1. TEXTO 3
El aprendizaje colaborativo: una estrategia de aprendizaje para la vida1
Se entiende el aprender como un proceso amplio, integral y continuo en el cual los sujetos desarrollan o
adquieren conocimientos, habilidades y actitudes para sobrevivir y responder creativamente a los cambios
en el medio, evolucionar, transformar y progresar. Además, es un proceso de socialización en el cual los
modelos mentales se van estructurando coherentemente para determinar la manera de pensar, sentir y
actuar.
El aprendizaje, aunque es un fenómeno individual, se da en un marco
social de relaciones, interrelaciones y de ayuda que implican un afecto
mutuo. Todo esto hace posible un saber saber, que está relacionado con
el conocimiento, la comprensión del mundo y la información; un saber
hacer, que pone en práctica el conocimiento y hace posible la formación
integral y el desarrollo de habilidades y destrezas como comunicarse,
argumentar, reconocer al otro y autoevaluarse críticamente y, por último,
el saber ser, relacionado con la expresión de sentimientos, intereses y
valores, con la capacidad de dar cuenta de los actos, la autonomía
entendida como la relación con la norma, la aceptación del otro con sus
creencias, la personalidad y el compromiso.
En la dimensión del saber vivir se tiene presente que el hombre es un ser social que vive en relación con
otros, y los grupos son las formas de expresión de los vínculos que se establecen entre las personas para
sobrevivir, crecer y desarrollarse. Las soluciones a la mayoría de los problemas de la sociedad
contemporánea, que son muchos, difícilmente se logran por acciones individuales y aisladas. Se necesita
de la comunidad de esfuerzos para lograr el desarrollo. En tal sentido, la escuela debe preocuparse cada
vez más por enseñar a los alumnos a relacionarse y participar (Ferreiro, 2000)
Es así como el aprendizaje colaborativo se presenta como una alternativa (en tanto metodología
dinámica, participativa, de construcción social de la personalidad) en el uso compartido del conocimiento,
en el derecho de todos a aprender de todos, en el valor de los sentimientos. El aprendizaje colaborativo
hace posible que la igualdad de derechos se convierta en igualdad de oportunidades, pues permite
descubrir el valor de trabajar juntos, privilegia entre los estudiantes el respeto, la tolerancia, el
pensamiento crítico y creativo, la habilidad de tomar decisiones, la autonomía y la autorregulación. Por lo
tanto, el aprendizaje colaborativo se puede considerar como un modelo educativo innovador que propone
una manera distinta de organizar lo que sucede en el aula e implica agrupar a los estudiantes en equipos
pequeños y heterogéneos, para potenciar el desarrollo de cada uno de éstos con la colaboración de los
demás miembros del equipo.
La aplicación del aprendizaje colaborativo en el aula presenta cierta resistencia entre los estudiantes, y de
manera enfática entre los más aventajados, porque están acostumbrados a involucrarse en una lucha de
ganadores y perdedores en la que quieren ser siempre los mejores, y en los alumnos no aventajados
porque no creen que tengan posibilidades de éxito; ambas situaciones competitivas desarrollan una
interdependencia negativa en el logro de sus propósitos de aprendizaje. Los estudiantes también prefieren
trabajar de manera individual, en sus propios objetivos de aprendizaje; sus propósitos nada tienen que ver
con lo que hagan los demás y, de igual forma, los propósitos de los demás nada tienen que ver con él; ésto
es consecuencia lógica de la cultura del individualismo que suele predominar en el entorno educativo.
1
CORREDOR, Martha y Otros. Aula Virtual: una alternativa en Educación Superior. Bucaramanga: Ediciones
UIS. 2003
2. Realmente el aprendizaje colaborativo implica mayor compromiso del estudiante en relación con el
desarrollo de habilidades personales, lo cual hace necesario una interacción cara a cara de una manera
continua, que exige muchas horas en común no fácil de lograr, pero ésto puede ser superado con los
servicios de las redes telemáticas cuyas características de asincronismo pueden favorecer dicha
interacción. En este sentido, las tic favorecen la estrategia de aprendizaje colaborativo, pues hacen posible
la visión de “comunidad virtual”, y de “círculos de aprendizaje” donde se:
Desarrollan diferentes niveles de comunicación.
Supera fácilmente la parte conflictiva que genera la sola interacción cara a cara.
Recupera la participación masiva de los estudiantes.
Colocan a disposición de los estudiantes, cuándo y dónde lo necesiten, los materiales de las
asignaturas.
Favorece la comunicación del estudiante con su docente y con sus compañeros.
Supera la dispersión geográfica del alumnado.
Posibilita que un grupo de personas comparta documentos, ya sea para su elaboración o para
tomarlos como base en una discusión.
Permite el acceso de múltiples usuarios que abordan y modifican el mismo documento.
Facilita la comunicación sincrónica: chat, videoconferencia y tableros compartidos
Admite ambientes colaborativos integrados, como grupos de discusión y listas de correo.
[…]
Tabla 2. Comparación entre lo que es, y lo que no es aprendizaje colaborativo
NO ES APRENDIZAJE COLABORATIVO SI ES APRENDIZAJE COLABORATIVO
Elegir un líder en cada equipo Aprender que todos somos líderes
Realizar actividades individuales donde Hacer reestructuración activa del contenido
resulte que quien termine primero le ayuda mediante la participación grupal
a su compañero Ser responsable del aprendizaje individual y
Estructura una tarea que no requiere un del aprendizaje de sus compañeros de grupo
trabajo en conjunto Aprender a desarrollar conocimientos
Intercambiar información, pero no estar habilidades, actitudes y valores en equipo
motivado a enseñar lo que se sabe. Aprender en comunidad
Agrupar estudiantes para realizar un Construir socialmente el conocimiento
trabajo
Estructurar actividades de tal forma que
los estudiantes se involucren en una lucha
por ver quién es el mejor (competencia).
Trabajar independientemente, cada
estudiante, a su propio ritmo, hasta
alcanzar el éxito (individualismo)
En todos los casos, el docente debe vivenciar primero el proceso de aprendizaje colaborativo para ser
capaz de inducirlo y dirigirlo en sus estudiantes como estrategia de enseñanza y aprendizaje. De igual
forma, la práctica del aprendizaje colaborativo como estrategia en las prácticas pedagógicas requiere
mayor compromiso por parte del docente, quien debe tener la capacidad de generarlo en el aula a partir de
dos premisas: no se trata de un proceso de ejecución mecánica que produce resultados inmediatos y sólo
se madura, y se hace realmente eficaz, a través de un quehacer reflexivo, planificado y de
perfeccionamiento continuo.
http://www.slideshare.net/CANVALCA/netiqueta-2499012
http://www.eduteka.org/modulos.php?catx=7&idSubX=227&ida=428&art=1
http://danielarozo.ohlog.com/netiquetas.oh24883.html
http://yejaca.ohlog.com/netiquetas.oh24866.html