La celebración del «Mes de Mayo» era una de las expresiones más peculiares de la devoción mariana en la época del Beato Francisco Palau. Durante los años de permanencia en las islas tuvo ocasión de verificar que se practicaba como un «ejercicio piadoso» más, sin incidencia seria en la vida de los fieles. Necesitaba, por ello, renovación, savia nueva que le diese vitalidad práctica. En Es Cubells, en Santa Eulalia, en otras iglesias de Ibiza y también en Mallorca ensayó fórmulas variadas hasta dar con el método que le pareció más adecuado para hacer del «Mes de María» algo verdaderamente útil en la vida cristiana.