Este relato cuenta la historia de Dámaso, quien robó tres bolas de billar de un local en su pueblo. Pasado el tiempo, Dámaso sintió remordimientos y decidió devolver las bolas una noche que estaba borracho. Sin embargo, el dueño del local lo descubrió y le exigió que le devolviera también los 200 pesos que supuestamente habían sido robados, aunque ambos sabían que esa noche no había tal cantidad de dinero.