Este documento describe la importancia de la implicación familiar en el desarrollo de los niños, especialmente aquellos con TDAH. Explica que los niños aprenden observando el comportamiento de sus padres y otras figuras cercanas, y que los padres deben servir como buenos modelos a seguir. También enfatiza la necesidad de consistencia, paciencia y comunicación asertiva dentro de la familia para ayudar a los niños a desarrollar conductas apropiadas.
2. Desde que nacen los niños aprenden del ambiente que los rodea.
Pero los niños no sólo aprenden a cómo actuar de sus padres,
sino que las personas cercanas al niño participan de este
proceso de aprendizaje (hermanos, abuelos, profesores,
compañeros del colegio) es a ellos a quienes los niños observan
y también son ellos los que muestran al niño diferentes formas
de comportarse.
Los niños imitan o copian a sus padres mediante la observación
directa diaria: la forma que hablan, los gestos y la forma en la
que se relacionan con otras personas y afrontan las situaciones.
Esta fase de aprendizaje crítico, conocido como Modelado o
aprendizaje por observación como describe Bandura (1983)
ocurre constantemente y juega un papel importante en el
comportamiento de los niños.
En el caso de los niños con Trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH) este aprendizaje se da de forma más
acusada, al actuar de forma impulsiva y en usencia de
reflexibilidad.
3. Los padres son el ejemplo continuo de la conducta del niño y
como tal, deben reflejar en todo momento con su
comportamiento el ejemplo que quieren que su hijo adopte. Si
tenemos un hijo con hiperactividad e impulsividad, debemos
procurar a la hora de actuar, tomar conciencia de que debemos
actuar de forma reflexiva, prever las consecuencias atendiendo a
los posibles efectos de nuestros actos y empleando y enseñando
estrategias de autocontrol (respiración, pausa, valorar el riesgo,
etc.)
Muchos padres ven a sus hijos como pequeñas versiones de sí
mismos y en cierta forma esto es cierto. En ocasiones los padres
se sienten orgullosos cuando ven que sus mejores cualidades se
reflejan en el proceder de sus hijos, pero por otro lado les cuesta
mucho aceptar que los niños también copian de ellos conductas
no tan agradables, ya que los padres a veces no se dan cuenta de
que están actuando de forma contraproducente a la enseñanza y
educación de sus hijos. Cuando tenemos un hijo/a con TDAH
debemos siempre atender a nuestra conducta y actitud,
manteniendo siempre una conducta de autoevaluación de
nuestro comportamiento y formas de relacionarnos con los
demás acorde con lo que deseamos que nuestros hijos
desarrollen.
4. Los padres suelen ser modelos a los que el niño/a imita y
admira, por lo que es recomendable dar una imagen adecuada.
Los niños aprenden más sobre lo que observan en nuestros
propios actos que sobre aquellas cosas que les decimos deben
hacer. En este sentido, la coherencia es un pilar esencial en la
educación de los hijos, y especialmente en los niños/as con
TDAH.
El modelar un buen ejemplo para los niños no se va a reflejar en
un cambio inmediato en su comportamiento. Para que el niño
adopte el modelo al que se le expone necesita observar, asimilar
y luego aplicar la conducta que ve y esto es un proceso que lleva
tiempo. Esta es la razón por la cual, paciencia y constancia son
herramientas esenciales para los padres que quieren ayudar a
sus hijos a modificar su comportamiento. Un niño que crece en
un entorno con consistencia en sus rutinas, en las reglas que se
usan en la familia, y en la forma en que se le habla, desarrolla
seguridad y confianza en sí mismo y en los demás.
5. Los niños que crecen en un entorno con consistencia en la
forma que son tratados, son más relajados y se sienten
cómodos con el ritmo cotidiano para comer, dormir y
jugar. Teniendo esto en cuenta, la consistencia en la rutina
es una importante herramienta para los padres que
quieren modificar un específico comportamiento de sus
hijos.
Apreciar la importancia del trabajo y el establecimiento de
metas son algunos de los valores, que sin proponérselo,
pueden inculcar en sus hijos a través de su propia actitud
ante la vida, sin necesidad de darle una conferencia de la
importancia del trabajo en la vida de una persona. Aquí es
donde los niños adquieren valores como la valentía, la
integridad, la autenticidad, pero también, actitudes como
la condescendencia, arrogancia, la soberbia.
6. Una forma sencilla de modelar el comportamiento social
de los niños con TDAH es cuando los padres enseñan a
sus hijos a saludar a los demás y los integran en su círculo
social.
A menudo, cuando visitamos a amigos o familiares, sin
importar la edad, los niños son sometidos a un curso
acelerado en la etiqueta de saludo, en el momento antes
de tocar el timbre, de presentarse, hablar en público, etc.
Por otra parte cuando llega el momento de despedirse,
muchas veces son físicamente obligados a abrazar alguien
o que uno de los adultos levante el brazo del niño
haciéndoles hacer el gesto de adiós. A pesar de todo esto
nada garantiza que el niño va a recordar estos rituales y
mucho menos que colabore en cumplirlos la siguiente vez
que esté en esa situación.
7. Por otro lado, un niño que siempre ve a sus padres
saludar a amigos, extraños y compañeros de trabajo
recibe el mensaje que saludar es parte de la vida
entre seres humanos y si a eso se suma una
explicación paciente de la importancia del saludo, el
niño adoptará el saludo como parte de interacción
con otras personas. Obviamente estos
comportamientos no son asimilados de un día para
otro, los niños buscan patrones y consistencia incluso
en las interacciones de los padres para encontrar el
modelo de comportamiento y el entrenamiento y
enseñanza de las habilidades sociales y las
habilidades de comunicación es un proceso de
aprendizaje paulatino, que requiere de explicaciones,
ejemplos y observación directa de actuaciones reales.
8. Cuando nuestro hijo está especialmente activo es
conveniente intentar mantener un aire calmado ante sus
ojos y utilizar un tono de voz adecuado (pausado, sereno y
sin crispación cuando le pedimos que cumpla alguna
norma). Esta actitud favorece la imitación y no excluye el
ser firme ante la petición de una conducta adecuada
(López Villalobos y cols., 2008).
Del mismo modo, las sutilezas en algunas de las
interacciones también pueden influir al niño/a. Los niños
perciben matices en el comportamiento de sus padres,
como ironías, expresiones faciales de enfado, frustración,
rechazo, o formas de interacción agresivas y/o pasivas
hacia los demás mediante el tono de voz, el lenguaje
empleado, etc.
9. En el caso de los niños con TDAH donde
tienen más dificultades estas formas sutiles
de comportamiento social y comunicación
como la interpretación de actos de habla
indirectos y frases hechas, metáforas, dobles
sentidos, ironía, etc., (Crespo et al., 2007)
estas formas de comunicación pueden dar
lugar a malentendidos y falta de comprensión
de las escenas llevando al niño al equívoco y
el aprendizaje erróneo.
10. Los padres a menudo consideran que para ser un
buen modelo, tienen que convertirse en una persona
completamente diferente cuando el niño está
presente. Sin embargo, es imposible ser dos personas
completamente diferentes.
Desde edad temprana los niños pueden percibir esta
dualidad. Algunos estudios han encontrado que los
niños empiezan a comunicarse mediante la lectura de
las expresiones faciales y pueden notar la diferencia
entre una sonrisa sincera y una que esconde el dolor.
Por esta razón, es importante que los padres sean
auténticos en sus interacciones con los hijos, y
especialmente si tienen Trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH).
11. En un esfuerzo por proteger a sus hijos de malestar o tristeza, hay
padres que prefieren mantener las conversaciones adultas lejos de los
oídos del niño y en privado. Lógicamente que es saludable para a un
niño no presenciar cierto tipo de conversaciones que no pueda entender
o no sea adecuado para su edad, pero cuando se produce una discusión
en el hogar a pesar de no producirse delante del hijo/a, es inevitable
que luego el ambiente esté más tenso y el niño ante ese clima de
tensión. Además considerando la frustración de los padres de no poder
esconder sus sentimientos reales, modelan ante el niño una conducta
dual y falsa. Todo esto puede conducir a que el niño desarrolle un
mecanismo de autodefensa ante situaciones serias. En estos casos, si no
se le da una explicación al hijo el niño puede no entender que está
ocurriendo y puede hacer interpretaciones erróneas, lo mejor es decirle
al niño que hay una situación especial y explicarle en forma breve y
simple, y considerando la edad del niño, que a veces hay situaciones
complicadas y no agradables, pero que los adultos van a tratar de
solucionar el problema y asegurarle al niño que él va a estar bien.
12. Las discusiones son parte del funcionamiento normal de una familia,
pero los padres deben hacer un esfuerzo por intentar solucionar las
discrepancias empleando herramientas como la asertividad y la empatía.
Dando lugar a espacios de discusión o diferencia de ideas, donde cada
miembro tenga en consideración al otro, hable desde sus propios
sentimientos teniendo en cuanta los sentimiento de la otra persona,
intenten acercar postura desde la reflexión, eviten la acusación y la
culpabilización, planteen los asuntos con perspectivas y controlen las
formas y las expresiones verbales y físicas, enseñarán a sus hijos a que
existen formas positivas de resolver conflictos interpersonales con los
compañeros, los amigos, los familiares, etc.
A veces los niños son testigos de situaciones muy intensas, de peligro o
una tragedia. Especialmente en estos casos, es importante hacer frente a
lo que está sucediendo y tranquilizar a los niños asegurándoles que todo
está bajo control y que finalmente todo pasará. Este tipo de conducta le
está enseñando al niño cómo mantener el control durante situaciones
difíciles, evitando actuar de forma impulsiva y reflexionar sobre la difícil
situación difícil.
13. A menudo, los niños con TDAH experimentan las emociones de forma
más intensa, debido a que presentan dificultades en la autorregulación
emocional (Albert et al., 2008), por lo que responden con ira o enfado
intenso, ante una situación de perdida, frustración o de conflicto,
desilusión o desánimo cuando no alcanzan sus objetivos o cometen un
error, o incluso la felicidad extrema cuando se avecina un
acontecimiento que les interesa Estas vivencias de emociones extremas
provocan respuestas impulsivas y precipitadas y situación de riesgo o
problemáticas.
Los niños también prestan atención cómo sus padres actúan cuando
están frustrados, enojados o abrumados por la emoción. En resumen, un
padre que golpea una puerta con ira inevitablemente tendrá en algún
momento también un par de manos pequeñas golpeando una puerta.
Por esta razón, es importante reconocer la existencia de situaciones que
despiertan emociones negativas cuando es el momento apropiado, en
lugar de tratar de esconderlas y plantear la situación de que existe una
situación conflictiva o tensa y es el momento de resolverla de forma
asertiva.
14. Considerando la influencia del comportamiento de los padres en los
niños, es importante que las personas que pasan tiempo con ellos,
cuando los padres no están, tengan los valores y normas de conductas
que los padres quieren que sus hijos tengan como ejemplo. Esta quizás
es una de las condiciones más importantes para los padres cuando van a
contratar a un profesional para hacerse cargo del niño en su ausencia.
No sólo debe ser un profesional de confianza, además debe exhibir
hábitos y valores que están en consonancia con los de la familia, lo cual
es de suma importancia. Debemos instruir a las personas con las que
dejamos a cargo a nuestros hijos con TDAH, en cómo es el Sistema de
Normas y Límites de nuestra casa, cuáles son las conductas que
consideramos aceptables y cuáles no, qué organización del espacio y
tiempo existe en el hogar y que expectativas deben tener de cara al
funcionamiento del mismo, con el fin de no romper con la dinámica de
educación y modelado frente a los niños.
Hay que tener en cuenta que un niño nunca deja de buscar a sus padres
para obtener ejemplos sobre cómo modelar su propio comportamiento.
Esto puede hacer a reflexionar a los padres sobre cómo un observador
externo podría percibir su interacción con otras personas.
15. Actuar armónica y coordinadamente en la educación de su hijo evitando
contradicciones entre ellos, así como desacreditarse o culpabilizarse mutuamente.
Actuar con responsabilidad y apoyarse, recordando que la educación de un hijo/a
con TDAH es una tarea compartida y en ocasiones suficientemente complicada
como para estar continuamente valorando quién es el responsable de su
educación o las cosas que hace mal el otro miembro de la pareja.
Hacer que las cosas sean predecibles y establecer momentos y lugares, con
horarios determinados donde el niño/a pueda moverse más libremente, e incluso
ruidosamente.
Resolver los desacuerdos que atañen a aspectos relacionados con el hijo/a de
forma privada
Resolver los pequeños desacuerdos de forma abierta en familia de manera asertiva
y con una comunicación positiva enseñando y sirviendo de ejemplo positivo a su
hijo a resolver los problemas de forma óptima y respetuosa.
16. Albert, J., López-Martína, S., Fernández-Jaénb, A. y Carretié, L. (2008).
Alteraciones emocionales en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad:
datos existentes y cuestiones abiertas. Revista de Neurología, 47(1), 39-45.
Bandura A. (1983). Principios de modificación de conducta. Salamanca: Ediciones
Sígueme.
Crespo, N, Manghi, D., García, C. y Cáceres, P. 82007). Déficit de atención y
comprensión de significados no literales: interpretación de actos de habla
indirectos y frases hechas. Revista de Neurología; 44(2), 75-80.
López Villalobos J.A, y cols. (2008). Trastorno por déficit de atención con
hiperactividad: orientaciones psicoeducativas para los padres. Revista Pediatría de
Atención Primaria, 10(39).
http://extension.missouri.edu/explorepdf/hesguide/humanrel/gh6115.pdf
http://www.marshfieldnewsherald.com/article/20120706/MNH04/207060367/Co
lumn-Caregivers-aid-early-childhood-brain-development
17. Evitar verbalizar delante del resto de los miembros sentimientos de fracaso, culpa
o victimización ante las situaciones desafortunadas. Plantear alternativas ante
situaciones difíciles o problemas con expectativas realistas y optimistas.
Repartir las tareas de casa entre todos los miembros (incluidos los hijos) de forma
equitativa y coordinada, dando a cada uno de ellos tareas que puedan realizar,
ayudando a construir de manera conjunta en la organización del hogar.
Disculparse públicamente ante la pareja, los hijos, familiares cuando no se ha
hecho lo debido dando ejemplo de cómo se actúa cuando uno comete un fallo
ante los demás.
Asumir públicamente los errores, afrontar las consecuencias y resolver la situación
de forma óptima enseñando al hijo/a cómo proceder de manera correcta en estos
casos.
Escuchar a todas las partes antes de tomar decisiones y dejando espacio para el
entendimiento y la comprensión de las situaciones personales antes de actuar y de
tomar medidas.
Estructurar la planificación ambiental, anticipándose a situaciones de riesgo para
el mal comportamiento, y planteando alternativas de comportamiento positivo.