El documento describe la distribución típica de los instrumentos en una orquesta sinfónica. Las cuerdas se disponen en forma de semicírculo desde los violines en los extremos hasta los contrabajos en el centro. Detrás se ubican las maderas y luego los metales, separados para no opacar a los demás. La percusión queda al fondo. El director dirige a toda la orquesta desde el centro.