2. El profeta Sofonías era tataranieto
del rey Ezequías y, por
tanto, perteneciente a la familia
real.
Su predicación, junto a la de otros
profetas, como Jeremías, ayudó a
la reforma religiosa de Josías.
Su mensaje era claro: Dios va a
juzgar y destruir a Jerusalén por
sus graves pecados. Aquellos que
quieran librarse de la
destrucción, deben entregarse al
Señor y cambiar de conducta.
Además de su cumplimiento
inmediato en el tiempo de
Sofonías, esta profecía se aplica al
fin del tiempo, cuando Jesús
regrese “para recompensar a cada
uno según sea su obra”
(Apocalipsis 22:12)
3. “Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo;
es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. Día de
ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de
asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de
entenebrecimiento” (Sofonías 1:14-15)
Como creyentes, estamos acostumbrados a pensar en el “día grande de
Jehová” como un día de alegría, cuando nos encontraremos con nuestro Señor
y Dios. Pero Sofonías nos advierte que ese día será de tinieblas y oscuridad.
Afectará a toda la Creación (Sofonías 1:2-3) y será un día de destrucción para
dos grupos especiales de personas:
1. Para el pueblo de
Dios, representado aquí por Judá
y Jerusalén (Sofonías 1:4-18)
2. Para los no
creyentes, representados aquí
por
Filistea, Moab, Amón, Etiopía, y
Asiria (Sofonías 2:4-15)
Nadie podrá librase en aquel día por sus
obras, su dinero o su posición (Sofonías 1:18)
4. ¿Por qué este día es de oscuridad para el pueblo de Dios?
“¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y
opresora! No escuchó la voz, ni recibió la
corrección; no confió en Jehová, no se acercó
a su Dios” (Sofonías 3:1-2)
Esto nos enseña que
pertenecer al pueblo de
Dios no nos da
seguridad ante el Juicio
divino.
La salvación está ligada
a nuestra relación
personal con Jesús.
A pesar de la luz que había recibido, el pueblo de
Judá no confió en Dios y se apartó de Él.
5. “Buscad a Jehová todos los humildes de la
tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad
justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis
guardados en el día del enojo de Jehová” (Sofonías 2:3)
Para los humildes que son fieles, la posibilidad de sobrevivir se
expresa por medio de la palabra quizás. La supervivencia depende
de la gracia divina, y la gracia es algo que no debe darse por
sentado. Frente a la ruina inminente, hay esperanza para el
futuro, pues Dios es misericordioso.
6. Sofonías aclara que el juicio de Dios no es solo punitivo sino
también correctivo. Dios extiende una promesa de proteger
a quienes lo buscan. El día de Jehová es más que el fin del
mundo. Es el comienzo del futuro establecimiento del
gobierno de Dios, que durará para siempre.
7. “Jehová está en medio de
ti, poderoso, él salvará; se gozará
sobre ti con alegría, callará de
amor, se regocijará sobre ti con
cánticos” (Sofonías 3:17)
¿Te has imaginado
alguna vez a Dios
cantando de
alegría porque has
aceptado su
salvación?
El gran Rey, el divino Guerrero, protegerá y
vindicará a su pueblo. Le otorgará todos los
beneficios de su victoria, la que ganó por
nosotros en la cruz. Él exaltará a los humildes y
transformará la desgracia, el sufrimiento y la
alienación en una experiencia de honor, de
bendiciones, y estará con ellos.
8. “Me dirijo al pueblo de Dios que hoy retiene firme su
confianza, que no se apartará de la fe que ha sido una vez
dada a los santos, que está de pie en medio de las tinieblas
morales de estos días de corrupción. La palabra del Señor a
vosotros es ésta: “Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré
con mi pueblo”. ¿No podemos ver aquí el amor paternal de
Dios expresado hacia aquellos que se mantienen aferrados a
la fe en la justicia? Existe la más estrecha relación entre Dios y
su pueblo. No solamente somos objeto de su misericordia llena
de gracia, de su amor perdonador; somos más que esto. El
Señor se regocija sobre su pueblo. Él se deleita en sus hijos. Él es
su seguridad. Hermoseará a todos los que le sirven con
corazón íntegro con el espíritu de santidad. Los reviste de
justicia. Ama a los que hacen su voluntad, los que expresan su
imagen. Todos los que son fieles y veraces se conforman a la
imagen de su Hijo. En su boca no ha sido hallado
engaño, porqueson sin falta delante del trono de Dios””
E.G.W.(Testimoniosparalosministros,cp.15,pg.414)
9. “He aquí sobre los montes los pies
del que trae buenas nuevas, del
que anuncia la paz. Celebra, oh
Judá, tus fiestas, cumple tus
votos; porque nunca más volverá a
pasar por ti el malvado; pereció
del todo” (Nahúm 1:15)
“Jehová es bueno, fortaleza en el
día de la angustia; y conoce a los
que en él confían” (Nahúm 1:7)
“¿Qué pensáis contra Jehová? El hará
consumación; no tomará venganza dos
veces de sus enemigos” (Nahúm 1:9)
Aunque la
justicia de Dios
parezca lenta, al
fin nada la
detendrá.