1. CUENTOS
Historias fantásticas, mitológicas transmitidas de generación en generación a
través de la oralidad: La leyenda del unicornio, la leyenda de las sirenas, la
leyenda del rey Arturo.
El unicornio
La leyenda es un relato, una narración con un carácter histórico y popular, junto
con componentes algo fantásticos. Antiguamente por lo general eran
transmitidas oralmente, de boca en boca de una generación a la otra y así
perduraban y trascendían por los siglos de los siglos. Con la llegada de la
imprenta, comenzaron a plasmarse con tinta en el papel y a ser comunicadas
también a través de la escritura.
Habitualmente las leyendas tratan de historias fantásticas cortas que abarcan
temas relacionados con los fenómenos naturales, criaturas mitológicas, etc. Al
igual que los cuentos fomentan y desarrollan la imaginación infantil, son una
excelente manera de transmitir principios y valores, de acercar a los más
pequeños a la lectura y de ayudarlos con el aprendizaje del lenguaje.
La leyenda del unicornio
2. Hace muchísimo tiempo atrás, en otras épocas muy remotas, salvajes y
fantásticas criaturas vivían y andaban libres por ahí. La más hermosa de todas
ellas era el Unicornio, una criatura de color blanco, con cuerpo de caballo,
barba de chivo, patas de antílope y un cuerno en la frente, que era perseguido
permanentemente debido a los mágicos poderes curativos y de juventud eterna
de éste último. Pero esta criatura no era fácil de atrapar, era muy rápida y ágil.
La única forma de hacerlo, era recurriendo a los encantos de las inocentes
doncellas, de corazón puro, a las que los unicornios se acercaban
ingenuamente atraídos por su pureza y apoyaban la cabeza en sus regazos.
De esta manera al estar distraídos eran atrapados por ambiciosos cazadores
que les cortaban los cuernos, muriendo como consecuencia inmediatamente
después. Así, progresivamente fueron desapareciendo y extinguiéndose todos
los unicornios, siendo hoy tan sólo una hermosa y recordada leyenda.
La leyenda de las sirenas
Según la mitología griega las sirenas eran criaturas fantásticas con la mitad del
cuerpo en forma de pájaro y la otra mitad de mujer. Eran compañeras de
Perséfone y al ser raptada ésta por Hades, no lograron salvarla por lo que en
venganza la madre de Perséfone, la diosa Deméter, las transformó en un
hibrido, mitad mujer y mitad pescado. Vivían en la isla de Artemisa y tenían un
canto melódico como el de los pájaros, sumamente atractivo, seductor, que
llamaba la atención de los marineros, advirtiéndoles de los encantos ocultos del
mundo submarino, engañándolos así para hacerlos caer en su trampa y
devorarlos.
En la Odisea, el autor griego Homero relata que cuando el barco de Ulises
navegaba frente a la isla Artemisa, él hizo que toda su tripulación tapara sus
oídos con cera para no escuchar el seductor canto de las sirenas y caer en sus
encantos maléficos. En tanto él no pudo tolerar su curiosidad y planificó una
estrategia, se ató al mástil del barco y ordenó que no lo dejaran soltarse por
nada. Ante esta frustración las sirenas se tiraron al mar ahogándose.
La leyenda del rey Arturo
Según cuenta la leyenda, en lo que actualmente es Gran Bretaña vivía el rey
Uther Pendragon que tenía una larga disputa con el duque de Tintagel. Con
motivo de hacer las paces de una vez por todas, Uther invitó a su castillo al
duque y a su esposa Ingrayne. Al ver a la duquesa Uther se enamoró de ella y
se obsesionó a tal punto que pidió a Merlín, el mago de la corte, que la
hechizara para hacerla creer que era su esposa. De este amor nació Arturo que
fuera entregado a Sir Héctor por Merlín para que lo adoptara como su hijo.
Al cumplir Arturo los 16 años Sir Héctor lo llevó con su propio hijo Sir Kay a
Londres, donde los caballeros luchaban sin éxito por liberar una espada de una
cárcel de piedra. Y según contaba la leyenda el que consiguiera liberar la
espada pasaría a ser el rey de toda Bretaña. Arturo lo consiguió sin ningún
esfuerzo y fue promulgado rey.
Arturo reinó rodeado de los más valerosos caballeros: Perceval, Gawain y
Lancelot. Contrajo matrimonio con la hija del rey Cameliard, Ginebra, la que lo
engañó con Lancelot. En tanto Arturo mantuvo un romance con su hermanastra
Morgana que quedó embarazada y nació Mordred. Éste fue quien dejó en
evidencia el romance oculto entre Ginebra y Lancelot, noticia ante la cual
3. Arturo no tuvo otra opción que ordenar que su esposa fuera quemada en la
hoguera como mandaba la ley. Pero esto no pudo darse ya que Ginebra fue
rescatada por Lancelot huyendo juntos hacia Francia. Arturo indignado salió a
perseguirlos dejando su reino al mando de su hijo Mordred.
Al regreso de Arturo al reino de Camelot, su hijo no le entrega el trono y debe
trabarse en lucha con éste para recuperarlo. Arturo y Mordred se enfrentan en
una disputa en la que el padre mata al hijo no sin que éste antes lo hiera
también de muerte.
La leyenda de la llorona
Esta es una historia que los viejitos han contado a los niños desde hace
muchos siglos. Es una historia triste, pero dura fuerte en la memoria de la
gente y hay muchos que juran que es la verdad.
Hace muchísimos anos vivía en un pueblo humilde una bella muchacha
llamada María. Dicen algunos que era la más hermosa de todo el mundo. Y
como era tan linda, María se consideraba superior a la demás gente.
A medida que María crecía aumentaba su belleza. Y su altivez también
aumentaba. No echaba ni una mirada a los jovenes de su pueblo que la
pretendían. No eran bastante guapos para ella. -cuando yo me case- decía
Maria -voy a casarme con el hombre más guapo del mundo-.
Una día llegó al pueblo un hombre que parecía ser él de quien Maria
hablaba. Era el hijo arrogante de un ranchero rico del llano más al
sur. ¡Montaba a caballo como un comanche! Si tenía un caballo que llegó a
ser manso, lo regalaba e iba al llano para capturar otro, pues pensaba que no
le conviniera a un hombre montar un caballo que no era medio salvaje.
¡Era guapísimo! Tocaba la guitarra y cantaba bien. Y María se decidió que
este era el hombre para ella. Tenía mañas para ganárselo.
Si el ranchero le hablaba cuando se topaban en el sendero, María volteaba la
cabeza. Cuando acudía por la tarde para tocar su guitarra y darle serenata a
María, ella no iba a la ventana. Rechazaba los regalos costosos que el
ranchero le enviaba.
El joven ranchero se enojó. --¡Esa engreída Maria! -- dijo a si mismo. Yo sé
que puedo ganar su corazón. Juro que me casaré con ella.
Y todo resultó como María había tramado. Dentro de poco se
comprometieron María y el ranchero y luego se casaron.
Al principio todo estaba bien. Tuvieron dos hijos y parecían una familia feliz.
Pero pasaron varios años y el ranchero volvió a la vida bárbara del llano. Se
quedaba fuera del pueblo por meses. Cuando volvía a casa, era solamente
para visitar a sus niños. No parecía sentir nada por la bella María. Aun
hablaba de rechazar a María para casarse con otra mujer, una rica como él.
Siendo tan orgullosa, claro que Maria se enojaba mucho con el
ranchero. Además se enojaba con sus hijos, pues el ranchero les mostraba
mucho cariño pero a ella la ignoraba.
Una tarde, cuando se paseaba María con sus niños por la alameda al lado del
río, el ranchero pasó en un coche ligero. Una dama elegante estaba sentada a
su lado. Paró el coche y saludó a sus hijos, pero ne le dio ni un vistazo a
María. Azotó a los caballos calle arriba.
4. Al ver todo eso, Maria sintió una rabia terrible y toda la emoción se dirigió
contra sus hijos. Y aunque es lástima decirlo, se cuenta que en su rabia María
agarró a sus dos niños, y los arrojó al rio.
Pero al verlos llevados río abajo, María se dio cuenta de lo que había
hecho. Echó a correr por la orilla del río extendiéndoles los brazos. Pero yase
desaparecieron.
Corrió y corrió Maria impulsada por el temor que llenó su corazón, hasta
que se cayó rendida al suelo y quedó quieta.
A la mañana siguiente, un viajero vio tendida en la orilla del río a una linda
mujer muerta y contó la noticia a los del pueblo. Ahí encontraron a María y la
enterraron donde había caído.
Pero aquella misma noche los poblanos oyeron algo como llantos cerca del
río. Al principio pensaron que era el viento. Pero al escuchar más bien oyeron
palabras: -AAAAAIIIII...mis hijos- lloraba una voz lastimada. - ¿Dónde están
mis hijos?-
Vieron andar por al orilla del río a una mujer vestida en un manto largo y
blanco como el en que habían vestida María al enterrarla.
Muchas noches oscuras la veían recorrer la ribera. Pero más a menudo la
oían llorar por sus niños. Así que dejaron de llamarle María y le llamaron “La
Llorona”. Y por este nombre está conocida hasta ahora.
Todavía advierten a los chicos: -Cuando se oscurece, métanse dentro de la
casa, que la Llorana puede estar por aquí buscando a sus hijos. ¡Ten
cuidado! Te puede confundir a ti por uno de sus hijos.-
Cuentan de muchos niños que han sido perseguidos por La Llorona. ¡Y
de que han sido agarrados!