El documento discute la brecha digital y cognitiva y los factores que contribuyen a ella, como los recursos económicos, la geografía, la edad, el sexo, el idioma, la educación y el empleo. También describe cómo el enfoque basado en el desarrollo humano y la autonomía debería permitir una mejor aplicación de los derechos universales y las libertades fundamentales para mejorar la lucha contra la pobreza.
1. “INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Dr. JUAN PUJOL”
CARRERA:::: Profesorado de la Educación Secundaria en Informática
ESPACIO CURRICULAR: Espacio de Opción Institucional
Profesor: Gustavo Martínez
Integrantes: Fleita, Andrés Fidel; Fleita, Verónica Teresa; Flores Sabrina; Leiva, Yanina
1) Brecha Digital y Brecha Cognitiva:
La exclusión de la información no solo es una cuestión de acceso y conexión, sino
también de contenido. Tiene que ver tanto, con la brecha digital como con la brecha
cognitiva y guarda relación con los obstáculos educativos culturales y lingüísticos, que
hacen de internet un objeto extraño e inaccesible para las poblaciones que han
quedado confinadas en los márgenes de la mundialización.
2) El primero de los cuatro principios que la organización ha enunciado en la primera
parte de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información: El primero de esos
principios es el acceso universal a la información ,como veremos más adelante ,este
principio trasciende la cuestión de la brecha digital ,ya que se refiere también al lugar
que debe ocupar el “Dominio público” del conocimiento en la estructuración mundial
de los derechos, comprendidos en el derecho de propiedad intelectual y la protección
del derecho de autor.
3) Recursos Económicos: El precio todavía muy elevado de un ordenador y de las
telecomunicaciones para los particulares en los países del Sur, así como el costo
elevado de las inversiones en infraestructuras, representan un poderoso factor de
desigualdad. Geografía: La asimetría entre las ciudades y el campo crea situaciones de
profunda desigualdad. En los países del Sur, las dificultades para acceder a la tierra y al
crédito, la libre circulación de la mano de obra, las deslocalizaciones y el impacto de
los media han provocado un desarrollo sin precedentes de las zonas urbanas en
detrimento de la participación de las regiones rurales en la revolución de las nuevas
tecnologías. Edad: Los jóvenes se sitúan a menudo en cabeza con respecto a la
utilización de las innovaciones tecnológicas y sus aplicaciones, pero constituyen un
público especialmente vulnerable a las dificultades económicas y sociales. Sexo: Las
desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito de las nuevas tecnologías es otra
faceta de la brecha digital. En efecto, casi los dos tercios de los analfabetos del mundo
son mujeres. Lengua: Representa un obstáculo importante para la participación de
todos en las sociedades del conocimiento. El auge del inglés como vector de la
mundialización restringe la utilización de los demás idiomas en el ciberespacio, tal
como puede verse en el Capítulo 9 del presente Informe. La educación y la
2. procedencia sociológica o cultural: Desde mediados del siglo XIX la escuela obligatoria
permitió afrontar los desafíos planteados por la primera y segunda revoluciones
industriales. El empleo: En muchos países, el acceso a Internet sólo se efectúa en los
lugares de trabajo y los “cibercafés”, que dictan mucho de estar al alcance de todos los
bolsillos. La brecha tecnológica va a menudo unida a la brecha en materia de empleo.
Integridad Física: En el año 2000, sólo un 23,9% de los discapacitados poseía un
ordenador personal en los Estados Unidos, mientras que esa proporción ascendía al
51,7% en el resto de la población. Como la mayoría de los discapacitados suelen estar
confinados en sus domicilios, Internet representa para ellos una posibilidad única de
reinserción social. Sin embargo, los discapacitados acumulan desventajas económicas,
culturales o psicológicas que contribuyen a ahondar la brecha digital. Es preciso
reconocer los esfuerzos de los constructores para crear instrumentos que facilitan la
utilización de los ordenadores por los discapacitados.
4) El enfoque basado en el “desarrollo humano” y la “autonomía”, que es un elemento
central de la noción de sociedades del conocimiento, debería permitir una mejor puesta en
práctica de los derechos universales y las libertades fundamentales, mejorando al mismo
tiempo la eficacia de la lucha contra la pobreza y de las políticas de desarrollo. El auge de
las sociedades del conocimiento exige que se anuden nuevos vínculos entre el
conocimiento y el desarrollo, ya que el conocimiento es tanto un instrumento para
satisfacer las necesidades económicas como un componente pleno del desarrollo. En las
sociedades del conocimiento emergentes, no cabe contentarse con proponer algunas
reformas para reducir la desigualdad de acceso a la sociedad mundial de la información y
luchar contra las disparidades económicas y educativas subyacentes. Los que figuran en
primer lugar la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y los dos Pactos de
1966: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales. En efecto, el conocimiento y la educación
constituyen las garantías más sólidas de los derechos. En la Constitución de la UNESCO se
recuerda ese vínculo entre la dignidad humana y la “difusión de la cultura y la educación
de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz”. Los derechos y libertades
fundamentales son y serán un elemento esencial de las sociedades del conocimiento. Tal
como la UNESCO ha reiterado durante los preparativos de la Cumbre Mundial sobre la
Sociedad de la Información, “la utilización de las tecnologías de la información y la
comunicación para edificar sociedades del conocimiento orientarse hacia el desarrollo del
ser humano basado en los derechos de éste”.