio.
Diálogo con Cristo
Se puede ver y oír el mundo y sus acontecimientos con la pura
razón o, además de ésta, con fe, esperanza y caridad. Así se
puede ver un mundo limitado, pasajero temporal, o, un mundo
ilimitado de posibilidades y realizaciones, perdurables y eternas.
También, puedo reducir mi conocimiento de Cristo sólo a mi
razón o buscar experimentar su presencia y su amor.
Ayúdame, Espíritu Santo, dame la gracia para crecer en la fe, la
esperanza y el amor para ver y oír a Cristo, al mundo y a los
demás, como Tú quieres que los vea.