Artículo de opinión de Francisco Quiñones

1. REFLEXIONES JUNTO A
LA FUENTE TAZA
Lo cortés no quita lo
valiente
“¿Da usted su acuerdo a la ratificación de la iniciativa prevista en el
artículo ciento cincuenta y uno de la Constitución a efectos de la
tramitación por el procedimiento establecido en dicho artículo”. Sí, con este
endemoniado texto nos preguntaron a los andaluces el día 28 de Febrero de 1980,
si queríamos acceder al sistema autonómico, previsto en la Constitución del 78, por
el Art. 151 y equipararnos, de esta forma, a las llamadas Comunidades Históricas:
Cataluña, Galicia y País Vasco. Llegamos a esta situación por decisión del
Gobierno Central, en manos de UCD (Unión de Centro Democrático) que tanto
había hecho por la Transición pacífica al sistema democrático, bajo el liderazgo de
Adolfo Suárez pero que, en esos momentos, se despeñaba por la pendiente de la
descomposición, dando la impresión de ser una “olla de grillos” más que un
partido organizado. Prevaleció la ceguera de algunos líderes que, obsesionados con
el poder de la izquierda en Andalucía, hicieron lo imposible “para evitar
incrementarlo” con el Referéndum del 28-F.: nos exigieron que los votos
afirmativos fueran superiores al 50 % del Censo, en las ocho provincias
andaluzas , cuando lo lógico habría sido que los síes superaran el 50 %
de los votos emitidos. El Referéndum se gana superando no pocos
contratiempos en siete provincias, quedando descolgada Almería, pero UCD, que
tanto “había hecho” por su fracaso, en Diciembre de este mismo año, se prestó a un
“chanchullo”, para que los resultados de Almería no obstaculizaran el acceso de
Andalucía a la Autonomía Plena. UCD, lejos de conseguir su objetivo de debilitar a
la izquierda, aceleró su desintegración y, consecuentemente, su desaparición : los
resultados cantan:
• Elecciones al Parlamento Andaluz, 23 de Mayo de 1982, PSOE 66 Escaños,
UCD 15 Escaños.
• Elecciones Generales, 28 de Octubre de 1982, PSOE 202 Escaños, UCD 11
Escaños
Quien les cuenta esto era Alcalde de este pueblo, gracias a una coalición de
Independientes con UCD y, a pesar de todo, tengo que agradecer a este Partido
(del que fui militante) las atenciones personales recibidas y las facilidades para
gestionar asuntos de gran trascendencia para Pozo Alcón; lo cortés no quita lo
valiente.
Para quienes tenemos ya una edad, los treinta y seis años transcurridos nos
proporcionan una cierta perspectiva sobre el devenir de nuestra Autonomía. Sería
injusto no reconocer los cambios producidos, sobre todo, si tenemos en cuenta que
los andaluces hemos sido los eternos olvidados del centralismo madrileño y,

2. durante la Dictadura del General Franco, al olvido tuvimos que añadir la
marginación, por razones obvias; sólo nos dejaron dos opciones: la resignación y
la emigración. Desde el 28 de Febrero de 1980, hemos asistido a una
transformación profunda de Andalucía; la Sanidad, la Educación, los Servicios
Sociales, las comunicaciones … han alcanzado estándares iguales o superiores a
las regiones más avanzadas de España. Estas son las luces ¿Y las sombras?. Mi
condición de “andaluz rural” me dice que el reparto del bienestar no ha sido
equitativo; las grandes beneficiadas han sido las capitales, ciudades importantes y
sus áreas metropolitanas y, los grandes perjudicados, los núcleos rurales, salvo
excepciones muy próximas al poder provincial o autonómico. Los distintos gobiernos
han pensado que la subvención, el PER, las ayudas … en definitiva la “sopa boba”
serían suficientes. Nada más lejos de la realidad. Esta actitud, ha originado una
preocupante pérdida de población en estos pueblos -del que Pozo Alcón es un claro
ejemplo-, que se ve incrementada a medida que envejecemos quienes vivimos en
ellos. Quizá la solución se encuentre en abandonar las ayudas, a veces
innecesarias y, con ellas, crear Equipos Multidisciplinares que, bajo la
responsabilidad de las Diputaciones, estudien exhaustivamente las
posibilidades de crear puestos de trabajo en el mundo rural para que se
fije la población y, sobre todo, cree alicientes para los jóvenes; es posible
que este sea un nuevo cauce para justificar la continuidad de las
Diputaciones, tan cuestionadas en estos días.
Quiero finalizar estas reflexiones con unas palabras del Papa Francisco pronunciadas
en su reciente visita a México… ”La resignación es una de las armas
preferidas del demonio que paraliza y atrinchera en las sacristías…”.
Apliquémonos el cuento; resignarse, ¡jamás!
Pozo Alcón, a primeros de Marzo de 2016
Francisco Quiñones