2. La función de la droga
es básicamente como
sustituto de un rasgo,
y/o representante de
una relación, y más
especialmente de un
modo de relación
considerado como
irremplazable en tanto
este modo de relación
constituye a la persona,
siendo la base de su
personalidad y de su
carácter.
3. Si entendemos esta función de la droga es fácil entender también por
qué es capaz de subyugar a una persona de manera tal de dejarla
indefensa frente a su tiranía. Es decir, ya no podemos abogar de
manera simplista por el poder químico que la droga aporta como
cualidad fundamental; tenemos que agregarle el valor psíquico que
representa.
4. Por lo que, las frases típicas de los mal
llamados “drogodependientes”:
“No puedo concebir mi vida sin las drogas”;
“si no consumo drogas, mi vida no tiene
sentido”; Etc.
Se nos aparecen como algo mucho más claro
y legible.
Ya de ninguna manera podemos figurarnos
que se tratan de frases carentes de sentido o
de realidad, ni mucho menos desecharlas
como erróneas tan solo porque no estemos
de acuerdo con ello.
5. Una vez, escuché decir a un terapeuta de un paciente
“drogodependiente” que ya no sabía qué hacer con él, porque tan solo
hablaba con frases como esas y no había manera de “hacerlo hablar de
otra cosa”. Todos sus esfuerzos por hacerlo-cambiar-de-tema fueron en
vano.
Y es lógico que así suceda.
Imaginémonos por un instante, cualquier situación angustiante por la
que hallamos pasado, lo que sea. Mientras nos duró la angustia y hasta
que no pudimos resolver el conflicto e incluso hasta que no pasó algún
tiempo en que resolvimos el conflicto, no dejamos de hablar de ello, en
cuanta ocasión se nos presente, pudiendo cualquiera decir, con todo
derecho, que ese tema era el único que nos interesaba con exclusión de
cualquier otro.
6. Lo peor que uno puede hacer con alguien que manifiesta algo que
nos parece ilógico o sin sentido es dejar de escucharlo. Que nos
parezca ilógico o sin sentido no quiere decir que no tenga una lógica
y un sentido sino que nosotros no pudimos captarlo.
7. discurso
Respecto de la subjetividad:
Es un medio de expresarse, mediante el recorte de determinado conjunto de
palabras, articuladas de una manera representativa de la persona.
Es decir, no es lo que dice el discurso sino el cómo lo dice, con los recursos
con los que expresa lo que dice lo que representa a esa subjetividad.
Respecto del sujeto:
El discurso es un medio en el que se expresa pero también en el que se recrea
y se reinventa como sujeto, dado que ese discurso es representativo del
conjunto del cual el sujeto es producto; es decir, la subjetividad.
8. Respecto de la historia del sujeto:
El discurso es una manera en la que se evidencia parte de la historia del
sujeto.
Respecto de la afectividad:
El discurso es vehículo de afectividad por lo dicho en sí y porque al ser la
forma en la que parte de la historia del sujeto se le evidencia o revela, tiene
el valor de verdad histórica, y por lo tanto, se asocia a él, una valorización
afectiva genuina por más que el sentido del discurso sea falso, falseable o
bien, mentiroso.