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Desarrollo
1. DESARROLLO DEL NIÑO/A Y HABITOS ADECUADOS EN LA EDAD INFANTIL Lic. Sheyla Karina Guevara Sandoval
2. Los padres y las madres somos los primeros y principales educadores de nuestros hijos/as. Por tanto, tenemos la responsabilidad de prepararnos y formarnos para improvisar lo menos posible en la educación de nuestros hijos/as. Familia y escuela debemos estar siempre unidos en la educación de hijos/as y alumnos/ porque como decía un proverbio africano: “ Para educar a un niño hace falta la tribu entera”
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6. “ El comportamiento se aprende, y por tanto, se enseña” El comportamiento se aprende: 1.- Por imitación: A través del ejemplo de un modelo (padres, hermanos mayores,...), “ Los niños/as repiten lo que se les dice, pero hacen lo que ven” Por eso la verdadera educación empieza por uno mismo. 2.- Por las consecuencias del mismo comportamiento: • Cuando al hacer una cosa se consigue algo que nos gusta, es decir un refuerzo (ánimos, alabanzas, premios, etc...), repetimos ese comportamiento. • Cuando al hacer una cosa no conseguimos nada, olvidamos o dejamos ese comportamiento. “ La conducta humana depende de sus consecuencias”. Por esto, hay que prestar atención a los niños/as cuando realicen los comportamientos adecuados y no estar solo atentos si actúan de forma equivocada . Así solo reforzaríamos la conducta inadecuada. II) EDUCAR EL COMPORTAMIENTO :
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10. Las r abietas y otros problemas de conducta : Descubrir hasta que punto son capaces de salirse con la suya es una tarea habitual para los niños/as de estas edades. Es a los padres y madres a quienes les corresponde poner los límites. Aquellos niños/as a los que se les concede aquello que piden a través de una rabieta, continuarán pidiendo las cosas a través de rabietas, porque han obtenido “beneficios” con ello. Ante conductas indeseadas persistentes (llamadas de atención), suele dar resultado ignorarlas, siempre y cuando éstas no supongan daño para los demás o para el propio niño/a. Si la conducta merece ser castigada (no es una simple llamada de atención) es preferible hacerlo con calma y serenidad, retirando privilegios al niño/a. Evitar los gritos, insultos, castigo físico, sermones, comparaciones, etiquetas,...
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12. “ Educar es una exigencia amorosa: es empujar suavemente al otro a entrar por los caminos del crecimiento personal gratificante para él y para su entorno”