Las dioxinas son liberadas principalmente por actividades humanas como la incineración y la quema de combustibles. Algunas dioxinas y algunos PCB “de tipo dioxina” tienen conocidos efectos nocivos.
En 2008, los datos expuestos en esta publicación se consideran aún vigentes. Desde 1998 no ha habido grandes cambios en nuestra comprensión científica de las dioxinas, salvo para confirmar su carácter nocivo. En conjunto, las concentraciones de dioxinas han seguido disminuyendo, tanto en el medio ambiente como en los seres humanos.