1. Alejandro Aguilar Canela
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Sección 02
Obra elegida: Aura por Carlos Fuentes
Una muy pequeña reseña
La novella corta escrita por Carlos Fuentes, titulada Aura, trata sobre un historiador
llamado Felipe Montero que consigue un trabajo redactando las memorias del
difunto esposo de la señora Llorente con las condiciones de quedarse en la casa
hasta que termine el trabajo, y la paga de cuatro mil pesos. El historiador acepta a
pesar de que la casa sea oscura y la dueña una anciana con extrañas costumbres.
Felipe se enamora de Aura, una joven que ayuda a la anciana en las labores de la
casa y por lo tanto, atiende al invitado. Mediante descubrimientos de naturaleza
extraña el personaje de Felipe sospecha que Aura sufre de la falta de libertad, pero
éste termina dándose cuenta de que quién poco a poco fue encerrándose fue él
mismo.
Ensayo corto sobre Aura
En ésta novela corta, el propósito del autor además de entretener con una redacción
innovadora, es el de sumergir al lector en un ambiente de tinieblas, confusiones y
actos terroríficos. Constantemente durante el relato se menciona la casa sin luces,
tan extraña que
“el olor de la humedad, de las plantas podridas, te envolverá mientras marcas tus
pasos” según Fuentes. Muchas de las imágenes usadas, gatos quemándose en el
tejado, la señora Llorente dando golpes al aire, el Cristo negro, refuerzan ésta idea
de las tinieblas, incluso la mención de todas éstas contrastando los ojos verdes de
Aura, fascinación de Felipe Montero, crean un ambiente repulsivo en el que sólo
Aura es un elemento de belleza. Otros factores importantes son los sonidos que se
describen, la campana a la hora de la cena, los gatos maullando por dolor, las ratas,
todos incrustados de manera exacta en el relato para crear terror, asco. Es claro que
aún siendo una novela corta, Fuentes introduce al lector en éste mundo, sobre todo
por que su narración en segunda persona pareciera que habla sobre ti, sobre el lector:
“despiertas con un grito mudo, sudando, y sientes esas manos que acarician tu rostro
y tu pelo, esos labios que murmuran con la voz más baja, te consuelan, te piden
calma...”
Es inevitable preguntarse quién es el narrador, que se muestra también como algo
ambiguo, que conforme va describiendo ciertos puntos de la historia, se van
aclarando las dudas y entendiendo las acciones de los personajes. Así como el
personaje principal, Felipe Montero, comienza a entender, el lector también lo hace,
uniéndolos de una manera extraordinaria.
2. Debido a que muchas partes de la obra hacen alusión a la misa negra, es
comprensible que el lector sienta miedo de manera inconsciente y al mismo tiempo
critique éste método y lo tome como irrespetuoso o satánico, sin embargo son
detalles que hacen que la obra sea pura repulsión y obscuridad aunque no se tenga
conocimiento sobre éstos rituales. Fuentes pudo haber llegado a ese punto de terror
de otra manera, pero no hubiera sido el mismo, no sería el mismo miedo, la misma
confusión, el mismo asco, las mismas ganas de saber lo que ocurre, el mismo
sentimiento de que lo macabro sucede a tu alrededor sin que te des cuenta. El autor
pudo haber rodeado esos detalles, sin tocarlos, pudo haber suprimido palabras, pero
en definitiva sería un relato muy diferente.
Se toman también temas surreales, que no es de sorprenderse ya que Fuentes forma
parte del Boom de la literatura latinoamericana, que involucran la reencarnación, las
plantas y el amor. Éstos elementos juntos crean una vida eterna para los personajes,
una juventud infinita, un amor inagotable. Difícilmente, en lo personal, podría creer
en algo parecido (con un contexto y explicación más real, ya sea la reencarnación
por ejemplo) y por lo mismo tomo el relato como algo extremadamente ficticio,
dejando de lado un hecho importante: la fe literaria. Ésta es la línea que separa o
acerca al lector de la obra, y se está de un lado o se está de otro.
Como los temas principales llegan a ser tan ambiguos así como la misma redacción,
el texto pierde coherencia de una manera superficial, digamos, pero es claro por
debajo. Con superficial me refiero a que un texto como éste necesita ser
profundizado para tomar un rumbo “fijo” , de otra manera éste pareciera un montón
de hechos macabros que desembocan en una tormenta de miedos, dudas e
infelicidad. Cada parte del relato es una explicación para el desenlace, un símbolo,
una atracción ofrecida por el escritor para que la mente del lector se pegue cual
sanguijuela al ambiente y a la historia.
La redacción en sí da vueltas al tema de la juventud eterna, presentándose de una
manera nueva claro, se apoya bastante en cada detalle de la historia que da vueltas
aún más grandes al tema principal, pero todo puede resumirse siempre en la
finalidad, que en éste caso es el deseo de la anciana de permanecer jóven y con su
amor pasado. Ésto se da por medio de Aura, Aura es la juventud, la belleza, el
pasado de la anciana, la necedad y el sueño vuelto realidad, vuelto tangible. Es
difícil entender ésto sin haber leído el final de la obra por lo que al estar leyendo,
uno no entiende bien hacia dónde, o con qué motivo el autor proyecta ideas que al
momento son confusas. El final inesperado sin embargo, deja al lector satisfecho.
Las ideas secundarias en éste caso serían la atracción, el sexo, la libertad y el
tiempo, todas entrelazadas entre sí y con la idea principal. Es indispensable que
Felipe Montero sienta atracción hacia Aura (llámese también la señora Llorente),
para que éste intente liberarla, para que éste la ame y consuman esos sentimientos en
el sexo, que se puede tomar como una manera de cederse, de darse como persona
(una persona de carne y hueso, y una persona con alma) y así vuelvan a estar juntos
3. la anciana y su amor pasado reencarnado en éste personaje principal, y vivan en la
juventud por medio de Aura, y ya no exista tiempo sino espacio nada más.
El texto contiene ideas extrañas, uno no puede entender por completo cómo es que
alguien que se creía una persona común, sea la reencarnación de otra persona, y digo
que no se entiende por completo por que aunque se crea en la reencarnación, nunca
será tan objetiva como en la obra. El final es ambiguo sin embargo he concluido con
algo sencillo, uno está donde debe estar en el momento en el que tiene que estar,
pero ésto no es suficiente, hace falta saberse mover.
Diario de lectura
El relato es confuso y macabro, uno no desearía estar en donde se encuentra el
personaje, uno no cambiaría un mes de tinieblas por cuatro mil pesos, pero es
entendible ver a Aura como una luz a la que se quiere llegar a costa de lo que sea, la
introducción de ése personaje es crucial, es el brillo de la casa, la esperanza de
Felipe Montero.
Uno sigue leyendo con las ganas de que de pronto todas las luces de la casa se
enciendan, Aura y Felipe huyan, y haya una luz constante, pero eso no pasa, ocurre
lo contrario, surgen imágenes perturbadoras como la de la señora llorando frente a
imágenes religiosas, o los gatos ardiendo en el tejado, Aura degollando un cordero
en la cocina haciendo los mismos movimientos que hace la anciana en su cuarto,
pero sin cordero, todo al aire, como controlando a la joven. Lega a ser incluso
desesperante como todo en el ambiente se une para darte repulsión, sobre todo la
anciana, su cuerpo pequeño, su indiferencia, los secretos que guarda, su libido que
quiere ser inagotable.
Todo comienza a aclararse antes del final, y justo en éste, sabes lo que pasa pero no
sabes por qué. Ésta ambigüedad que se maneja toca la frustración y te deja medio
ciego, y digo medio por que se aclaran dudas pero surgen otras. Surge la
desesperación de saber quién es el narrador, de saber qué pasa con Aura que se
pudre, o se va, o ya no sirve y se tiene que hacer otra, incluso queda la duda de si
Felipe Montero hace resurgir el alma del esposo de Llorente, completando la
reencarnación. El texto me ha dejado asqueado, fascinado por la redacción y la
creatividad, pero con la repulsión del sexo, de lo físico, de lo surreal.