El tacto es uno de los cinco sentidos que nos permite percibir la forma, textura, peso, dolor y temperatura a través de cinco tipos de receptores en la piel. Estos receptores, llamados corpúsculos, envían información al cerebro sobre estímulos detectados y se especializan en la detección de peso, calor, forma, frío y dolor. El tacto depende de la dermis, la capa media de la piel, que alberga los órganos sensoriales.