El documento agradece las cosas naturales que están presentes sin ser pedidas, como aromas, sonidos, colores, la obra del hombre y la naturaleza, y la armonía de los elementos. Agradece específicamente el aroma de los colores, la textura de la vida, la luz en el atardecer, los mensajes ocultos en la naturaleza, y contrastes como la niebla y la tierra, reconociendo la belleza en lo simple.