Curso nivelación maestría trabajo final flor solari
Tango Rioplatense
1. Tango Rioplatense Se utiliza la expresión “tango rioplatense” para asignarle vigencia común en ambas márgenes del plata y por su origen impreciso. Esta postura es propia de esta región, pues a nivel internacional desde principios del siglo XX se lo nombra como “tango argentino”. En el extranjero se rotula así sin esbozarse una participación uruguaya en su génesis o repertorio.
2. Durante las dos primeras décadas del siglo XX se intenta rioplatinizar el tango, tal postura no queda reflejada cuando se rastrea la presencia uruguaya en las ediciones de partituras o discos; tampoco resulta abrumadora en la década del ’20. Según Eduardo Colinet en el prólogo del libro de Alberto Alonso afirma que la primer orquesta en el Uruguay se formó en 1916. En Argentina ya existían composiciones tales como: “Alma de bohemio”, “El entrerriano”, “Rodríguez Peña”, “El amanecer”. Para ese año se estaban gestando “re, fa, si”, Comme il faut", "Ojos negros", "Mi noche triste". Las orquestas de esa época: Firpo, Arola, Pacho, Greco y Canaro (uruguayo, radicado en argentina desde niño)
3. Tango en la Argentina Se había instalado por lo menos desde 1890. Esto sucedía en los escenarios teatrales, en los salones de baile de todo tipo y para todas las clases sociales, con cientos de compositores, intérpretes y público masivo. A partir del cambio de siglo, continuó con las obras de Villoldo, Campoamor, Saborido, Bevilacqua y otros. El tango también se difundió en el interior como Rosario o Córdoba
4. Tango en el Uruguay Testimonio de un testigo protagónico: el pianista uruguayo Alberto Alonso en su ensayo titulado "La cumparsita - Historia del famoso tango y de su autor", editado por Mosca Hnos. S.A. de Montevideo, en 1966. Titula al primer capítulo "La avanzada del tango": «Montevideo, venía rezagado en la carrera tanguística que se había iniciado auspiciosamente en la vecina orilla y se desarrollaba con caracteres bien definidos. Y aunque desde principios del siglo ya actuaban algunos guitarristas "milongueros", no había aquí músicos tangueros propiamente dichos.» (página 13).
5. Montevideo se hallaba rezagada como dice Alonso, por lo menos unos 25 años. Alonso también comenta se destacaba un pianista llamado Carlos Nieto, siendo especialista en “milongones”. Desarrollaba su arte, "sin adaptarse a lo que en materia de tango se estilaba en Buenos Aires"» (página 13). Alonso se volcó con ahínco a los tangos de Villoldo, pues comprendía «cuánta enseñanza encerraban las obras del maestro», a las cuales extraía «toda la savia que habría de orientar mi oficio de músico tanguero» (página 13). Por lo cual, el genuino precursor del tango habría sido Ángel Villoldo y no un oriundo del Uruguay. Si un uruguayo testigo de época, afirma que recién hacia 1907 se inició la era tanguera, teniendo en cuenta la antigüedad del tango argentino que había comenzado por lo menos desde 1890, cabe cuestionarse una supuesta "rioplatinidad", pues implicaría haber tenido desarrollos paralelos. Tal concepto pueda aplicarse específicamente desde mediados de la década del '30 en adelante. Por lo tanto, deberían precisarse los alcances cronológicos de las denominaciones.
6. En Uruguay solo tres orquestas grabaron entre 1917 y 1929: l as típicas Alonso-Minotto (1917), Minotto (1922) y Donato - Zerrillo (1929), esta última, a casi 20 años de distancia de la Orquesta Típica Criolla Greco (1910). Tres orquestas en doce año, marca diferencia con el número de orquestas Argentinas que llegaron al disco en igual período En cuanto a la comercialización de discos los mercados uruguayo y argentino eran uno solo pero nutrido en su mayoría por intérpretes Argentinos.
7. Aporte del tango uruguayo Según las investigaciones de Daniel Indart, habría sido en Montevideo, donde se escuchó y bailó por primera vez el tango, en el Cubo del Norte, a fines del siglo XIX. Años más tarde, se funda la Academia San Felipe y Santiago de Montevideo, donde por primera vez se forman milongueros. El propio Jorge Luis Borges afirma que la milonga nación en la margen Oriental del Río de la Plata, en su poema “Milonga para los orientales”, y que seguramente es el mismo origen del tango. Los títulos de tango uruguayo que se han registrado en AGADU de Montevideo, suman 17.000. Dos ejemplos de la calidad del tango uruguayo son: “La comparsita” del uruguayo Gerardo Matos Rodríguez; y “La puñalada” de Horacio “Pintín” Castellanos. Además de los ya citados, Gerardo Matos Rodríguez y Pintín Castellanos, otras de las grandes figuras del tango uruguayo son: Carlos Gardel, José Razzano, Julio Sosa, Francisco Canaro, y otros. Más recientemente podemos añadir a la lista a: Horacio Ferrer, César Zagnolli, Luis Di Matteo, Gustavo Nocetti, Malena Muyala, Olga Delgrossi, Alberto Rivero, entre otros.