Jesús advierte a sus apóstoles que su misión traerá división, incluso entre miembros de la misma familia, ya que la lealtad hacia Él debe estar por encima de cualquier otro vínculo. Quien no esté dispuesto a cargar con su cruz y seguirlo, no es digno. Sin embargo, recibir a sus discípulos es recibir a Jesús mismo. El pasaje insta a los cristianos a llevar su fe hasta las últimas consecuencias, aunque esto signifique ser rechazados incluso por sus seres queridos.