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Arritmias
Definición:
Se conoce como arritmia a cualquier alteración
del ritmo cardíaco, ya sea por cambio de sus
características (ritmos distintos del ritmo sinusal
normal) o por variaciones inadecuadas de la
frecuencia. Aunque la frecuencia cardiaca es
variable (los valores normales se encuentran
entre 50 y 100 latidos), puede ser normal hallar
cifras por debajo o por encima de estos valores
en función de las características del individuo o
la situación en la que se encuentra En
condiciones normales el latido del corazón no es
percibido. Algunas arritmias causan pocos o
ningún síntoma diagny tienen un efecto mínimo
en la eficacia del bombeo del corazón
especialmente cuando duran poco tiempo.
Muchos adultos sanos sufrirán arritmias cortas
de vez en cuando. Las arritmias que duran
minutos o incluso horas pueden tener
consecuencias muy serias. Pueden reducir la
cantidad de sangre que el corazón bombea al
cuerpo.
Síntomas
Las manifestaciones clínicas dependen del tipo
de arritmia y para cada arritmia pueden ser
asimismo variables, pudiendo ir desde ningún
síntoma hasta tener repercusiones muy
importantes. Los principales síntomas son:
Palpitaciones: En condiciones normales al latido
del corazón no es percibido. La percepción de
que el corazón late, es lo que se conoce con el
nombre de palpitaciones. Las palpitaciones no
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siempre indican una situación patológica ni
significan que haya taquicardia.
Síncope: Se conoce con el nombre de síncope a
una pérdida de conciencia relativamente brusca,
que se recupera espontáneamente en un corto
periodo de tiempo. Las causas de síncope
pueden ser múltiples. Algunos síncopes pueden
ser debidos a arritmias, tanto bradicardias como
taquicardias.
Paro cardíaco: Se conoce con este nombre a
una situación de pérdida de conciencia grave,
que no se recupera de forma espontánea. Lo
que diferencia este cuadro del síncope es que
en esta situación debe de realizarse maniobras
de reanimación cardíaca o de lo contrario el
paciente no se recupera provocándose muerte
en pocos minutos. Esta situación puede ser
debida a diversos causas que no siempre son
cardíacas, pero las arritmias graves suelen ser
la causa mas frecuente.
Tipos
1. Bradicardia sinusal: Esta es una
situación en la que los latidos del corazón se
originan y se transmiten de forma normal, pero
son más lento de lo necesario.
- Causas: La bradicardia sinusal puede darse en
diferentes situaciones: puede ser totalmente
normal y fisiológica, como es el caso de
deportistas; puede ser debida a ciertos
medicamentos; puede ser debida a afectación
del propio nodo sinusal y puede hallarse en el
contexto de una afectación que se conoce con
el nombre de síndrome de
bradicardia/taquicardia en la que los pacientes
alternan episodios de bradicardia importante con
rachas de episodios de taquicardias
(habitualmente fibrilación auricular).
- Tratamiento: La bradicardia sinusal aislada
suele ser una situación fisiológica y no necesita
tratamiento. También puede estar provocada
por fármacos y se tiene que valorar la
posibilidad de retirarlos. Si es severa y
sintomática el tratamiento es la implantación de
un marcapasos.
2. La fibrilación ventricular: En esta
arritmia la actividad eléctrica del corazón está
totalmente desorganizada, de forma que no hay
ningún latido efectivo. Esta situación lleva
sistemáticamente a un paro cardíaco grave que,
si no se consigue parar con las maniobras de
reanimación cardiaca, es irreversible
provocando la muerte. Personas que lo
padecen: Este tipo de arritmia se presenta en su
mayor parte en pacientes que tienen alguna
enfermedad cardíaca y especialmente
afectación de las arterias coronarias, pudiendo
ser la arritmia su primera manifestación.
Excepcionalmente la fibrilación ventricular (FV)
también puede presentarse en pacientes que
únicamente tienen un trastorno de las
propiedades eléctricas del corazón. Suelen ser
pacientes jóvenes y, en la mayoría de ellas, se
ha encontrado un componente genético, por lo
que no es infrecuente que en estos pacientes
haya antecedentes familiares de muerte súbita
inexplicada.
De entre las anomalías eléctricas más
conocidas que pueden provocar muerte súbita
por fibrilación ventricular cabe destacar:
- Síndrome del QT largo congénito: Es
una enfermedad hereditaria, en la que se
producen episodios de taquicardia ventricular,
generalmente cortos y autolimitados, que
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pueden degenerar en una fibrilación ventricular.
Puede manifestarse desde la infancia, y se
caracteriza, por presentar episodios de pérdida
de conciencia que suelen desencadenarse con
las situaciones emocionales o el esfuerzo. No es
infrecuente que estos niños hayan sido
diagnosticados de epilepsia. El diagnóstico se
hace habitualmente a partir del ECG basal,
aunque en algunos casos éste puede ser
prácticamente normal. La historia de
antecedentes familiares puede ayudar a realizar
el diagnóstico. Hay algunas formas de este
síndrome que se pueden acompañar de sordera
congénita.
- Síndrome de Brugada: Esta es una
enfermedad familiar hereditaria, en que los
pacientes afectados pueden presentar síncopes
de repetición y muerte súbita. Suele haber
antecedentes familiares de muerte súbita
inexplicada. El diagnóstico definitivo lo da el
ECG que presenta unas alteraciones
características. En los pacientes portadores de
este síndrome, el ECG puede ser,
transitoriamente normal y, en estos casos, si
hay sospecha clínica se puede llegar al
diagnóstico realizando una prueba con fármacos
que puede poner de manifiesto la anomalía del
ECG.
Tratamiento
- Episodios agudos de Fibrilación
ventricular (FV): Esta es una situación de
emergencia vital en la que deben de iniciarse de
forma inmediata las maniobras de reanimación
cardio-pulmonar, incluyendo masaje cardíaco,
ventilación y desfibrilación cardíaca urgente.
Esta es una situación de emergencia vital en la
que deben de iniciarse de forma inmediata las
maniobras de reanimación cardio-pulmonar,
incluyendo masaje cardíaco, ventilación y
desfibrilación cardíaca urgente.
- Tratamiento crónico de la FV: En el
enfoque del tratamiento de la FV, se debe de
establecer si la FV es debida a alguna causa
concreta. Así por ejemplo, en algunos pacientes
el episodio de FV se presenta en el momento
del infarto de miocardio. En estos casos
únicamente se debe de tratar el infarto de
miocardio. En el resto de situaciones, dado que
la posibilidad de recidiva y por lo tanto de
muerte súbita es muy elevado, se debe de
indicar un desfibrilador automático implantable,
que si bien no evitará que se presenten nuevas
crisis de FV, permitirá que sean tratadas de
forma inmediata y automática, evitando que el
paciente fallezca.
3. Fibrilación auricular: Aproximadamente
el 50% de los pacientes con crisis de FA aguda,
pasan espontáneamente a ritmo normal o
sinusal en pocas horas por lo que puede ser
prudente dar un tiempo de espera antes de
iniciar ningún tratamiento. Cuando esto no
ocurre, pueden administrarse fármacos
antiarrítmicos. Si a pesar de la administración de
fármacos la crisis de FA no cede, puede
realizarse cardioversión eléctrica, que en estos
casos debe de hacerse con sedación o
anestesia superficial.
Tratamiento: En aquellos pacientes que
presenten crisis repetidas de FA paroxísticas
existen diversas opciones terapéuticas.
Fármacos: Hay diversos fármacos antiarrítmicos
que pueden ser útiles. Debe de destacarse sin
embargo que no existe ningún fármaco que sea
efectivo en todos los pacientes y que en estos
pacientes los fármacos pueden tener efectos
secundarios o contraindicaciones severas, que
pueden limitar su uso.
Ablación por radiofrecuencia del nodo A-V e
implantación de un marcapasos. Esta alternativa
consiste en provocar un bloqueo cardíaco con
radiofrecuencia e implantar posteriormente un
marcapasos. Con esta técnica no se consigue
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eliminar la FA, pero el paciente deja de notarlas
y mejora de sus síntomas.
Ablación directa por radiofrecuencia de la FA.
En algunos pacientes muy seleccionados con
tipos específicos de FA, se puede plantear el
realizar una ablación dirigida a los puntos en
que se inicia la FA, y que podría ser curativa.
4. La taquicardia paroxística
supraventricular (TPSV)
Causas: Se trata de episodios de taquicardias
que suelen iniciarse de forma brusca,
habitualmente sin ningún desencadenante
específico, aunque algunas veces puede
iniciarse con el ejercicio o al agacharse. Los
episodios pueden tener una duración variable,
que puede ir desde minutos hasta varias horas.
Habitualmente suelen parar de forma
espontánea y bruscamente, aunque en
ocasiones se precisa asistencia médica para
parar la taquicardia, ya sea mediante algún tipo
de maniobras o mediante fármacos.
Síntomas: Los síntomas son palpitaciones
rápidas y regulares, aunque en ocasiones
pueden existir síncope, dolor en el pecho u otras
molestias. Existe un tipo específico de TPSV en
el que los pacientes refieren la sensación de
palpitaciones localizada en el cuello.
Personas que lo padecen: No es infrecuente
que el paciente haya sido diagnosticado de
crisis nerviosas. Estas taquicardias se pueden
presentar a cualquier edad de la vida y pueden
hallarse desde en recién nacidos hasta
personas de edad avanzada. No suele
asociarse a ningún otro trastorno o anomalía
cardíaca.
Diagnóstico: El ECG fuera de las crisis es
normal, excepto en una anomalía que es el
síndrome de Wolff-Parkinson-White, en el que
se detecta una alteración en el ECG aún sin
taquicardia. En todos los demás casos, si no se
tienen un ECG recogido durante la crisis se
deberá practicar un estudio electrofisiológico.
Tratamiento: La mayoría de las crisis agudas de
TPSV, ceden de forma espontánea tras varios
minutos. En caso de que persistan debe de
plantearse algún tipo de tratamiento. La primera
medida que debe de ensayarse para cortar una
crisis son las llamadas maniobras vagales. Si a
pesar de ello la taquicardia no cede, debe de
administrarse tratamiento antiarrítmico
endovenoso.
Prevención: Habitualmente los pacientes que
han presentado una crisis de TPSV, suelen
presentar recidivas. Para evitar las recidivas
existen dos alternativas terapéuticas:
Fármacos antiarrítmicos: Deben de
administrarse de forma continuada; sólo son
efectivos en un 50% de los casos y pueden
tener efectos secundarios.
Ablación por radiofrecuencia: Es el tratamiento
de elección en esta tipo de taquicardias dada su
elevada efectividad (90%) y su baja frecuencia
de complicaciones.
5. Taquicardia ventricular (TV)
Personas que lo padecen: Se originan en el
ventrículo. Frecuentemente se presentan en
pacientes que tienen enfermedad cardíaca, pero
ocasionalmente pueden presentarse en
personas sanas.
Síntomas: Los síntomas que pueden provocar
las TV pueden ser muy variables. Así, pueden
ser totalmente asintomáticas; pueden
manifestarse sólo con palpitaciones; o pueden
dar síntomas más severos como mareo,
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sudoración, síncope o muerte súbita.
Diagnóstico: La gravedad y el pronóstico de la
TV depende no sólo de las manifestaciones
clínicas sino también de si hay o no alguna
enfermedad cardíaca de base. El diagnóstico
definitivo de la TV se realiza mediante un ECG
tomado durante la crisis de taquicardia. En los
casos en los que no se consiga un registro
durante la taquicardia, se requerirán otras
exploraciones como un registro de Holter o un
estudio electrofisiológico.
Tratamiento: La urgencia y el tipo de tratamiento
de las crisis de TV depende de la repercusión
de la misma. Las alternativas son:
Fármacos antiarrítmicos: Existen diversos
fármacos antiarrítmicos que administrados de
forma endovenosa pueden parar la crisis de
taquicardia.
Cardioversión eléctrica: Cuando los fármacos
antiarrítmicos no sean efectivos o en las
situaciones en que se requiera un tratamiento
urgente, se debe de realizar una cardioversión
eléctrica de forma inmediata acompañada de
maniobras de reanimación cardíaca.
Prevención: Los pacientes que han presentado
una taquicardia ventricular, tienen elevadas
probabilidades de volver a presentar nuevos
episodios, de modo que debe de realizarse
tratamiento con la finalidad de evitar nuevas
crisis.
Tratamiento: Existen diversas opciones de
tratamiento que se deberán de escoger en
función de la enfermedad cardiaca de base y de
la repercusión de la arritmia.
- Fármacos antiarrítmicos: En el momento actual
no hay ningún fármaco antiarrítmico que se
haya demostrado capaz de evitar totalmente las
recidivas. Su uso como único tratamiento en la
TV se limita a casos muy seleccionados. Suelen
usarse sin embargo asociados a otros
tratamientos como por ejemplo los
desfibriladores implantables.
- Ablación por radiofrecuencia: La efectividad de
la ablación en las TV depende del tipo de TV y
de la enfermedad del paciente. Así, en algunos
tipos de TV en pacientes sin ninguna
enfermedad cardíaca de base la ablación por
RF puede ser curativa. Sin embargo en la
mayoría de casos con TV y enfermedad
cardíaca de base, especialmente si se ha tenido
un infarto previamente, la ablación por
radiofrecuencia suele ser menos efectiva y en
muchas ocasiones incluso no puede realizarse.
- Desfibrilador automático implantable: En los
pacientes con TV y enfermedad cardíaca, ni los
fármacos ni, en la mayoría de las ocasiones, la
ablación por radiofrecuencia, ofrecen garantía
suficiente para evitar las recidivas. En estos
pacientes una recidiva de la TV puede ser
severa y llevar incluso a la muerta súbita. Por
este motivo, en la mayoría de pacientes con TV
y enfermedad cardíaca de base, actualmente se
indica un desfibrilador implantable.
6. Los extrasístoles. Los extrasístoles o
extrasistolia son latidos aislados que tienen un
origen distinto al ritmo sinusal y que aparecen
antes de tiempo. Según el punto de origen de
los extrasístoles, se llaman extrasístoles
auriculares o ventriculares.
Síntomas: En la mayoría de las ocasiones los
extrasístoles no dan ningún tipo de síntomas,
pero ocasionalmente pueden dar palpitaciones y
es frecuente que se note sensación de vacío a
nivel torácico. En personas que no tengan
ninguna enfermedad cardíaca los extrasístoles
no revisten ninguna gravedad, aunque pueden
ser molestos. Ocasionalmente pueden ser
precursores de otras arritmias más severas.
Diagnóstico: Con la toma del pulso o la
auscultación puede sospecharse que el paciente
tiene extrasistolia, sin embargo, el diagnóstico
definitivo se hace mediante el ECG. Dado que
habitualmente los extrasístoles son ocasionales,
puede ser muy difícil poderlos registrar en un
ECG tomado en una consulta por lo que para la
correcta detección puede ser necesario realizar
un electrocardiograma ambulatorio de 24 horas
(Holter).
Tratamiento: En principio los extrasístoles no
deben de tratarse. Excepcionalmente en
pacientes en que los extrasístoles les provoquen
síntomas molestos (palpitaciones, sensación de
vacío en el pecho), puede indicarse algún tipo
de tratamiento, habitualmente fármacos.
7. El bloqueo cardiaco. En condiciones
normales el latido cardíaco se origina en el nodo
sinusal y se transmite desde las aurículas a los
ventrículos a través del nodo aurículo-ventricular
(N A-V). Cuando se produce una alteración a
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nivel del N A-V, el estímulo que proviene de la
aurícula no se transmite a los ventrículos y hay
un enlentecimiento del ritmo cardíaco, lo que se
conoce con el nombre de bloqueo.
Síntomas: Los bloqueos pueden ser de
diferentes grados y constantes o intermitentes.
En esta situaciones los pacientes pueden no
tener ningún síntoma, pueden notar una
disminución de su capacidad de ejercicio o
pueden presentar pérdida de conciencia,
habitualmente en forma de síncope.
Diagnóstico: El diagnóstico del bloqueo cardíaco
puede sospecharse cuando un paciente tiene
síntomas y se detecta una frecuencia cardíaca
baja. Sin embargo el diagnóstico definitivo sólo
puede establecerse mediante un ECG. En los
casos en los que el bloqueo es constante el
registro del ECG nos dará el diagnóstico. En los
casos en los que el bloqueo es intermitente, el
diagnóstico puede ser difícil ya que es posible
de que en el momento en el que se realiza el
ECG no haya bloqueo y por lo tanto sea normal.
En estos pacientes puede ser necesario realizar
varios registros de Holter o un estudio
electrofisiológico.
Tratamiento: Pueden haber algunos tipos de
bloqueos (los de primer grado y algunos de
segundo grado) que son benignos y que si no
dan síntomas no deben de tratarse. En los
casos de bloqueos más graves o que den
síntomas (habitualmente palpitaciones) deben
de ser tratados. El tratamiento de elección es la
implantación de un marcapasos.
8. Flutter auricular. Esta es una arritmia que
se asemeja a la fibrilación auricular, pero en
este caso, las aurículas se activan de forma
regular pero a frecuencias extremadamente
elevadas, con lo que los latidos cardíacos
suelen ser rápidos (frecuentemente entre 100 y
150 lpm) y habitualmente regulares. Las
consideraciones que se han hecho para la
Fibrilación Auricular, tanto en cuanto a los
síntomas, al diagnóstico, al origen y al
pronóstico son similares.
Tratamiento: El enfoque terapéutico de la crisis
aguda del Flutter es similar al de la FA.
Aproximadamente el 50% de los pacientes con
crisis de flutter, pasan espontáneamente a ritmo
sinusal en pocas horas por lo que puede ser
prudente dar un tiempo de espera antes de
iniciar ningún tratamiento. Cuando esto no
ocurre, pueden administrarse fármacos
antiarrítmicos. Si a pesar de la administración de
fármacos la crisis de FA no cede, puede
realizarse cardioversión eléctrica, que en estos
casos debe de hacerse con sedación o
anestesia superficial.
Prevención: La mayor diferencia en el
tratamiento crónico del Flutter es que la ablación
por radiofrecuencia es un tratamiento altamente
efectivo en el Flutter y probablemente sea el
tratamiento de elección en el momento actual.
Valvulopatías: El corazón consta de cuatro
válvulas:
Mitral y tricúspide: Son las principales, regulan
el flujo de la sangre entre las aurículas (reciben
la sangre) y los ventrículos (impulsan)
Aórtica y pulmonar: impiden que la sangre
vuelva al músculo cardiaco tras su expulsión
Las enfermedades de las válvulas afectan, con
más frecuencia a la mitral y la aórtica. Los
mayores de 60 años o con antecedentes
familiares de valvulopatías son más propensos a
desarrollarlas, pero estas patologías inciden en
cualquier edad y sexo.
Causas: Las principales causas que provocan
un daño en las válvulas son las afecciones
congénitas, infecciones, como la fiebre
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reumática o la endocarditis (poco frecuentes), y
el debilitamiento del músculo cardiaco.
Síntomas:
-Dificultad para respirar
-Dolor en el pecho
-Ritmo cardiaco irregular
-Soplos
-Debilidad, desvanecimientos
-Tensión arterial descompensada
Tratamiento: Si la enfermedad no es muy
grave, puede tratarse con medicación. En los
casos más severos, no obstante, se recurre a un
abordaje quirúrgico. La cirugía puede reparar la
válvula, para que recupere su funcionamiento
normal, o bien reemplazarla con una válvula
artificial.
Diagnóstico
Se realiza a partir de la interpretación de los
datos obtenidos tras varias pruebas, entre las
que se encuentran:
Historia clínica. Es imprescindible para poder
tener una sospecha diagnóstica y orientar el
resto de exploraciones a realizar.
Exploración física. Si la exploración se realiza
durante el episodio de arritmia debe de
constatarse, no sólo la frecuencia del pulso
cardíaco sino también si éste es regular o no,
así como valorar, si es posible, la presión
arterial y otras repercusiones de la arritmia,
como sudoración, palidez, ahogo, etc.
Electrocardiograma (ECG). Debe destacarse
que el diagnóstico definitivo de las arritmias se
realiza básicamente mediante el ECG. En el
caso de que el paciente sea visto durante un
episodio de arritmia, debería realizarse un ECG.
Por este motivo, debe de aconsejarse a todos
los pacientes, que cuando tengan síntomas
sugestivos de una arritmia, acudan lo mas
rápidamente posible donde se les pueda
practicar este tipo de prueba. Sin embargo, en la
mayoría de las ocasiones, cuando se registra el
electrocardiograma, el paciente no está en
arritmia. En estos casos, a pesar de que el ECG
estará habitualmente en ritmo sinusal normal y,
por lo tanto no permitirá hacer el diagnóstico
definitivo, debe de practicarse siempre ya que
de su observación podremos obtener datos que
nos orientarán hacia el posible diagnóstico de la
arritmia.
Estudio electrofisiológico. Es una técnica que
permite reproducir, en muchos casos, las
arritmias que presenta el paciente, así como
determinar las características de la conducción
del corazón. Para su realización se debe
puncionar la vena femoral a nivel de la ingle,
(con anestesia local) y a través de ella y de la
vena cava inferior se avanzan unos filamentos
(electrocatéteres) que se hacen llegar hasta el
corazón y que son los que permiten medir los
parámetros que interesan así como estimular el
corazón para valorar la posible provocación de
taquicardias.
Registro de eventos. Dado que el rendimiento
del registro de Holter convencional (de 24 horas)
es relativamente bajo, se han desarrollado unos
sistemas similares al Holter, pero de menor
tamaño y que se pueden llevar durante un
tiempo prolongado. Estos sistemas, si bien
registran el ECG de forma continua, lo hacen en
una cinta sin fin, de forma que va grabando
sobre si misma durante todo el tiempo que los
pacientes lo llevan implantado. Cuando el
paciente presenta un episodio sugestivo de
arritmia, acciona un mando externo, de forma
que queda almacenado el ECG previo a la
activación del sistema. Existen en la actualidad
dos tipos básicos de registro de este tipo, unos
externos, que se pueden llevar varias semanas
y que tienen una memoria por episodio de unos
5 minutos y otros que son implantables, que
precisan de una mínima intervención para su
implantación, pero pueden llevarse hasta 14
meses y tienen une memoria de hasta 40
minutos por episodio.
Registro ECG ambulatorio de 24 horas (Holter).
Con este nombre se conoce a la técnica
mediante la cual al paciente se le colocan unos
electrodos de ECG que se conectan a una
grabadora que registra durante 24 horas,
mientras el paciente realiza su actividad
habitual. Si durante el tiempo que el paciente
lleva el registro colocado hace alguna arritmia
esta quedará registrada y se podrá ver. Las
ventajas de esta técnica son que se amplía el
tiempo de registro del ECG desde los pocos
segundos que se tarda en hacer un ECG en la
consulta hasta 24 horas con lo que se aumenta
la probabilidad de registrar la arritmia. Sin
embargo, en la mayoría de las ocasiones 24
horas es un tiempo relativamente limitado y,
excepto en situaciones de arritmias muy
frecuentes, no se suele registrar ninguna
arritmia.
Tratamientos
Ablación por radiofrecuencia. Esta es una
técnica de tratamiento de diferentes tipos de
taquicardias. Se realiza una punción de la vena
femoral en la zona inguinal (con anestesia local)
a través de la cual se introducen varios
catéteres con los que se llega hasta el corazón.
Una vez allí, y mediante estímulos eléctricos se
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intenta localizar el origen de la taquicardia y se
aplica, mediante uno de los catéteres, una
energía que producen calor y que altera el foco
de la taquicardia con lo que ésta deja de
provocarse. En los casos de arritmia sin
patología cardiaca de base, puede considerarse
que la ablación es curativa, ya que el paciente
queda libre de arritmia sin necesidad de otro
tratamiento. En el momento actual, ésta es una
opción de elevada efectividad y baja tasa de
complicaciones en una gran mayoría de
arritmias.
Cardioversión/desfibrilación eléctrica. Se trata
de un tratamiento mediante el cual se realiza
una descarga eléctrica que despolariza todo el
corazón provocando la suspensión inmediata de
cualquier arritmia tras lo cual se recupera el
ritmo normal (sinual). Está indicada en el
tratamiento de la fibrilación o Flutter auricular y
en las arritmias ventriculares como la
taquicardia ventricular o la fibrilación ventricular.
En los casos de arritmias ventriculares graves la
desfibrilación es un tratamiento de emergencia
que debe de ir acompañado de maniobras de
reanimación cardíaca.
Desfibrilador automático implantable. Los
desfibriladores automáticos implantables son
unos aparatos similares a los marcapasos, pero
que tiene capacidad de detectar episodios de
taquicardia o fibrilación ventricular, y en caso de
que se produzca, pueden pararla de forma
inmediata efectuando una desfibrilación o
mediante una serie de estímulos en el corazón.
Estos sistemas, cuando se indican en los
pacientes adecuados, son muy efectivos y
pueden reducir de forma importante la
mortalidad de estos grupos de pacientes.
Fármacos antiarrítmicos. Son medicamentos
cuya finalidad es la de evitar que se produzcan
crisis de taquicardias. Hay varios tipos y cada
uno de ellos puede ser más o menos útil para
las diferentes arritmias. Se pueden utilizar como
tratamiento agudo durante un episodio de
taquicardia o como tratamiento crónico para
evitar que se repitan las crisis. Deben de
hacerse varias consideraciones: Hasta el
momento actual no hay ningún fármaco
antiarrítmico con efectividad completa. Debe de
destacarse que ningún antiarrítmico es curativo.
En el mejor de los casos, cuando es útil, debe
ser tomado de manera continuada para que se
mantenga su efecto y además, en aquellos
pacientes en los que la arritmia es debida a una
patología cardíaca de base, estos fármacos no
la mejoran. La mayoría de antiarrítmicos pueden
tener efectos secundarios, tanto a nivel cardíaco
como extracardíaco.
Marcapasos
Consiste en un aparato que emite unos pulsos
de corriente de forma regular, y que se conecta
al corazón mediante un catéter. Cada vez que
se emite uno de estos impulsos, el corazón se
activa y se contrae. Actualmente los
marcapasos son de tamaño muy reducido, se
colocan debajo de la piel, habitualmente a nivel
de la clavícula y se conectan al corazón a través
de un electrodo. La implantación de marcapasos
es relativamente sencilla y se realiza con
anestesia local. Existen múltiples tipos de
marcapasos, y la indicación cada uno de ellos
dependerá del tipo de arritmia y de la situación
del paciente. Cabe destacar que los
marcapasos actuales tienen una vida media que
oscila entre 7 y 10 años y que pasados los
cuales debe de reemplazarse.